Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No te olvides de mí... por Juuri Kiryu

[Reviews - 31]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

jaja perdon por desaparecer, pero he tenido muchisimas cosas qué hacer, en dos días presento mi exámen de ingreso a la preparatoria y los estudios se sorbieron los pocos sesos que me quedaban. 

Pero he vuelto, muajaja (considerenlo como una amenaza o como animos, eso es a su gusto)

-          Niño tonto… - murmuro Gimli al ver como Legolas era abrazado por Boromir y estos eran acompañados por Eómer y ambos hombres eran, imaginariamente asesinados por Aragorn que trataba de poner atención a Eówyn, mas no lo conseguía del todo – a este paso, Aragorn nos matara a todos antes que Sauron – murmuro para si

 

-          Tienes razón, mi amigo – la voz del mago lo sobresalto – esos dos necesitan ayuda, aunque me temo, que sea más complicado de lo que parece

 

 

-          Este tipo de cosas siempre son complicadas para los hombres y los elfos – comentó Gimli, una vez repuesto del susto – nosotros los enanos nos limitamos a ser directos

 

-          Si, por eso hay tan pocos matrimonios entre ustedes – respondió el mago

Gandalf rio, después de ver la cara de enfado fingido que puso el enano. Había pocos que fueran más necios que esta raza. Luego miro al montaraz y se sorprendió al darse cuenta de que había olvidado algo sumamente importante. Se acercó a Aragorn y le dijo:

-          Amigo mío, tengo noticias para ti. Pero salgamos, no es algo que se deba hablar aquí – lo haló del hombro sin ejercer mucha fuerza, pero el moreno se movió inmediatamente.

 

-          Gracias a los Valares llegaste – suspiro y murmuró – esa chiquilla habla demasiado. Pero si la ignorase sería realmente grosero.

El mago rió, y pensó “por lo menos tienes algo de consideración con ella”. Llegaron a un balcón  en donde la luz de la luna iluminaba hermosamente la joven noche.  Aragorn suspiró nuevamente. Últimamente lo hacía muy seguido. Eran demasiadas cosas para una sola persona; no podían esperar que todo saliera perfecto ¿o sí? Miro de soslayo al mago; este parecía estar en otro lado, mas no quiso sacarlo de su ensimismamiento. Con las cosas que estaban pasando; pensó para sí; y lo que podría pasar no debían caer en el desespero.

Pero entonces (y no se explicaba por qué tuvo que hacerlo) miró hacia dentro del castillo. Y frunció el ceño, al tiempo que torcía la boca, en un claro gesto de disgusto. Legolas estaba riendo y bebiendo con Boromir y Eómer, quienes se veían en un gesto de amistad- hostilidad, pero al chico esto le venía importando realmente poco. Eómer les contaba algo y movía sus brazos como ilustración. A continuación los otros dos reían nuevamente. ¿Era posible? ¿En verdad le importaba tanto? ¡¿Qué era exactamente lo que sentía por Legolas?! Un largo suspiró salió de sus labios

-          Es bueno ver que al menos pueden despejar un poco sus mentes – comentó Gandalf, haciendo que el montaraz lo volteara a ver con una ceja arqueada – no me mires así – se excusó el mago

 

-          ¿despejar?-bufó Aragorn –  Prácticamente se lo comen con la mirada, y el no…

 

 

-          Claro que se da cuenta. Por eso tiene a Eómer controlado. – se rio el mago – Boromir es otra historia

 

-          ¿tú ya sabias de esto y no hiciste nada? – pregunto Aragorn

 

 

-          Aquí están tus noticias – respondió el mago sin hacer caso a la pregunta, pero señalando un halcón grisáceo, lo reconoció como un mensajero de Rivendel, más exactamente como el halcón que años atrás él mismo le regalara a Arwen – ¿prefieres que me vaya?

 

-          Lo último que quiero es que me dejes solo con esa niña rondando cerca – dijo el otro mientras se acercaba al ave y tomaba el mensaje, reconoció inmediatamente la caligrafía de Arwen: era clara y elegante; leyó el contenido rápidamente. No sabía si llorar o reír. Arwen había tomado la decisión de viajar con su gente a las tierras imperecederas. Soltó un gruñido que llamó la atención del mago.

 

 

-          ¿pasa algo? – inquirió el mayor, aun sabiendo ya la respuesta 

 

-          Creo que tengo una cosa menos por la que preocuparme – alzó los hombros - ¿también tú te irás?

 

 

-          En su momento. No habrá lugar ya para las cosas viejas si triunfamos - sonrió tranquilo y encendió su pipa – pero no te quedarás solo, no te preocupes.

 

-          ¿él también se irá? – miró a donde Legolas, con semblante perturbado

 

 

-          Si tú se lo pidieras, iría de ida y vuelta a la sala de Mandos – le dijo mirando también al elfo – pero deberías concentrarte en si habrá un mañana que puedas compartir con alguien

Habían sido días duros, luego del sitio en el abismo de Helm, Gandalf había decidido ir en busca de Bárbol, mas antes aconsejo a Theóden y a Aragorn  poner un poco de orden en las filas. Los hombres, aunque aliviados por haber ganado, aun lamentaban el costo. Muchas habían sido las bajas, y esto no ayudaba mucho. Legolas aunque preocupado por Haldir, estaba aliviado de ver que Boromir rápidamente había vuelto al combate, al parecer más fuerte que antes. Pero igual de impulsivo. Y Gimli… bueno Gimli había resultado ser mejor compañía de lo que imagino.

 Al día siguiente los jinetes, Theóden, Gandalf y lo que quedaba de la compañía partieron en busca de Bárbol. Al ver a los dos pequeños hobbits descansando muy tranquilamente; Legolas trató de detener los instintos asesinos que afloraron en Gimli, pero también enfadado con los menores, les dijo “¿no les parece que ya tuvieron demasiado tiempo de intimidad para ustedes solos?”   Y mientras Merry le dio una sonrisa socarrona, Pippin enrojeció súbitamente, ambas cosas para desconcierto de los otros.

El gondoriano y el enano despedían a Eómer, quien iba a reunir a todos los hombres de Rohan, pues si algo estaba claro era que si habían de morir, seria luchando. El príncipe del bosque negro cuidaba de su amigo; para alivio de Aragorn, por cierto, pues así ya no estaría con el par ese de hombres. Aunque si alivio no duro tampoco, pues a las pocas horas ya se encontraba desconfiando del general de Lórien. Lo cual causaba bastante gracia al mago. Entonces el montaraz decidió ir a “visitar a Haldir”

-          ¿Cómo estas amigo? – preguntó con genuino interés al entrar en la tienda del elfo

-          He estado en peores situaciones, ciertamente – rió Haldir al intuir el verdadero motivo de la vista, y miró cómplice a Legolas quien enrojeció y desvió la mirada

-          Mentiroso, te has estado quejando conmigo todo este tiempo – le acusó divertido el menor

-          Eso no es cierto. Simplemente comento lo desagradable que es esto -  aclaró el otro elfo

-          Bueno, supongo que son comentarios muy largos ¿no? – ironizó el heredero de Isildur

-          Conociéndolo seguramente así es – se oyó la voz de Gandalf quien entró a revisar las heridas de Haldir

-          ¿está bien? – se asomaron dos rubias cabezas por atrás de Mithrandir – ¿ya se curó?

-          Legolas, Eómer dijo que… - y como no, entraron Boromir y Gimli – ¿por qué hay tantas personas aquí?

-          Al parecer a nuestros amigos les dio un repentino interés por mi estado – dijo entre risas el herido

-          ¿repentino interés? Eso ofende, nosotros nos preocupamos por todos siempre – alegaron los hobbits

-          Bueno ya que al parecer no estarás solo, te dejo en buenas manos – se despidió un sonriente Legolas, que fue seguido por dormir, y estos fueron seguidos por un silencioso montaraz, cuando los dos primeros estuvieron “solos” fue Legolas el que habló primero - ¿al fin te has decidido?

-          Si – contesto feliz el gondoriano

-          Me alegro. Supongo que habrás escogido lo que te aconseje, ¿no es así?

-          Supones bien. Pero será a mi modo – suspiró – no quiero hacerle más daño

-          Es lógico – sonrío el elfo – no te arrepentirás. ¿decías de Eómer?

-          Se fue enfurruñado por que no has ido a despedirle. De verdad le has hechizado – comentó como si nada el hombre

-          Tal vez. Pero no lo quiero de esa forma

“no lo quiero de esa forma” fue lo único que necesito el montaraz para que su corazón saltara de felicidad.  Y por lo que había oído, Boromir y Legolas no tenían ese de tipo de relación. No pudo evitar interrumpirlos, pero sin dar a conocer que los había oído. Porque él no era el tipo de personas que  hacen esas cosas. ¿Cierto? ¿Cierto? bueno a esas alturas ya no le preocupaba tanto. Así que carraspeó y se dirigió a ellos con esa sonrisa tan suya. Legolas sonrío sin poder evitarlo, y Boromir lo miró escéptico. Apostaría a que los estuvo espiando.

-          Legolas, ¿me acompañas a pasear? – invitó alegre Aragorn

-          Claro. ¿Quieres acompañarnos? – miró al gondoriano con cara de “te invito, pero tienes que decir que no”

-          No lo creo. Iré con Merry y Pippin – se despidió con su mano y se alejo

-          …- Aragorn solo miraba al elfo, el cual se removió incómodo y comenzó a caminar - ¿aun sigues muy enojado conmigo? – dijo mientras caminaban a una parte alejada del campamento

-          Tal vez. Pero no tanto – se sentó a admirar el bello paisaje

-          ¿lo suficiente como para que me concedas un favor? – se ganó una mirada curiosa del príncipe y se acercó a este de manera de que el otro no pudiera zafársele

-          ¿un favor? – acercó su fino rostro al del montaraz

-          Uno muy grande – lo miró con seriedad

-          Pues, dime, ¿cómo puedo ayudarte? – sonrió de lado, viendo como el hombre acortaba la distanca entre ambos

-          Besáme – susurró con voz ronca – no lo pienses demasiado... sólo necesito saber que me equivoqué... que aún puedo remediarlo

Legolas estalló en carcajadas, para desconcierto y vergüenza del dunedán que lo miró con el rostro enfadado, pero sin moverse ni un poco.

-          ¿Por qué Mithrandir no puede equivocarse? – dijo el elfo entre risas y Aragorn alzó una ceja, evidenciando su confusión

Notas finales:

bueno... dejen por favor reviews, asi me animo a hacer mejor el examen :3 jaja ok no, pero si dejen reviews o.o


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).