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Confesiones de un rubio pasivo adolescente © por Charly D

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Notas del capitulo:

Hoy se escribe una etapa muy diferente, desde el inicio pensé en una persona para acompañar a un rubio depresivo y sin aprecio por si mismo. Doña Francisca. Esa abuela, a cuantos nos hizo reir, a otros más nos hizo enojar, pero siempre cuidando a su modo de su nieto feo.

Hoy ella pasará a un lado mucho mejor. Este capítulo va dedicado a todos aquellos viejitos que sin su existencia no estariamos por acá. Hace unos días se cumplió el 4 aniversario de que uno de mis viejitos se fue a brillar en el firmamento, si bien no tenía mucha relación con él, de que lo quería lo quería. Gracias a ese viejito hoy estoy aquí dándoles este fic.

Este va por todos aquellos que tuvimos el placer de conocer a nuestros abuelos y que hoy ya están por allá arriba, brillando eternamente y esperando a que algún día los alcancemos para que nos reciban con un gran abrazo.... 

Claramente notaba cómo la luz del día se filtró por mi ventana, al parecer ya había amanecido, vi mi reloj y eran las 6 am. Apenas me incorporaba de la cama cuando noté su encorvada per feliz figura, sonriéndome con esos dientitos postizos mi abuelita me miraba desde la puerta, esa mujer, siempre es así, le cuesta tocar una puerta…

 

-Abue… ¿otra vez mirando mi intimidad?- tenía que reclamarle

-Ay ya, no te quejes, siempre lo hago…- me contestó sin pena y pacíficamente

-Nunca cambiarás…- resoplé negando con la cabeza

-Mijo, pórtate bien, no hagas travesuras, y dile a ese muchacho que no te “manosié” de más- se acercó a mí y me dio un fuerte abrazo, me gustan los abrazos, mi abuelita me los da desde que la conozco, o sea, desde que nací

-¡Francisca! Apúrate que nos dejan…- un señor algo recio, viejo pero más vigoroso que mi abue  apareció en mi puerta…-Oh, estás con el niño, hola mijo, tanto gusto- el hombre se acercó y me dio la mano-

-Hola abuelito…- lo saludé como si nada, ese señor es mi abuelito Missael, el papá de mi mami, lo reconocí porque mi abuelita tiene muchas fotos de él…

-Hola mijo, ¡cuánto has crecido! La última vez que yo te vi eras una miniatura de hombrecito,  “tábas” muy chiquito, chiquito, chiquito, ¿verdad vieja?- se dirigió a mi abuela

-Sí viejo, ya no te tocó verlo crecer…-

-Pero qué tal lo cuidaste tú, si te desvivías por este muchachito- se me acercó y me abrazó, no recuerdo un abrazo de mi abuelito, pero se siente bien- “tás” fuerte, me alegro que estés bien mijo…-

-Claro, yo lo cuidaba bien, mira que siempre era su tapadera- la miré con incredulidad, esa anciana a veces es mentirosa…

-No seas argüendera, bien que te veía, metiste en muchos problemas al niño-

-¿Yo? Eso no es cierto, yo nunca lo metí en nada…- se defendió la mujer, al fin alguien la descubrió en sus mentiras

-¿Verdad que te metió en broncas tu abuela?- el hombre me preguntó

-Sí abuelito, muchas veces, pero también me cuidaba-

-¿Viste? Sí lo cuidaba- comentó feliz mi viejita

-Paro ya se te acabó la diversión- se levantó el señor y poniendo el brazo sobre el hombro de mi abue me miraron los dos…-Tu abuela te quiere mucho mijo, hace tiempo que la extrañaba, pero ella necia, no se quería venir hasta que no te quedarás tranquilo, y por lo que veo ya está más serena mi mujer…-

-¿Enserio abuelita? ¿No te querías ir con mi abuelito?-

-Ya me quería ir, desde que tu abuelito se me adelantó lo extrañé, pero estabas tú, mi hija necesitaba de mí, y pos yo quería ver crecer a mi nietecito, pero últimamente estabas muy triste y no quería dejarte solito, por eso llamé a Beth-

-Ah mi Beth, ¿cómo está mi Beth?- Suspiró el abuelo

-Bien, va tener un chamaquito- dijo mi abuela

-¡Ora sí vamos a aumentar la familia! Porque este chamaco no me va a dar bisnietos…- comentó feliz el hombre.

-¡Missael! Deja en paz al niño…- le dio un golpe en la nuca y me miró- Ese George te quiere, a ver qué tal les va… de verdad mijo ya me quería ir, ya no podía estar separada más de tu abuelo, él fue mi primer y único amor, me dio dos hijas hermosas, mi Rosetta y me Beth… y de ellas  vienen tú y mi otro nieto, bueno también Jerome tuvo que ver-

-¿Jerome? Ese desgraciao que me quitó a mi hija, más de una vez le quise llenar el cuerpo de plomo, ¡mísero! Le quitó la honra a mi niña- al parecer el abuelo no quiere a papá

-¡Ya deja de decir burradas! No ves que el niño te oye-

-Bueno, tu apá no me cae, pero tu si mijo, a ti si te quiero-

-Pues mijo, ya nos esperan- no sé de dónde salieron esas valijas, son de cuero, parecen muy antiguas- ya nos tenemos que ir…-

-Si abuelita, no tardes en regresar que te estaré esperando-

-Algún día mijo, algún día nos volveremos a ver, pero… quiero que el día que nos volvamos a ver seas tú el que tenga la cabeza blanca y la piel arrugada, tienes todavía mucho qué vivir… -

-¿Entonces vas a tardar?- le pregunté sin comprender lo que me decía

-Sí mijo, me voy con tu abuelo…-

-¿Pero no el abuelo está muerto?- estaba sentado en la cama moviendo mis piernas

-Ay Mikel… siempre cuida esa inocencia que te caracteriza… hasta que George te la quite…- comentó pícara la abuela

-¿George? ¿Quién es ese? Ahh, pero si uno no para en disgustos, que ni te toque porque va a ver…- esto es divertido, el abuelo suena como papá.

-Ya viejo, nos tenemos que ir, jala las maletas…- de inmediato me paré, aún en pijama y descalzo llegué a ese par de abuelos y los abracé…

-Los quiero mucho- restregué mi cara en el pecho de la abuela mientras el abuelo me acariciaba la cabeza

-Nosotros también… pórtate bien y cuida de los que te quieren…- me separé de ellos y vi como el abuelo cargaba con una mano el equipaje y con otra tomaba a mi abuela, me miraron por última vez y salieron del cuarto, una luz blanca los envolvió y dejé de verlos…

 

 

Con la respiración agitada desperté…

-¿Ahhh?...- tallé mis ojos con los puños- ¿Fue un sueño? Wooow parecía real…- me levanté y vi a neko mirando atentamente al pie de la puerta hacia el pasillo, ese gato es raro, estar levantado tan temprano es extraño- Vaya, tú sí que madrugaste…- por impulso caminé al cuarto de mi abuela, ese sueño me dejó algo inquieto, noté que mi mascota caminaba detrás de mí, hoy sí que está raro.

 

La puerta de su alcoba estaba abierta, mientras caminaba miré como mi mamá abrazaba a papá llorando. Papá tenía semblante  triste, un señor estaba parado junto a la cama de mi abuela

-¿A qué hora fue doctor?- preguntó mi padre

-Hace unas horas, entre las cinco y seis de la mañana- ¿un doctor? ¿Qué hacía un médico en mi casa?

-¿Qué ocurre?- pregunté, neko mordió el pantalón de mi pijama, parece como si quisiera que no entrara

-Ven mi amor- mamá me llamó y me abrazó, entonces papá hizo lo mismo

-Mikel, es hora de ser fuertes campeón…- los miré y volteé a ver a mi viejita, estaba dormida, tenía una cara de paz absoluta

-E… esperen… voy a saludar a mi abue, ya es tarde y se tiene que levantar…- intenté avanzar hacia ella pero mi mamá no me dejó

-Mikel, no… Mikel detente por favor…- mi papá intentaba pararme

-No… no… debo despertarla…- mis ojos comenzaban a cristalizarse, algo en mi interior me avisaba una situación no muy buena- abue… abuelita Francisca… ya es hora… abuelita… ya levántate, tienes que empezar a acusarme, tienes que decirle a papá que George me pretende… tienes que decirle mis secretos… tienes que tomarme videos… tienes que meterme en problemas… ¡ya abue! Esto nos es gracioso, termina tu broma que ya no es divertida… abuelita… abre los ojos… ¡Abuelitaaaaaaaaaaaaaaaaa!- comencé a jalonearme mientras lloraba con todas mis fuerzas… ¿por qué no respondía? ¿por qué  no abría los ojos?

-Mikel, cálmate, hijo calma…- papá me sujetaba con todas sus fuerzas

-¡Nooooooooooo! ¡Despierta abuela! ¡Despierta! ¡Ya es hora de que me hagas feliz!-

-Mikel tu abuelita ya descansa tranquila hijo- mi madre me tomó por los hombros y me lo decía de frente…. Mi abue ya no estaba aquí.

 

 

Ya estábamos en ese lugar, todos vestíamos de negro, yo no tenía ánimos de nada, por consideración llamé a Nick y a George. La sala estaba llena, ese cajón color plata tenía a su alrededor muchas flores blancas, muchísimas…

-Este negocio de la vida es así Mikel- me daba un fuerte abrazo Nick

-Lo sé- fue lo único que respondí, me soltó y entonces Acoste apareció frente a mí

-Sé que sufres, yo también no tanto como tú, pero yo también la quise mucho, gracias a ella pude hacer tanto…- gimoteó y me abrazó, creo que lloraba, George lloraba en mi hombro, a él también le dolió la pérdida de mi abuela.

-La voy a extrañar- con voz entrecortada le dije, verdaderamente la iba a extrañar. Entonces su abrazo se tornó mucho más fuerte y cálido, de esos abrazos que sólo él me sabe dar.

 

Nos mantuvimos todo el tiempo juntos, Nick se acercaba de repente, él fue el encargado de avisar a todos en mi clase y amigos lo ocurrido, unas horas después mis compañeros llegaron a la agencia, nunca pensé que ya le agradaría a tanta gente. Hasta las plásticas Tina y Gina me dieron sus condolencias. La primera se la pasó tomando de la mano a Nick, creo que son novios.

 

En medio de esa atmósfera de dolor lo ví, envuelto en un traje negro llegó él… Jake Thomas. No sé cómo lo supo pero lo supo. Sentí que el agarre de George se profundizó. Lo miré con desconcierto y él mantenía esa cara dura, implacable y fuerte.

-Lo lamento mucho, en verdad, te doy mi más sentido pésame Mikel- me extendió la mano yo la tomé- no la conocí mucho pero lo poco que la traté m pareció una señora muy linda-

-Si no la conociste entonces qué haces aquí Thomas-

-No estoy hablando contigo Acoste, vine por Mikel-

-No sé qué pretendas- con la mano derecha George me mandó para atrás de él- pero ten por seguro que sea lo que sea terminaré rompiéndote la cara de muñeco de plástico que te cargas- no, aquí no, no es el funeral de mi… de mi abue.

-No pienso dejarme llevar por tus provocaciones, no es ni el momento ni el lugar- se inclinó para poder verme- Estaré por acá Mikel- se dio media vuelta y se fue con los demás compañeros.

 

Horas más tarde las flores comenzaron a ser acarreadas a las camionetas, yo veía la escena tomado de la mano de mis papás, sufrían tanto como yo. La tía Beth no pudo asistir, en cuanto se enteró de la noticia se puso mal, su embarazo de alto riesgo la hizo caer en cama por lo impactante del acontecimiento.  Papá soltó mi mano y junto con otros hombres, George incluido porque pidió permiso a mis progenitores, caminaron al lado del féretro. Ese objeto llevaba a una de las personas que más amé en la vida. Al llegar a la salida, entre los cuatro hombres que iban cargaron la caja para introducirla en la carrosa.

 

Ha sido el recorrido más doloroso que pude haber presenciado. En el cementerio las personas avanzaban tras el vehículo, desde el retrovisor pude ver que entre la muchedumbre ya estaba Mau, mi fiel amigo Mau… por todo mi dolor olvidé avisarle, verlo ahí acompañándome hacía la pena más llevadera, saber que en este mundo había gente que me quiere me hace feliz.

 

Llegamos, la última morada, mi ancianita, esa viejita que me hizo tan feliz se me va. Por eso el sueño, ese sueño significó su despedida… se fue a despedir de mí junto con el abuelo… ahora lo entiendo. En cuanto bajé Mau se acercó…

-Lo siento rubiecito- me abrazó, ese gesto fraternal me hacía falta justo ahora que perdí a mi viejita. Nunca olvidaré que él también fue parte de todo el cambio de mi vida, ese músico me dio fuerzas para saber que un sueño se puede lograr siempre que lo desees y luches por él.

 

Desde arriba notamos como la caja iba descendiendo, lloré, ahora si lloré con ganas… en segundos se agolparon recuerdos, cuando fingimos una manifestación por el voto de  la mujer, cuando delató mi homosexualidad frente a Jake, cuando hablaba con un peine, cuando durmió en la bañera o me asustó por dormir en mi closet… cuando me abrazaba por notarme tan triste… esa mujer con todo y sus olvidos marcó mi corazón de por vida.

 

Sin ánimos y completamente devastado caminaba al lado de mis papás, la muchedumbre poco a poco  se dispersaba, el momento más terrible que alguien puede experimentar es ver ese cajón frío y duro descender llevándose consigo a alguien tan importante que nunca volverás a ver, sentir o escuchar.

Con prudencia George se acercó a nosotros, como cachorrito perdido caminaba detrás de nuestra pequeña familia, noté a mamá verlo con el rabillo del ojo y dulcemente se recargó del hombro de papá caminando más rápido para dejarme solo con mi amigo. Yo giré la cabeza, sentía mis ojos enormes por lo hinchados que estaban, bastó verlo, su rostro compungido para saber que en verdad le dolía lo de mi abuelita, me quedé parado unos segundos frente a él, la gente transitaba rumbo a la salida y nosotros nos quedamos allí, viéndonos fijamente como si nada más existiera…

-Me agradaba esa mujer, era una excelente persona…- comentó agachando la cabeza

-Lo sé, tú también le agradabas, no sé por qué pero te quería mucho- apretó los puños y negó fuertemente

-Yo siempre… siempre la aprecié… fue el primer adulto al que yo regañé… ¿te acuerdas cuando te dejó un buen rato en la primaria porque tuvo que hacer mandados y la regañé?- su voz temblaba, si le dolía

-Sí, recuerdo que prometió no volverlo a hacer, y desde ese día le caíste bien, por eso te llevaba un caramelo cada que iba por mi-

-Cereza… siempre eran de cereza… no sé de donde los sacaba, nunca he vuelto a probar esos caramelos de cereza que tanto me gustaban-

-Era una ancianita enigmática- respondí sonriendo, así la recordaba como una mujer misteriosa pero a la vez amorosa…

-Ella me dio la pulsera para la quema- levantó la cara viéndome nuevamente

-¿Ella? Vaya, por eso la perdió mi tía Beth- respondí

-Ese día fui a tu casa, me armé de valor, no sé cómo pero me atreví, toqué la puerta y afortunadamente me abrió tu mamá…

 

-Bue… Buenas tardes señora Riviere-

-Hola, buenas tardes George, hace tiempo que no te veía por aquí-

-Sí, es que… bueno yo…-

-¿Buscas a Mikel verdad?-

-Sí… vine a buscarlo-

-No está, se fue con su tía a un mandado, puedo decirle que lo viniste a buscar…-

-No, no señora, mejor no le diga, ya platicaré con él en la escuela-

-De acuerdo, que estés bien George-

 

-Cerró la puerta, estaba casi seguro que esa salida tenía que ver con el Mauricio ese, me di la vuelta y ya me iba cuando salió…

 

-¿Ya tan pronto te vas muchacho?-

-¿Hm?... doña Francisca, ¿cómo está?-

-Ay muchacho, pos como santa Elena, cada año más buena-

-Se conserva abuelita-

-Já, eso quisieras ¿verdad? Que fuera tu abuelita, pero para serlo tienes que ligarte y encamarte a mi nieto-

-Do… ¡doña Francisca!-

-No te hagas, que bien que te gusta mi lindo nietecito, como ya no está tan horrible…-

-Nunca ha sido horrible abuela-

-Ten, mira, ese par de callejeros se largaron a un incendio, no sé que le ven a un incendio de divertido-

-Esto… ¿una pulsera?... ¿fiesta?... ¡¿callejeros?!-

-Mi nieto ya está dejando de ser espantoso, así que si no te apuras te lo van a bajar, si lo quieres ve a buscarlo, yo ya te ayudé, lo demás corre por tu cuenta chamaco…-

-¡Gracias abuelita! Voy por él…-

-¿Por quién?-

-Por Mikel…-

-Ay mi pobre nieto, ¿sabes?… es gay y para colmo feo… feo como pez de los abismos…-

-Ay abuelita nunca cambiará…

 

-Le dí un beso en la frente y ella tomó mis mejillas para desearme suerte… esa fue la última vez que la vi…- así que eso ocurrió…

-Esa ancianita, siempre haciendo de las suyas…-

-La extrañaré mucho Rivierea- me abrazó, pobrecito, es tan noble que la muerte de mi viejita lo tiene mal… muy mal…- Te quiero, y te lo repito para que no lo olvides, mucho menos en estos momentos…- abrí los ojos, “te quiero” esas palabras resonaron como eco en mi mente, George es un gran chico, creo que yo también lo quiero… pero… ¿y Jake? ¿qué pasa con él? ¿Qué siento por Jake?

-Yo también…- fue lo más que pude decir, en verdad que solo eso puedo decir por ahora.

 

Nos mantuvimos abrazados un rato hasta que mi mamá me llamó, me despedí de él, pronto nos veríamos de nuevo…

-Cuídate mucho George…-

-Tú también Mikel, descansa y ya no llores… te quiero…- sin importarle el lugar se acercó a mí y besó dulcemente mis labios… nuestro tercer beso… tan cálido, tan reconfortante… tan esperanzador, lo quiero, cada vez más creo que lo quiero.

-George… nos va a ver mi papá- me separé temía por la vida de mi amigo si papá nos encontraba así…

-Te veo luego rubiecito bello…- soltó mi mano y se fue mirando de vez en vez hacia atrás: me vía.

 

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Estábamos ya en casa, en la noche mi mamá y yo mirábamos el álbum familiar. Ese libro mi progenitora lo cuidaba como otro hijo, tenía muchos recuerdos, muchas fotos de sus papás, su boda, yo de bebé, ella y mi tía de niñas, muchas imágenes que le recordaban un pasado que nunca volverá…

-Aquí estoy con tu abuelito Missael, me cargaba porque me había caído del columpio- una foto donde un señor cargaba a una nena de aproximadamente seis años, lloraba y el hombre intentaba calmarla

- Eras muy joven…- sonreí al verla

-Y mira… esta es una de mis favoritas, aquí estamos tu abuelo, tu abuela, Beth y yo, pocas veces nos fotografiamos todos juntos, éramos tan felices- sus ojos se cristalizaron, le dolía recordar, pero ese era el momento para que se desahogara

-En esta tu papá y yo nos estábamos casando, tu abuelo lo quiso ya casi en las ultimas, creo que lo llegó a medio apreciar cuando tú naciste…- woow… así que papá sufrió el rechazo del abuelo

-¿Mi abuelito no lo quería?-

-No, mi papá era muy celoso conmigo y con Beth, por eso cuando me hice novia de tu papá, más de una vez Jerome tuvo que salir corriendo para que un balazo no le atravesara el cráneo- ¡vaya! Quién lo diría…

-Ah… y él es así conmigo, no deja que nadie se me acerque-

-Eso mismo pienso yo, creo que ya entendió el odio de mi papá, él va a sufrir si un día te vas, pero mi amor, si algún día ocurriera, tú vete, tienes que hacer tu vida y aunque lloremos sabremos que serás feliz-

-Sí mami… yo quiero mucho a papá y a ti por supuesto, solo que primero debe darme permiso para andar con alguien-

-Si se  lo pides te encerrará en un monasterio, así que mejor dímelo a mí y yo te lo doy- me acarició el cabello y sonreímos. Ha sido un día muy pesado, por eso mi papá se fue a descansar, le afectó lo de mi abuela y por eso mismo quiso ir a dormir.  

 

 

Caminé rumbo a mi alcoba, vi ese cuarto, tenía la puerta cerrada, esa alcoba que desde mi uso de razón era de la abuela, ya no veré salir de ella, ya no me despertará o acusará, ya no me dirá feo, gay u otra cosa insultante, ya no me consentirá, ya no me abrazará… ya no me podrá decir te quiero… Ay voy a llorar….

 

Entro a mi cuarto, tengo escalofríos de solo recordar, no pude evitar llorar, la voy a extrañar. Neko está en mi cama, me mira y ronronea, se vuelve a acostar. Mecánicamente prendo la computadora. Quiero despejarme para no pensar en algo triste, no quiero. Abro la red social, no tengo ganas de hablar con nadie. Me desconecto, veo que el símbolo de mensajes tienes un número 2, lo abro y descubro de quién son: Jake Thomas, George AcosteR, una R, tiene una R… ¿será que…?

 

Mensaje de  Goerge AcosteR:

“Te quiero mucho mi rubiecito”

 

Sonrío al verlo, quién diría que es tan cursi, abro el de Jake:

“Yo te quiero Mikel, no sé aún dudo de muchas cosas, pero una vez contigo me aclarará todo… déjame estarlo, quiero ser tu primera vez, supongo que no has estado en la intimidad con alguien… quiero ser el primero, dame una oportunidad… ven mañana a mi casa, a las 10 de la mañana, estaré solo, empecemos una historia y hazme ver si realmente esto es lo que quiero… sé que hoy mismo lo necesitas tanto como yo.. te espero…”

 

Ja… Jake me propone tener relaciones, así aclarará si le gustan los chicos, quiere mi primera vez… estoy nervioso, siempre soñé con ese momento, él y yo en la intimidad, ¿qué hago? ¿qué hago? Será mi primera vez, y si accedo será con Jake Thomas. Camino rumbo a mi cama y lo veo, el guardapelo, la abuela me dijo que cuando me indicara el corazón lo abriera, siento que lo necesito, lo abro…

-Ahh….- veo lo que tiene adentro, me sorprendo, es la respuesta a mis preguntas, eso que tiene  me respondió claramente lo que debo hacer.

 

No dormí en toda la noche, entre mi abuela y  lo que haría me la pasé en vela. No desayuné, solo le dije a mis papás que iría con unos amigos y salí de casa. Caminé, recuerdo su dirección, eso es lo que haré, ya sé que es lo que quiero, lo haré y estoy seguro que no me arrepentiré. Luego de un rato llegué, estoy frente a su casa, tengo miedo, pero ya tomé una decisión, toco el timbre, me voy a quedar con…

Notas finales:

Gracias a todos, espero sus comentarios.


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