-Ehm... pues… mira Jerome…- mi tía titubeaba, y quién no lo haría si papá tenía cara de esbirro enviado del infierno con ganas de asesinar a una persona… o dos…
-Lo que la tía quiere decir- entré al quite- es que mi abuelita ya sabes, es un poco… ¿cómo te lo explico?- traté de sonar casual, pero por dentro estaba muriendo de miedo- está… ¿loca? Sí, eso es… está loca-
-sí cuñado, mi mamá está loca, ya sabes le da por inventar cosas raras, una vez me dijo que tú salías con una mujer, ¿puedes creer tal aberración?- fue entonces que mi padre tosió, ¡bingo! Mi tía recordó esa pasaje, cuando yo era chico, ocho o nueve años, mi padre tuvo un resbalón con una muchacha, sin importancia pero casi le cuesta el matrimonio con mamá, por ello nunca ha vuelto a faltarle, sin embargo esto me puede servir…
-¿Cómo? ¿Qué tú y una mujer qué?- puse la cara que me pone Neko cuando quiere más alimento, Neko… ¡Ahhh! Mi Neko ¿dónde estará? Gato malvado, pero así lo sigo queriendo, ¡perfecto! Recordar a ese hijo malagradecido me ayuda a tener los ojos húmedos- ¿A qué se refiere la abuela con eso papi- mi voz se cortaba, ¡Sí!
-Tu abuela…- já, ese hombre cree que ignoro la historia, si supiera que mi abuelita Francisca es la mejor fuente de información, algo loca, pero buena al final de cuentas- Tu abuela…- lo miraba con ganas de llorar- Eh… - excelente, su cara de asesino ya cambio a cara de preocupación- Miren la hora- se fijó en su reloj- Ya vayan a descansar y no quiero más llegadas tarde- dijo con voz de mando y se fue a su cuarto. En cuanto escuchamos que cerró supuerta, la tía y yo nos abrazamos riendo…
-¡Buena Mikel! Hasta yo te lo estaba creyendo- estaba atascada de la risa
-Pues era hacerlo sentir culpable o en estos momentos iríamos de camino al cielo- me reí también, no me gusta voltearle la tortilla a mi papá, pero no me deja de otra, debo tratar de sobrevivir, ya con lo de George es más que suficiente…
-Uff, al menos la libramos esta vez, pero mi madre me las va a pagar, esto no se queda así-
-Sí, ya verá esa anciana que nadie se mete con el feo y la promiscua- mencioné entrecerrando los ojos y golpeando mi puño derecho en mi palma izquierda
-¡Oye!- me dio un zape en la cabeza, creo que no debo llamarla así- no me digas promiscua, dime “mujer de la vida alegre”- ¡auch! Sí me dolió. Nos fuimos a mi cuarto a platicar un rato más, y nos dispusimos a dormir…
Día tras día, era lo mismo, George pelaba más un plátano que a mí, ya no me hacía caso, no me molestaba, no me gritaba, no me tiraba al basurero, simplemente me ignoraba, al parecer se aburrió de mí, recuerdo aquello que me dijo si me gustaban más los besos de Jake, y haciendo una comparación, aunque el que me dio Acoste fue más un “boca vs boca” me gustó diez veces más que el de Thomas, que a decir verdad no he tenido tiempo de pensar en él ¿será que lo estoy olvidando?, no lo sé, lo que si tengo por seguro es que ese bravucón es importante, desde que éramos chicos lo fue, se mantuvo en mi vida como un molesto abusivo, y ahora lo extraño, igual que hace años, pensaba que ya no profesaba cariño por ese tonto, incluso me caía mal, nunca lo llegué a odiar, sin embargo luego de su regreso a mi vida cuando me abrazó esa tarde de lluvia supe que lo seguía extrañando… y mucho. Ya no recibo mi flor acostumbrada, eso me deprime, no supe quien fue esa persona que tenía el detalle. Nicholas a diario se peleaba con la plástica, no sé porqué, pero Tina tiende demasiado a molestar a mi amigo, creo que le gusta hacerlo rabiar, esa chica es muy tonta, no igual que la bruja mayor, pero inteligente no es.
Las semanas transcurrieron, se formaron meses, yo platicaba con Nick, nos hacíamos más amigos; a veces charlaba con Romi por el chat, no le comentaba sobre mis sentimientos por George, pero si le platicaba sobre su actitud de ignorarme, ella me dice cosas que no entiendo, como que “ojalá su chica sea más lista y lo vaya a besar pronto” odio que diga eso, sobre todo ahora que la otra plástica, Gina, anda muy cerca, esa mujer ahora le habla más seguido y el otro idiota se ríe como tonto cada vez que está con ella, si bien digo, las zorras están por todos lados. Cassey, nos sigue haciendo la vida de cuadritos, en estos meses hemos ensayado dos coreografías que presentaremos al final del curso, esa mujer que bella es por fuera, nos explota como si fuéramos animales, pero bueno, la ganancia de todo esto es que gracias a sus ensayos, regaños y castigos puedo pensar en otra coas que no sea George acosado por la tonta menor.
-¡Riviere! Al frente ahora mismo- la profesora Cassey me mandó llamar- a ver muéstrales a estos sujetos y mocosas con dos pies izquierdos como se hace al paso-
-¿Yo?- me puso frente a toda la clase, mi frente sudaba por los nervios
-¿Acaso hay otro Rivere? No verdad, ¡ahora!-
-¡Sí señor!- contesté
-¡Qué soy mujer!- me gritó
-Sí señora-
-¡Señorita!- lo dudo…
-Sí señorita- moví los hombros de derecha a izquierda sin que el tronco lo hiciera, luego codos atrás para empujar los brazos al frente, moví las caderas, la verdad tengo buen ritmo, y poco a poco bajar, hacer el mismo movimiento hacia arriba, estirar la pierna derecha al frente manteniendo el equilibrio para luego sujetarla del tobillo, por ultimo soltarla dar un salto y simular una patada quedando en posición de defensa. Es un poco extraña la coreografía, pero al hacerla con la música se ve genial, además la temática es, según la maestra, “en guardia” como una especie de defensa muy metafórica.
-¿Es tan difícil hacer eso?- cuestionó Cassey- recuerden que nos queda poco tiempo, y estos meses ensayando deben perfeccionarlo, el espectáculo que mostremos será de calidad, por mi honor de mujer que así será, vamos, otra vez- ya me iba, pero esa mujer me detuvo- tú te quedas aquí al frente conmigo- asentí miré a Nick y él se quedó igual de sorprendido que yo, Cassey a su manera me estaba halagando, eso sí que es un gran reconocimiento.
En estos meses, fuimos repetidas ocasiones al salón de Deborah, varios faciales me han dejado la cara suavecita, he de reconocer que esa… ese… bueno, la persona que me los aplica hace un excelente trabajo, por cuestiones de seguridad ya no llevamos a la abuela, por nuestro propio bien es mejor así. Mis granitos no han desaparecido del todo, pero mi cara se ve más limpia, todas las noches me pongo ese gel facial que me recomendó la cosmeatra, creo que si funciona. Con el ejercicio extenuante de Cassey, gracias a las horas de ensayo (su clase es de una hora y media cada dos días, por lo cual al no ser tiempo suficiente, después de clases nos quedamos más tiempo para ensayar, lo que hace un total de tres a cuatro horas de ensayo) mi piernitas flacas al menos ya muestran una definida pantorrilla, siguen flaquitas, pero mi lánguido cuerpo ya no se ve tan debilucho y flacuchento, bueno si flaquito, pero con gracia.
He intercambiado mensajes con Mau, es muy buen tipo ese chico, a mi tía le cae genial, nos hemos visto en el parque, platicamos y se burla de las cosas que le platico que me hace mi abuela, esa mujer hasta con mi nuevo amigo logra ser simpática, eso sí… gracias a mi sufrimiento.
-Vaya, hoy sí que la tuvimos dura, no paramos más que quince minutos para tomar agua- cargábamos nuestras mochilas Nick y yo, él hablaba de lo cansado que estaba
-Sí, nunca pensé que baile coreográfico fuera tan demandante- comenté para después darle un sorbo a mi botella con agua
-Ay, ni te quejes que bien que lo disfrutas, ya hasta eres su favorito- me daba un leve codazo en las costillas para poner cara de “son novios, se besan sus bocas…”
-No es cierto, solo le gusta como muevo el bote-
-Eso es empíricamente imposible creo yo, pero tú le caes bien- nos reímos…
-Adiós Mikel, nos vemos Nick- una de mis compañeras se despidió de nosotros, no se los he dicho, pero ese grupo de baile es muy unido, somos de diferentes salones lo cual logra que convivamos con otros compañeros, ¡he hecho más amigos! El baile es de lo mejor, digo, no soy mister popular, pero al menos que me saluden en buen plan es una ganancia, antes me hablaban para decirme feo o espanto, ahora… algunos me siguen diciendo feo pero la diferencia es que otros me dicen Mikel, es agradable la verdad.
Esa tarde llegué a casa muy feliz, abrí la puerta y ¿adivinen quién me recibió?... ¡Neko!
-¡Hijo de mi alma!- corrí para abrazarlo- ¡Qué bueno que ya volviste! Eres malo, me haces sufrir-
-Ya viste gato, te dije que te seguía queriendo, lo bueno que ya dejaste a esa gata- mi abuela apareció
-¿A qué hora llegó?-
-Hace rato, me dijo que tenía pena de volver porque no sabía si lo ibas a recibir- ¿habló con un gato? Yo creo que si está loca
-Ah… ok…- dije nervioso- está bien… ¿es cierto neko? Hablaste con tu abuelita Francisca y le dijiste todo eso- hablé melosamente con mi mascotita, ¡ya lo extrañaba!
-¡Beth! Ven rápido, Mikel… ¡es Mikel!- yo dejé a mi gato para ver a la abuela, gritaba como desesperada…
-¿Qué le ocurre? ¿Qué pasa?- como rayo apareció- ¿Qué le pasó a Mikel?- jadeante apareció
-¡Se volvió loco, hablaba con un gato de la calle!- ¡Abuela!
-Pero si tu dijiste que el gato…- me miraba con desconcierto esa anciana, nunca le ganaré- nada, olvídalo…
- Ah… ¿ya llegaste Mikel?- mi tía y yo la vimos, esa mujer no tiene remedio
-Si abuelita, ya llegué-
-Déjame contarte algo, sabes por qué Beth usa blusas más holgadas… pues porque ella…- mi tía le tapó la boca rápidamente…
-Mamá, es hora de tus medicinas-
-¿Medicinas? Pero si yo no tomo med…- la llevaba en dirección a su cuarto
-Sí mamá, si tomas…-
-¿Cuáles?- ya estando frente a la puerta le dio un fuerte empujón para luego cerrar la puerta
- ¡Esas!- regresó a la sala conmigo- ¿Y qué tal tu día mijo- me sonrió, hace unos segundos parecía molesta, ahora sonreía angelicalmente, esta familia es muy rara
-Bien, ya en unas semanas estaremos presentando nuestras coreografías-
-Me alego- me tomó de la mano y nos sentamos en la sala- y ¿cómo estás?-
-Bien, cansado, pero bien-
-Me refiero a tu estado de ánimo- mi tía pocas veces ponía cara de seriedad como ahora
-Pues… muy bien…- no del todo George aún me sigue moviendo muchas cosas…- creo que la llevo- sonreí, es increíble, en estos meses he sido muy feliz, claro, hay detalles como lo de mi ex amigo que me hace sentir mal, también echo de menos a Romi, platicamos seguido, pero no es igual, sin embargo han sucedido cosas en mi vida que me hacen muy dichoso, por ejemplo, me quitaron los frenos, he hecho más amistades, hago algo que me gusta mucho: bailar, poco a poco me van saliendo menos granitos, y me comienzo a sentir un más identificado conmigo, creo que es algo llamado autoestima…
-Me alegro hijo, no sabes cuánto, ese es el objetivo, que seas feliz, siempre siendo tú mismo y queriéndote como eres- muchas veces eso suena hueco, pero cuando lo haces propio son palabras tan verdaderas que llegan a cambiar la vida, yo voy paso a paso, no me considero el más feliz, ni el más desdichado como antes, solo me siento yo, Mikel, el feo, pero re-simpático.
Quedé con Mau en el parque, a veces lo acompaño a cantar, soy tan afinado como una cabra, pero al menos yo le sostengo la funda de la guitarra, es divertido, al principio me daba pena, pero luego comencé a tomarle el gusto.
-Ya vamos juntando una lanita…- mencionó contento el hijo del dentista
-Sí…- le sonreí- oye, disculpa la indiscreción, pero… ¿has visto a tu papá?- la sonrisa se la borró
-No, desde el día que nos encontramos en el consultorio no le he visto, sigue sin querer mi carrera, quiere que la deje, pero ¿sabes una cosa? No lo haré, es mi vida y quiero hacer lo que más me apasiona: música- creo que eso es a lo que se refiere mi tía, siempre ser uno mismo y amarse así, por eso Mau me agrada, porque es él mismo, nunca ha pretendido ser alguien diferente, así como es conmigo es con todas las personas- no quiere que continúe, pero yo lo haré, voy a ser yo, y la música es parte de mi, si mi padre no lo acepta es como si no me aceptara a mí, por eso te he dicho muchas veces, tienes la fortuna de contar con papás que te adoran y te permiten ser feliz- me sonrió, es verdad, mi madre pese a su adicción a las telenovelas y mi padre con sus celos me aman y yo los amo a ellos.
-Tienes razón, sé tu mismo, eso es lo que importa, lucha por tu sueño y tus anhelos-
-Oh sí, por cierto, ¿quieres ir a la quema de mi facultad?-
-¿Quema? ¿Qué es eso?-
-Ay Mikel- me revolvió los cabellos, necios de por sí- Quema es una fiesta que ofrecen los estudiantes que pronto egresarán de una carrera, en mi facultad ya se van a graduar los que van un año adelantados a mí, por lo cual tengo pases, si vas te doy uno-
-¿En serio? Yo metido en fiestas de universitarios… ¿y darán bebidas?-
-Claro, mucha agua-
-Ufff, qué bien, ¿aunque deberían dar también cerveza no?-
-Mikel, eres muy inocente todavía ¿cómo cerveza? Se da alcohol, caña, agua con licor-
-¿En serio? ¿Sus maestros los dejan?-
-Claro Mikel- se comenzó a reír, creo que hay muchas cosas que ignoro de la vida. Me dio una pulsera que sirve como pase, qué emoción iré a una quema… aunque no sé que sea eso.
Seguimos caminando, mi amigo vio una pareja y quiso hacer negocio, me dijo que le diera la “uña” para su guitarra, la metí en la bolsa de mi pantalón, me costó sacarla, o mis pantalones se encogieron o estoy subiendo de peso, porque fue difícil sacar esa cosa.
-¡Tu funda!- recordé
-¡Mikel! Se te olvidó en la banca, ve a traerla, que sin ella mi amada guitarra se me raya, corre antes de que te la vuelen-
-Sí, ya voy…- comenzaba a correr y el me gritó
-Me adelanto, no tardes- negué con la cabeza y corrí para encontrar la funda, gracias al cielo la hallé, si no Mau me mata, su guitarra es algo que quiere mucho y la cuida como si fuera humano, por eso mismo, si perdía la funda habría problemas.
Corrí hacía él, hablaba con nuestros nuevos clientes, llegué y se lo hice saber…
-Aquí está Mau, sana y salva- le sonreí grandemente
-Gracias pequeño- me acarició la cabeza…
-¿Qué demonios es esto Riviere?- me embobé en el agradecimiento de mi amigo que no había reparado que la pareja era Gina y George, voltee y los miré, Acoste no estaba nada contento…