Para los queridos lectores; Hemos puesto esto en vez del encabezado para poder captar su atención y decirles algo importante de nosotras. Ambas (Vi y An) comenzamos con este proyecto hace ya mas de dos años, asumiendo que era, por decir lo menos una idea alocada y algo irracional, nos ha tocado ver gente queriendo mucho nuestro trabajo y otros tantos odiándole por tener entre sus líneas una relación no consentida y embarazo masculino entre dos hombres considerados de lo más machos y de lo más incompatibles entre ellos, aún así, hemos ido de a poco haciendo esto con esfuerzo para que su lectura fuera de lo mas amena, esto tiene sentimientos nuestros, ideas nuestras...Y sobre todo dedicación. Damos gracias sinceras a todos y todas quienes hasta ahora nos leen y nos han acompañado durante todo este tiempo. Atte: Las Autoras
Habían pasado diez días desde el nacimiento de Yuu y Kamijo tenía una movilidad bastante mas buena, las cosas pasaban con calma y bastante relajadas, solo quedaba una cicatriz pues los puntos se habían ido ese mismo día por la mañana.
Kamijo acariciaba lentamente el cabello de su bebé, el cual dormía contra su pecho un tanto arrullado en su cuerpo, removiendo sus manos de vez en cuando, pues su ocioso padre lo único que deseaba era poder interactuar un poco.
— Kamijo, tenemos visita… — Comentó Masashi desde la puerta y la abrió de a poco, para ver si su pareja estaba apto.
— Oh, claro, estoy con ropa — Comentó, pues ocupaba un buzo negro con plomo y una camiseta, ya que habitualmente por la herida ocupaba pijama.
— ¡Kami-chan! — Exclamó Teru pasando y sin pedir permiso se tendió a un lado del rubio, mirando como dormía el bebé. — El pequeño Maachan~ — Susurró besando la frente del bebé con ternura. — En realidad es muy parecido a Maachan… — Dijo mirando el cabello negro del pequeño.
— ¡Hey, no lo insultes, es hermoso como yo! — Reprendió con cierto ego el rubio.
-Kamijo-Musitó Yuki en forma de saludo mientras pasaba, seguido de Masashi quien les miraba de mala gana.
— No sé si me dijo feo o se auto dijo hermoso… — Musitó para sí mismo el azabache y fue hasta donde estaba su pareja, tomando al bebé y pasando de este a Yuki, para ayudar a sentarse al menor en la cama. — Ya esta…
— ¿Y por qué nunca me lo dejan a mi? — Preguntó abultando sus labios el peliplata, que de inmediato fue hasta donde estaba Yuki, mirando al bebé dormitar. — Yo también quiero uno… — Se quejó habiendo morros con sus labios.
— Si, Teru, sigue soñando… —Comentó el castaño al tiempo que se sentaba en el sofá del cuarto para poder mecer al bebé.
— Dejen de gritar cerca de él… — Gruñó Kamijo y se acercó sin problema alguno, cogiendo al bebé y mirando con recelo a ambos. — Luego no dormirá bien y me despertará mas temprano… — Regañó y fue hasta la cuna, dejando al pequeño en esta y arrullando su cuerpo entre las mantas. — Así esta mejor…
— Es como un león… — Musitó Yuki al oído de Teru con cierto temor.
— No, es como una leona con cachorros. — Exclamó de manera efusiva Teru, haciendo señas con sus manos, simulando garras.
— ¡No creas que no te he escuchado! — Siseó el rubio de mala gana y acercándose a golpear al mas bajo, dejando caer su mano de manera pesada sobre su frente.-Uh…Por cierto…Has…¿Has sabido sobre Hizaki? — Preguntó un poco mas calmado, quitando las vista de Masashi quien de inmediato se preocupó.
En todos esos días ninguna noticia de Hizaki, mas allá de lo que Teru y Yuki le contaban cuando pasaban por la casa, lo cual era prácticamente todo los días por capricho de ambos al querer ver a Yuu.
— Lo de siempre, no nos ha dicho por qué se molestó contigo, como tú no los dices, solo unas preguntas cortas y cambia el tema… Kamijo ¿Qué pasó?-Preguntó alzando una de sus cejas Yuki, había sido bastante paciente como paloma mensajera, pero mas allá de eso no quería pasar y no pensaba elegir entre sus amigos.
— Uh…Chicos, lo siento…Pero tengo que salir, Masashi ¿Te quedas con los chicos? — Preguntó Kamijo con una leve sonrisa, un tanto ladina.
— ¿Qué planeas? — Preguntó cruzando de sus brazos, conocía suficientemente bien a Kamijo como para saber que algo tramaba.
— Tengo que visitar a Hime-san, digamos que el ego de princesa se le ha subido mucho a la cabeza. — Todos miraron un poco intimidados a Kamijo, su voz había cambiado y parecía incluso rozando con lo molesto.
— Teru, te encargo a Yuu, pero no lo muevas. — Pidió Masashi. — Iré con Kamijo así que ya saben, no tardaremos mucho.
Sin mas contratiempos Kamijo se cambió de ropa, por algo mas ‘decente’ según él para salir y fueron a la casa de Hizaki, el trayecto fue silencioso, a pesar de su insistencia, el rubio no soltaba nada de lo que tenía planeado, incomodando bastante al mayor.
—¿Qué le dirás? — Insistió Masashi abriendo la puerta del automóvil y ayudando de a poco a su pareja.
— No te preocupes… — Procuró decir con voz suave, mirando hacía todos lados y abrazando cálidamente al mayor por sobre los hombros, disfrutando un corto beso de labios.
—¿Quién eres tú y qué le has hecho a mí Kamijo? — Bromeó Masashi, acariciando la cintura del rubio con mesura, pues nunca sabía qué podría pasar o qué podría hacer Kamijo.
— Baka, andando… — Tocó la puerta, esperando alguna respuesta de manera impaciente, hasta que lentamente la puerta se abrió, dejando ver a Hizaki, bastante casual.
— Oh, pero si es la pareja del siglo — Ironizó mirando a ambos. —¿Qué quieren?-
—¿Ahora no nos invitas a pasar? — Preguntó a la defensiva el rubio, cruzando sus brazos contra su pecho. — Me da igual, vengo a hablar con mi amigo y si no quiere dejarme pasar será cosa de él, pues ahora no estoy hablando con un Hizaki muy racional.
— Si me vienes a insultar por cosas que tú no quieres ver, mejor vete… — Dijo comenzando a cerrar la puerta pero la mano del rubio le detuvo.
— Es corto lo que tengo que decir ¿Me dejaras o mandaras una amistad de años a la mierda? — Si, Kamijo sabía cómo jugar y que decir para hacer doblegar un poco la voluntad de Hizaki, pero por otro lado, el castaño también sabía sus puntos débiles.
— Habla, no tengo tiempo para cuentos de hadas y el lindo vivieron felices para siempre.
— Sabes, si, tenías razón, puede que yo cambiara todo por las hormonas, si… Veía todo de otro modo y dudo que tú lo puedas ver, no estabas en mis zapatos en ese momento, no importa… Fue difícil, no lo negaré, hubieron muchas noches en que te necesite, en que soñaba con decirte la verdad, pero no pude, no quería quedar con menos orgullo del que ya me habían quitado en ese momento… — Musitó relajando su cuerpo, ambos miraron a Masashi, una mirada de bastante odio y una suave, casi como perdón. El azabache apretó los labios, incomodo.
— Pero hay algo que pasó, en mis sentimientos que fueran o no las putas hormonas como tú dices, hizo cambiar todo, vi lo que en verdad pasaba, vi quien era Masashi, pues a pesar de todos estos años me di cuenta que no lo conocía, que me cerraba mucho en las personas. — Sonrió un poco bajando su mirada avergonzado, sabía que se lo decía a su mejor amigo y no a su pareja, pero él estaba presente e influía bastante. — Pero él hizo en unos meses lo que nadie nunca pudo…Me hizo tragar mi puto orgullo y ego de Yo-soy-el-gran-Kamijo… Me hizo preocuparme en mí, me hizo padre…Me hizo amante, me hizo mil cosas Hizaki… ¿Y qué tiene que ver todo esto con lo que te vengo a decir? Pues… Yo amo a Masashi… — Dijo esto mirando al azabache, el cual estaba un tanto impresionado por las palabras de su pareja. — Y eso… — Dijo extendiendo su mano y entrelazando de esta con los dedos de su pareja. — No lo cambiará nadie ni nada en este momento, eres mi mejor amigo y si entiendes como yo me sentí en ese momento, entenderás como me siento ahora…
— Kamijo… — Musitó Hizaki, mirando un poco molesto aun a la pareja.
— No, espera…Te quiero Hizaki, pero nada se interpondrá con mi familia… — Era un término bastante personal, el cual nunca había mencionado antes, pero la mano junto a la suya le daba el valor necesario ante todo el mundo para pelear por lo que amaba. — Y mucho menos nada se interpondrá con mis sentimientos…Por esto, por todas las noches que Masashi me ayudo, me contuvo, me cumplió mis caprichos, por esas cosas que tú no sabes de nosotros… Yo lo amo y no quiero que te quedes pensando mal de él por lo que no sabes y crees…Así que…Ya sabes… Lo amo, no me hagas elegir a mi mejor amigo contra mi familia, porque la respuesta es clara y mas que nada, seguramente a ambos nos dolerá de igual manera…
— Tú, maldición. — Gruñó Hizaki mirando a ambos de igual manera. —¡Ni creas que te perdono del todo aún! — Ladeó la vista soltando un suspiro leve. — Creo que me sobrepasé, solo quiero tu bien… ¡Y tú! — Apuntó a Masashi — Le haces algo y te juro que te mataré. — Se cruzó de brazos de manera imponente.
— Gracias Hime-san… — Musitó Kamijo con una suave sonrisa y de inmediato soltó la mano del mayor, abrazando fuerte a su amigo y siendo claramente correspondido. Una sensación de plenitud inundo el pecho de ambos. — Me gustaría quedarme pero…Dejé a Teru con el bebé y dudo por la integridad de ambos. — Se disculpó y despidió un tanto sutil, pues tenía prisa en ese momento.
El camino a casa fue bastante movido, haciendo el tiempo pasar corto a pesar de haber pasado alrededor de dos horas fuera. En cuanto llegó se miró al gran espejó de la sala y apretó los labios, mirando su cuerpo. Ocupaba una camiseta negra, la cual se marcaba un poco, dejando ver su vientre bastante mas plano de lo que él mismo pensaba que quedaría.
— Masashi… — Musitó mirando sus caderas de manera detenida, pues era una de las pocas partes donde si se notaba su cambio, delineando ligeramente más su cintura de paso.
—¿Qué ocurre? —Preguntó mientras le miraba de reojo, sin duda Kamijo actuaba raro.
—¿Me veo mal? — Preguntó mirando al azabache el cual rodó los ojos de manera exagerada.
—¿Otra vez con eso? — Se quejó abrazando a su pareja por la espalda, tocando con cuidado el vientre, teniendo en cuenta que los puntos solo se habían retirado hoy por la mañana.
— Es que…Mis piernas y mi…Yo… —
— Oh, no, no… — Reprendió besando su cuello. — Eres hermoso, muy hermoso y aun luces sensual para mí. — Dijo entre broma y un ligero tono lascivo.
—¡Hey! — Exclamó avergonzado y se giró, mostrando un leve mohín de labios. — Desvergonzado, ya vamos a dormir, además, los chicos deben estar cansado de estar acá aburridos… — Se separó de a poco caminando con Masashi hasta su cuarto. Abrió su puerta y de inmediato vio a Yuki sentado bastante cómodo sobre la cama, con Teru sobre sus muslos, bastante mas cercano de lo normal mientras sonreían de manera ¿Boba? Todos cruzaron miradas por unos segundos hasta que un gran sonrojo se presentó en las mejillas del mas bajo.
—¡N-No es lo que piensas! — Saltó de inmediato Teru.
— Us…Ustedes…O no, mierda, no en mi cama ni frente a mi hijo — Recriminó Kamijo avergonzado mirando a Masashi.- — Ah… — Chilló un poco caminando hasta la sala. — ¡Solo no lo hagan frente a mi, es raro! — Gritó soltando una leve risa para molestar al par.
-No seas cruel…-Rió el moreno, abrazando a su pareja por la espalda nuevamente y besando su mejilla.
— Es Teru, no me puedes negar divertirme un poco con esto… —Dijo con mala intención y se giró para ver a Masashi —¿Ya te he dicho que te amo mucho?
—Si, pero me gusta que me lo recuerdes…