Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Forced Love por Maachaan

[Reviews - 32]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola! "V" desu~ 

Me he apropiado de la cuenta >:D Y os he traído comida(?)

Bueno, decir que lamentamos la tardanza... ¡Disfrutad el cap! 

Kamijo caminaba con sus manos en los bolsillos de su gran abrigo color negro, le era ya difícil ocultar su embarazo de seis meses, a pesar de que su vientre era más pequeño que el de una mujer embarazada a esa fecha; aun así gracias a aquella prenda podía ser su vientre menos evidente.
Faltaban aun un par de cuadras para llegar al apartamento de Masashi, decidió caminar hasta el lugar, ya que últimamente su actividad física era casi nula, por un lado estaba el bajista prácticamente hostigándolo con que no debía hacer cosas de fuerza que pudieran perjudicar la salud del pequeño y por el otro lado; el resto del grupo intentando que no hiciera nada más que respirar, comer y velar por su propia salud, así que aprovechando que el pelinegro le había dicho que tenían que hablar, decidió moverse un poco.

Al llegar al lugar encontró a Masashi apoyando en el marco de la puerta mientras miraba como el rubio se acercaba.

—Tardaste un poco— Susurró mientras ingresaba al lugar seguido de Kamijo—.

—Sí, quería caminar un poco y aproveche el viaje-añadió cerrando la puerta tras de si, mirando con detenimiento el entorno, pocas veces había ingresado al lugar, sentía el ambiente un poco pesado. Masashi se volteo y sonrió, de inmediato besó de manera casta los labios de Kamijo y dirigió la mano a su vientre, abriéndose paso por el abrigo para poder ejercer un mayor contacto.

—Hola pequeño— Susurró y Kamijo se sorprendió de sobremanera, no esperaba algo así y menos del mayor, le quitó la mano avergonzado de manera brusca—

—No hagas eso— Regañó en voz alta mirando sus ojos—

— ¿Por qué no? Tú lo haces, yo también tengo derecho, es mi hijo—

— ¿Cómo sabes que lo hago? —Preguntó dudoso, llevando sus manos a su vientre—

—Acabas de decírmelo —Contestó el bajista mirándolo triunfante y ante la evidente molestia del rubio añadió— Ya, no importa ahora vamos —Tomando una de sus manos le jaló hacia el salón donde habían unos sofás, algunos muebles de decoración y un gato dormido plácidamente sobre uno de los cojines de aquellos sillones —¿Quieres algo de beber?—

—Si, pero no puedo —Musitó un poco molesto mientras se sentaba, desde la mañana se encontraba un poco irritable y la verdad no tenia gran consideración hacia Masashi —¿De qué querías hablar? —Cuestionó curioso acariciando al gato que dormía a su lado, Masashi se sentó frente a él, observado su actuar—

—Es una propuesta, o, a decir mas verdad, es un... un hecho que si o si debes tomar, quiero que vivas junto a mi— Puntualizó Masashi, como si fuera un tema completamente normal de abordar—

— ¿Q-Qué? —Alzó un poco una ceja Kamijo tentado a reírse, pero de inmediato guardo compostura al ver la seriedad que expresaba el contrario respecto del asunto— Caro que no, estoy bien así, te estas tomando las cosas muy serias—

—Tú no te das cuenta, tienes casi seis meses, no podrás hacer las cosas por tu cuenta siempre además, el embarazo se nota lo suficiente—

Estoy bien solo, soy auto-suficiente —Dijo irritado— Además no me pienso mover de mi casa—

—Ni yo de la mía —Aclaró el azabache tajante. Estaban en un evidente problema— Puedes traer tus cosas, sabes que mi gato no se acostumbraría a otro ambiente—

—Tú también puedes llevar tus cosas, sabes que mi piano no se acostumbrará a otro ambiente —Dijo Kamijo con evidente sarcasmo levantándose de su asiento para comenzar a caminar en dirección a la puerta—

—No puedes evadir el tema por siempre, quieras o no, necesitarás a alguien que te ayude— Dijo el otro sin moverse del lugar de donde estaba—

Para pesar de Kamijo, este tenía razón, pero no quería admitirlo, no quería salir de su casa, no quería sentirse invadido ni tampoco sentir que él mismo invadía el lugar de otra persona, estaba acomplejado por la situación.

—No me moveré de mi casa, si quieres, como dije...Puedes vivir conmigo, yo no saldré de ese lugar—

—¿Es tu última palabra? —Preguntó Masashi dejando escapar un suspiro de resignación—

—Si —Quizo caminar hacia la puerta, pero se detuvo a medio camino cuando sintió una leve presión en el estómago— Ittai...—Susurró en voz baja y el bajista le miró preocupado, de inmediato se levantó y caminó hacia un lado del rubio—

—¿Te duele algo? ¿Qué tienes?—

—Algo...Así —Sin pensar muy bien su actuar, tomó la mano del pelinegro y la puso sobre su vientre— Aprovecha, antes de que entre en razón y me arrepienta de esto— Dijo un tanto avergonzado. Masashi por su parte sonrió y acarició su vientre con suavidad—

—Hola pequeño —Susurró un poco conmovido por la situación, dejándose llevar más que nada por el instinto de padre que quisiese o no, había comenzado a sentir— ¿Qué tal? —Murmuró nuevamente arrodillándose para quedar a la altura del estómago de Kamijo, quien estaba seguro de que sus mejillas estaban rojas, las sentía arder, desvió la mirada hacia algún punto muerto de la habitación, alguno que le hiciese olvidar la situación vergonzosa en la que se encontraba— Soy tu papá —Continuó hablando Masashi, riendo un poco esta vez al sentir una leve patadita en su mano—

—Auch...—Musitó el vocal frunciendo el ceño, no le agradaba cuando eso ocurría; sentía sus órganos aplastados contra las extremidades de su hijo, aún no lograba entender como a las mujeres les agradaba cuando los bebés pateaban, si era tan molesto—

—Lo siento, creo que le gusta —Rió un poco el azabache propinando un corto beso al vientre de Kamijo— Tienes que ser más considerado con tu papá ¿No crees? —Continuó hablando al tiempo que daba suaves caricias con ambas manos por sobre la ropa del vocal —No debes patear tan duro...Y entre tú y yo, tampoco hagas que cambie de humor tan fácil, es un poco complicado lidiar con él —Sabía que aquel comentario haría enfadar al contrario—

—Creo que le gusta tu voz —Comenzó a hablar Kamijo haciendo un mohín de molestia al escuchar a Masashi —Oye ya para —Dijo quitando las manos del azabache de su cuerpo —Es incómodo para mi, lo siento —Admitió caminando unos pasos hacia atrás y acariciando él mismo su estómago para intentar calmar al bebé— Puedes tocarlo, pero...no le hables mucho, es raro—

—Está bien, no te preocupes —Musitó alejándose un poco para tomar asiento nuevamente— ¿Has pensado en su nombre? Me gustaría llamarlo de una forma, pero no sé si te agrade la verdad—

—También...He pensado en algo —Susurró— Lo pensé desde hace tiempo y...cuando supe que sería niño quise aún más llamarlo así —Continuó hablando, con la mirada baja— Me gustaría llamarlo como Jasmine— Como aún tenía la mirada baja no pudo notar que el bajista esbozaba una amplia sonrisa—

—Teníamos la misma idea —Su voz sacó a Kamijo de sus vacilaciones personales —Creo que el nombre ya es algo dicho ¿No? —Preguntó con un tono bastante alegre, provocando que el rubio lo mirara de la misma forma—

—Entonces...Miwa Yuuichi...—Dijo el vocal, susurrando algo más bajo el apellido—

—¿Estás seguro? —Preguntó el aludido mirando con algo de sorpresa al contrario—

—Si, lo estoy, además suena mucho mejor de esa forma —Excusa barata, lo sabía, pero no quiso añadir nada más para no dejar en mayor evidencia que en relidad quería que llevara ese apellido y no el suyo—

—Si tú lo dices —Comentó Masashi— Entonces ahora podemos llamarle Yuu~ o Yuuichi, es mejor que decirle pequeño o bebé ¿No? —Seguía hablando desde el sofá donde se encontraba sentado— ¿Por qué no vienes acá? —Dijo dando una pequeña palmada en su regazo—

—No, olvídalo...—Respondió tajante Kamijo y algo ofendido Kamijo— Ya no soy un niño, olvídalo—

—No lo pienses tanto, solo ven. Ya sé que no eres un niño —Rodó los ojos intentando aguantar aquel humor tan particular del vocal—

—¿Por qué debería de hacerlo? —Cuestionó el otro en un inconsciente tono de berrinche—

—Porque soy yo quien debe cumplir todos tus antojos, caprichos y tolerar tus cambios de humor, solo quiero un poco de atención, es justo ¿No crees?— Contestó Masashi sin miramientos, sabiendo de antemano el enojo que generaría en el otro—

Kamijo no dijo nada, solo chasqueó la lengua resignado a que nuevamente el bajista tenía razón; miró las piernas del contrario y caminó hacia ellas, vacilando un par de veces en el camino. Al llegar frente al pelinegro, apoyó sus rodillas en el sofá, acomodándose luego en su regazo y agachando la cabeza, y dejándose llevar completamente por lo que sentía, apoyándose contra su cuerpo abrazándose a él acurrucándose en su pecho. Masashi se limitó solo a sonreír, no dijo nada pues no quería hacerlo enfadar, rodeó su cintura con una mano y dejó la otra reposar en su vientre, acariciándolo con tranquilidad.

El rubio sentía sus mejillas arder, se sentía vulnearable al encontrarse de ese modo, aún no se acostumbraba a la idea de que en una pareja eso era normal, para él continuaba siendo vergonzoso.

—¿Todo bien? —Preguntó Masashi al darse cuenta del extraño semblante que mantenía el contrario. Este le miró y asintió levemente con la cabeza—

—Tengo...un poco de sueño —Se sinceró— No quiero estar en la cama, me siento cómodo aquí —De pronto cayó en la cuenta de lo que había dicho y se apresuró a añadir— Pero si estás incóm...—Intentaba sonar convencido, firme en lo que decía, pero la voz del azabache le interrumpió—

—Shh, estoy bien, solo me preocupo por tí —Dijo acomodándose, para que el rubio quedara en una posición más cómoda y poder de esta forma arrullar su sueño— ¿Estás bien así?

—Si, estoy bien —Aclaró cerrando los ojos, rindiéndose ante el casancio de a poco— ¿Cómo no estar bien? —Pensó mientras caía dormido— Estoy bien gracias a ti, que...me cuidas...nos cuidas, te preocupas, pero a mi me averguenza sentirme de esta forma contigo —Aunque solo estaba pensando aquello sintió esa sensación de ardor en sus mejillas, se acomodó sin abrir los ojos— Pero...Pero yo de verdad te quiero —Aquella voz dentro de su cabeza seguía hablando sin que él pudiera controlarla— Gracias por cuidar de mi...—Esta vez si habló, susurró más bien, dado que su voz sonaba adormecida— Por cuidar de nosotros, de verdad gracias —Añadió abrazándose más al otro, casi buscando protección, buscando con su mano la de Masashi, esa que reposaba en su vientre, dejándola sobre la de él— Estoy más que bien si tú estas junto a mí— Fue lo último que pasó por su cabeza antes de quedarse completamente dormido.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
La ansiedad se notaba cada minuto más en esa pequeña sala de espera. Dos o tres mujeres sentadas sonreían con el claro deseo de ser llamadas.

Un niño de no más de cinco años jugaba afanosamente con una pequeña pelota, que en un descuido de su parte impactó con una de las piernas de Kamijo, sobresaltándolo y haciéndole volver a la realidad, producto del golpe, el juguete había rebotado y ahora se encontraba justo a los pies del azabache.

—Lo siento —Habló una suave voz infantil, mirando dudoso la pelota que seguía en aquel mismo lugar. Inseguro sobre acercarse o no a cogerla dada la imponente presencia del mayor. Masashi la recogió y se inclinó frente al niño ofreciéndosela con una sonrisa cálida.

—Solo ten más cuidado para la próxima vez ¿Está bien? —Le dijo al pequeño con suavidad—

—Si señor, tendré más cuidado, muchas gracias ¿Quiere jugar conmigo? —Invitó el pequeño ahora animado—

—¿Estás seguro? ¿Qué dice tu mamá? —Preguntó intentando zafarse de aquella propuesta, no porque no acostumbrara a hacerlo, por lo general compartía horas y horas de juegos con sus sobrinos cada vez que les veía y que el tiempo le dejaba, pero no estaba acostumbrado a ser visto por nadie más, menos por Kamijo—

— ¡Mi mamá no se molestará! Ella está mirando a mi hermanito y no me dejan pasar, así que la tengo que esperar acá. Ademas ¡Usted es mi amigo! —Masashi rió un poco, lo único que logró pensar fue "Niños"—

Kamijo se había quedado pegado viendo la particular escena, extrañado de como su actual pareja trataba con aquel infante, sabía que tenía sobrinos por lo que suponía que los niños se le daban mejor que a él, pero no se imaginó poder verlo con alguno de esa forma.

—Hum —Suspiró el azabache, aún dudando de su respuesta siendo convencido ante la mirada suplicante del pequeño— Está bien, jugaré un poco contigo—

— ¡Gracias! Usted se quedará aquí y yo le lanzaré la pelota desde allá ¿Si? —Dijo el niño efusivo comenzando a correr por la sala para iniciar el juego. Masashi estaba arrodillado lanzando la pelota de igual modo una y otra vez—

Kamijo miraba la escena con fijación, dándose cuenta de que Masashi estaba lejos de lucir como un mal padre, aunque le costara aceptarlo se veía demasiado bien y el niño se veía cómodo con el azabache. Resopló un poco molesto al darse cuenta de que él nunca había tomado en cuenta aquello. Paternidad.

—Amor, te he dicho que no molestes a las personas —Se escuchó la dulce voz de una mujer que apenas salía de la consulta, se acercaba al pequeño para tomarle la mano, notándosele un embarazo poco avanzado, no más de unos tres meses.

—No se preocupe, solo estábamos jugando un poco —Dijo Masashi acariciando la cabeza del niño que le sonreía con complicidad mirando alternadamente al mayor y a su madre—

—Oh, muchas gracias —Sonrió la mujer realizando una corta venia, la cual fue imitada por Masashi y por el niño, que aunque no entendía por qué hacían eso, solo imitó—

—¡Gracias! Me gustó mucho jugar con usted —Dijo el pequeño mirando al más alto—

—De nada, a mi también me gustó jugar contigo, ve con tu mamá, pórtate bien y cuídala —Le dijo el pelinegro con una sonrisa, levantándose luego para volver a su asiento junto a Kamijo, este le miró algunos segundos, parecía molesto—

—¿Ocurre algo? —Preguntó algo extrañado el bajista—

—Ah...No...—Contestó el aludido rápidamente, siendo interrumpido cuando el doctor salió de la consulta y realizó un ademán con su mano para que ingresaran a la consulta, ambos obedecieron un tanto nerviosos—

—Bien ¿Qué tal todo? ¿Cómo ha estado el pequeño? —Preguntó el doctor, quien se miraba bastante joven, era derivado del doctor Hyoga, por lo tanto inspiraba confianza a la pareja—

—Todo bien —Respondió Kamijo con simpleza al no saber qué más decir—

—Eso es perfecto —Mencionó el médico fijando su mirada en algunos exámenes— Todo está bien, ah por cierto, mi nombre es Takahiro y sigo el caso de Kamijo-san desde hace un tiempo —Añadió mirando a Masashi— Que sepa que todo lo que ocurra aquí no saldrá de aquí, como respaldo está mi ética profesional y mi palabra de médico. No había tenido la oportunidad de aclarárselo a usted—

—Muchas gracias —Respondió amablemente el pelinegro sin añadir nada más—

—Bien, como dije, todo está bien. El día de hoy tienes programada una ecografía ¿Verdad? Aunque ya sabes el sexo del bebé y todo, así que solo será algo de rutina. Si quieren puedo mandar a pedir las imágenes del pequeño para que las conserven. Ahora sobre la camilla, debes descubrirte el estómago, ya sabes como va esto—

Kamijo vaciló unos segundos, mirando a Masashi indeciso, este le hizo un ademán para que se acomodara, incluso le ayudó a hacerlo. El rubio subió un poco su polera dejando ver su vientre abultado, apretando los puños mordiendo nervioso su labio inferior.
Takahiro se acercó a él con una botella que contenía un gel que ya se le era conocido, estaba nervioso, sensación que aumentó cuando su estómago fue totalmente descubierto, avergonzado por la penetrante mirada del bajista. Un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir el líquido helado haciendo contacto con su piel e inmediatamente después el pequeño escáner se acercaba, todo transcurría casi en cámara lenta, no sabía hacia donde mirar, no se sentía seguro en ningún lado. Sin querer encontró miradas con el bajista quien le observó algo preocupado.

— ¿Todo bien? —Preguntó al ver la mirada perturbada del vocal—

—S-si t-todo bien —Tartamudeó al responder el aludido—

—Vamos, solo es una eco común, ya lo hemos hecho antes ¿Por qué estás tan nervioso?

—N-no estoy nervioso, todo e-está bien —Se apresuró a decir sin querer admitir que la presencia de su pareja le ponía así— No es nada —Añadió sintiendo como la máquina se paseaba por su piel en busca de una imagen—

—¡Mira nada más! ¡Qué grande está el pequeño! ...Aun que, si es muy pequeño para su tiempo en el vientre —Remarcó el médico un tanto preocupado— El peso está bien, también el tamaño se encuentra dentro de los rasgos normales considerando que es tu primer embarazo es completamente normal, aun así podríamos probar con hacer algunos cambios en tu dieta —Dijo sin que aquello fuera demasiado relevante— Miren —Con su mano libre comenzó a indicar en el monitor la cabeza y las demás partes del cuerpo del pequeño, Masashi se había quedado pegado mirando, después de todo era la primera vez que tenía la oportunidad de verlo, Kamijo no pudo evitar dejar escapar una leve risa al notar su expresión, Takahiro se dio cuenta igualmente, pero solo rió suave. Masashi hizo una disimulada mueca de disgusto que Kamijo alcanzó a notar y lo miró sintiéndose un poco culpable—

—Lo siento, es que te veías tan emocionado que me fue inevitable— Admitió—

—Es que, se ve tan pequeño y es extraño verlo de esa forma. Solo no me lo imaginaba —Susurró un tanto cohibido—

—Bien, esto es lo más importante —Anunció Takahiro aumentando un poco el volumen del audio— Su corazón está perfectamente, todo está en orden —Sonrió amplio y luego de apretar unos botones a la máquina apagándola dio por terminada la ecografía— Entonces, todo en orden —Tomó un poco de papel y se lo extendió a Kamijo para que se limpiara— En recepción estarán las imágenes de su pequeño, pueden pasar por ellas. Si todo sigue como va, la próxima vez que nos vemos sea en el quirófano, deben venir para la planificación de la cirugía en una semana más ¿Está bien? —Preguntó sonriendo amplio, ambos asintieron—

Salieron de la consulta, recogieron las imágenes en recepción y se encaminaron al estacionamiento en silencio. Kamijo apretaba el sobre contra su pecho en un suave abrazo, miraba a Masashi que iba fijo en su caminar hacia su vehículo.

—Ten...Es, es como un regalo, consérvalas tú —Dijo el rubio de pronto extiendo el sobre a su pareja—

—¿Eh? ¿Es en serio? —Preguntó Masashi sorprendido de aquel repentino obsequio—

—Si, es que te veías feliz allí dentro —Dijo sonriendo un poco, dejando el objeto en sus manos—

—Me hubiera gustado poder tomar tu mano dentro— Admitió el azabache de pronto, habían llegado al automóvil. Abrió la puerta del copiloto para que el vocal pudiera subir, al hacerlo rodeó su auto subiendo él, posicionándose al volante, fue cuando Kamijo dijo—:

—A mi también me hubiera gustado...—Dejó al aire el resto de la oración algo avergonzado de lo que había dicho— Puede ser la próxima vez—

—Pero...¿La próxima vez no será en...? —

—Si, ya no digas nada...es incómodo —Dijo cruzándose de brazos en su asiento, desviando la mirada. Masashi rió un poco ante el humor cambiante de su pareja, después de todo le causaba gracia y sin quitar la sonrisa de sus labios, arrancó el auto de vuelta a casa—

----------------------------------------Horas más tarde-------------------------------------------------------

Se estaba arrepintiendo como nadie imaginaba, en su cara había una poco disimulada mueca de incomodidad y desagrado, y es que después de un rato los berrinches de Teru aburrían a cualquiera.

—Es injusto, yo también quiero una imagen del bebé— Alegaba el peliplata mientras caminaba acelerado con bolsas en sus manos, siendo seguido un poco más atrás por el vocalista, entraron a una de las tiendas del centro comercial—

—Teru, Masashi es el padre, no es injusto que tú no tengas y él si— Repitió nuevamente lo que ya llevaba un rato diciendo, algo molesto—

—Aún así, ¡Yo soy el tío! —Chilló haciendo un corto puchero, disponiéndose a mirar ropa para Kamijo— ¡Hey! ¿Qué tal esta? —Dijo sacando una polera negra, bastante ancha— Disimularía bastante ¿No crees? ¿Te la probarás?—

—Si Teru, lo que tú digas —Rodó los ojos mirando luego la prenda que le enseñaba, solo llévala, en casa me la probaré—

—¡También podemos llevar estas! Para cuando salgas de la clínica —Señaló otras igualmente anchas, Kamijo replicó—:

—¿Para qué? Seguro estaré más...delgado —Mencionó frunciendo el entrecejo—

—No lo sé... Mi prima tuvo un bebé y quedó gooooorda —Enfatizó la última palabra gesticulando con sus manos— Yo creo que todos quedan así. Se veía tan agotada después de tener al bebé que la compadezco—

El rubio lo miró con algo de odio, pero tenía razón, seguro quedaría horrible luego de tener al bebé. No había pensado en su imagen y ahora que lo consideraba, estaba aumentando de peso de manera rápida.

—Ya, Teru vamos —Dijo tajante tomando algunas cosas para salir de la tienda—

—¿Ocurre algo malo? —Preguntó Teru inocente—

—No, vamos, si no quieres que te deje tirado acá —Gruñó un poco de mala gana, pagando las cosas que habían recogido de la tienda—

Teru se quedó junto a él toda la tarde, arreglando algunas cosas para retirarse luego.
Fue cuando Kamijo en un impulso se posicionó frente a un espejo de cuerpo completo, levantándose un poco la polera que traía en ese momento, se sentía realmente mal con su apariencia y el mirarse desde diferentes ángulos no hacía más que colocarle más descontento. De pronto sintió una mirada posarse sobre él, volteó rápido encontrándose de frente con la mirada penetrante de Masashi.

—M-Masashi, mierda me has asustado —Dijo rápido acomodando su ropa— ¿Qué haces acá? ¿Cómo entraste?—

—¿Modales? ¿Dónde? —Ironizó el azabache— Hola, estoy bien, no era necesario que preguntaras ¿Qué tal tú?, tal parece que algo acomplejado —El último comentario no pretendía ser parte del improvisado monólogo, pero había salido sin querer, el contrario lo miro en forma desaprobatoria—

—Largo de mi casa —Sentenció con firmeza apretando los dientes—

—Tranquilo, lo siento...Deberías agradecer que fui yo quien entró y no alguien más, la puerta estaba abierta—

—Teru...—Refunfuñó en voz baja mirándose nuevamente al espejo, mirando al bajista a través de este— Masashi ¿Qué tan mal me veo? —Preguntó con desánimo, el aludido rodó un poco los ojos ante la pregunta del vocal—

—No te ves mal, tranquilo—

—Es que...—Le avergonzaba reconocer aquello— Teru dijo cosas y...Tiene razón, mi peso, caderas y...—Comenzaba a atragantarse con sus propias palabras, el azabache solo rió de forma disimulada—

—Tranquilo, estás bien...Con más peso, pero eso es claro y es obvio el por qué —Susurró abrazándolo por la espalda, dejando sus manos sobre el vientre del otro, quedando ambos frente al espejo, aún con aquella sonrisa un tanto burlona en el rostro— Pero sigues igual que siempre, no te aproblemes tanto, sabes como es Teru —Añadió besando su mejilla—

Kamijo le codeó intentando sacárselo de encima.

—Lo dices para que me sienta mejor, pero sabes que no es cierto—

—Kamijo, es la verdad...Deberías ya dejar de quejarte y estar feliz —Dijo llevando sus manos bajo la ropa del rubio palpando directamente su vientre— Yuuichi está grande, y debe seguir creciendo. Seguirás siendo lindo ante los ojos de todos, es temporal su estadía en ti —Rió un poco acariciándole lentamente el estómago, buscando calmar un poco a su pareja que se notaba aún algo molesta—

—Bien —El vocal suspiró tomando la mano del contrario por sobre su ropa, deteniendo sus movimientos— Espero que sigas creciendo pequeño —Dirigió su mirada a su vientre— ¡Pero fuera de mi! —No pudo evitar reír ante lo último—

—Luego lo extrañarás tan cerca de ti —Respondió Masashi continuando con las caricias sobre el estómago de Kamijo, este se lo permitió—

—Posiblemente...Hum, hoy compré ropa para bebé junto a Teru. También para mi, la mía ya no me queda —Suspiró— ¿Trajiste tus cosas?

—Si, las he dejado en la sala—

No, no estaban viviendo juntos...Al menos no del todo.

Notas finales:

¿Relleno? ¿Dónde?...No lo cojo, no lo veo xD...

Esperamos que les haya gustado, se vienen cosillas más interesantes...Paciencia~ Ja ne~!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).