En una amplia cama, un rubio se estiraba levemente, no quería despertar aun, el ambiente estaba tan cómodo, cambiando de invierno a verano. Además su cama parecía jugarle una mala broma, pues parecía más suave de lo normal.
Venciendo un poco su flojera, estiro su brazo un poco, manteniendo sus ojos cerrados, esperando encontrar el cuerpo de la persona que amaba, pero lo único que hallo, fue un lado frio y vacío de la cama que ambos compartían.
Abrió sus azules ojos de golpe y se levantó acomodando su cabello, una vez despabilado, recorrió con la vista la habitación, ahí sobre el buró de su novio estaba la nota.
Es jueves, no quise despertarte.
Lo había olvidado los malditos o benditos jueves, dependiendo de quién los viera. Cuando decidió vivir con el uchiha las cosas se pusieron un tanto difíciles, no por ellos, si no por sus padres. Los Namikaze-Uzumaki lo había tomado mal al principio, siendo el único hijo esperaban descendencia para preservar el apellido, pero al tener preferencia por los hombres y vivir con uno esto era imposible. Con el paso del tiempo y después de que su madre lo mandara al hospital, las cosas habían mejorado, al grado de invitar a comer a sasuke de vez en cuando.
Pero en la familia uchiha, las cosas estaban mal, el patriarca de la rama principal uchiha, no le dirigía la palabra al azabache menor. Le calificaba como una vergüenza y otras tantas tonterías.
Por esta razón el rubio odiaba los jueves, era el día en que ambos visitaban a sus padres, el azabache volvía mas que deprimido a casa, en contraste con el ojiazul, que volvía jovial después de estar un momento con sus progenitores.
Miro el reloj, eran las 9:00 de la mañana, se levantó y como era de esperarse un dolor punzante surgió en su espalda baja. No importa cuántas veces lo hiciera con su novio, su cuerpo nunca se acostumbraría. Y encima debía limpiar su cuerpo, ya que su adorable novio le había dejado un regalo dentro.
Después de ducharse, desayuno los alimentos que le había preparado el pelinegro, seguramente le llamo varias veces dobe mientras lo hacía. Le entristecía saber que todas las tareas domésticas que hizo el uchiha, no eran más que mero pretexto para posponer su partida.
Recordó que él debía hacer lo mismo así que con toda su determinación inicio su camino hacia casa de sus padres, hoy le preguntaría a su madre sobre los dichos pergaminos que encontró la abuela tsunade
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Sasuke, cariño- fueron las palabras de su dulce madre, al verlo frente al portón de la amplia casa.
Su madre corrió a sus brazos para estrecharlo, él se inclinó para tomarla, era más alto que su madre, pero eso totalmente normal.
Te he extrañado tanto- le dijo la mujer aun reteniéndolo entre sus brazos.
Madre, vine a verte la semana pasada- le comento serio.
Pero hace tres meses te veía todos los días- le contesto al borde del llanto.
Madre- dijo aún más serio- ¿Cómo está?....- al parecer muy en el fondo él quería evitar esta pregunta.
Si te refieres a itachi, está muy feliz yugao san ha entrado en su 4to mes de embarazo, así que deben estar de lo más contento.- comento la mujer sonriente.
No me refería a mi hermano, mamá,- suspira preocupado- ¿Cómo está mi padre?
No habla mucho desde que te fuiste, a veces se sienta en el muelle donde solías ir cuando niño- le acaricia el rostro- dale tiempo mi amor, el superara esta decepción.
¿Decepción?, lamento que mi felicidad les decepcione- argumento molesto.
No me malentiendas hijo, él de verdad quería conocer a sus nietos, supongo que se conformara con los de itachi- le sonríe mientras conduce al ojinegro al interior de la mansión uchiha.
Dile a naruto kun que estoy muy molesta con él, antes venia siempre y desde que … bueno, ustedes viven juntos, él no se ha presentado ninguna vez.- comento haciendo un puchero la pelinegra.
Tenía razón, pero no era porque el rubio no quisiera ir, era porque el azabache le había pedido que no lo hiciera, no quería que ninguno de los dos hombres que más amaba se sintiera incómodo. Su padre ante el rubio, y el rubio ante alguna grosería de su padre.
Le diré tu recado, madre- le dijo amable el azabache.
En ese preciso instante entro el patriarca, la mayor de las uchihas, inicio a servir la comida, y todos comieron en silencio, un incómodo y denso silencio.
A medio día el uchiha estaba de vuelta en su apartamento, el cual encontró vacío, seguramente su rubio se la estaba pasando muy bien con su familia.
Familia, ¿Qué es una familia?, el creyó tener una, pero si una familia son personas que siempre te apoyarán sin importar la situación, entonces él no tenía una. Lo único que deseaba más que nada en el mundo era que el rubio llegara y le abrazará fuertemente.
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Es muy gracioso- comentaba entre risas la peliroja.
Si- comento el rubio sonriente- muy gracioso.
La mujer se levanta y recoge los platos de su marido y su hijo- ¿Cómo esta sasuke kun?- le cuestiono a su hijo.
Bien mamá, es el mejor del equipo ambu- sentencio el rubio.
No estoy de acuerdo en eso- hablo por fin el padre- mi hijo es el mejor- se levanta y va hacia la puerta- bueno familia, debo irme, los ancianos del consejo tienen una noticia que darme.
Una vez solos y con un te cada uno, el rubio tomo valor e inicio con la tan difícil e importante charla.
Mamá ¿Qué se siente tener un hijo?- la mujer se le quedo viendo fijamente con una cara que rayaba en la confusión y la desorientación.
Bueno hijo…. Depende…..- lo medita un poco- ¿física o emocionalmente?
Ambas- contesto el rubio de nueva cuenta.
Bueno físicamente, es muy doloroso, pensé que iba a morir, y emocionalmente, creo que fue un mar de sentimientos encontrados, soy muy feliz, pero a la vez debo ser fuerte, ya no puedo depender de nadie, porque ahora alguien depende de mí- finalizo la mujer.
Sobre eso madre- el rubio aclaro su garganta- hace dos semanas tsunade sama me cito.
La mujer se puso un tanto nerviosa y se levantó para iniciar a lavar los platos de la merienda- ah, y ¿Qué quería?.
Es… bueno- el rubio no sabía cómo empezar a hablar- me dijo que en una excavación de las ruinas uzumaki encontró unos pergaminos.
La mujer aún más nerviosa comienza a lavar más rápidamente un plato- ¿pe.. pergaminos?.
Si madre- le empieza a ver con desconfianza- pero me da la impresión de que tú ya sabes de que estoy hablando- le analiza con la mirada.
Lo siento Naru, yo ya lo sabía, pero tsuande también me lo advirtió- dijo la madre al borde del llanto.
Entonces es cierto- dijo el rubio, un mar de pensamientos inundo su mente, pero ¿si algo estaba mal y el sello no funcionaba en él?-Madre, ¿Qué tal real eso?- cuestiono reflejando su seriedad en sus azules ojos.
Totalmente, yo y tu padre realizamos el sello con mucho cuidado- se acerca a él, emitiendo un chackra azul en su mano. Con cuidado toca el vientre del rubio, haciendo que el sello que mantenía cautivo a Kurama apareciera- sí, está activo- sentencio la mujer.
El rubio se deja caer- ¿Por qué no me lo dijiste madre?
Por qué no quería confundirte hijo, quería que fueras un niño normal, que te casaras con una bella chica- la mujer le acaricia la mejilla- pero si te creaba ideas raras desde niño, tu crecerías confundido – suspira- supongo que debí decírtelo cuando te fuiste a vivir con sasuke, discúlpame hijo.
Eso ya no importa- se levanta el rubio.
¿A donde iras hijo?- pregunto intrigada la mujer.
Dedo hablarlo con sasuke- y salió rumbo a su hogar.
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Al entrar dejo sus llaves de la mesita del recibidor, los zapatos de su novio ya estaban en la entrada, seguro se sorprendería de verlo, ya que el siempre llegaba un poco tarde de la casa de sus padres.
Estoy en casa- anuncio apenas audible, por temor levantar a su novio, si se llegara a encontrar dormido.
Atravesó la estancia, el comedor, hasta llegar a ese largo pasillo decorado con fotos de ambos y sus respectivas familias.
Al llegar a la habitación empujo levemente la puerta, lo más silencioso posible, esperaba encontrar a su novio recostado, pero lo encontró en la cama, sentado dando la espada a la puerta.
El azabache al sentir la intromisión rápidamente escondió lo que tenía en sus manos y se limpió el rostro.
Sasuke- corrió el rubio a su lado- ¿Qué tienes?
El azabache no le vio, al contrario volvió el rostro hacia otro lado, el rubio atrajo su rostro para que le viera, justo ahí se dio cuenta que sus ojos estaban enrojecidos, seguramente por derramar un par de lágrimas anteriormente.
Esa situación no nueva para el rubio, azabache siempre mostraba esa reacción al volver de su hogar, solo que esta vez un tanto más agravada.
Ya sasuke, todo estará bien- le susurro mientras lo tomaba en sus brazos- tu padre aceptará lo nuestro, ya lo verás.
No naruto- se levanta- nunca lo aceptara, esta aferrado a que quiere nietos- se da la media vuelta- el no entiende que te amo aunque no sea natural, que te amo más allá de todo.
Sasuke- dejo escapar el rubio con una cara sonrojada y ojos vidriosos.
Es enserio, naruto, por eso si no nos acepta, aunque me duela, no volveré a ver a mi padre- se sienta de nuevo junto a él.
No es necesario- dijo el rubio sonriente.
Claro que es necesario- comento el azabache molesto- porque tu naruto… - parecía que el azabache estaba iniciando un largo discurso.
Sasuke- le llama elevando la voz- tengo algo que decirte- el ojinegro guarda silencio y le ve seriamente.
Me entere que por ser un jinshuriki- hizo una pausa.
¿Qué naruto?, ¿Qué sucede?- pregunto preocupado el pelinegro.
Bueno yo, a pesar de ser hombre, puede que yo logre dar a luz- el tiempo se detuvo para ambos, ninguno de los dos parpadeaba, ni realizaba movimiento alguno.
Cada uno cavilaba en su propio universo, analizando las reacciones del contrario. Lo único que el rubio sintió fue un fuerte empujón contra la cama, enseguida un lazo de chackra sujetando sus muñecas sobre su cabeza.
¿Qué te sucede bastardo?- le pregunto molesto.
¿Por qué dices bromas tan patéticas?- le grito el azabache molesto.
No fue una broma desgraciado, es verdad- le contrarresto el rubio.
El azabache sonrió- entonces, ¿Qué te parece si fabricamos el primer uchiha de nuestra línea?
Pervertido, desátame- gruño el rubio.
Enserio crees que te desatare después de la noticia que acabas de darme- sonríe de lado, mostrando su perfecta dentadura.
A pesar tener ambas manos atadas, el rubio se revolvía, intentando escapar de las caricias provocativas del azabache.
Después de una candente media hora, el rubio aún era penetrado por su salvaje amante, aunque él quisiera negarlo estaba experimentando un placer indescriptible.
Ahh sasuke, no más- jadeaba el rubio.
El azabache no pudo contestar ya que se vino dentro del rubio, emitiendo únicamente un leve jadeo.
El rubio suspiro, al fin había acabado su tortura- muy bien desátame- le solicito a su bruno amante.
Estás loco, quiero asegurarme de que quedes preñado hoy mismo- anuncio arrogante el uchiha.
Maldito- gruño molesto el rubio, pero después hizo un puchero- no quiero estar atado.
El azabache sonrió y soltó al rubio, mismo que en cuanto se liberó le propino un tremendo golpe en el rostro- eso es por atarme, sabes que lo odio, ahora si ¿en que nos quedamos?.
Aunque le dolía la mejilla, el azabache ataco de nuevo al rubio, dando inicio a una larga noche.