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Confesiones de un rubio pasivo adolescente © por Charly D

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Notas del capitulo:

Hola a todos, me he tardado porque tengo varias actividades que hacer por mi trabajo, no he podido responder sus apreciados RW, por favor no se molesten, los contestaré a la brevedad, saben que siempre lo hago, espero no sea motivo para que no me comenten que les parece, ustedes motivan y hacen la historia...

Gracias de antemano...

Me estaba besando, esa bodega por la cual casi nadie pasa era donde por primera vez ese sujeto me besaba, ¿por qué siento que mi estómago cruje? ¿Qué es esta sensación tan extraña? ¿No se supone que sigo enamorado de Jake Thomas? ¿Entonces qué me ocurre? Apretaba los ojos fuertemente, no movía mis labios, el ósculo no era apasionado ni mucho menos lujurioso, era más bien poner sus labios sobre los míos solamente. No supe cómo reaccionar ante tal acontecimiento, tenía miedo, alegría, vergüenza, inquietud, muchas emociones se me juntaron, no correspondí su gesto por no saber cómo hacerlo, de pronto me sacó de mis pensamientos, el beso terminó…

-  ¿Por qué no dices nada?- preguntó con desesperación al verme callado y serio, en verdad no sabía qué responder

- Geo… yo… no…- ¡genial! La lengua se me trabó

-Ya veo, sigues atontado por ese imbécil de Thomas ¿verdad? ¿De él si te gustan los besos?- me arrinconó

-Yo… yo no…- no podía hablar, fue demasiado repentino su ataque

-Te odio como nunca he odiado a nadie Mikel Riviere, tú ya no eres digno de llevar el resto- mis ojos se abrieron, fue entonces cuando supe a qué se refería, desde hace años él es el único que me dice “Rivierea” hoy me dijo Riviere- No tengo porque perder mi tiempo contigo feo, al final de cuentas si quieres  basura, quédate con ella, Jake Thomas es un excelente representante de lo que te gusta-

¡Detenlo! Eso me gritaba mi interior, que no se vaya, ¡detenlo ahora! Pero mi cuerpo no reaccionaba, me encontraba en shock, miré como giraba su cuerpo y comenzaba a caminar, quería hablar, quería gritar… no pude, el siguió caminando por el extenso y solitario pasillo, dobló la esquina y desapareció de mi vista; la respiración me  faltaba, comencé a jadear, las lagrimas que no pudieron salir segundos antes ahora se acumulaban en mis ojos, momentos después descendieron…

-Vuelve…- dije en voz baja- vuelve…- repetí un poco más alto…- ¡vuelve!- grité, ahora cuando ya no estaba es cuando pude hacerlo. Recargado de la pared poco a poco bajé, cuando estuve sentado en el suelo pude ver mi flor tirada, mi flor amarilla, la olí y sin saber qué más hacer continué llorando.

 

Sin ánimos regresé al aula para la segunda hora, me perdí mi primera clase, gracias al cielo que hoy no tuve con Cassey, si no esa mujer me asesinaría. Al entrar miré como la heredera del trono de Daphne se peleaba con Nicholas…

-A ver, si te digo que no se puede es porque no, o sea, ¿cómo va a ser posible que una máquina mida la distancia de la tierra al sol, o sea… cucú… es más que obvio que un humano la mide

-Eso es empíricamente imposible, porque si un humano lo intentara moriría por el calor que expide esa estrella-

-Otra más queridito, el sol es sol… no una estrella, ¿así o más idiota?- vaya, esos dos desde que se vieron creo que se odian.

-El sol es una estrella…- iba a seguir hablando cuando me vio entrar con cara de muerto…- bueno, otro día platicamos con más clama ¿sí?- la dejó y fue a mi encuentro- ¿Qué ocurre? Llegué y no te vi, solo estaba tu mochila, la cual escondí para que el maestro no se diera cuenta que sí estabas en la escuela, ¿por qué esa cara?-

-No me siento bien Nick- miré a todos lados y no lo encontré, George no estaba en el salón

-¿Quieres que vayamos a la enfermería?- me preguntó, me duele el corazón, sentimentalmente hablando

-No, solo necesito estar a solas un rato ¿te molesta?-

-Es empíricamente imposible que eso me moleste, ¿prometes estar bien así?-

-Promesa de niño explorador- levanté mi mano en señal de juramento

-De cuerdo, si me necesitas me hablas, estaré debatiendo con ¿la plástica?- asentí- bueno con ella, dice que el sol no es una estrella, ya verás cómo me la ejecuto por decir tal barbaridad.- se fue para seguir peleando con Tina, yo que creía que las secuaces no eran tan tontas como la abeja reina y resulta que se van dando un quién vive, ¡horror!

 

La mañana continuó, George llegó a la tercera hora, entró como si nada, me ignoró, yo lo miraba con arrepentimiento pero él ni siquiera me vio. Jugueteaba con sus amigos del alma Willy y Renato, ese par son unos aborígenes. Al parecer él no se afectó por nada de lo ocurrido, yo en cambio me sentía la suciedad más grande del planeta ¿por qué rayos no hablé? ¿Por qué no dije una palabra? Ya era tarde, no sé exactamente qué quería George, pero sea lo que sea no se iba a repetir.

 

Hace poco Jake me traía loco, soñaba con él, imaginaba con él, de pronto se va y regresa a mi vida una persona que creía desterrada desde hace mucho, George, él fue mi amigo durante casi toda la primaria, y ahora no entiendo qué ocurre, ¿a caso me gusta? ¿Por qué me sentí tan bien mientas nuestros labios chocaban? Era algo realmente extraño, ¿será que ese sujeto del pasado me gusta? Mientras pienso las respuestas volteo y lo miro, cuando Jake estaba yo decía que Acoste era un idiota, ¿mi perspectiva cambió? Pues ahora lo veo muy guapo, sonriente, ¿feliz? Al parecer él es feliz, sin embargo yo no lo soy después de lo ocurrido hace unas horas.

 

Agradecí que terminara la jornada, mi ex amigo salió sin mirarme, la abuela en una ocasión me dijo: “Mikel, ten cuidado con lo que deseas, porque a veces lo que pides se te concede” luego de eso enloqueció como de costumbre, lo importante de esto es: muchas veces deseé que Acoste me dejara en paz, que me ignorara, ¿será acaso que lo cumplirá? Al menos ahora me parece que lo hace. Salí con desgano, Nick iba platicando conmigo pero yo no le prestaba atención, solo pensaba en ese beso, si se le puede llamar así. No tardé mucho en volver a la realidad…

-¿Entonces comprendes lo tonta que es?- me preguntó el empírico mientras se reía a carcajadas

-Sí, muy tonta- no escuché el contexto en el que hizo la pregunta, respondí lo que creí adecuado. Al poco rato nos despedimos, él iba a su casa y yo a la mía… Hogar, dulce hogar.

 

Abrí y me recibió el desaparecido e ingrato hijo mío: Neko.

-¡Vaya! Hasta que recuerdas que tienes casa- movió la cabeza y maulló- No me contestes, estoy molesto contigo, esto no es un hotel, esta Neko- señalé con el dedo todo mi hogar- esta es una casa decente, no para que andes…- no terminé de hablar cuando de la cocina salió otro gato, miré enojado a mi mascota- ¡Neko Riviere Segovia! ¿qué rayos significa esto?-

-¿Ves? Te dije que si traías a tu novia sin permiso Mikel se molestaría- decía mi abuela mientras caminaba desde la cocina también

-¡Abuela! Eres una alcahueta, este ingrato hijo mío desaparece, no da señales de vida, encima regresa cuando quiere y con una gata, no lo puedo creer, esto es el colmo, si quieres pareja, búscate una casa, porque aquí suficientes hembras tenemos- regañé a mi gato

-Ya minino, no te asustes, recuerda que tu mamá está en sus días difíciles-

-¡Abuela! Soy hombre- la mujer entrecerró los ojos y acomodó los lentes…

-Es verdad, y uno muy feo- Esa mujer, esa mujer…

-Por lo pronto, Neko decide… es ella o soy yo-

-Sí neko, es esa gata o tu madre, decide, pero recuerda que madre solo hay una-

-¡Que soy hombre!- le repetí, neko me miró, miró a la abuela, miró a su “amante” y sin más ambos salieron por la puerta que tenía abierta… ¡noooooooooooooooooooo! Hasta mi gato me abandona, eso es lo que siente una madre cuando una mala mujer se lleva a su hijo…-¡Neko esa gata no te conviene! No sabes cómo te hará sufrir…- grité pero no regresó- ¡No pienso mantener a tus hijos, trabaja! ¡No te quiero volver a ver!- cerré fuertemente la puerta de entrada, valiente cosa, yo lo cuidé desde que nació y ahora una “gatazuela” se lo lleva… ¡cómo sufro!

-Ya Mikel, yo lo mismo sentí cuando mis hijas se fueron, mira te cuento, yo tengo una hija que se llama Rosetta, ella se casó y tuvo un hijo muy feo, pobrecito, no le digas a nadie, pero el chiquillo está bien feo, no sé cómo la naturaleza permitió que una cosa tan fea naciera- empiezo a sentir que mi autoestima se eleva (sarcasmo)- y tengo otra que se llama Betharraba que esta emb…- como por arte de magia llegó corriendo mi tía…

-¡Mamá! Es hora de tu medicina- se notaba agitada por la carrera

-Pero yo no tomo medicinas- decía mientras mi tía la empujaba

-Ay madre, tu si tomas-

-¿Pero cuáles?- estaban en la entrada de la alcoba de mi abuelita Francisca cuando de un empujón la metió

-¡Esas!- cerró y así se deshizo de ella, desde que llegó así se la quita de encima.

 

-Tía, empiezo a creer que no te llevas bien con tu mamá-

-¿Yo?- hablaba agitada mientras agarraba fuertemente la perilla de la puerta, la abuela quería salir- ¡No! descansa porque no has dormido- me volteó a ver- no, todo normal sobrino- esta familia es muy extraña.

 

Un rato después, estaba en mi cuarto con Beth…

-¿Y mis papás a dónde fueron?-

-Tu padre tenía que hacer unos trámites con tu madre y por eso fueron, dijeron que no tardarían-

-Ah... qué bueno- contesté sin ánimos

-¿Qué ocurre? Ayer estabas feliz por tu sonrisa Colgate y ahora te veo apachurradito-

-Nada tía, ya sabes, dramas de rubios adolescentes como yo- me abrazó

-No me gusta verte triste- me acarició la cabeza- Hoy tenemos una salida pendiente- me miró a la cara.

-No tía, hoy no tengo ganas de cazar- de verdad no quería

-Lo siento, pero ya tengo la cita-

-¿Hiciste cita con un hombre?-

-Mmmm… algo así, por lo pronto quítate ese feo uniforme y alístate- iba a replicar pero no me dejó- No me discutas, arréglate que saldremos y fin de la discusión, y como tu abuela no se puede quedar sola nos la llevaremos-

 

Un rato después y luego de arreglar a mi abuela, descartar las combinaciones que hice ayudándome a elegir un buen atuendo, creo que mi estilo de vestir va mejorando para ser honesto, salimos rumbo al salón de belleza que se encuentra a cuatro cuadras de mi casa. El lugar ya lo había visto pero nunca entrado, ahora que estoy dentro lo veo enorme, es blanco con líneas rosa y rojo, varias estilistas arreglando a señoras, la verdad está bonito, mi abuela al igual que yo mirábamos a todos lados tratando de conocer el lugar…

 

-¡Deborah! Querida- mi tía le habló a una mujer, muy alta, de cabello castaño claro, noto algo raro en ella, ¿qué será?

-Beth, querida, qué bueno verte- una voz ronca simulando ser femenina sonó, creo que esa Deborah no es tan Deborah.

-¿Eres hombre?- ¡Abuela! Esa anciana siempre tan imprudente, yo, que ahora no me hizo nada sentí la cara roja de la vergüenza.- Porque hablas como hombre-

-¡Madre! Deja de molestar a la señorita Deborah- intervino mi tía mientras ese… esa… bueno… la persona que se llama Deborah la miraba

-¿Qué? Solo le pregunto si es hombre ¿lo eres o no?- la encorvada mujer esperaba una respuesta…

-¡Madre! Es hora de tus medicinas-

-Pero ¿cuáles? yo no tomo- estaban cerca de la puerta del baño de mujeres cuando de un empujó mi tía la metió cerrándole la puerta

-¡Esas!- hizo el ademán de limpiarse las manos y regresó con Deborah, que dicho sea de paso me giñó el ojo un par de veces mientras estuvimos solos.-Lo siento amiga, mi madre es un poco imprudente-

-No te preocupes, pues bien, ven que te haré el facial más efectivo que te hayan hecho en toda tu vida- me tomó por el hombro y me habló- Tú también jovencito guapo, vamos para que veas cómo queda tu tía-

-Gra… gracias… creo- sonreí mostrando mis dientes, es de lo poco bueno que me ha pasado.

 

Un rato después, esa… ¿mujer? Aplicaba el tratamiento a mi tía, olía bien, esas cremas son muy aromáticas.

-Te quedará la cara como nalga de bebé-

-Eso espero Deb, porque me hace falta- hizo una pausa- ahora que veo, Mikel, a ti también te hace falta una facial-

-¿A mí?- yo estaba sentado frente a ellas dos sin hacer ningún ruido, pensaba en George, otra vez- pero yo no lo necesito-

-Ah, cómo no, si bien que siento tus cachetes como lija, a ver Deb, prepáralo porque él también se hará un facial-

-Como digas amiga, a ver ven jovencito apuesto- me sonrojé, no sé si solo quiere caer bien o de verdad me ve guapo- te haré todo…- tragué duro- todo lo que una cosmeatra como yo hace para un facial- me giñó el ojo de nuevo, ahh, por lo menos se refería al facial, soy gay, es verdad, pero no le hago a los travestidos, los respeto pero me gustan más varoniles…

Rato después, la tía y yo estábamos con la cara llena de cremas, al menos me olerá rico la cara, ¿me quedará como nalga de bebé? ¿Será cierto? ¿Lo notará George? ¿Me verá lindo como hoy en la mañana? ¿Me besará? Recuerdo que me besó, y que luego me dejó porque no dije nada y… ah… otra vez pensando en él.

 

Luego de un buen tiempo, terminó nuestro tratamiento, en verdad sentí mi cara muy suave, las imperfecciones casi no se notan, sigo teniendo granos, pero al menos siento mi piel fresca y suavecita.

-Muchas gracias Deb, volveremos para otro facial-

-Claro, ya sabes tú y el guapo de tu sobrino pueden volver cuando quieran- me giñó por cuarta vez el ojo, yo me sonrojé

-Mikel, ¿cómo se dice?- me dio un codazo

-Gracias- sí, me trata como un niño chiquito.

 

Salimos del salón, en verdad que siento la cara fresca, esa Deb es una maravilla aplicando faciales…

-¿Ves? Y tu que no querías, siento mi cara como pompi de bebé- se pellizcó la mejilla

-Yo también- sonreí pero pronto una sensación se apoderó de mi- ¿No sientes como que algo se nos olvidó?

-¿Tú también? Yo siento eso desde que salimos del salón, déjame revisar- abrió su bolso- monedero, celular, tarjetas… no, creo que no-

-No sé, siento que se nos olvidó algo...- su celular empieza a sonar, como lo tenía en la mano, mi tía contestó-

 

-Diga- Deb habla fuerte porque podía escuchar su voz…

-Oye amiga, por pura y mera casualidad no se te olvidó nada-

-No, ¿por qué?-

-Ah, por nada, solo que a mi lado está una anciana hablando con un perchero, solo por eso…- entonces ambos recordamos y al unísono dijimos…

-¡La abuela!- salimos disparados al salón de  belleza, como mi tía la encerró no nos acordamos de la mujer, si mamá se entera me mata.

 

Ya, recuperados del susto, y habiéndola llevado al parque para comprarle un helado, fuimos al parque, hoy ha sido un día muy difícil para mí, al final de cuentas un momento de paz no le hace daño a nadie, sentados en la banca mirábamos como la abuela jugueteaba con el agua de la fuente…

-Esa mujer me desespera, sin embargo la quiero mucho, si le pasa algo no sé qué haría- comentaba mi tía al verla jugando como si fiera una niña

-Yo digo lo mismo, quiero mucho a mi abuelita- saboreábamos el helado cuando nos interrumpieron…

 

-Hola jovencitos- Mauricio, el cantante…

-Hola muchacho- saludó mi tía con una sonrisa

-Hola Mau- saludé con cortesía, mi tía me miró con sorpresa

-¿A poco se conocen ya?-

-Sí, hace poco nos conocimos en el consultorio de mi padre-

-Mau, es hijo de mi dentista-

-Ahh… ya veo, pues entonces ya no eres el muchacho que canta, eres Mau… que por cierto, ¿a qué hora vas a cantar?- mi tía lo regañó

-Disculpe usted damisela, les canto algo… pero… mmm… viendo que esos ojitos color miel están algo tristes- se refería a mí, creo que soy muy evidente a veces-  cantaré algo que tal vez te ponga triste, pero que a la vez resulta esperanzador…

 

“El pasado es un mal sueño que acabo
Un incendio que en tus brazos se apago
Cuando estaba a medio paso de caer
Mis silencios se encontraron con tu voz

Te seguí y rescribiste mi futuro
Es aquí mi único lugar seguro

Creo en ti
Y en este amor
Que me ha vuelto indestructible
Que detuvo mi caída libre
Creo en ti
Y mi dolor se quedo km atrás
Y mis fantasmas hoy por fin están en paz”

 

Esa canción  me trajo muchos recuerdos, George, el pasado que regresó para confundirme y ¿enamorarme? Desde aquel abrazó mi mundo cambió…

-No, no llores Mikel- mi tía me abrazó- tranquilo, qué va a pensar Mau si te ve así-

-Lo siento, es que yo…- oh, oh… recuerden que cuando lloro no puedo parar tan fácilmente.

-No llores, todo está bien rubiecito…- Mau mi nuevo amigo me abrazó, sus largos y juveniles brazos me envolvieron, pude sentir su aroma, su piel, definitivamente me gustan los hombres y una vez más con todo y lo triste que estoy: ¡Señorito no me voy!

 

Después de un rato largo nos despedimos del músico

-Mira, este es mi número, llámame cuando necesites mi ayuda o platicar, siempre tengo tiempo para los amigos- Mau me dio un pedazo de hoja de libreta con su número celular

-Gracias y la canción estuvo genial-

-Ya sabes, tengo talento- me revolvió el cabello y nos fuimos, ahora sí con mi abuelita, esta vez no la olvidamos aunque ella no nos hizo caso por estar jugando en la fuente.

 

Llegamos a casa, abrimos y un hombre nos esperaba sentado frente a la puerta…

-¿Se puede saber dónde estaban?- cuestionó algo serio

-Ay cuñado, dónde más, fuimos al salón de belleza y luego a tomar un helado al parque- explicó mi tía mientras él entrecerraba los ojos.

-Mmm… trataré de confiar en ustedes-

-Si Jerome, fuimos al salón de belleza y me dejaron olvidada- dijo la abuela… ¡Francisca!, se acercó a la tía y pude escuchar algo que le dijo en voz baja- eso es por haberme encerrado…- giró para ver a mi papá y habló de nuevo- y en el parque un muchacho le cantó y abrazó amorosamente a tu hijo- se acercó ahora a mí- eso es por no acordarte de sacarme de ahí- sonrió y con gesto de triunfo se fue a su alcoba, delante de nosotros dos, estaba un hombre con ganas de asesinar a alguien, no sé si a mi tía, a mí o a los dos…

Notas finales:

Gracias, pronto contestaré comentarios!


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