Suspiró al leer el mensaje y más o menos imaginándose sobre qué iban a hablar, volvió a su vehículo arrancando a la casa del vocal. Al llegar nuevamente a la residencia del rubio bajó del automóvil, encontrándose de frente con él ya que se encontraba apoyado en el marco de la puerta de entrada.
-Pasa- Dijo calmo, mucho más sereno que hace un par de horas, el bajista le siguió de cerca-Quisiera ir a comer a algún lado pero en verdad no quiero que algún fan nos interrumpa mientras conversamos- Mencionó Kamijo un poco apesadumbrado.
-Puedo cocinar algo para ti si lo deseas, podremos hablar mientras comemos un poco- Propuso el azabache intentando sonar amable con el contrario.
-Por mi estaría bien, además deseo bañarme aún huelo a licor, si quieres ocupas mi cocina-Sugirió mientras caminaba a su cuarto por una ducha rápida, sabía que estaba actuando como si nada pasara, tal vez estaba mal hacerlo de ese modo pero no sabía cómo actuar.
Masashi mientras tanto, buscaba entre las alacenas algunos ingredientes para una pasta rápida e improvisada, necesitaba algo que alimentara al rubio ya que no confiaba en que hubiese comido algo más allá de una sopa instantánea y si es que eso.
Al tiempo que el pelinegro cocinaba, el vocal se encontraba en la ducha, dejando que el agua recorriese su cuerpo sumido en sus propios pensamientos, instintivamente llevó una de sus manos a su vientre, aún no asimilaba que una vida se estaba formando ahí dentro, tal vez no quería asimilarlo.
Pasados largos minutos el rubio salió del cuarto de baño, un agradable olor a fideos invadía la casa y recordó cual era la sensación de tener hambre, ahora que lo pensaba, no recordaba haber visto al bajista cocinar alguna vez, pero aparentemente no lo hacía nada mal.
Salió de su habitación y caminó al comedor vestido con algo casual, comenzaba a sentir nervios por la situación, por tener que enfrentar a Masashi y por lo que iba a decirle, desde el umbral de la puerta vio la mesa siendo servida por el otro hombre, quien se encontraba con el pelo recogido y con un delantal de cocina que sacó de ahí, aquello se veía bien; suspiró, los gestos amables del contrario comenzaban a confundirlo.
-Está listo –La voz del bajista interrumpió la marea de pensamientos y cavilaciones que se encontraba en su cabeza, agradecido por ello asintió-.
-Muchas gracias –Dijo el rubio yendo a sentarse a la mesa, cogió un cubierto y comenzó a enrollar un poco de pasta, Masashi al tiempo se quitó el delantal y desató su cabello, sentándose luego frente al vocal quien comía con cierto nerviosismo- ¿De qué quieres hablar? –Preguntó el pelinegro-
-¿No te imaginas? –Contestó Kamijo sin saber bien como iniciar la conversación-
-Si me lo imagino, verás. Kamijo yo…-Fue interrumpido por el contrario-
-Masashi yo, no voy a perderlo, no puedo, no soy capaz –El rubio había comenzado a hablar dejando el cubierto a un lado- Pero tampoco te pido que te hagas responsable, es decir, no voy a obligarte a tomar esa responsabilidad, podré solo siempre he sido independiente, pero necesito ayuda para pensar, qué haremos con las actividades de la banda.
-Versailles puede entrar en pausa –Musitó el otro, dejando ver una idea que había pensado en el camino, por si hipotéticamente salía a colación el tema que discutían en ese momento, ya ninguno de los dos tocaba la comida-.
-No podemos, ¿Te das cuenta de lo que estás diciendo? Pausar todo, explicaciones, fans, ¿Qué dirán los demás? Solo necesito ideas por un tiempo, cuando ya sea imposible disimularlo y nada más.
-Kamijo, somos una banda consagrada por entrar en hiatus no perderemos fans, ellos nos son fieles; además, Hizaki, Yuki y Teru entenderán y posiblemente You-sama estaría de acuerdo también, él estaría velando por tu salud antes que nada.
-¿Tú no entiendes nada verdad?, Claro, no eres tú el que está pasando por esto.
-No te encuentras solo Kamijo –Sentenció Masashi con firmeza- Quieras o no voy a hacer lo posible para velar por ti, aunque no quieras, y lo primero que haremos será hablar con la banda sobre el hiatus, tenemos que plantearle lo que sucede a Mayumi-san y dirá lo mismo que te estoy diciendo yo, tú salud es lo primero y ahora aunque te moleste no eres solo tú –Al parecer aquellas palabras habían afectado un poco la sensibilidad del rubio, quien con la mirada baja tardó unos segundos en asimilar lo oído y responder-
-Se…hará como dices entonces –No tenía ánimo ni argumentos para debatirle a Masashi, nuevamente y muy para su pesar el azabache tenía razón.
-Bien, verás que será lo mejor, ahora come, que lo necesitas y se enfriará –Dijo el bajista comenzando a comer él también-.
El resto de la comida transcurrió en un silencio bastante incómodo, se escuchaba el tintinear de los utensilios contra los platos de comida y el ambiente estaba considerablemente tenso, ninguno de los dos decía palabra, incluso después de haber ambos terminado de comer, ni siquiera se miraban, el pelinegro fue quien rompió el silencio:
-Lavaré esto, y me iré, tengo la idea de que no quieres tenerme más rato acá ¿Me equivoco? –No recibió una respuesta concreta de parte de Kamijo, este seguía con la mirada gacha aun cuando su plato fue retirado de la mesa, Masashi se encontraba limpiando lo que había ocupado.
Habiendo guardado todo en el lugar que le correspondía se acercó al vocalista, tocando con suavidad su hombro, el aludido se sobresaltó un poco elevando la mirada hacia su compañía-
-Ya me voy –Anunció Masashi-
-Te dejo en la puerta –Musitó Kamijo levantándose, sintió como lo invadía un leve mareo que supo disimular bastante bien, ya que el bajista no alcanzó a notarlo-
Se dirigieron juntos hacia la entrada, Kamijo abrió y se quedó afirmado del picaporte, le costaba un poco mantenerse en pie, las náuseas se habían intensificado-
Masashi lo notó, pálido, haciendo fuerza para no desplomarse, no se sintió capaz de dejarlo solo y desistiendo de la caminata hacia su auto regresó y afirmó al vocal quien temblaba ligeramente-
-¿Qué tienes?
-Nada, un simple mareo, ha de ser normal, Masashi vete de una vez –La voz de Kamijo sonó quebrada de pronto-
-Ven –El bajista condujo al rubio hacia el sofá del living ayudándolo a sentarse, aquellos gestos confundían a Kamijo, sentía un mar de emociones que no podía expresar, no iba a permitirse a sí mismo derrumbarse ante el azabache que lo miraba con atención, pero fue demasiado para él y todo lo que sentía fue compactado en una lágrima rebelde que cayó por su mejilla, la cual fue para su sorpresa, limpiada con delicadeza por la mano del otro- Prometí que no iba a dejarte solo y lo voy a cumplir –Repitió las palabras que ya antes había dicho-
Masashi no sabía bien qué hacer, en ese momento recordó las palabras de Hizaki, “Tú sabrías cómo reaccionaría Jasmine-san, eras su aprendiz ¿Verdad?” se sentó a un lado de Kamijo y con algo de temor le rodeó con sus brazos en un instinto por brindarle apoyo y resumir así todo lo que tal vez quisiera decirle, para su sorpresa no fue rechazado y aunque el vocal no correspondió el abrazo, si dio a entender con el estado de relajo de su cuerpo, que aquello era lo que necesitaba, no sabía cuánto iba a durar ese momento, los cambios de humor de Kamijo eran repentinos, pero mientras lo necesitara, él iba a estar ahí.
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