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A Moment por SHINee Doll

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Notas del capitulo:

Debía escribirlo. Sé que ha pasado mucho tiempo, que debí colgar algo antes, hace casi dos meses (*exagera*), pero hasta ahora pude hacerlo. Mis disculpas, honey. Es tuyo. Te quiero.

— ¿Qué ha sido eso de antes, JinKi?

 

La sonrisa del líder se desvaneció automáticamente, dando paso a la sorpresa y los nervios. JongHyun le miraba con severidad desde el umbral de la puerta, cruzado de brazos, totalmente serio, al grado de no parecer él. JinKi tragó pesado y una gota de sudor resbaló por su sien. ¿Qué respuesta debía darle?

 

— JongHyun, verás… — dudó y sus ojos vacilaron al tratar de mirarle. — Es algo muy gracioso y… — soltó una risita incómoda. — Yo… yo… JongHyun, ¿q-qué…?

 

      El mayor de los Kim acostó la distancia en lo que el mayor titubeaba, llegando a dejar sus rostros cerca, muy cerca. Las mejillas de Lee ardieron, coloreándose ligeramente. El aliento cálido de JongHyun acarició sus labios abultados. Cerró los ojos, suspirando, imaginando la sensación abrasadora de esa boca contra la suya. JongHyun le tomó por el mentón, sonriendo sin que JinKi lo notase. Y entonces…

 

—…dice que la cena está lista y… — apareció TaeMin para interrumpirlos.

 

      JinKi lanzó su cuerpo al otro extremo del sofá en un acto torpe, golpeándose el costado con fuerza, mientras los otros dos le contemplaban confundidos. Se incorporó entre quejidos, echando a correr hacia su habitación, no sin antes tropezar con uno de los tantos juguetes chillones del cachorro de KiBum y estrellar su rostro en el pecho de un sorprendido MinHo. Key salió de la cocina entonces, preguntándose la razón de tanto alboroto repentino. Ambos raperos intercambiaron miradas y una pequeña sonrisa trató de posarse en sus labios. El líder aprovechó la distracción de todos para retomar su camino y ocultarse del resto de los miembros. Aunque, bueno, de nada le serviría.

 

— Jjong, ven conmigo. — la expresión del rubio era tan seria, que el mayor no dudó en obedecerle. — TaeMin, ve a poner la mesa. MinHo, ayúdale. — los menores asintieron, internándose en la cocina. Choi dedicó una última mirada al de orbes gatunos antes de que desaparecieran por el pasillo. — Ahora sí, JongHyun, ¿puedes decirme qué hiciste para poner tan nervioso al pobre JinKi?

 

      Fue una explicación apresurada y torpe, en voz baja, que hizo al más joven reír escandalosamente. El vocalista principal se encontraba incómodo, especialmente ante esos astutos ojos que parecían desnudarle el alma. La mirada de KiBum siempre le había intimidado, sólo que lograba disimularlo la mayoría del tiempo. La mayoría, no siempre.

 

— ¡Oye! — le chilló el rubio, sobresaltándolo. — ¿Por qué estás mirándome así? No voy a morderte, idiota. — el mayor se pasó la mano por el cabello, tirando con sus dedos de un par de mechones. — Broma o no, discúlpate con él. No cenará mientras no lo hagas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

      La puerta cerrada del líder terminó resultando interesante para el vocalista principal. Al estar frente a ella, se dio cuenta que nunca prestaba atención a los pequeños detalles, pues encontró en ella varias ornamentaciones diminutas y uno que otro defecto de fábrica. Se preguntó si el resto de las puertas serían así o no, aunque por su mente no pasó el ir a averiguarlo. Sí, JongHyun lo encontró entretenido… pero sólo los primeros veinte minutos.

 

— Onew, voy a entrar. — amenazó al tiempo que giraba la perilla. Balanceó en su mano izquierda la bandeja con la cena del mayor mientras ingresaba a la habitación. JinKi no se encontraba ahí. — ¿A dónde se ha ido?

 

      Dejó la bandeja sobre el escritorio, dedicándose a curiosear entre las pertenencias del mayor. En el prime cajón del escritorio, bajo un libro delgado, un par de fotografías se asomaban. Miró en dirección a la puerta antes de tomarlas. Formó una mueca. ¿Desde cuándo Key y el líder tenían una relación tan cercana? Todas las fotografías eran de ellos dos: comiendo, riendo, abrazados, mejilla con mejilla, aparentando besos… El brillo en los ojos de JinKi y la sonrisa boba de KiBum llamaron su atención. ¿Cuándo había sido eso y qué se encontraban celebrando para estar tan borrachos? Onew le debía un par de explicaciones…

 

— ¿Qué haces aquí?

 

      …o tal vez no. Dio un paso al frente y ocultó las fotografías tras su espalda. El líder enarcó una ceja al ver el cajón abierto; sonrió en su interior al ver al otro nervioso.

 

— Key me pidió que trajera tu cena. — aprovechó que JinKi se secaba el húmedo cabello con la toalla para devolver la “evidencia” a su lugar. — ¿Dónde estabas? Yo…

 

JinKi se señaló con el índice y JongHyun tuvo ganas de darse un golpe en la frente al ver las gotas de agua deslizarse desde los cabellos del mayor. ¡Era obvio que estaba en la ducha! Sonrió avergonzado, más no apartó la mirada, embelesado. Algo estaba mal ahí, con ellos, desde hacía mucho.

 

— No tengo hambre. — dejó la toalla en el respaldo de la silla, rozando su brazo con el del moreno. Sonrió de nuevo al ver el cajón mal cerrado. La curiosidad infantil del vocalista siempre le había causado gracia. — Y… sobre lo de antes… — tomó una gran bocanada de aire y luego sonrió. — Lo siento, JongHyun. No volverá a ocurrir.

 

      El más bajo le vio tumbarse en la cama y luchar un rato con las almohadas antes de asumir una postura que se le antojó una invitación abierta. Tomó asiento sobre el colchón, apoyando la palma de su mano sobre una de las piernas de JinKi. El mayor mordió su labio inferior, preguntándose el porqué del extraño comportamiento del vocalista. Contempló los ojos de cachorro por un tiempo infinito.

 

— Me ha sorprendido un poco, ¿sabes? — rió el menor, cubriéndose la boca con el dorso de la mano libre. — Supongo que al resto también.

 

— No ocurrirá de nuevo. — repuso serio, desviando la mirada.

 

      Lo cierto es que JinKi se hallaba poco orgullo de lo acontecido. Para él, aquello no pasaría de un simple juego entre amigos, sólo que nunca contó con que la cámara lo grabaría y mucho menos que habría un montón de respuestas por parte de los fans. ¿Cómo podía siquiera imaginar las consecuencias de tan simple acto? JongHyun no necesitó que JinKi le dijera lo que pensaba porque era capaz de leerlo en sus pequeños ojos marrones; esos que tan bonitos le parecían.

 

— Onew. — llamó el segundo mayor, sonriendo con travesura. — Oye, JinKi… — insistió al no ver respuesta. Sus orbes de cachorro brillaban intensamente. Unos segundos después obtuvo la atención del otro muchacho. — Toma. — quitó la mano que hasta entonces había mantenido sobre su pierna y le mostró el dedo corazón, recibiendo a cambio una enorme sonrisa.

 

— ¡Tú! — gritó JinKi entre risas, moviéndose rápidamente para alcanzar a darle un golpe en el pecho al más bajo. Fingirse molesto era otra forma de jugar con el vocalista. — ¡Ay…! — sólo que ese día andaba más torpe de lo normal.

 

      JongHyun se tensó en el momento que su espalda chocó con el piso y la nariz de JinKi rozó la suya. Estaban tan cerca que podían percibir el aliento del otro como propio. Para el corazón del mayor de los Kim, ver los ojos del castaño tan cerca fue una descarga eléctrica que le recorrió el cuerpo entero. Ninguno había reparado, hasta el momento, de la verdadera posición, de esa perfecta forma en que sus cuerpos se amoldaban en esa postura. JongHyun no era consciente de las manos de JinKi aferradas con fuerza a su camisa; Onew no percibía el firme abrazo que Jjong mantenía alrededor de su cintura. Se miraban… y nada más importaba.

 

— C-Creo que… — los labios rosados dibujaron una sonrisa y las palabras de JinKi murieron. — J-Jjong…

 

— Un poco más. — pidió en un susurro, alzando la mano para acariciarle los cabellos. Su expresión satisfecha terminó de avergonzar al mayor. — Sólo un poco más, JinKi.

 

      El mayor de los Lee asintió y cerró los ojos, recostando la cabeza en el fuerte pecho del vocalista principal. Algo en ello le hacía feliz, obligándolo a sonreír ampliamente. Un suspiro dejó los labios contrarios, uno dejó los propios. Ambos se sumieron en una extraña tranquilidad y se olvidaron de todo: de la cena, de las fotos, del resto de los miembros, de la vida misma…

 

— No te lo he dicho antes, JinKi, pero realmente me gusta estar contigo. — acarició la espalda menuda, contento. Onew se estremecía a su toque y eso disparaba su corazón. — En este momento, no deseo otra cosa que permanecer de este modo, contigo, el resto de mi vida.

 

— JongHyun… — alzó el rostro y buscó los ojos de cachorro, asombrado. — También yo…

 

      JongHyun acarició la mejilla del mayor con cuidado, con cariño, con amor; y el corazón de JinKi se aceleró otro tanto, y sus mejillas se encendieron y la risa tonta le ganó. La verdad es que todo eso parecía nuevo, extraño y fuera de lugar.

 

Sin embargo, pensaban disfrutarlo, porque, en ocasiones, todo es sólo un momento.

Notas finales:

Acá acaba porque, después de todo, sólo es un momento...


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