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UN ROMANCE PARA KELLIN por suicidal teddy

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UNA CANCIÓN PARA JAKE

 

Las calles se sucedían una tras otra, exhibiendo sus casas maltrechas, de paredes oscurecidas, que se alternaban con edificios pequeños, aparentemente deshabitados y de aspecto siniestro. No era su vecindario, pero casi podía reconocer los rostros de aquella gente, las historias que ocultaban sus voraces miradas, de un lugar idéntico al suyo, en donde había crecido descubriendo en cada anécdota propia o ajena, el lado amargo del mundo, de seres humanos cuya felicidad significaba dinero; mucho o poco, sus números podrían decirte que tan grandes eran tus sueños y que tan lejos te encontrabas de ellos. Por eso la astucia, la sospecha, el engaño eran usados como armas y escudos para sobrevivir día a día.

 

Naturalmente, su ex novio, nada sabía de eso; pertenecía una familia acomodada, de padres amorosos que le habían enseñado la humildad. Nada le había faltado e incluso a los quince años había descubierto su talento en el deporte que en poco tiempo lo llevaría al éxito, a solventar sus propios gastos y a comprarse una casa maravillosa con tan sólo veinte años. Su vida estaba marcada por la buena fortuna. Quizá por eso, sin importar qué, siempre confiaba en que nada podía salir tan mal, no sólo por él, sino por el resto del mundo y tal vez por ello, lo amó en un primer momento.

 

Pero era una gran mentira; las cosas siempre pueden estar peor y, en un lugar como ése, era preciso encontrarlo. Sabía que nada grave le pasaría, pero no debió dejarlo allí.

 

Se detuvo en la esquina en donde lo había visto por última vez; recordó su mirada dulce perdiéndose en el espejo retrovisor de su auto mientras se alejaba a toda velocidad, demasiado enojado como para pensarlo dos veces. Sólo al salir de aquel vecindario y encender un cigarro, se arrepintió.

"Siempre haces que quiera retroceder el tiempo" se dijo Jake mentalmente. Unos metros más allá, divisó a dos niños que jugaban con lo que parecía un álbum de figuritas. Se acercó a ellos con el auto.

 

- ¿Han visto a un tipo alto, con una gorra roja y casaca negra? - les preguntó.

- ¿Uno que se llama Mark? - respondió uno de ellos con cautela -. Hace un rato estuvo aquí. Se fue por allá - agregó señalando al horizonte.

- ¿Es tu amigo? - dijo el otro. Era menor, probablemente tenía unos seis años -. Nos ha dado dinero para más figuritas - y le presumió un billete que sacó a medias del bolsillo de su pantalón.

- Callate, Josh - intervino el primero -. Es un extraño -. Finalmente decidieron ignorarlo y volvieron a concentrarse en el álbum.

 

Continuó su marcha calculando el tiempo que había transcurrido desde que había visto a Mark por última vez. Se preguntó si media hora era suficiente para que lograra marcharse del lugar o si aún estaba por allí, perdido en alguna callejuela.

 

Encendió la radio y una canción de Oasis acarició sus oídos. La melodía se filtró en su memoria extrayendo un viejo recuerdo; en un auto como ese, con las mismas palabra flotando en el aire y Mark como acompañante.

 

Era una mañana soleada y conducía rumbo a una de esas playas espectaculares en las que su novio gustaba veranear con sus amigos, pasando el día surfeando o contemplando el mar desde el yate de alguno de ellos. Prefería estar en cualquier otra parte, pero Mark había insistido con esa afanosa idea de que los motivos para divertirse son universales y no estaba de humor para abrirle los ojos en esa ocasión.

 

Así que se dejó llevar como una hoja al viento y, para disipar el mal humor que se clamaba en su pecho, había encendido la radio; todo un disco de Oasis y Champagne Supernova era la última canción de la lista.

 

- Ha terminado - señaló Mark mirando la pantalla del equipo -. ¿Qué vas a poner?

- Uhm - resopló buscando en las carpetas del reproductor.

- Escuchemos algo divertido, quiero decir más alegre - sentenció Mark. Conectó su teléfono sin esperar su respuesta.- ¿Rihana está bien?

- No.

- ¿Por qué? Es sensacional...oh de acuerdo. !Entonces Beyonce! No puedes decirle que no a Beyonce.

- Olvidalo, Mark - espetó.

- Ah - resopló de buen humor-. A ti te gusta esa música muy seria. Como la que haces. ¿Sabes qué sería gracioso?-. Su novio esperó su respuesta sin éxito -. Que tú, que escribes esas canciones de amor tan profundas, tengas una historia que sea contada en una de Katy Perry. De hecho sé cuál es y la pondré para que la escuches - sonrió.

 

- Deja eso - indicó al verlo ejecutar sus intenciones.

- Jake, no seas malo, será divertido. Es nueva y la verdad, tiene mucho de lo que siento. Dale una oportunidad - insistió dándole un beso en mejilla.

Por supuesto, Mark estaba acostumbrado a que nada le sea negado. De modo que al percatarse de su silencio, asumió su consentimiento.

 

Oh no, did I get too close?
Oh, did I almost see what's really on the inside?

 

Era un engreído.  Una vez más constató que era un error estar con él y que su relación estaba apunto de terminar.


All your insecurities
All the dirty laundry
Never made me blink one time

 

- Te dije que era estupenda - comentó Mark -. No te enojes. Apenas termine, no vuelvo a molestar - le dijo amablemente, pero lo ignoró. No tenía deseos de hablar con él -. Ya quiero que lleguemos, el día está espectacular ¿no crees?

El semáforo cambio de luz y se vio obligado a detenerse.

- Ah sí - prosiguió Mark -. ¿Has traído traje de baño?...bueno no importa, yo tengo un par en mi mochila, por si acaso. Sé que no eres de esas cosas, pero tengo la esperanza de que cambies de opinión - le dijo animadamente.

 

I'll take your bad days with your good
Walk through the storm I would
I do it all because I love you, I love you

 

- Y después de esto tengo que volver a mi programa de entrenamiento - estiró sus brazos -. Eso también será genial, aunque me preocupa que no podamos vernos tan seguido. Tenemos que coordinar nuestros horarios.

 

Mark había comenzado a parlotear otra vez. Tenía la necesidad de llenar el silencio hablando de cualquier cosa, como si mantener una conversación fuera el sinónimo de éxito, de cercanía. No comprendía su valor y se esforzaba demasiado por evitarlo, a pesar de que estaba claro que era poco comunicativo. Esto le molestaba porque sentía que quería cambiarlo.

 

- Open up your heart and just let it begin, Open up your heart - Mark comenzó a cantar en voz alta, desafinando en cada nota.

- Basta -apagó la radio.

- No te enojes, es en serio - explicó con calma. Sus ojos verdes brillaban intensamente y supo que estaba a punto de revelarle algo importante -. Ya sabes que tu y yo estamos en dos caminos diferentes. Hemos tratado de superarlo, pero no hemos tenido mucho éxito ¿verdad?. Sin embargo estoy seguro de que vamos a encontrar un punto medio. Tal vez no entienda muchas de tus cosas, pero eres el amor de mi vida y creo que eso me ayudará a hacerte feliz.

 

- Podrías comenzar dejando de hablar.

 

Finalmente Mark no volvió a dirigirle la palabra durante el resto del camino.

 

Ahora que lo pensaba, quizá pudo explicarlo mejor; su semblante no se habría apagado de esa forma, aunque luego, al llegar a la playa, se haya recuperado totalmente. Era feliz con suma facilidad y por eso sus palabras no le afectaba realmente...¿o sí?. Suspiró; acababa de salir de aquel vecindario sin hallarlo. Era inútil; el tonto debía estar en su casa o peor aún, con el idiota de Ryan.

 

A pesar de que trató de consolarse con esa idea no pudo dejar de preocuparse. Era una tontería, pero se preguntaba si Mark estaba bien. Sabía que no estaba molesto con él, nunca lo hacía y quizá hasta podría buscarlo, pero faltaba algunos días para que fuera al café y tampoco conocía su nueva casa. Sin embargo, al día siguiente, la suerte estuvo a su favor.

 

La tarde estaba muriendo y se dirigía al supermercado para comprar algo de cenar cuando una canción desconocida interrumpió el silencio. Eran ritmos de rap reproduciéndose debajo del asiento del copiloto; se agachó y encontró un teléfono móvil con la pantalla encendida y la palabra “casa” escrita en ella. Contestó.

 

- Jake, necesito mi teléfono - le habló su ex novio -. ¿Puedo ir a recogerlo?

- ¿Quién eres? - preguntó por molestar.

- Soy Mark. Disculpa, no me presenté.

- El Mark que conozco no tiene mi número.

- Pero si el móvil que tienes en la mano es mío. ¿Cambiaste de número? De allí me lo das para estar en contacto - le dijo con una mezcla de sorpresa y serenidad en la voz.

- ¿Para qué? Tú fuiste el motivo para que lo hiciera en primer lugar - explicó.

- Oh, ya veo - suspiró Mark decepcionado -. Lo siento, no dije nada.

- Ah.

- Necesito mi móvil. Lo dejé caer a propósito cuando me di cuenta de que me ibas a echar de tu auto. Tengo algunas cosas que no quiero perder allí - comentó de buen humor, como si todo aquello hubiese sido una feliz anécdota.

- Nos vemos en la puerta de la cafetería en cuarenta minutos.

- Excelente, allí estaré.

 

Colgó. Mark no solo no estaba molesto por lo sucedido, sino que se atrevía a llamarlo con el mejor estado de ánimo del mundo. No había cambiado y quizá no sería mala idea considerar la posibilidad de llevarlo a dar una vuelta por la playa.

 

Quizá

 

*******************

El chico lindi bajó del taxi rogando que Ryan aún estuviera esperándolo. Esbozó una sonrisa de alivio a toparse son las grandes pupilas azules de su amigo, mirándolo con alegría y reproche a la vez. Se acercó a él casi corriendo y lo abrazó brevemente.

- Ryan préstame dinero para pagar el taxi. He olvidado mi billetera en el carro de Jake - mintió. Le habían robado todo lo que tenía de valor, una lástima, pero era parte de vivir.

- Rana de estanque - refunfuñó sacando la suya -. Ahora te buscará con esa excusa - le entregó un billete.

- ¿Perdimos la función? - preguntó el chico lindi después de despedirse del conductor.

- Por supuesto. Solo te estaba aquí porque me prometiste que volverías. Después de todo ¿Que está haciendo ese idiota en la ciudad?. Creí estaba ocupado en sus giras.

- Lo encontré de casualidad en una cafetería.

- Esto no es una cafetería.

- Bueno...

- ¡Mark! - regaño  con el ceño fruncido.

- Creo que podemos ser amigos. Lo nuestro es parte del pasado, así que...

- No importa. Jake es un idiota con cualquier persona. No tienes necesidad de ser su amigo.

- ¿Por qué estamos peleando? - cambió de tema rápidamente -.Mira, al frente hay un bar. ¿Por qué no vamos a tomar algo? Tú pagas porque no tengo dinero ahora.

- Vividor.

- Para un niño rico como tú, una cerveza no es nada.

El chico lindi tenía la mala costumbre de emborracharse apenas llegaba a una fiesta o un bar, pero en esa ocasión prefirió tomar las cosas con calma mientras conversaba con su amigo. Al cabo de un par de horas ambos estaban algo bebidos, sobre todo Ryan, quien se había vuelto repentinamente cariñoso.

- Dime, ¿No sientes nada por Jake? - le preguntó tomando sus mejillas con ambas manos.

- Le tengo mucho cariño, siempre lo haré - no le había contado que salía con otra persona, con "esa" persona. Era mejor así.

- No quiero que vuelvas a verlo - luna llama se encendió en sus ojos -. Mark, no quiero que lo sigas amando - lo besó.

 

No lo vio venir; era lo último que esperaba. Se apartó de Ryan amablemente.

 

- Creo que estoy enamorado de ti - confesó tomando su mano. Lo decía con tanta sinceridad que temió por la situación.

- ¿Qué dices Ryan? Tú estás enamorado de Sean.

- Ya lo sé, o no lo sé. Cada día que pasa me digo lo mismo. Pero siento que si tu quisieras podríamos ser felices juntos, Mark.

- No seas tonto, Ryan. Lo que tienes con Sean es genial. Deja de pensar en eso que lo único que vas a lograr es que se aleje de ti y lo peor; vas a descubrir que es el amor de tu vida cuando lo hayas perdido. Imbécil.

 

Ryan asintió con la mirada en el suelo.

- Tengo que estar aquí para salvar tu pellejo, estúpido - lo abrazó fraternalmente -. Dame las gracias.

- En tus sueños, estupidisimo.

 

Con cuidado, doblé la hoja en cuatro, delineando los bordes con la yema de mis dedos. La furia en mi corazón había disminuido a medida que escribía esa historia, pero aún me faltaba algo para sentirme tranquilo.

 

- Aquí tienes - lancé el manuscrito en dirección a Mark -. Ahora vete.

 

El papel cayó lentamente en la alfombra . Mark se levantó del sillón desde donde me había escuchado narrar su historia y lo recogió.

 

- Craig, estás enojado y lo comprendo - comenzó a decir -. Debí contarte antes sobre el asunto de Jake, pero intuí que tendría problemas y decidí esperar.

- Dije que te fueras - repetí evitando su mirada. Mark no estaba tomando en serio la confesión de Ryan. Era una tontería, pero me fastidiaba que estuviera intentando involucrarse con él.

- No quería preocuparte - apoyó la palma de sus manos sobre mis rodillas. Su mirada era tan dulce y sincera que era inaceptable que Jake haya sido una mierda con él. A diferencia de Kellin, Mark siempre buscaba la conciliación en lugar de reclamar como un desquiciado -. Jake es una persona muy complicada, lo lamento - y si supiera que además estaba rondando a Kellin, probablemente se sentiría muy decepcionado.

 

Acaricié sus cabellos y besé sus labios dejando una sonrisa en su lugar.

- Me gustaría poder cerrar mis círculos escribiendo historias como tú - se sentó a mi lado y se acurrucó en mi pecho. La calidez con la que hablaba me envolvió inmediatamente -. Sería mucho más sencillo.

- Lo lograrás a tu modo. Eres una persona con mucha fortaleza. Me gustaría haberte conocido antes que él. De esa forma el chico lindi aún creería en el amor.

- Vaya, Craig, siempre he dicho que eres más cursi que yo. Eres tan poético ¿Sabes? Estoy verdaderamente agradecido de haberte conocido. Sin importar el momento, creo que tenerte conmigo es espectacular - su buen humor seguía intacto a pesar de que había tenido un mal día.

- Vayamos a cenar mañana. Prepararé una sorpresa para ti.

- ¿Qué tipo de sorpresa?

- La idea aún está formándose en mi mente. En unas horas lo descubriré.

- De acuerdo. Entonces yo también pensaré en algo. Ya sé que es - reveló en voz bajita.

- Mark - llamé al cabo de unos minutos.

- Dime - respondió con sueño.

- ¿Porque nunca te molestas con él? - me atreví a preguntar. Necesitaba entenderlo, de lo contrario moriría de celos.

- Ese chico escribe las canciones de amor más conmovedoras que he oído jamás. Creo que es una gran persona...es solo que nunca ha amado. Espero que pronto lo haga.

- No dejes que su obscuridad te alcance otra vez.

- No volverá a suceder - aseguró con un hilo de voz. Estaba a punto de quedarse dormido -. ¿Craig?

- ¿Sí?

- ¿Aún falta mucho para que escribas sobre Kellin?

- Espero que no - respondí. Dependía de la bolita, después de todo.

- De acuerdo - alcanzó a decir antes de que su cuerpo perdiera la voluntad.

 

Sus ojos se habían cerrado y respiraba lentamente, ajeno a lo que sucedía a su alrededor. Aproveché el momento para enviar un mensaje de texto a Jake. Era inútil, pero debía hacerlo. El sujeto había perdido el tiempo con Kellin mientras Mark lo esperaba como un idiota frente a la puerta del teatro.

 

"Aléjate de Kellin o me aseguraré de que sepa qué clase de persona eres"

 

"Acaba de aceptar una cita conmigo"

 

Bolita del demonio. ¿Acaso no escuchaba mis advertencias? No iría a ninguna parte.

Notas finales:

Prox cap: cita doble


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