-! Tú ¡Tú también tienes un poder.-grito Yami recuperando el color de su piel.
......................................................................................Capitulo 4
-Al fin despertaste.-dijo con tono animado Bakura.
-¿Despertar?-pregunto muy intrigado- Ese no es el punto, entiéndelo el también es uno de nosotros-.dijo señalando a Ryou que estaba sentado junto a Yugi en un sofá.
Un leve sonrojo se apodero de mis mejillas, no me gustaba que la gente supiera secretos míos, tuve tanta duda que pensaron que no reaccionaria.
-Deja de soñar y respóndanme.-le exigía el tricolor mayor cogiéndolo de los abrazos y acercándolos a escasos centímetros de él, cosa que miraba divertidamente el albino.
-Ya deja de bromear Yami, este que va a tener una habilidad.-dijo mientras lo pensaba mejor.
-Es verdad, no sé que tiene pero es uno de nosotros.-dijo con una mueca de disgusto.
-Esto... ¿alguien me quiere explicar todo esto? -decía entre susurro el pequeño amatista intentando comprender la situación.
-Es verdad Yugi no entiende nada.-dijo Ryou dejando al descubierto su poder.
Los cuatros entraron en un silencio y a una disputa de miradas, Yami miraba a los tres de una manera intrigada, Bakura los observaba con un gesto parecido a burla, Ryou se encontraba en las nubes y Yugi, el tricolor no entendía absolutamente nada, para buena suerte de todos, este incomodo momento fue interrumpido por el timbre. Alguien tocaba la puerta de una manera tan desesperada esperando una respuesta inmediata.
-¿Quien es el impaciente que está afuera? -gritaba el tricolor con un goterón en la sien.
A lo lejos se podía divisar las palabras. -Yami solo ábreme, me estoy hartando.
-¡No te entiendo!-le respondía en tono elevado.
-¿Acaso eres sordo Yami? -le dijo con ojos irritados el joven albino- Seto está en la puerta
-Creo que ya tenemos la respuesta, la princesita tiene agudo oído.-dijo Bakura cogiéndose la barbilla (n/a: como todo un sabio xd)
-Al fin alguien me entiende.-le respondía observando al de ojos carmesí entrar con un castaño con una alta sonrisa porque iban a jugar PlayStation.
-Es la hora semanal, en donde escapo de la compañía y juego videojuegos contigo, nadie me quitara ese privilegio. -decía Seto mientras encendía la consola.- No me importa que tengas a 3 personas más, jugaremos ahora.-se respondía solo ignorando al resto.
Así los dos amigos cogieron su mando y empezaron a jugar "Pes 2013", entraron y sus ojos brillaban como gemas zafiro y rubí, estaban más emocionados que niño recibiendo un dulce.
-¿Y a estos que les pasa? -les comentaba intriga el albino mayor sentándose en un sofá observando a los dos chicos que tenía a su merced.-"Si tan solo les tocara su oreja..."-.Pensaba para quedar dormido.
-Oye Yugi en verdad te vas a quedar aquí, al menos debería avisar a mi padre (un sobre protector).-le dijo tranquilamente al de ojos amatistas que seguía observando abobado a Yami
-Pero déjame verlo más tiempo, es muy lindo... mira sus ojos, pueden mostrar tanta vitalidad aunque solo este jugando un juego.-respondio inconscientemente
-...No crees que te estás enamorando demasiado rápido-le dijo algo serio a su amigo.
-Que tiene de malo, acaso tú dices hoy día me gusta 0,1, mañana 0,2 y así sucesivamente-.le dijo justificando-Verdad que no, es un sentimiento que al inicio no aceptaras y luego te darás cuenta de que ya caíste en sus redes.
-Si lo dices así será, pero cuando hablas así, eres muy profundo.-le dijo para mandar un mensaje de texto y luego cerraba sus ojos un poco, el cansancio estaba llegando a él, los minutos seguían pasando hasta que iba a conciliar el sueño en eso.
-Gooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooool.-grito Seto como si hubiera ganado el mundial
-Eso es falta. -seguían discutiendo.
-¡Que no!-dijo el castaño observando a dos personas con miradas asesinas.
No eran nada mas, ni nada menos que los albinos. Bakura y Ryou tenían una expresión idéntica, ojeras, mueca de disgusto con una pequeña sonrisa de crueldad, un mechón tapando uno de sus ojos y el otro con un tic.
-Creo que esto no irá bien.-dijo el de ojos zafiros
-Aunque sea mi casa me dan terror.-le contesto cerrando la consola y el televisor.
-Míralos parecen gemelos asesinos.-dijo mientras se dirigían a la puerta
Yugi aun algo somnoliento y desorientado se paro y les pregunto
-No es muy tarde, déjenme dormir.-dijo recostándose nuevamente en el sillón.
En realidad no era muy tarde, pero la ubicación de la casa de Yami no era en un lugar de rosas y princesas, así que se dirigieron a la habitación.
-Solo hay una cama.-dijo Yami viendo a sus amigos cansados.
-Ustedes pelearan por la cama pero yo dormiré en el sillón, y Yugi en el otro.-contestaba indiferente Ryou ayudando a su amigo a estar parado.
-Mi sirviente tiene miedo de pasar una noche conmigo.-dijo burlándose.
-Pensé que tenias buen sentido del humor.-contestaba Seto
-Si vas con tu dueño, yo me quedo con tu amiguito. -decía el tricolor acabando con la paciencia del menor.
-Mejor ustedes duerman bien apretados en la cama de este camaleón.-dijo el de ojos chocolate.
Dos personas aguantaban la risa, hasta más no poder, luego de la discusión terminaron haciéndole caso al menor.
Era de madrugada, y estaba en la etapa de tener sueño, estar a punto de dormir y que alguien te interrumpa.
-Oye…sigues despierto.-dijo una voz familiar.
-No estoy tan dormido que te respondo. –manifestó con gran frustración volteando su cabeza para intentar seguir durmiendo.
-Vamos, ya entendí que no te es fácil dormir, pero… -decía cabizbajo
-Y porque no puedes dormir. -decía intrigado.
-No lo sé quieres hacer algo, hay video juegos, películas y un karaoke.-le dijo Bakura con un leve tono provocador.
-Porque no me dices que tus amigos roncan mucho. –dijo observándolo a los ojos.
-Bueno, que dirían ellos si te digo esto.-dijo rascándose la cabeza-. En fin quieres hacer algo.
-Ok.-dijo siendo interrumpido por un sonido en su estomago.
-Creo que tienes hambre.-dijo observando el tierno rubor que se le hizo al menor. –Acompáñame. –dijo estirándole la mano
Lo único en lo que pensaba era en que hacia viendo películas mientras comíamos helado .
-Crees que el resto sepa esto.-pregunto mientras pasaban los comerciales
-Quien sabe… pero acaso no te estás divirtiendo.-le respondió algo somnoliento.-Creo que no terminare de ver la película.-contestaba mientras se dormía en el hombro del menor.
-“¡Pero qué le pasa! Y si mañana no se acuerda de que hizo esto”-pensaba mientras intentaba salir de la posición que se encontraba-“Sal de encima mío"
Intente quitarlo de encima y termine sobre sus labios. Toque sus labios, apreciaba como se oía su roce con los míos, era un inteperado beso. Todo fue así de rápido, en pocos segundos supe que las cosas iban a cambiar, yo ya estaba de espaldas en el sillón con Bakura sobre mí y con una mirada fiera me dijo.
-Ya sabía que no te ibas a aguantar.-contesto besándome ferozmente.