Nunca pensé que a alguien cómo yo le fuera a pasar una cosa cómo esta… digo es posible, pero no creíble… no sé si me estoy expresando bien… en fin esta es la historia de un lobo y una oveja.
Todo empezó un día viernes camino a casa desde la escuela, me había quedado más tarde con un grupo de amigos en biblioteca para terminar un trabajo. Ya estaba oscureciendo y sentía que unos tipos me seguían, pensé que estaba siendo paranoico, así que, seguí caminando normalmente.
Cuando los sujetos empezaron a acelerar el paso me asusté, empecé a correr y ellos también. Doble en una esquina y me topé con un callejón sin salida. “Está bien … no los mires a la cara, entrégale lo que quieran y no los desafíes. Tu vida vale más que una mochila o celular” pensé recordando lo que mi madre adoptiva me dijo sobre los asaltos.
-¡oye tú niño bonito! dame tu mochila… - ordenó un sujeto de voz grave y yo lo obedecí sin despegar los ojos del suelo. Se puso a revisar su contenido y demostró su decepción al solo encontrar cuadernos y libros- ni siquiera dos pesos… -dijo enojado y arrojando para atrás la mochila. - ¿Qué mas tienes?
- Nada- contesté y era cierto. Había olvidado mi celular en casa cargándose y no llevo dinero a la escuela a menos que tenga que sacar fotocopias. Como no me creyó me zamarrió y metió su mano en mis bolsillos para confirmarlo.
- No tuvimos suerte Kato – le dijo un hombre cuya voz aguda era bastante molesta.
- No estoy tan seguro- respondió otro. Este se me acercó y me tomó la cara bruscamente con su mano para que lo mirara. Era joven, tenía el cabello negro y atado en una cola de caballo. Sus ojos me hacían acordar a los de las serpientes.- Es bastante lindo. Podríamos divertirnos con él un buen rato.
- oh D.T, otra vez con tus gustos extraños…
-no yo creo que tiene razón- respondió el que había revisado mi mochila, y ahora que lo veía parecía un gorila con la cara tatuada. El de ojos de víbora y el gorila se me acercaron y me inmovilizaron. Yo intentaba zafarme pero el gorilón era muy fuerte. El de cola de caballo se desabrochó el pantalón lamiéndose los labios mientras me miraba. Nunca sentí tanto asco en mi vida. Cerré los ojos. No quería ver los que esos malditos iban a hacerme, bastaba con lo que iba a sentir.
-no te preocupes no te va a doler… mucho- susurró en mi oído. Me estaba bajando los pantalones cuando una voz lo interrumpió.
- ¿Qué le hacen a ese chico ratas enfermas?
- ¿y a ti qué te… oh Mello! Eh siento que nos veas en esta situación, es un malentendido…- el de ojos de víbora parecía realmente asustado. Abrí mis ojos y vi a un muchacho rubio vestido con ropa gótica y una gran cicatriz en el lado izquierdo de su cara. Había un chico pelirrojo con goggles atrás de él apoyado en la pared jugando con una pequeña consola y un cigarrillo en la boca.
- oh claro, es un malentendido. Perdón por interrumpir, volveré más tarde…¿acaso crees que soy tan estúpido para creer eso? – gritó el rubio. – váyanse de aquí ahora y les perdonaré su patética vida.
- si claro, gracias- dijo asustado subiéndose los pantalones y corriendo con todas la ratas de su grupo detrás. Una vez que se fueron, el pelirrojo largó una carcajada sin sacar sus ojos del video juego.
- De verdad te tienen miedo Mello…
- Las ratas siempre son cobardes, Matt- dijo con una sonrisa fanfarrona. – ey! ¿Estas bien?¿qué pregunto? Obvio que no estas bien…
Me le quedé viendo como hipnotizado, me pasó mi mochila y yo reaccioné.
-emm muchas gracias…no sé qué hubiera pasado si no hubieras aparecido…
-Te hubieran violado, compadre-soltó el pelirrojo e inmediatamente el rubio le lanzó una mirada asesina- Perdón. Comentario insensible.
- No, esta bien. Si eso es lo que iba a pasar… -dije pensando en lo que me podrían haber hecho.
-No te preocupes, ya se fueron y no te volverán a molestar. Por cierto, ¿cómo te llamas?
- Nate. Nate River, pero me dicen Near. ¿Y ustedes?
- El gamer de allá es Matt… –dijo señalando al de goggles, quien al escuchar su nombre levanto la mano cómo saludo- y yo soy Mello… es todo lo que puedes saber. Bueno , me alegra de que no te haya pasado nada. Adiós. Vámonos Matt.
-Si.
-espera..¿volveré a verte? – en ese momento soné como la chica de alguna película dramática.
- Espero que por tu bien , no. Adiós corderito…- y se marchó. ¿Corderito? ¿En serio? Si no me hubiera salvado juro que lo mataba…