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El ladrón de canciones por jessisaya

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Notas del capitulo:

perdon por la tardanza u.u

es que este cap me costo mucho D:

pero en dos caps es el final, por lo cual sean pascientes ;)

tratare de actualizar lo mas pronto posible :D

un beso!!!

16.

Cocinaba con calma, mientras tarareaba una canción, preparaba un apetitoso pollo al horno y un postre

“es perfecto” pensó probando un poco de su postre

Faltaba la mescla especial, dentro de una fuente, ya hacia un polvo blanco, dos pastillas de aquel somnífero, una mescla mortal para sus invitados. Alexander tomo la mescla, el tiro sobre la preparación de su postre y lo metió al horno. Satisfecho por su resultado decidió tomar su teléfono celular, no eran ni las 8, podría llamar a su hermano, marco el numero de la comisaria y pidió hablar con su hermano, al principio estos se negaron, pero cuando supieron quien era, por su fama, hicieron lo que el quería

-hola hermanito- saludo Alexander cuando le contestaron

Su hermano no respondió, pero Alexander podía oír la respiración agitada de este contra el teléfono

-solo te llame para decirte que  hoy, Tom vendrá a cenar a mi casa con Bill y sus amigos- dijo Alexander divertido

Robert no pudo evitar soltar una exclamación de terror, tembloroso decido contestar

-por favor, por favor hermano, no les hagas daño… te lo suplico…- rogo Robert a punto de llorar

-tranquilo hermano, pronto todo acabara, lo prometo- dijo el pianista sonriendo

-no les hagas daño, por lo que mas quieras, no lo hagas- suplico Robert

-tu eres lo que mas quiero, y para sacarte del holló en el que estas, debo lastimarlos- le aclaro Alexander

-por favor…- suplico Robert de nuevo

-mañana saldrás de la cárcel, lo juro- dijo Alexander cortando la llamada

Sonreía macabramente, tenia algo en mente

“mi hermano no se pudrirá en una celda por el resto de su vida, no, aun si tengo que sacrificar mi vida, no lo permitiré”

 

-estas seguro de que quieres hacer esto?- le pregunto Tom a Bill

-claro, no recuerdo mucho de esa casa por que siempre estaba drogado en esa casa y gracias a Robert, Alexander nunca me hizo nada ahí. Lo peor realmente lo pase en… la otra casa…- le dijo Bill a Tom tratando de sonar tranquilo, a pesar de que estaba muriendo del miedo

-ya sabes que Robert dijo que si tu no querías…- intervino Gustav preocupado

-que todo esta bien, puedo soportarlo, no soy tan débil como piensan- dijo Bill poniendo los ojos en blanco, molesto

Lentamente caminaban a la casa de Robert, esa obscura y vieja casa en la parte norte de la ciudad, Tom estaba preocupado por su hermano, las consecuencias psicológicas que eso podía traerle al menor, eso les estaba matando por dentro. Gustav temía por Robert, el no creía prudente que ni Robert ni Bill volvieran a esa casa, temía por las consecuencias mentales que eso podría traerles a ellos dos. Georg, como siempre, estaba distraído, admirando los paisajes de su último dia en Francia, ligeramente tranquilo por que todo hubiera terminado de una vez

-Robert se pondrá contento de que vayamos por ultima vez a su casa- dijo Bill sonriendo

A lo lejos ya se veía esa casa, esa vieja y aterradora casa que hizo estremecer a los cuatro chicos

-tan acogedora y pintoresca como siempre- se burlo Georg nervioso

-no hay de que preocuparnos, verdad?- pregunto Gustav temeroso

-supongo…- dijo Tom temeroso

-claro que no debemos preocuparnos, que podría haber en la casa de Robert? Un monstruo?- se burlo Bill

Los cuatro rieron nerviosamente mientras volvían a caminar con dirección a la casa. Cuando llegaron no fue necesario tocar la puerta o algo parecido, la entrada de la tienda estaba abierta, entraron por ahí, Bill no pudo evitar asustarse y terminar fuertemente aferrado a uno de los brazos de Tom

-Ro… Robert?- pregunto Georg tímidamente

-aquí estoy!!!- grito alguien desde la parte de trasera de la tienda

Los cuatro tragaron saliva y se encaminaron lentamente a es parte de la tienda, esperando encontrarse con algo horrible, encontrándose nada mas con “Robert” ordenando cajas y empaquetando libros y antigüedades

-disculpen por no poder atenderles, es que estoy un tanto ocupadito y olvide que había dejado la puerta abierta- dijo Robert suspirando acomodando algunas cajas

Los cuatro chicos rieron más tranquilos, divertidos por su estupidez, pero aun así, Bill no se soltó de Tom

-no encestas ayuda?- pregunto Georg ya mas calmado

-no, pero gracias, ustedes son mis invitados hoy y alguien parece… asustado- dijo el pelinegro amablemente

Todos fijaron su vista en Bill, el cual riendo nervioso se soltó de Tom, rascándose la cabeza

-es que hace frio…- se excuso Bill

-oh… es que se acerca el invierno…- dijo Alexander acomodando una caja mas

-de verdad no necesitas ayuda?- pregunto Gustav

-realmente no ahora, mejor comenzamos a comer ya, y luego si desean pueden ayudarme- dijo Robert sacudiéndose las manos- por ahora, Bill, no quieres ayudarme a servir la comida?

-eh… claro!!!- dijo Bill sonriente, feliz de poder ayudar

Todos, guiados por Alexander, fueron al comedor central de la casa, y de ahí, Bill se fue con Alexander a la cocina

-toma algunos platos de allá y ponlos en esa mesa cerca del horno- pidió Alexander acercándose al horno con guantes para cocina

-eh… vale- dijo Bill nervioso tomando platos de un estante, donde observo una gaveta dedicada exclusivamente a cuchillos, ordenados y bien pulidos. Nervioso trago saliva e hizo lo que le ordenaron, Alexander saco un grandioso pollo del horno y lo dejo sobre la mesa, tomo un cuchillo y un tenedor de una de las gavetas de los estantes y se puso a cortar con maestría, ante la atenta mirada de Bill, el cual no pudo evitar asustarse ante aquella gran habilidad con los objetos punzantes

-demonios, Bill, puedes pasarme ese cuchillo grande de la estantería?- pregunto Alexander molesto por no poder cortar un hueso del pollo

-eh… ah… que?- pregunto Bill en un hilo de voz

-que si puedes pasarme ese cuchillo grande de ahí, en esa gaveta a tu lado?- dijo Alexander dejando su labor para mirar molesto al menor

-eh… eh… que?- volvio a preguntar Bill asustado

-que pasa contigo?- pregunto Alexander molesto, rodeado a Bill por detrás para acercarse a la gaveta de las cuchillas el mismo

Bill no pudo evitar estremecerse y asustarse mas al tener a Alexander detrás de él, pensó en gritar del terror, pero cuando el mayor simplemente se acercó a la comida con la cuchilla grande y volvio a su trabajo, Bill se sintió estúpido y bajo la mirada

-deberías sentarte, no creo que estés en las mejores condiciones para ayudarme ahora- dijo Alexander serio

Bill asintió e hizo lo pedido. Ni bien se fue el menor, Alexander suspiro molesto, negó con la cabeza y se corto ligeramente la mano a propósito, asegurándose de no manchar ni un poco la comida

“será idiota ese niño” se dijo molesto tomando los platos ya servidos para llevarlos a la mesa

Le dio su comida a Bill y a Tom, los cuales estaban sentados juntos, cuando el rubio le detuvo de la muñeca mirándole serio

-que te paso en la mano?- pregunto preocupado al ver la cortada sangrante el mano de “Robert”

-nada, nada, me corte un poco y ya…- dijo Alexander tratando de soltarse del agarre de Tom

-parece profunda, tengo que curarte- dijo Tom levantándose de la mesa

-no, Tom, quédate, mira lo mal que esta Bill, cálmale un poco, yo estoy bien- dijo Robert zafándose del agarre

Tom estuvo a punto de replicar, pero era verdad, la condición de su hermano no era la mejor, estaba sestado, muy asustado, temblando con miedo en la silla del comedor. Tom accedió a quedarse con su hermano, mientras “Robert” terminaba de servir la comida a Georg y a Gustav, sentándose a comer. Comían mientras hablaban y en menos de un minuto, el ambiente se relajo, todos olvidaron donde estaban y entre bromas y risas terminaron de comer

-cocinas delicioso Robert, nos lo hubieras dicho antes- se quejo Georg

-si, tienes que cocinar más de esto para nosotros- dijo Gustav

-no hemos terminado de comer aun, falta el postre- dijo Alexander levantándose de la mesa

-postre?- preguntaron los demás asombrados

-uno no come una buena comida sin tener un buen postre- dijo Robert desapareciendo por la cocina

Pasaron los minutos, en los que todos se pusieron impacientes, querían comer mas de la deliciosa comida de Robert, cuando este llego con unos extraños pasten en platos servidos sobre una bandeja

-que es esto?- pregunto Bill curioso mientras le daban el pastel

-es crean burle, un postre francés, no lo he hecho yo, pero aun así espero que les guste- les aclaro Alexander

Todos asintieron y curiosos de pusieron a comer, Tom dio el primer bocado y sonrió

-sabe delicioso- dijo Tom mirando a “Robert”, el cual comenzaba a cortar un pedacito de pastel con una cucharilla

Pasaron 30 segundos exactos, en los cuales no habían dado más de dos bocados y empezaron a sentirse mareados, Bill asustado recordó aquella sensación, cuando Alexander le inyectaba lo que sea con lo que le droga antes, se sentía igual

-que… que…?- balbuceo Gustav comenzando a dormirse

-no hay una buena comida tener un buen postre- repitió Alexander, el cual no había probado ni un bocado del peligroso pastel

-como… como pudiste?- pregunto Tom desilusionado comenzando a derrumbarse sobre la mesa

-no soy, y nunca fui, Robert DeLarge, mi nombre es Alexander DeLarge y ustedes son mi postre- susurro el pelinegro mientras todos comenzaban a caer inconscientes sobre la mesa, totalmente dormidos

 

Tom abrió los ojos lentamente, escuchaba sollozos amortiguados y suaves grititos, su cabeza daba vueltas, trato de moverse un poco y algo lo asusto, sus brazos no se movían de detrás de su espalda, pestañeo confundido varias veces y levanto la mirada asustado. No pudo dar crédito a lo que miraba, Bill, su hermano, estaba recostado en un sillón en la sala, atado y amordazado, forcejaba débilmente

-Bi… Bill- susurro Tom roncamente tratando de soltarse de nuevo

Los ojos de su hermano se fijaron en el, demostraban miedo, angustia, a Tom esa mirada le helo el alma

-con que ya despertaron- susurro una voz en la obscuridad de la habitación

-Alexander…- rugió Tom furioso

-hola Tom, quieres jugar conmigo?- propuso el asesino saliendo de las sombras

CONTINUARA…

Notas finales:

gracias por leer


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