Miraba tras la ventana pensando en todo y a la vez en nada mientras aquel auto lo llevaba a su destino. Enfocó su vista en el espejo lateral y agradeció que los vidrios del vehículo fueran polarizados porque en ese momento debía tener una expresión de mierda. Se encontraba de camino a casa luego de haber asistido al cumpleaños de Kibum. La pasó de maravilla la mayor parte del tiempo.
Ese día Jinki lo pasó a buscar en su auto a casa para ir juntos a la fiesta de Kibum, ya que él no podía manejar, aún no tenía su licencia de conducir pero podría asegurar que Jinki tampoco debía tenerla, por como manejaba parecía un completo inexperto. Frenaba de repente y aun no se familiarizaba con el funcionamiento del auto, además de ser bastante brusco a la hora de conducir. No podía entender como aprobó el examen de conducir, pero ahora mismo ni el potencial riesgo de morir en un accidente de tránsito le preocupaba tanto como lo vivido hace unas horas en la casa de Kibum.
Decidieron jugar un juego, cada persona debía escribir un castigo en un papel y luego cuando alguien perdiera debía elegir uno de los castigos al azar y cumplirlo. El juego consistía en apretar los dientes de un cocodrilo de juguete que cerraba su boca de repente cuando eras el desafortunado que presionaba el diente detonante.
Todos se divirtieron con ese juego, había toda clase de castigos. En una ocasión a Minho le toco tocarle el trasero a Kibum, recibiendo un fuerte golpe como respuesta. Era todo un caos después de eso. Pero en cada ronda siempre había un ganador y ese ganador era Jinki. Eso hasta que que los demás invitados se aburrieron y solo 5 de ellos quedaron jugando (Jinki, Jonghyun, Kibum, Minho y Taemin). Ese fue el fin de la buena suerte del mayor –y la de Jonghyun.
Cuando el cocodrilo de juguete cerró su boca en torno al dedo de Jinki todos vitorearon con alegría porque el mayor finalmente había perdido y Jonghyun también lo hizo hasta que vio con pánico como el mayor tomaba el papel que el mismo había escrito hace unos minutos atrás.
Su corazón se aceleró, una mezcla de emoción y miedo lo invadió mientras recordaba con horrorosa exactitud las palabras que había escrito.
“Beso en la boca”.
Eso podría significar la entrada al paraíso o bien al infierno, dependiendo de quien fuera elegido por Jinki. Porque si Jinki lo escogía él –cosa que rogaba interiormente– estaría cumpliendo una de las fantasías que lo perseguía desde que conoció al mayor.
Jinki leyó el papel en voz alta y todos estallaron en risas y aplausos. El perdedor preguntó inocentemente si podía besar a Kkomde pero Key inmediatamente se negó alegando que jamás dejaría que Jinki pusiera sus labios llenos de gérmenes en su preciado bebé ya que no quería provocarle un daño psicológico.
Sólo le dieron opción de escoger a uno de los jugadores restante – Kibum, Minho, Taemin y Jonghyun. En ese momento Jonghyun se levantó con la excusa de ir al baño, estaba hecho un manojo de nervios. El mismo había escrito ese castigo con la esperanza de obtenerlo el mismo y poder elegir a Jinki, pero ahora los papeles se invertían y no sabía que resultaría de todo ello.
Cuando volvió junto a los demás Kibum lo regañó por tardarse tanto y añadió “tienes que besar a Jinki” mientras colocaba a Jonghyun junto al aludido. Jonghyun interiormente saltaba de alegría, pero a la vez tenía miedo de ser demasiado obvio con sus intenciones, por lo que respondió con un “¿por qué yo?” y caminó hasta su asiento alejándose del mayor.
Una vez sentado se maldijo mil veces por ser tan idiota, Jinki no perdió oportunidad y dijo que simplemente besaría a Taemin ya que estaba sentado junto a él y quería terminar pronto, no sin antes dirigirle una extraña mirada mezclada con decepción y advertencia. Jinki se acercó al menor de todos dispuesto a terminar con su castigo, pero Jonghyun los interrumpió antes de que pudiera hacerlo, con la excusa de que no se veía bien desde ese ángulo y necesitaba ser visible para todos o no sería valido –en realidad solo quería retrasar el momento.
Pero por mucho que lo retrasó, no lo evitó. Jinki terminó besando a Taemin y él como un masoquista contemplo cada detalle. Vio como los abultados labios del mayor rozaban los de Taemin sin temor y sintió tanta envidia y celos que pensó que moriría ahí mismo. Desde hace meses soñaba con poder probar esos labios y ahora Taemin le robaba la oportunidad.
El resto de la tarde se mantuvo lo más alejado que pudo de Jinki sin llamar la atención. Hasta que acabó la fiesta y Jinki como prometió en la mañana le dio un aventón hasta su casa.
Cuando subieron al auto Jinki encendió la calefacción y Jonghyun se quejó de que hacía calor sólo para ser fastidioso, porque estaba molesto con el mayor. Luego Jinki encendió la música y Jonghyun volvió a quejarse. “Quiero hablarte en el camino, con la música no podrás escucharme.” Con cada acción del mayor Jonghyun se quejaba de algo; aunque sólo fue durante los primeros minutos porque pronto Jonghyun se cansó de ello.
“No dijiste que querías hablarme” Preguntó Jinki luego de unos minutos de silencio, pero Jonghyun se limitó a responder con un simple no y ninguno de los dos volvió a hablar después de eso.
Ahora, sólo estaba en silencio mirando a través de la ventana, mientras pensaba en lo estúpido que fue al escribir ese castigo.
No sabía cuál de todas sus acciones fue más estúpida, escribir el castigo, negarse a hacerlo, permitir que Jinki lo cumpliera y besara a Taemin o estar molesto con Jinki por un error que el mismo había cometido. Definitivamente lo más estúpido eran sus sentimientos. ¿Cómo podía gustarle Jinki? Habían sido los mejores amigos desde siempre, los mejores amigos no se gustaban, ni se besaban mucho –menos tratándose de dos chicos. Pero sus estúpidos sentimientos buscaban ir en contra de las reglas tácitamente establecidas de los mejores amigos y ahora tenía una inexplicable obsesión con Jinki. Era ilógico que le gustara ahora, después de tantos años de amistad. Incluso ambos habían tenido novias.
Su cerebro no entendía y su corazón no hacía nada por ayudarle a entender.
El beso de Jinki y Taemin se repetía una y otra vez en su cabeza, torturándolo dolorosamente. De verdad se odiaba por ser tan idiota ¡Sólo debió aceptar las palabras de Kibum y besarlo! Que importaba si los demás sospechaban de él, al menos habría podido besar a Jinki.
Sentía un escozor en las esquinas de sus ojos, las lágrimas se acumulaban allí amenazando con derramar su angustia.
Aun si moría de celos, nada superaba la sensación de tristeza que lo invadía. Que le gustara su mejor amigo apestaba. Su corazón dolía con sólo recordar como Jinki besaba a Taemin. Deseaba poder enamorarse de alguien que lo quisiera, alguna chica linda que lo amara solo a él y salir de ese enredo de sentimientos en el que se había sumergido hace unos meses por culpa de Jinki. Aunque en realidad sólo deseaba que Jinki lo quisiera de la misma forma que él lo hacía.
Entonces pensó en Jinki, y lo que habría sentido con ese beso. Volteó su rostro hacia él y se sorprendió al ver su expresión. Era como verse en un espejo, imaginaba que así de descompuesto se veía su rostro. El mayor parecía triste y distraído. Si alguien los viera cualquiera creería que venían de un funeral en vez de un cumpleaños.
Y se sintió aun peor, porque estuvo todo el tiempo sumergiéndose en su propio dolor y no pensó en cómo se sentiría Jinki. Dejo de ver al mayor y volteó su mirada devuelta a la ventana, sentía que al ver a Jinki la angustia se duplicaba.
-Detén el auto – ordenó Jonghyun. Jinki lo miró por unos segundos con confusión antes de volver a enfocar su atención en el frente. – Detén el auto – repitió Jonghyun y esta vez el mayor obedeció, estacionando el auto.
-¿Qué pasa? – cuestionó Jinki cuando se detuvo.
-¿Qué pasa?– repitió Jonghyun mirándolo fijamente mientras que Jinki fijaba su atención en el manubrio – ¿Cómo te sientes? ¿Algo anda mal?
Jinki giró su rostro par encontrarse con la mirada de Jonghyun y de inmediato se arrepintió volviendo su atención al manubrio. Dio un largo suspiro y luego de unos minutos de silencio respondió.
-¿Por qué te negaste? – Jonghyun sabía perfectamente a lo que se refería, pero aun así no quiso responder enseguida.
-¿Por qué besaste a Taemin? – contraatacó.
-¿Estás celoso? – Y esa era una de las cosas comunes de su amistad, cuando alguno de los dos tenía miedo de decir algo se atacaban con preguntas hasta que uno cedía, pero está vez Jinki no estaba para juegos. – Responde – le exigió.
-Sí, estoy celoso. – Al parecer Jonghyun tampoco quería jugar – Sabes que detesto que seas tan cariñoso con otras personas. Sabes que soy egoísta y que quiero a mi mejor amigo solo para mí.
- Entonces ¿Por qué dejaste que besara a Taemin?.... ¿Por qué te negaste? – volvió a preguntar.
-Porque… no lo sé – respondió Jonghyun, aunque su respuesta le valió un suspiro decepcionado de Jinki – Bueno… – intentó de nuevo – quería ser yo quien te besara pero no quería ser tan obvio con mis sentimientos, aunque ahora lo estoy siendo y.. – Jonghyun hablaba a toda prisa debido al nerviosismo y Jinki apenas captó las primeras palabras pero aun así lo interrumpió para hablar.
-¿Querías besarme? – Jinki enfocó sus ojos en Jonghyun, mirándolo perplejo.
-Si – respondió casi en un susurro – yo fui quien escribió ese castigo del beso… y esperaba poder sacarlo para cumplirlo contigo… pero resulto así y… – Jonghyun miró a Jinki y vio como sus mejillas se coloreaban levemente ante sus palabras. Un rayo de esperanza atravesó por su mente, ahora tenía otra oportunidad y no la desaprovecharía. – ¿Puedo hacerlo ahora? – se atrevió a preguntar aunque aun sin escuchar la respuesta se acercó a Jinki.
Jinki asintió levemente con su cabeza y Jonghyun pudo notar como sus mejillas se ponían aun más rojas, sin esperar más hizo lo que tanto deseaba hacer. Rozó sus labios con los de Jinki y al fin pudo sentir lo suaves y abultados labios de felpa que contemplo tantas veces. Se sentía mucho mejor de lo que imaginó. Ese simple contacto envió descargas eléctricas por todo su cuerpo –especialmente a su corazón que latía a mil por hora. Ya no tenía que imaginar nunca más como se sentiría, porque ahora mismo estaba moldeando sus labios con los de Jinki, sintiendo su respiración junto a la suya y no había nada más que pudiera pedir.
Se separaron luego de largos segundos, pero Jonghyun no se apartó demasiado. Solo estaban a unos centímetros de distancia y se miraban fijamente a los ojos. Toda la angustia, dolor y celos desaparecieron en un instante y solo quedaban ellos dos y el latido acelerado de sus corazones.
Jonghyun podía ver como los ojos de Jinki brillaban con intensidad y entonces se armó de valor para ser sincero con él.
“Me gustas”, confesó acompañado por otro beso corto. “No sé porque, no sé desde cuándo, pero me gustas y no quiero arruinar nuestra amistad, pero no sé que hace con estos sentimientos”.
Un “al fin” por parte de Jinki y un tercer beso –que no sería el último de la noche– bastó para que el corazón de ambos se tranquilizara, de cierta forma, y latiera al mismo ritmo. Un ritmo que esperaban durara mucho mucho tiempo.
El resto del camino Jonghyun continúo mirando a través de la ventana y volvió a agradecer que los vidrios fueran polarizados porque en ese momento no quería ver la cara de idiota enamorado que llevaba al sostener la mano de Jinki junto a él.