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Solo amigos por Julie_chawn

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Notas del fanfic:

Disclaimer: One piece y todos sus personajes pertenecen a Eiichiro Oda-sama

Este fic solo tiene la finalidad de entretener. De fans para fans.

Notas del capitulo:

Aquí os traígo otro pequeño one-shot que escribí hace algún tiempo. Espero que lo disfruteis y os guste :3

Sanji suspiró por enésima vez aquel día.

¿Cómo había llegado a aquella situación? ¿Dónde había quedado toda la pasión y el amor que se habían demostrado el primer día?

Se había acabado, le dolía aceptarlo pero se había acabado. Seguía amándolo y se negaba tener que abandonarlo, pero era lo mejor para ambos.

Volvió a suspirar e intentó que las lágrimas no salieran de nuevo. Ya había llorado demasiado y tenía el presentimiento de que volvería a llorar nuevamente dentro de poco.

Hacía casi un año desde que el cocinero de los Mugiwaras había comenzado una relación más allá de la amistad y la rivalidad con el espadachín. Todos se habían alegrado, los veían felices y acaramelados a cada momento. No por ello Sanji dejo de ser un caballero y un galante con sus damas, muy a pesar de Zoro que no hacía nada más que ponerse celoso ganándose las burlas de su amado.

Realmente, todo era maravilloso, Sanji estaba extasiado de felicidad. Jamás pensó que encontraría el amor de su vida en un hombre, pero sí así lo quería el destino no se negaría. Al rubio le encantaba como le hacía sentir el espadachín. Cada vez que se unían en uno el cocinero podía ver como su amado le expresaba con acciones lo mucho que lo amaba.

Hasta que eso cambió. No fue algo radical, lentamente todo se fue desmoronando. Ya no se buscaban, no se mostraban afecto alguno, ni con sus nakamas delante ni sin ellos. Algunas veces sus instintos más bajos hacían que se reunieran de nuevo. Pero no había amor, solo era un simple roce entre dos cuerpos, una manera de desahogar la tensión de tanto en alta mar.

El rubio no pudo contener las lágrimas ante el recuerdo de su primera vez. Era demasiado doloroso pensar que en realidad todo había sido un triste engaño por su parte.

* Sanji flashback*

Noto el peso del peliverde sobre él. Ambos estaban desnudos, sudorosos,  grababan en su recuerdo cada detalle de su amado. Las caricias no tardaron en reanudarse.

- Te voy a preparar –anunció Zoro susurrándole al oído.

Sanji suspiró y asintió. Ya lo habían hablado y al final tras mucha discusión decidió que esta vez sería él el que se entregaría a Zoro. Quería demostrarle que era suyo de todas las maneras posibles.

El primer dedo entró con dificultad, causando una incomodidad al rubio. El espadachín besó los labios de Sanji de nuevo, se habían convertido en una droga para él. El beso se tornó más apasionado haciendo olvidar al cocinero su incomodidad. El segundo digito no tardo en unirse y pronto otro más los acompaño.

El rubio no podía hacer otra cosa que no fuera gemir. El dolor y la molestia habían desaparecido dejando a su paso una oleada de placer. Zoro sacó los dedos ganándose un gruñido del otro. El peliverde rió y se posicionó entre las piernas de Sanji.

- Voy a entrar

- ¡Oh vamos, hazlo ya, marimo!

Una sonrisa traviesa se dibujo en los labios del espadachín, que con cuidado introdujo su miembro en la estrecha entrada de su amado. El rubio ahogó un grito. Dolía bastante, pero se negaba a quejarse porque sabía que entonces Zoro se detendría.

Cuando estuvo dentro del todo el peliverde detuvo todo movimiento y espero a que Sanji se acostumbrara para continuar mientras lamia y mordía su cuello.

- Muevete… ah… –pidió entre gemidos el cocinero.

Sin hacerse de rogar Zoro comenzó a embestir. Primero despacio, lentamente, intentando dañar lo menos posible al rubio. Después, tras la petición de Sanji, las estocadas se volvieron más fuertes y salvajes, haciendo gemir a ambos.

Llegaron al climax a la vez, uno manchando con su semilla los vientres de ambos y el otro llegando el interior de su amado con su esencia.

Los dos amantes continuaron uniéndose una y otra vez durante toda la noche. El amanecer fue testigo de su acto de unión, incluso sus nakamas supusieron lo que había pasado al verlos llegar en ese estado, bueno Luffy y Chopper demasiado inocentes no entendieron nada de lo que pasó.

*Fin Sanji flashback*

Las lágrimas no dejaban de salir. Se sentía débil y estúpido. Se obligó a dejar de llorar y continuó cocinando para sus nakamas. Ellos no tenían nada que ver en aquello y merecían una comida tan deliciosa como siempre.

 

Zoro se encontraba en la cubierta del barco, recostado en el mástil mirando el cielo. Había intentado echarse una siesta sin mucho éxito, y esta vez Luffy no había tenido la culpa. No podía dormir por el simple hecho de que cierto rubio no salía de su cabeza.

No sabía mucho del tema, ya que era la primera vez que se enamoraba, pero sabía que algo iba mal. Que todo había cambiado, aunque doliera.

Tenía que hablar con él. Dejar las cosas claras. Lo había pensado mucho y esa era la mejor solución que se le había ocurrido, debía dejar al cocinero libre. Tal vez él no volvería a encontrar el amor pero estaba seguro de que Sanji sí, y merecía tener la oportunidad de encontrarlo.

“Si amas a alguien déjalo marchar” recordó con tristeza.

 

La comida transcurrió, como desde había un par de semanas, en un incómodo silencio. Ni siquiera Luffy hacía ruido al comer. Todos se encontraban pendientes de dos de los miembros de su tripulación. Cada movimiento que hacían era observado por ellos, deseando interior mente que todo volviera a la normalidad.

Fue en aquel momento en el que Sanji se dio cuenta de que aquello que solo debía afectar al marimo y a él también afectaba a sus nakamas. Aquello si que no iba a tolerarlo. Hablaría con Zoro cuanto antes para dejar el asunto zanjado de una vez por todas.

 

Lentamente la cocina quedo vacía. Ya solo quedaban el cocinero fregando los platos y el espadachín que no se había movido de su sitió.

- Sanji, tenemos que hablar –consiguió decir el peliverde tras reunir el valor suficiente.

El nombrado se quedo estático unos segundos, primero porque Zoro había dicho la temida frase en una relación “tenemos que hablar”, nada bueno podía salir de ahí. Y segundo, lo había llamado por su nombre.

El rubio se giro y fue asentarse enfrente del espadachín mientras se encendía un cigarrillo. Debía aprovechar esta oportunidad para terminar con todo.

- Habla –lo animó a continuar el cocinero expulsando el humo lentamente de entre sus labios.

- Algo ha cambiado… No veo futuro a esto… –habló inseguro Zoro.- No me malinterpretes, te sigo amando y siempre te amaré… pero veo que esto no lleva a ninguna parte…

Silencio. Un silencio que lo estaba volviendo loco fue lo único que obtuvo por respuesta. Entonces para su sorpresa Sanji sonrió, era la sonrisa más triste que había visto nunca por parte del rubio y eso le dolió.

- ¿Tú también te has dado cuenta, eh? –Sanji mantuvo su sonrisa triste y le dio una calada a su cigarro expulsando con tranquilidad todo el humo.- Yo también te amo, jamás voy a poder amar a nadie como te he amado a ti… pero tal vez no estemos hechos para estar juntos… tal vez solo debemos ser amigos… rivales… nakamas…

El peliverde asintió, con su mirada cargada de dolor. Estaba siendo más doloroso de lo que pensaba. El rubio también sufría con todo aquello, cada palabra tanto suya como de Zoro se le clavaba en el corazón.

- Supongo que se… ha acabado… –susurró el espadachín lo suficientemente alto como para que el rubio lo escuchara.

Como respuesta Sanji asintió.

- Fue bonito mientras duró… gracias por todo Zoro –el cocinero le mostró una cálida sonrisa que le decía lo mucho que lo amaba.

Lentamente el peliverde se acerco al hombre que todavía amaba y siempre amaría y lo besó. Fue un beso pasional y dulce a la vez. La última manera de demostrarse todo su amor.

 

Las dos chicas fueron testigos de cómo el guerrero salía de la cocina rápidamente y se encerraba en la sala de entrenamientos. Ambas se miraron temiéndose que sus sospechas se hubieran cumplido.

Se acercaron a la puerta de la cocina decididas a entrar para hablar con el cocinero, pero unos llantos las detuvieron. Se quedaron quietas, delante de la puerta escuchando con impotencia como su cocinero lloraba y sollozaba sin parar.

Nami dirigió su mano al pomo de la puerta, pero fue detenida por la morena que negó con la cabeza dándole a entender que era mejor dejarlo solo.

Un golpe sordo hizo que se sobresaltarán. Venía de la sala de entrenamientos. Rápidamente fueron a ver que había pasado, pero nuevamente un llanto las detuvo. Esta vez era el espadachín el que lloraba.

Que Zoro llorara era algo que nunca habían presenciado, aquel hombre parecía de piedra y escuchar sus llantos solo hacía que se sintieran peor.

Poco a poco ambas volvieron a sus tareas olvidando lo que habían escuchado y cuando llego la hora de la cena todo había vuelto a una falsa normalidad. La mayoría no entendía que había pasado pero ver que todo era como antes los alegraba.

Pero tras la máscara de dos de sus nakamas solo había una infinita tristeza.

“Así es mejor” pensaron ambos con dolor. 

Notas finales:

Espero que os haya gustado, se que no tiene un final feliz, pero no todas las historias tienen porque tenerlo. Acepto opiniones y criticas :3

¿Reviews? 

Besos~


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