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¿DIBUJOS? por Temari-swan

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Notas del capitulo:

Daros las gracias a todos los que os habéis pasado por aquí. Especialmente a theyanichanChilderika, ZoSan_love, CattivaRagazza,  DraculCobain,  Julie_chawn, YOO y SaraChan.

SaraChan me pidió los famosos dibujos que dan nombre al fic, así que en agradecimiento por todos los comentarios recibidos os subo uno escaneado, que hice a mano, tomando como base una imagen de otro manga y tuneándola para que tuviera el aspecto de Sanji (los puntitos y el trazado negro del lápiz es culpa del escaneo).

Sanji sexy (pinchar aquí para que os lleve directo al dibujo)

 

Pasando al capítulo de hoy.

Tomando en consideración la mayoría aplastante que queríais que Sanji no se quedara con Usopp, así será. Esto no quiere decir que aunque no sea correspondido, el tirador no sienta nada por el rubio, le ama. Zoro por otro lado será un poco cabroncete a pesar de los fuertes sentimientos de su amante.

Nami seguirá descubriendo cosas antes de que inicien el plan conjunto para separar a la pareja. 

 

Volvemos a repetir...


No tengo Beta cualquier corrección ortográfica o ayudita con los errores se agradecen. Las críticas constructivas son bienvenidas.

Disclaimer: One Piece y todos sus personajes pertenecen a su autor Eichiro Oda aunque quiera quedarme con cierto rubito y alguita.

 

 

3. DESCUBRIMIENTOS (parte 3).

 

Aun le costaba trabajo creérselo, “un mujeriego como Sanji liado con su peor enemigo”, que engañados que les tenía el rubio. Suspiró, era demasiado para su pobre mente. Ahora que se interesaba en el chico, iba este, la dejaba caliente y con las ganas por un hombre, ¡UN HOMBRE!. Entró a su habitación, asustando al renito que había vuelto y estaba andando con su equipaje.

- ¡AHHHHHH… UN MÉDICO, UN MÉDICOOOO…! – Se puso a gritar.

- Tranquilizarte Chopper, no es nada  – le dijo mientras se quitaba los tapones sangrientos de la nariz.

Frenó en seco y se acerco muy serio, aproximando sus patitas a la chica para revisarla.

- ¿Cómo que no es nada? ¡Mirarte! ¡Has tenido una hemorragia nasal, estas pálida y traes una brecha en la frente! - le contestó - . ¡¿Cómo que no es nada?!

- Esto, no es nada grave – señaló su cabeza - . Mi orgullo femenino se ha llevado la peor parte.

El médico la miró confundido por sus palabras, no entendía lo que la muchacha quería decir, pensó que estaba peor de lo que suponía. “Seguro que cuando se hizo la herida de la sien, el golpe le causó algún traumatismo craneal”. Esta idea le hizo llorar, pero él era el médico de la tripulación, y se encargaba de curar a sus compañeros. Se limpió las lágrimas, agarró a la chica, medio a la fuerza, y se la llevó a la cama. Allí la obligó a recostarse, comenzando la revisión. La chequeó, comprobó si razonaba con lógica y le hizo un par de pruebas para asegurarse. Conclusión: Estaba estupendamente, el único problema era una pequeña anemia por la pérdida de sangre y la herida de la frente. Con unos puntos y descanso estaría renovada en unas horas.

- Gracias Chopper pero ya te he dicho que estaba bien.

Nami le sonrió para agradecerle. El renito se puso muy contento, agarró sus zarpitas (manos) y cruzó sus patitas traseras (piernas), balanceando su culito.

- Cacho cabrona no creas que eso me alegrará, que me has preocupado – le decía sin poder para de sonreír.

Tras un buen rato, Chopper se marchó de la habitación que compartía con la pelirroja para dejarla reposar. Le había puesto, por vía venosa, un anestésico que esperaba le ayudara a combatir el dolor de cabeza. Cómo se habría apañado la chica para hacerse eso, no se quería inmiscuir y decidió dejarlo pasar. Cerró la puerta y corrió por los pasillos para ir donde sus nakamas.

 

~*~ Termas flashback: ~*~

Usando las piedras de escondite, se asomó por encima de ellas para comprobar si era cierto o no lo que le parecía haber identificado como la voz de su obsesión. Sus ojos se abrieron como platos… ¡¡LO ERA!!

Estuvo ida durante un buen rato – Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii… / *gruñido gutural de satisfacción*. - Entonces reaccionó, tocó su nariz al notar como un líquido salía de ella - ¡Sangre! -, gritó automáticamente.

- ¡¿Quién anda ahí?! – gritaron ambos chicos a la vez.

-  “¡Mierda!” – Nami intentó esconderse para que no la descubrieran con tal mala suerte que se pegó con la roca que le servía de escondiste. El golpe la dejó en la inconsciencia, flotando sobre el agua que se teñía de rojo a su alrededor, propagándose por la terma. Tuvo más suerte de lo que esperaba, un cachorro de labrador, mascota del dueño del hotel, salió por ella. Los chicos lo vieron, le llamaron, y tras agarrarle se lo llevaron de camino a los vestuarios, suspirando de alivio por no haber sido descubiertos. No se dieron cuenta de la sangre que iba colorando las aguas.

Poco después, la hija de la dueña que estaba buscando a su cachorro, entró, llevándose el susto de su vida cuando observó a una joven que salía de la terma cubierta de sangre, balanceándose, con ojos en blanco y farfullando cosas inentendible.

- ¡AHHHHHHHHHH… MAMAAAAAAAA… UN ESPÍRITU DE LOS AVERNOS! – no podía parar de llorar, gritar y correr. Su voz resonó por todo el hotel.

~*~ Fin flashback. ~*~

 

- ¡De verdad soy tonta! – suspiró -. Ahora entiendo algunas cosas. No era normal que no saltara cuando ese cabeza de cactus me llamaba bruja usurera. Ni que ya no me hiciera postres especiales para mi dieta. Tampoco buscabas escusas para toquetear. ¡Maldita sea con la ganas que le tengo por esos dichosos dibujos! Ojalá nunca los hubiese visto.

- “Espera, ¡LOS DIBUJOS! ¡Claro, cómo no se había dado cuenta antes! ¡Eran el fetichismo de Zoro!” – Pensó.

 

~~~

En otro lado del hotel, caminaba ensimismado Sanji, muy metido en sus pensamientos. En todo el tiempo que llevaba con ese estúpido Marimo se sentía feliz y desgraciado.

No tenía muy claro qué tipo de relación tenían, si es que acaso se le podía llamar así. Desde que se conocieron la atracción que había entre ellos los llevaron a interminables peleas. Al principio eran sólo de encarase y discutir. Pasó el tiempo y entonces el ambiente se caldeaba en cuanto se juntaban, las discusiones llegaban a las manos y comenzaban a luchar, era divertido. Pero tras unos meses, eso que pensaban que era cuestión por llevarse mal, despertó algo en sus interiores. Algo que los asfixiaba, quemándoles por dentro. Necesitaban un contacto de otro tipo, más íntimo. Sin darse cuenta ni de sus oscuros deseos, una noche que les tocó quedarse en el Merry solos,  iniciaron una de sus habituales riñas. Entre golpes y sablazos, llevados por sus instintos primarios, Zoro tiró sus preciadas espadas y Sanji sacó el cigarrillo de sus labios para lanzarlo lejos. Se miraron deseosos, hambrientos. El peliverde se lanzó primero, arrancó todos los botones de la camisa de su rival, llenándole de besos y marcas el pecho blanquecino. El rubio con ganas de más, pateó al moreno, acaballándose encima suyo y devorándole la boca. Zoro había estado entrenando sin camiseta por lo que tenía todo el moreno tronco a su merced, se relamió y saboreó hasta el último milímetro de piel, continuando hacia abajo. De un rápido movimiento le quitó los pantalones que estorbaban, no llevaba calzoncillos, “¡perfecto!”.  

Zoro no aguantó tanto placer, estaba a punto y no había ni comenzado con el rubio. Cambió posiciones, dejando al cocinero en sus mismas condiciones y le llevo al Nirvana. Esa vez repitieron un par de veces antes de caer rendidos en los brazos de Morfeo.

El espadachín era siempre muy salvaje pero él no era muy distinto, parecían dos animales en celo en cuanto les dejaban vía libre. Esa primera vez entre ellos, había sido brutal, y lo habían repetido en muchas ocasiones más. Eso era lo malo. La química que los devoraba y su constante consumición, le habían llevado a otro sentimiento, para el que no se sentía preparado en ese momento, el amor. En su vida jamás se sintió atraído por hombre alguno. Era un amante de las mujeres bellas. Su corazón no podía atarse a nadie, pero sin quererlo, la estúpida alga con patas se lo había robado.

Todo podía haber sido perfecto, estaba con Zoro, y ambos gustaban de ello. Se podría pensar así, pero no. Al cabo de unos días, Sanji aceptó sus propios sentimientos y en medio de una noche de pasión, lo confesó recibiendo una mordaz mirada y una sonrisa pícara de su amante, nada más. Una vez tranquilos, vestidos y dispuestos a separarse.

- Marimo-swan, un segundo - el rubio paró con la mano al moreno -, ¿puedes darme una respuesta a mi declaración? Te lo dije en serio – todo esto lo dijo de una manera tímida muy impropia de él.

Este se giró, puso la misma expresión que cuando estaban en pleno éxtasis y le dijo.

-  ¿Quién amaría a un cocinero pervertido como tú? Esto es únicamente sexo, nada más. Sólo quiero echarte un polvo tras otro, eres delicioso, mejor que una de burdel. Además no me cobras. Ambos sabemos que esto no llevará a ningún sitio, sólo hay necesidad. Ni tú ni yo queremos que nadie se entere y quede nuestra hombría entredicho – le miró -. Al menos yo, si un maricon como tú, que confunde el deseo con el amor, se atreve a desvelar nuestra relación, ¡le rajo!

Se quitó la mano del otro de encima y siguió su camino sin mirar atrás.

De eso ya hacía mucho tiempo, su corazón seguía doliendo, pero no lo demostró en ningún momento. Tampoco volvió a salir de su boca palabras de cariño, a excepción de los apodos íntimos que se pusieron. Si el espadachín solo le ofrecía sexo, lo cogería, no lloraría ni se quejaría, él también tenía su orgullo aunque no lo pareciera. Al menos de esa manera estaría con él aunque le destrozara por dentro. Era un sabor agridulce.

Pensando esto sin mirar su entorno, chocó contra Usopp que iba de camino al campo de tiro, tirando los folios que llevaba. Sanji se disculpó a la misma vez que el narizota, agachándose para ayudarle a recoger. Miró detenidamente el papel que tenía en las manos.

- ¿Otro? – más que preguntar se lo decía a sí mismo.

- Sí, Zoro me dijo que quería que te dibujara… bla… bla… bla… blaaaa…

Dejó de escucharle para zambullirse nuevamente en sus pensamientos.

– “¿No decías que no te interesaba nada más que como puta, Marimo? ¿Entonces esto por qué es?” – una sonrisa triste se instauró en su cara. Se levanto con el dibujo en la mano y siguió por el corredor, dejando al tirador con la palabra en la boca.

- Ojalá te dieras cuenta que existo Sanji-kun.

 

-FIN CAPÍTULO TRES-

 

 


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