Todos desayunaban alegremente, como todas las mañanas, sin sospechar lo que había pasado la noche anterior, todos estaban en sus asuntos, comiendo y riendo sobre las cosas que habían pasado en la semana, hablando sobre programas de variedades y sobre lo gracioso que era Mir sin maquillaje a la mañana, lo que le provocaba sonreírse a sí mismo, grabando el momento en su mente...
Pero había uno que se había percatado de su presencia.
Ahí estaba... por más que quisiera ahí estaría... hasta que uno de los dos vaya al ejército, ahí estaría... y para hacerle la vida un poco más infeliz, él le sonreía... tan sarcásticamente que le dolía en lo más profundo de su ser, como si millones de agujas se clavaran al mismo tiempo dentro de su alma. Y suspiraba, un suspiro hondo, con su mirada baja, esperando que el mundo se lo tragara en ese instante.
Y el otro, descaradamente, le soltó esas palabras vacías y sin interés alguno, pero que dentro del contexto eran necesarias para no levantar sospechas.
-Cheondoong-ah... ¿te encuentras bien?- le dijo apoyándole una mano en el hombro ante la vista de sus compañeros. Le daba asco, repugnancia, desprecio, odio e impotencia escuchar esas palabras pronunciadas con tanto descaro, le revolvía el estómago, le daban ganas de vomitar el desayuno que ni siquiera había probado.
-Sí, no te preocupes SeungHo Hyun- se limitó a contestar, levantando un poco la vista para ver como el líder se reía de lado al ver la cara demacrada de Thunder por no dormir la noche anterior. Sabía que a él le alegraba ver como sufría.
-Pero... creo que hoy me quedaré en casa... no me siento bien... no quiero ser una molestia- pronunciaba vergonzosamente tratando de no mirar a nadie para no preocupar.
-Yah! Cheondoongie... ¿Por qué no nos avisaste antes?- propinó el peludito, con tono preocupado.
-Sorry- dijo levantando una mano en señal de disculpa.
-Doongie!- le acaricio los cabellos el sexy Joon, para luego pasarle un brazo por el cuello -creo que como el líder carismático y responsable que es, debería cuidarte, ¿estoy en lo correcto, SeungHo hyun?- dijo burlón, señalándolo.
El disgusto en la cara de panda podía percibirse a kilómetros de distancia, Joonnie sentía que miles de espadas lo estaban atravesando con solo sentir la mirada del ojeroso sobre él.
- Siiiiiiip, yo opino igual- sonrió el maknae, mostrando sus lindos dientes.
- Sí, Seungie, creo lo mismo, quédate, yo me encargo de explicarle al manager, de igual manera hoy solamente teníamos prácticas- expresó de manera tierna G.O.
Un suspiro corto brotó de la boca del mayor y resignado asintió, volviéndose al sofá para desplomarse en él y cruzándose de piernas veía como los otros miembros se despedían y le daban ánimo al 'enfermo' Park Sang Hyun. Le daba asco, si supieran que clase de persona realmente, también lo odiarían como él lo odiaba en ese momento.
Thunder veía la espalda de Mir y como se cerraba la puerta tras él.
Sus únicas esperanzas en la faz de la tierra se estaban yendo por la puerta, dejándolo atrás con la persona que más quería evitar en el universo. Cómo era que el destino se empeñaba en enredar sus caminos una y otra vez... desde el principio. ¿Por qué?...
Su sueño era ese... ser cantante, bailar, ser reconocido por eso y poder hacer felices a las personas, pero... ahora ¿cuál era su sueño?... su felicidad estaba siendo opacada, siendo tapada por unas nubes negras con forma de panda. Por qué las cosas tenían que resultar así en ese momento, en el que las cosas parecían salir tan bien, en que mejoraba día a día, en que sentía que podía lograrlo todo si solo se esforzaba... tenía que equivocarse de tal manera en que todo lo que había logrado hasta entonces se desmoronara frente a sus ojos... como una torre de naipes que parece firme a simple vista, pero un pequeño soplido puede tirarla abajo en un instante. Para su mala suerte, él mismo había dado el soplido final a su propio castillo de cartas. Lo sabía, en lo más profundo de su ser, por más que quisiera negarlo, dentro de él sabía que era su culpa, que no podía culpar a SeungHo por su actitud, era la que se merecía realmente, era producto de sus acciones... era enteramente su responsabilidad.
Esos segundos en los que estuvo parado frente a la puerta se sintieron como minutos, horas, meses, años... se sintieron eternos.
Quería verlo, quería ver su cara... por más que estuviera llena de desprecio hacia él, no le importaba, necesitaba verlo, pero su cuerpo estaba inmovilizado, tieso. No podía moverse, o no quería, su cerebro se había desconectado de su cuerpo y por más que quisiera verlo con toda su alma, no podía. Su pecho dolía, ese dolor punzante dentro de su corazón... sus ojos se nublaban y su garganta se anudaba... estaba bloqueado. Se estaba protegiendo a sí mismo.
-Cheondoong-ah...- decía suavemente el líder y su voz recorría el aire llegando a los oídos del Maknae, que lo ignoraba por completo voluntaria o involuntariamente, ya no lo sabía.
-Doongie~~~- escupía esas palabras descaradamente, sabiendo cuanto le dolía al menor.
- Yah, Yang SeungHo- elevó su voz, apretando sus puños, sintió que sus venas se estaban llenado de ira.
- ¿Qué?, Repentinamente el pequeño Maknae tiene algo que objetar... ¿hay algo que te moleste, Doongie?- le dijo sonriendo irónicamente, llenando cada palabra de desprecio y sarcasmo.
-SeungHo Hyun...- liberando a sus puños de la presión, trato de calmarse para poder girarse y enfrentarlo de una vez, no podía pasarse todo el día contemplando la puerta, pero si hubiese podido... lo hubiera hecho sin dudarlo.
- Ah, este mocoso...- dijo y se levantó de su cómodo asiento para ir a la dirigirse a la cocina, pero no sin antes pasar por donde él estaba. Aun de espaldas, el mayor se acercó al maknae, pasó sus brazos por la cintura del menor, abrazándolo y susurro unas cuantas palabras...
- ... ¿Esto es lo que quieres?- y lo abrazó un poco más fuerte. Cheondoong no sabía que sentir, su corazón se aceleró de tal manera que sentía que iba a salir por su boca, estaba rojo y sentía como el calor invadía todo su ser y en el rostro de Yang SeungHo se podía ver la expresión de victoria.
- Doongie… ¿Tan enamorado estas de mí?- preguntó con desvergüenza, hiriendo aún más al pequeño gran hombre, Park Sang Hyun.
-Yo…- el ambiente se había vuelto pesado y las palabras rogaban por salir de los labios del rapero, pero por más que lo intentara nada quería brotar de él, simplemente quería desaparecer.
...