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La tempestad del mar por VampireSaga

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-.-.-.-.-.-.Santuario-.-.-.-.-.-.

Shion observó las miradas de los tres, sin embargo quien era el más desinteresado en el asunto era el mayor de los gemelos. Saga pensó lógicamente antes de hacer una estúpida pregunta. Primero, si a Kanon le hubiese pasado algo Shion no estaría tranquilo y mucho menos Saga, eran gemelos por lo tanto tenían una conexión extraña. Segundo, ¿Camus, Milo?, esos dos y Kanon, era algo serio.

-Saga…-Enfatizo el patriarca –Kanon ha mandado una carta –La saco de entre sus túnicas –Aquí nuestro querido gemelo de Géminis me informa no solo de su misión, me pide un favor. Kanon ha dicho que su propuesta sigue en pie y que te lo comunique. –Saga abrió los ojos tanto como podía, por sorpresa, desvió la mirada y aclaro su garganta.

-Shion, ¿debo comunicarme a través de ti para que Kanon sepa mi respuesta? –No le agradaba la idea, Kanon y él tenían ciertos pactos estúpidos que habían hecho desde que eran niños, el lenguaje entre los gemelos era misterioso incluso aunque fuesen grandes.

-No Saga, puedo respetar su intimidad, como bien sabes Kiki se encarga de recoger y traer las cartas, puedes enviarlas con él –Susurró, solo para eso servía el pequeño Kiki, claro Shion de vez en cuando lo entrenaba como hizo con Mu.

-¿No sería mejor dejarle esa delicada tarea a alguien como Mu? –Saga encontraba algo ilógico las cosas, aquel era un niño, sí, sus poderes eran sorprendentes, pero no demasiado para confiar en él.

-Silencio Saga, esto se hace como yo digo. –Susurró.

-Como digas, entonces –Miró con cierto enojo a la parejita -¿Esos dos, porque han venido?, no me hagas retirarme es mi hermano y debo estar al tanto de lo que le involucra.

-Ja…-Espetó Milo con burla desviando la mirada molesto y cruzándose de brazos.

-A eso precisamente voy, Saga…Milo –Los miró con autoridad. Y tomo la carta de Kanon entre sus manos citando el siguiente pedazo – ‘gran Shion de Aries, controla a tus santos homosexuales’ –Milo, Camus se sorprendieron, pero Saga no. –Eso dice, saben bien que en el santuario pasan muchas cosas, que no es porque yo les prohíba tener mujeres o demás, eso sería estúpido, siendo santos dorados y los más poderosos sobre el resto podrían fácilmente engarme y salir de aquí para verse con alguna mujer. –Puso la mirada sobre Camus y Milo –Desde el descanso que tuvimos sabía cómo estaban las cosas, desde antes, desde mi juventud, no me traten como estúpido ocultándome las cosas. –Shion se levantó con una mirada fría –Saga tras Shaka y Mu, Milo y Camus, Shura y Aiolos, Aioria y Marín, Shaina y Aldebarán, Death Mask y Afrodita… Y por muy raro que suene ustedes han inventado que Dhoko y yo, cuando no es así, son los santos femeninos quien le siguen.  Tras todo esto… -Murmuró siendo interrumpido por Milo.

-¿Shion y Saori Kido? –Se burló y Camus le puso la mano sobre la boca.

-No seas imprudente –Bajó la mirada el peli verde.

-Milo, se lo insolente que eres, no voy a prestarme a tus juegos, la diosa Atenea aunque en el cuerpo de esa joven un poco infantil, mimada y desobediente no debe ser tocada.  Y yo no tengo el mínimo interés en hacerlo.

-¿Todo esto que tiene que ver que estos dos se relacionen con Kanon? –Saga se desesperaba con esos discursos tan largos.

-Kanon nunca ha tenido nada que ver con ustedes, inclusive si el chisme d que Saga y él tenían una relación incestuosa me llegó –Saga frunció el ceño en desagrado.

-Camus y Milo les recomiendo arreglen lo que está mal en su relación y creo que esto es bueno que lo sepan… Milo deja de mandarle cartas a Kanon, si estas con Camus respeta lo que tienen y si se terminó háganlo quedando bien, no quiero distanciamientos, pelas y demás, antes que nada deben tener claro que son Santos de Atenea, si aquí se enojan y los bandos comienzan jamás estaremos preparados para una verdadera batalla.

Para Saga  lo demás desapareció tras escuchar ‘Milo deja de mandarle cartas a Kanon’, cuando Shion terminó, el santo de Géminis salto a tomar a Milo por el cuello y tumbarlo para darle un buen golpe, Camus trato de detenerlos-

-¿Cómo te atreves?, ¿Así que de esto vas, no te basta con tener a Camus a tu merced?, controla tu maldito pene antes de que te lo arranque a Kanon no le vas a tocar, tendrá que pasar por mí, no andes como una maldita abeja de flor en flor, porque te juro que si te le acercas yo mismo te daré muerte…

-¡SAGA! –Gritó el patriarca paralizando el cuerpo del santo -¡He dicho que nada de guerras entre ustedes!

-No estaría mal pasar por ti… mi querido Saga –Susurró Milo aprovechando que el cuerpo del otro estaba completamente inmóvil.

-Camus y Milo, retírense, vayan a arreglar sus indiferencias y Milo más vale te controles, más vale que dejes de mandar cartas no se con quién las mandes pero le daré un fuerte castigo a esa persona y espera por el tuyo. –Susurró cuando el santo de Escorpio se iba y tras de él Camus. –Ya puedes moverte Saga.

-Lo siento –Se disculpó de mala gana el peli-azul.

-Te entiendo, solo contrólate, no quiero exiliarte o aun peor matarte por algo como esto, al fin que tienes repuesto –No jugaba, ni lo decía en serio, solo era por decirlo, Shion y Saga tenían ese tipo de humor.

Saga se levantó y se fue de ahí atravesando las cámaras hasta ver a Mu, se le acercó y se le quedó viendo. Claro el santo de Aries no le había visto, pues parecía demasiado concentrado haciendo las labores que Shion le pedía.

-¿Puedes hacerme un favor, Mu? –Respiró Saga aliviado y el santo de Aries se volteó con sorpresa.

-Claro, dime Saga –Bajo por un instante esos ojos  color esmeralda.

-Necesito que vayas donde Kanon, que le digas que estoy ahora más que nunca dispuesto a hacer lo que dijo.

-Lo haré, pero dime… ¿El maestro sabe?

-Me ha dicho que tú puedes hacerlo… -Le puso una mano sobre la cabeza –Y  Mu… te ves demasiado hermoso el día de hoy con el cabello amarrado.  –Saga se había ido y el peli lila se había quedado tranquilo, sin reacción alguna ante los halagos.

 

-.-.-.-.-.-.Alemania-.-.-.-.-.-.

-¿Quién? –Preguntó Kanon dirigiéndose a la puerta de la casa, tallándose un ojo, había estado descansado y en ese momento veía la tv. Y cuando abrió la puerta trato de cerrarla inmediatamente –Pero que… ¡Lárgate de aquí! –Frunció el ceño pero el rubio lo empujo al interior de la casa.

-Vamos, te dije que iba a castigarte, Kanon mientras más te resistas más ganas me dan de pegarte –Comentó con un tono completamente sensual.

-¡Claro, como si eso fuera tan fácil! –Susurró y apunto con el dedo índice a esa atractiva figura –Con esto y te mando al infierno.

-Pero si yo vengo de ahí–Murmuró y le guiño el ojo, para acercarse y tómalo de la cintura para tumbarlo bocabajo en el sillón, Kanon apenas había puesto resistencia puesto que aquel parecía más fuerte físicamente, quizás era el cansancio, pero trato de luchar para quitárselo de encima –No te resistas mi querido Kanon, no dolerá… -Radamanthys se empezó a mover sobre las nalgas dl griego quien por supuesto con sus movimientos provocaba la entrepierna del otro.

-¡Jódete, déjame en paz, eres un pervertido, me tocas y…!

-Siempre amenazas y no haces nada… -Comenzó a acariciar las nalgas de Kanon, subiendo sus manos hasta sus caderas, el peli azul se había quedado paralizado y sonrojado.

-¿Kanon? –Una voz familiar venía junto a una silueta bajando las escaleras, ese cabello lila agarrado en una coleta.

-¡MU! –Se espantó al ver que el santo de Aries se quedaba paralizado.

-Lo siento he interrumpido, pero vengo a traerte unas…

-No es lo que parece… yo… ¿Ayúdame? –Radamanthys se había quitado de encima, viendo al peli lila de pies a cabeza.

-¿Así que esta es la mujer griega que dejaste embarazada Kanon? –bromeo el rubio.

-Lo siento desconocido, pero ni mujer, ni embarazo existe, sol soy un compañero de Kanon –Sí, claro, con Mu no podía contar Kanon para quitarse al molesto rubio. El gemelo se incorporó y corrió al rubio quien ya casi estaba fuera de la casa.

-No es lo que parece, ha estado acosándome, por eso he pedido la ayuda de…

-Santo, no te preocupes, lo que hagas con tu vida no es de mi interés –murmuró el carnero tomando asiento –Saga ha dicho que más que nunca está dispuesto con lo que le has dicho.

-Eso quiere decir que el viejo decrepito no ha mandado mensaje para salvarme. –Murmuró y Mu se le quedó viendo –Mu… necesito que me lleves a la casa de Géminis y después lo demás… lo demás será un secreto que Saga tu y yo mantendremos.



-.-.-.-.-.-.Santuario-.-.-.-.-.-.

 

Cuando Milo llegaba a su casa, se quedó pensando, viendo hacía la casa de Acuario, él y Camus no habían hablado en todo el camino, ni siquiera Camus le había reclamado de las dichosas cartas, tampoco era conveniente sabiendo que Milo cuando se enojaba, se enojaba.

-¿Cartas?... ¿A mi nombre?... Yo jamás he mandado nada –Susurró el santo de Escorpio.

 


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