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Akatsuki's Restaurant por KiraTuDios

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Notas del fanfic:

 Bazinga!!!

 

 

 

Cada día, Deidara, después de trabajar durante horas en sus esculturas, iba al mismo bar de siempre: Akatsuki’s restaurant.

Aquel restaurante familiar era dirigido por una pareja de enamorados, que con un montón de esfuerzos habían conseguido levantar una pequeña empresa. Al Akatsuki’s restaurant no solía venir mucha gente, pero aquellas pocas personas que venían eran fieles al bar, y venían tan a menudo que ya se habían hecho amigos de los dueños: Pain y Konan.

Otras personas más que visitaban el restaurante eran: Hidan, un señor de cabello blanco peinado hacia atrás, con un importante plan en mente, un plan para extender una nueva religión por el mundo (el Jashin); Kakuzu, otro hombre con un gran interés por el dinero y el mundo de los negocios; Itachi también se paseaba por allí. Todos ellos iban en solitario y mientras bebían un té o comían dango tenían interesantes conversaciones con alguno de los trabajadores, que eran nueve contando a los dueños; dos de esos trabajadores eran dos gemelos de pelo verde, ambos tenían el mismo nombre, y solo se les distinguía por su ropa, uno de ellos siempre vestía de blanco y el otro de negro. Los otros cinco trabajadores que quedaban eran los hermanos de Pain: Iván, un chico con el pelo anaranjado muy largo; Samanta, una chica con el cabello del mismo color con un extraño peinado; Daniel, un chico un poco gordo y grandote; Roberto, un señor muy parecido a Pain pero más mayor; y Félix, que siempre cubría su cabello pelirrojo con un extraño gorro. Todos los hermanos, al igual que Pain, tenían la extraña costumbre de llenarse la cara de pirsings.

-¿Otra ronda de dango?- Pregunto Konan a Deidara. Hizo una pequeña pausa-¿Te pasa algo? Ayer te veía muy animado con la idea de presentar tus obras al juez-

Nada más recordarlo, Deidara volvió a bajar la cabeza deprimido.

-No salió muy bien, hum- El muchacho rubio comió un bola de dango y después de tragarla siguió hablando- El juez dijo que un arte que explotase no podría estar en su exposición-

-Hombre, siempre puedes hacerte terrorista y…-

-O puedes participar en el concurso de fuegos artificiales que se celebra en enero- Interrumpió Pain con una sonrisa- Esta Konan y sus bromas-

-Si… bromas…- Respondió la peliazul con una mirada sospechosa-

-Es verdad, hum- El muchacho rubio se zampo todos sus dangos en cuestión de segundos, sonrió, pago la cuenta con una buena propina, y salió pitando hacia su casa- ¡Tengo una gran idea para el concurso! Hum-

Mientras tanto, Itachi, con una libreta en la mano, iba tomando anotaciones de algo. Aquel joven, desde hace tiempo, llevaba aquel cuaderno en sus manos. Era enteramente de color negro, adornado con unas letras blancas, ilegibles a primera vista.

-Tome, el té que pidió- El Zetsu blanco le sirvió con una sonrisa. Más tarde hablo después de una pequeña pausa- Puede que parezca un poco cotilla, pero… ¿Qué es lo que escribes en ese cuaderno?-

Itachi dio un sorbo a su bebida mientras escribía una última frase en la libreta. Después respondió.

-Tengo un gran plan entre manos, pronto sabrás de que trata-

Un par de mesas más atrás, casi en la terraza, Hidan rezaba unas oraciones a su dios antes de comer su ramen.

-O, gran Jashin, bendice estos alimentos haciendo que no sepan a mierda, y en caso de que no me guste, que se le atragante al hijo de puta que lo preparo-

Kakuzu, que se encontraba cerca de la mesa del religioso, no pudo evitar dejar escapar una risa.

-He, tu ¿De qué te ríes?-

-Nada, simplemente me han hecho gracia tus plegarias a ese tal Jashin- Kakuzu espero solo unos segundos hasta que se le vino una idea a la cabeza- Si quieres, podrías enseñarme algo de tu religión-

-¿Lo dices en serio?- Hidan sonrió de oreja a oreja, ya que a nadie le solía interesar el Jashin-

Mientras un bonito paisaje albergaba en la terraza, dentro de la cocina, Samanta, anunciaba con cara de preocupación.

-¡Chicos, va a venir Sasori! ¡Acaba de llamar!-

-¿Se lo comunicamos a Pain?- Pregunto Daniel-

-¿Estás loco? Se pillaría un cabreo. Hace mucho que ni se hablan-

-Pero sigue siendo nuestro hermano ¿No?-

-No lo entiendo ¿Para qué quiere venir?- Añadió Iván- ¿Ellos no tuvieron una pelea por eso de…-

-Lo sé- Interrumpió Samanta- No sé cómo se atreve a venir aquí después de eso. Además, cuando llamo dejo claro que quería hablar con Pain-

Las caras de sorpresa se acentuaron entre los hermanos.

-A, si, y también dijo que recuerdos para todos-

Entre murmullos y comentarios, por la puerta de la cocina, entro Pain, con el rostro inexpresivo.

-¿Para cuándo iba a venir mi hermano Sasori?-

-No dijo mucho, simplemente que vendría lo más pronto posible, y que quería hablar con tigo-

-Me pregunto qué querrá ese muchacho repugnante-

x

En casa de Deidara, que era un piso amueblado y lleno de extrañas esculturas hechas de arcilla.

-En realidad, no tengo ninguna idea, hum-

El muchacho rubio, se quito los zapatos y se sentó en el sofá. Después encendió la televisión, con esperanza de encontrar la inspiración. Allí echaban el telediario.

“Varias muertes a los criminales de Konoha, todas ellas producidas por ataques al corazón, se sospecha de asesinato, pero los policías aun no han aprobado esa cuestión porque no hay pruebas de que…” Deidara apago la televisión y paso de estar sentado a tumbarse.

-Hablando de inspiración, sigue sin llegar-.

x

Otra vez en el Akatsuki’s restaurant.

-Y el ultimo precepto de Jashin es “Mientras más palabrotas digas mas amaras a Jashin”- Hidan hablaba orgulloso de su religión, y aun no había dado bocado al plato de ramen que se iba quedando frio- Bueno ¿Qué te parece?-

Kakuzu vio un gran negocio entre manos, y eso le llevo a actuar amigablemente tragándose a así su orgullo de empresario.

-Me gusta ¿Crees que le interesaría a los jóvenes?-

-Pues claro que sí, hay que enseñar a esa panda de gilipollas quien manda aquí: Jashin-


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