-"Como pude pensar en un momento en Bakura como mi pareja" -pensó Ryou asustado
..........................................Capitulo 17
Con respiración agitada Ryou se cambio rápidamente. No quería salir, hasta que recordó que su hermana estaría afuera. Ya vestido, se dirigió a su puerta y girando la perilla, recordó, que su hermana debería haber escuchado que Bakura entro en la casa. Lentamente abrió la puerta, y lo único que pudo ver fue a Amane con disgusto en el rostro. Le devolvió una mirada de intriga.
-Solo míralo. -dijo a la pequeña señalando a Bakura-. Debes ayudarlo.
-Nada, solo es un pervertido, no sé el porqué lo dejaste entrar. -contesto Ryou algo fastidiado-. Hablando de eso ¿viste si hay comida?
-En realidad, me parece que deberíamos salir a comer junto con BAKURA. -exclama la pequeña-. Hermano.... por favor, hazlo solo porque estoy acá.
Algo conmovido, asintió. Amane bajo por las escaleras. Su hermano se dirigió a Bakura y le cogió el hombro. El mayor solo se incorporo a la realidad sacudiendo levemente su cuerpo, volteo, y lo miro con ojos profundos y perdidos.
-Ah...Ryou... lo siento. -susurraba Bakura con los ojos algo hinchados.
-"Creo que debo hacerle caso..." -pensaba el menor tendiéndole una mano-. Vamos, tenemos que almorzar.
-Me prestas tu baño un momento. -pidió el mayor bostezando.
-Como gustes, aunque creo que ya lo conoces. -contesto Ryou arqueando la ceja.
Bakura sonrió levemente. Si, en verdad pensaba seriamente en invitar a Ryou, aunque dudaba que fuera el mejor día. Entro al baño y se mojo el rostro.
-"¿Donde rayos dormiré? Mejor llamo a...." -pensaba recordando a sus amigos-.Podría ser Marik, Seto, tal vez Yami. Pero solo el torpe de Marik me dejaría en paz....si mejor llamo Seto, si su casa genial y no tendrá tiempo de preguntar un por qué.- susurraba para sí mismo.
-"¡Tengo complejo de chismoso!" -pensaba Ryou agudizando mas su oído, para seguir escuchando.
-¡Tonto día, tonto "padre", tonto sentimiento de insignificancia! -dijo lavándose el rostro.- Necesito distraerme, mejor voy donde Seto.
El menor, que estaba en su cama esperando. Le toco la puerta, dejando atónito al otro.
-Bakura nos vas a acompañar a almorzar, ¿verdad? Amane se molestara sino. -decía Ryou tratando de controlar su emoción de desconcierto.
-Ah... bueno, no suena mal. -contesto pícaro y dejándose llevar por el momento.- Solo piénsalo, estoy en tu habitación. No están tus padres, que gimieras fuerte va a traumatizar a tu pequeña hermana.
-¿Eres o te haces? -dijo Ryou golpeándose la frente- ¿Sabes que mi hermana nos puede escuchar? Porque tiene el mismo poder que yo verdad.
-No estaba informado. -contesto saliendo mientras se quitaba el polo-. Si salimos, debo hacerlo con otro polo. Préstame ropa.
-¡Osea! Me sigues, me gritas para que salga contigo, luego entras a mi casa y, además, ¿me vienes a pedir ropa? -decía Ryou indignado.
-Exacto. Me gusta que comprendas las cosas rápido. -respondió Bakura cogiéndolo de la cintura-. Ahora dime ¿Quieres salir a almorzar conmigo?
Todo era tan extraño, tan irreal. El tiempo parecía eternidad. Sin recibir respuesta cogió su oído y susurro: Silencio. Ahora no pudo responder. Sonrojado al máximo, Ryou se alejo y asintió, lo que dio consentimiento a Bakura para coger un polo.
Exploro su cuarto, sus cajones, quería buscar algo que ocultara, para poder hacer su día más satisfactorio. Se dio cuenta de que no estaba siendo nada discreto, así que cogió un polo azul marino y se lo puso.
-Este estará bien. -contesto mientras su estómago rugía.- ¿Donde vamos a comer?
Ryou no aguanto su risa, y llamo a su hermana. La cual vino como un rayo.
-Mira hermanita, tienes la posibilidad de escoger a dónde iremos a comer. -dijo puesto de cuclillas mirándola directamente a sus grandes ojos.
Miro al techo mientras pensaba que deseaba comer.
-¡Pasta! ¡Pasta y más pasta! -exclamo la chica dando vueltas-. La pasta es deliciosa.
-Al parecer sigues amándola. -susurro Ryou dando una sonrisa fraternal.- ¿Vamos?
-Sí. -contesto muy emocionada Amane cogiendo a Bakura de la muñeca-. Ven, será divertido, además, no volveré a verlos después de tiempo.
-Ah ¿Cómo así? -pregunto bastante intrigado el albino mayor.
Ryou miro con reproche a la chica, sin sabes que había abierto el broche de la curiosidad.
-Veras...-decía desganado-. Nuestros padres se separaron, ya hace muchos años. Mi madre vive con Amane, han venido de Europa por trabajo de ella. Se quedaran dos días más en la ciudad y bueno, es el único día que tengo con ella. Por eso este es un día especial.
Trago saliva, ahora había descubierto una realidad. La vida de él no era color rosa. Un incómodo momento se sentía en la habitación, de la cual salieron en un lento caminar. Ya en la puerta, Ryou buscaba sus llaves, rodo los ojos sin encontrarlas.
-Un momento, ya vuelvo. -dijo este para subir a su cuarto. Ya en este, pensó-. "Ryou, no te engañes, estás loco por ese egocéntrico e impulsivo chico, no hay nada de malo....necesito ayudarlo, pero ¿cómo?"
Un destello vino de su pantalón, el reflejo de las llaves. Se acerco a ellas y las agarro.
-Bien, este debe ser un mejor día. -murmuro Ryou sonriendo y yendo nuevamente a la puerta.- Todo listo.
Salieron, caminaron un par de cuadras hasta llegar a un restaurante en el cual Amane gritaba.
-Es el restaurante elegido. –dijo la niña imponiendo sus manos sobre el haciendo reír a los dos albinos.
-“Desde cuando su sonrisa es tan bonita”- pensaban los albinos entrando al restaurante.
Mientras tanto, en la casa de Malik, las cosas se ponían más calientes. Marik exploraba el pecho del menor dejando rastros de saliva. Cuando llego a su pezón le dio una pequeña mordida para sacarle un gemido al otro.
-Dímelo.- exigió Marik mirándolo nuevamente a los ojos.
-¿Qué cosa? –exclamo Malik mostrando su enorme sonrojo.
-No debe ser tan difícil. –decía burlesco
-¡Ah! No fue suficiente. –dijo el menor exaltado.
-Palabras son palabras. –respondió el mayor riendo
-No, para ti no basta un “quiero ser tuyo”, necesitas que lo diga lentamente “Quiero hacer el amor contigo” ni siquiera es, debo decir “Ten sexo conmigo, ¿mejor?”. –Grito Marik colocando su rostro en el pecho del mayor-. Siempre eres tan malo.
El mayor correspondió la cercanía con un abrazo y manos juguetonas. Se escabulleron a través del pantalón.
-Solo quiero que estés seguro de lo que haces. –murmuro sonriéndole pícaramente-. Pero suficiente con lo dijiste, pasemos a lo bueno.- termino diciendo para coger su miembro semi-erecto.
-Ammgh que delicado. –decía en un tono quejumbroso al sentir un lento y torturante ritmo.
-Que bello eres cuando gimes. -dijo en tono poético aumentando el ritmo
-Eres...mmmm...un imbécil....mi dulce imbécil.-dijo jadeante y pidió más
El mayor, con todo respeto le hizo caso. Aumento la velocidad de la masturbación hasta que este se corriera. Jugaba con su boca para distraerlo, mientras introducía un dedo.
-¡Auhg! -grito Malik al sentir un intruso.
-Tranquilo, al inicio dolerá. -murmuro Marik para seguir estimulando la pequeña entrada del menor. Cuando pensó que ya había pasado el tiempo suficiente, introdujo dos dedos más.
El menor solo mordió el hombro del otro, para no hacer mayor ruido. Empezó a sentir una oleada de placer, aun no estaba del todo acostumbrado, pero ahora soltaba leves gemidos.
-Ves que se empieza a sentir mejor, pues aquí viene el plato mayor. -dijo introduciendo su vigoroso y erecto miembro en la entrada, haciendo que este le mordiera con más fuerza el hombro.
Empezó a embestir cada vez más fuerte, perdiendo un poco los estribos. Mientras el menor, comenzaba a sentir más placer que dolor. Los dos gemían mutuamente, cada vez con embestidas más fuertes y profundas.
Para la suerte del mundo (n/a: AMO EL SARCASMO), el timbre sonó. No iban a parar, no en su primera vez. Marik desesperadamente chasqueo los dedos. Malik sentía que el mundo se le venía encima, intentando salir, el mayor lo tiro al suelo y lo miro seriamente.
-Tú sabes que tenemos tiempo.-dijo de manera pervertida-.Te contare que eres deliciosamente estrecho.
Malik solo se sonrojo y le hizo caso, mientras movía sus caderas. Cada vez con más frenesí, con más pasión y locura. El clímax llegaba con sonoros gemidos.
-Mariiiik, me corro amgmmm...- gemía entra fuertes jadeos.
Este no respondió, más bien, dio la última estocada antes de correrse en el interior, provocando lo mismo en el otro. Salió con cuidado, lo cargo y lo dejo en su habitación, y lo tapo con su sabana. Empezó a chasquear los dedos, para que el tiempo siga con su transcurso, mientras entraba al baño de su amado.
-Deberías bañarte también. –comentaba Marik mientras se aseaba.
-Shhhhhh….. Algunos intentamos dormir. –dijo Malik tapándose la cara con su almohada, todo parecía ir de lo mejor hasta que alguien toco su puerta.
-Malik, ¿qué tal? ¿Te sientes bien? ¿Puedo pasar? –decía una voz femenina inconfundible, la voz de Ishizu.
-“Estoy muerto”-pensó Malik casi pidiendo auxilio
-“Ahora a hablar con la cuñadita”. –pensó Marik algo pícaro-“No puede ser tan malo”
En el parque, Yami y Yugi se dirigían a la casa del mayor, pasaron junto al cine observando una limosina llegar, pensaron en Kaiba y comenzaron a caminar más lento.
-¿Podrían ser Seto y Joey? –pregunto Yugi con ojos brillantes.
-Sí, podrían ser ellos, esperamos a que bajen. –rio sutilmente Yami
Los tricolores charlaban mientras una brillante cabellera amarilla se hacía presente.
-¡Mokuba, te juro que tu hermano me las va a pagar! –se quejaba Joey mientras caminaba al cine.
-Joey…. –suspiraba el chico riendo un poco por la actitud aniñada del chico.-Pero el trabajo es primero.
-¿Y dónde quedo yo? –pregunto, para luego sonreír al ver a sus amigos.- Que linda pareja me encuentro por aquí,
-Hola Joey. -dijeron al unisonó los tricolores con una dulce sonrisa.
-Van a ir al cine ¡Acompáñenos! –sugirió el de ojos color miel jalando a Yugi.- No hay tiempo que perder, “hay cosas que me tiene que contar, como ¿A dónde iban?”
Los amigos caminaron para comprar sus entradas y compraron dos pares.
-¿Qué vamos a ver? –pregunto Mokuba algo distraído
-Una película de miedo. –dijo con una sonrisa maliciosa Joey y dando un profundo respiro en la sala.- "Huele a perfume..."