Takano-san y yo acabábamos de dejar la oficina y nos dirigimos a nuestros respectivos departamentos. Hoy había sido un día bastante cansado pero por fortuna fue el final del ciclo, por lo que ahora podría descansar bastante o eso pensé hasta que Takano decidió aparecerse en la puerta de mi departamento.
“¿Qué es lo que quieres?” Le pregunte, ya que él simplemente estaba en la entrada sin decir ni una sola palabra.
“¿Es que no puedo venir a visitar a mi amante?” Dijo en un tono burlón, lo cual provoco un leve sonrojo en mi rostro.
“Tú y yo no somos tal cosa como amantes.” Fruncí el ceño mientras cerraba la puerta, pero por desgracia ya era tarde y Takano-san había entrado al departamento.
No entendía el por qué de su visita, no había dejado nada de trabajo pendiente y si es que estaba aquí por otros motivos debía encargarme ya de que se marchara antes de que las cosas llegasen demasiado lejos.
“¿Y? ¿Por qué estás aquí?” Le mire molesto, yo simplemente quería descansar.
“Ya te lo dije, Ritsu.” Dijo mi nombre en un tono seductor, ahora mismo mi cara debía estar encendida por un sonrojo.
Es un idiota. Un completo idiota. Venir a mi departamento de esa manera y sin una razón realmente importante.
“Takano-san, estoy exhausto. Quiero dormir.” Le abrí la puerta invitándole a retirarse, pero al parecer él no cedería.
“Ritsu.” Takano cerró la puerta y me acorralo contra ella tomando mis manos y mirándome directo a los ojos.
“¿T-Takano?” Algo no andaba bien. Al menos eso daba a entender su actitud. Forcejé contra él pero su fuerza era más que la mía, lo que convertía mis intentos en inútiles.
“Te amo, Ritsu.” Se acerco lo suficiente a mi rostro como para besarme, pero no lo hizo.
Takano-san simplemente se encontraba mirándome como si su vida dependiera de ello, o algo por el estilo.
“No digas esas cosas.” Dije en un tono bajo mientras desviaba mi mirada, él realmente estaba poniéndome de nervios.
“¿Por qué no lo haría? Es la verdad, Ritsu. Te ame hace diez años y te amo ahora. ¿Por qué no admites tus sentimientos por mi?” Se acerco aún más a mi rostro y soltó mis manos dirigiendo las suyas a mi cadera.
“N-No sé de q-que me estás hablando.” Seguía sin mirarlo, pero pude sentir la expresión triste de su rostro.
“¡Sabes muy bien de lo que hablo!” Pego su frente a la mía y apego más su cuerpo del mío. “Solo dilo, Ritsu. Di que me amas y te prometo, te juro que voy a hacerte feliz hasta el último de nuestros días.” Takano-san estaba… ¿llorando?
Mire su rostro y así era. Un montón de emociones se encontraban en mí, pero mi orgullo no me dejaba actuar.
“Takano-san, d-detente.” Le aparte un poco de mi, pero esas lagrimas corriendo por su rostro me hacían sentir un horrible dolor. No lo entendía. “Yo…. N-No amo a Takano-san.”
“Entiendo. Entonces este es el final de mis intentos. Lamento haberte molestado, Onodera.” Sus palabras estaban llenas de frialdad.
El se separo de mí y abrió la puerta del departamento para marcharse.
Takano-san. Yo lo amo. No puedo dejarlo ir.
Todo sucedió tan rápido. Lo tome del brazo y cerré la puerta mientras le giraba para que quedáramos frente a frente.
“¡Te amo!” Las palabras por fin salieron de mi boca.
No sé por qué lo hice. No sé que estaba diciendo o haciendo. Nada estaba claro. Pronto sentí que el que estaba llorando ahora era yo. Los brazos de Takano-san me envolvían en un cálido abrazo.
“Dilo de nuevo.” El estaba sonriendo.
“Te amo, Takano-san. Te amo. Te amo. Te amo. Y-Yo nunca deje de amarte.” Las palabras salieron de mi boca como si nada. Se sentía tan bien, era un sentimiento de tranquilidad y felicidad. Sabía que todo iba a estar bien.
“Yo también te amo, Ritsu.”
Se acerco y nos fundimos en un beso. Era un beso distinto a otros, era como cuando estábamos en secundaria pero más cargado de amor. Lo abracé por el cuello profundizando el beso y Takano lo entendió de inmediato. Nos dirigíamos a mi habitación mientras nos íbamos deshaciendo de nuestra ropa.
Takano-san me recostó en la cama posicionándose sobre mí mientras seguíamos besándonos. Me aferre a él acariciando su espalda. El bajo besando mi cuello y pasando su boca por todo mi abdomen dejando algunas marcas. Llego a mis botones y comenzó a lamer uno de ellos a la par que acariciaba el otro con su mano.
“A-Ah… T-Ta…Takano-san.” Todo esto se sentía tan bien, mejor que las otras veces.
La habitación se lleno de mis gemidos. Takano siguió bajando después de dejar mis botones duros, pues otra parte de mí necesitaba atención, pero antes de que consiguiera llegar abajo hice que cambiáramos posiciones y esta vez yo estaba arriba. Baje hasta su entrepierna y comencé a lamer su miembro.
“R-Ritsu… Ngh.” Sus palabras hacían que me excitara aún más.
Metí su miembro de lleno en mi boca mientras subía y bajaba. Las manos de Takano-san se posaban en mi cabellera profundizando los movimientos.
“Ritsu… ah… d-detente.” Me separe un poco de su miembro.
“¿N-No te gusta?” Pregunte con algo de temor en mis palabras.
“E-Es solo que ya n-no aguanto, Ritsu. Necesito estar dentro de ti.” Enseguida volvimos a cambiar a nuestras posiciones originales.
Takano metió dos dedos a mi boca y yo comencé a lubricarlos. Al terminar, metió uno de los dedos en mi entrada para prepararme de lo que venía. Hacía movimientos circulares y pronto introdujo el otro dedo haciendo movimientos de tijera.
“¿Puedo?” Pregunto.
“H-Hai.” Respondí tímidamente.
Saco los dedos de mi entrada y acto seguido sentí una corriente y arquee mi espalda. Takano ya estaba dentro de mí. Se movía lentamente para acostumbrarme.
“A-Aaah… Takano… Ngh.” Gemía mientras sujetaba con fuerza las sabanas.
“¿Estás bien, Ritsu?” Dijo mientras con una de sus manos comenzaba a masturbar mi miembro.
“M-Más rápido, M-Masamune.” Mi cuerpo se sentía realmente caliente al igual que el miembro de Takano.
Comenzó a moverse más rápido y las embestidas comenzaron a ser más fuertes.
“A-Ah… Masam-Masamune… Ngh… Ah.” Su mano seguía en mi miembro haciendo todo más placentero.
“Ritsu, te amo.” Dijo entre jadeos mientras las estocadas se hacían más rápidas.
“Aaaaaaaaaaaaaah….” Takano había dado en ese punto y siguió rozando su miembro ahí.
“Te amo. Te amo, Ritsu.” Siguió repitiendo.
“Y-Yo también te amo, M-Masamune.”
El orgasmo de ambos llego y quedamos tendidos en la cama. Nos besamos una última vez. Takano-san me abrazo mientras apoyaba mi cabeza en su pecho.
Todo era tan perfecto. Realmente sentía que todo iba a estar bien si era con Takano.
No pude más con el cansancio y me dormí.
A la mañana siguiente…
Desperté por los rayos de luz chocando en mi cara. Sentí los brazos de Takano-san rodearme y pude ver que el ya estaba despierto. Sonreí y me devolvió la sonrisa. No podría estar más feliz. Cuando caí en cuenta que ya era tarde y teníamos trabajo.
“¡Takano-san! Tenemos trabajo, ya es muy tarde. Hay que vestirnos e ir-“
“Onodera idiota. Acabamos de terminar el ciclo, así que tenemos el día libre.” Me interrumpió.
“¿Eh?” Era verdad. No había nada de trabajo que hacer. “L-Lo siento.”
“Te perdono con una condición.” Él probablemente nunca iba a cambiar.
“¿De qué hablas?” Fruncí el entrecejo.
“Tengamos una cita, Ritsu.” Y aun que no lo crean, el gran Takano Masamune estaba algo sonrojado después de decir estas palabras.
“Si.” Respondí eso nada más. Sin reclamos ni discusiones. Enseguida me besó de una manera bastante tierna…
Continuara…