Milo daba saltos, saltos y más saltos de alegría. Su alguna vez despiadado y duro maestro, hoy realizaba su más grande sueño: Tener una linda, hermosa y grata fiesta de cumpleaños. Dentro de dos odiosos días cumpliría nueve años, los cuales, por primera vez en su corta existencia, iba a celebrar con una gran fiesta que sería revolucionaria para todos los aprendices de caballero. Una persona muy especial para él no podía faltar y este era nada más y nada menos que Camus, el futuro santo dorado guardián de la casa de Acuario.
-Caaaaaamussss…-gritaba Milo a lo lejos, mientras corría a toda la velocidad que le era posible.
-Quién me llama??-interrogó el peli aguamarina sin reconocer al propietario de aquella voz tan chillona.
-Soy yo Camus. Es que acaso no distinguiste mi voz??-preguntó algo cansado el recién llegado.
-Perdóname Milo. Pero sinceramente no te reconocí pues como venías corriendo el tono de tu voz sonó muy diferente a lo normal-contestó el bello e inocente “hielito”.
-Ahhh…-haciendo un pequeño puchero-…no importa. Estoy sumamente feliz y nada podrá quitarme la emoción.
-Así??? Y se puede saber por qué??
-Claro. Justamente a eso vine. Mi maestro Kardia me hará una fiesta súper cool por mis nueve añitos…-exclamó el griego.
-Ja. Y por eso estas tan contento??. Yo pensé que se era otra cosa mucho más importante-contestó de forma hiriente, sin querer hacerlo lastimó los sentimientos de su amigo.
-Estas insinuando que no valgo la pena como para que me celebren un cumpleaños??-susurró al borde de las lágrimas. Le dolía demasiado el que su mejor amigo le dijera semejantes cosas.
-…-el francés no respondió. No hubo sido su intención de herir los sentimientos de su amigo, y más aun sabiendo que Milo era un tanto inmaduro, o era que él se creía mucho mayor por su capacidad de ocultar sus emociones y mostrarte siempre distante, frío???. Tenían la misma edad. No podía comportarse como un adulto, aún no.
-Discúlpame Milo. Tu sabes que eres mi mejor amigo, más lamentablemente me das cierta envidia ya que mi maestro nunca me haría algo así-dijo esbozando una sonrisa sincera.
-No te preocupes. Te comprendo, además ya no debes ponerte triste pues asistirás a la celebración como mi invitado de honor.
-Lo dices enserio??
-Por supuesto.
-Entonces iré con mi mejor ropa.
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En la casa de Aries…
-Ya pues Shion por favor, tu eres el único aquí que tiene buen sentido del humor-suplicaba Kardia. Si no lo hacía, se quedaría sin payaso para la juerga…digo celebración.
-Que no!!. No me hagas repetirlo una vez más o de lo contrario…-amenazó el peli verde.
-Más te vale que le hagas el favor Shion. Acaso no te acuerdas la vez que te vi con tu ya sabes quién haciendo tú ya sabes que…-exclamó Degel defendiendo a su amor secreto.
-…-rojo como un tomate.
-Gracias por defenderme Degel-murmuró el escorpiano.
-De nada.
-Y bien??-preguntó el maestro de Milo.
-Está bien. Lo haré…-exclamó Aries sin ánimos.
-Pues si es así. Ayúdenme a organizar todo para el reventón que habrá el viernes…nos divertiremos después los adultos, comeremos arto, beberemos y follaremos-soltó el desvergonzado de Kardia.
Continuará…