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LA DECISIÓN DEL CIELO por fibychan

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Notas del fanfic:

PRIMERO:LOS PERSONAJES DE KHR NO ME PERTENECEN.

SEGUNDO:ES LA PRIMERA VEZ QUE ESCRIBO ALGO ASÍ, ME COSTO MUCHO VALOR SUBIR ESTO, NO TENGO NI IMAGINACION, NI EL TALENTO PARA DESARROLLAR BIEN UNA HISTORIA POR LO QUE PIDO UNA DISCULPA.

ESPERO TERMINEN DE LEER EL PRIMER CAPITULO. T.T

Notas del capitulo:

PENSAMIENTOS DE LOS PERSONAJES.

 

CAPITULO UNO: LA VERDADERA NIEBLA.

Habían pasado ya tres meses desde que pudieron romper con la maldición de los arcobalenos, la ciudad de Namimori se encontraba rodeada de un aura de paz y tranquilidad, solo se escuchaban los mismos gritos infantiles y extremos así como peleas unilaterales siendo fríamente controlados por un te morderé hasta la muerte, si se sentía la paz de Namimori.

Se encontraba un castaño acostado con los ojos cerrados en su cama dentro de una habitual habitación desordenada, tenía los brazos atrás de su nuca formando una almohada y su pierna derecha ligeramente apoyada sobre su pie, respiraba tranquilo, imaginaba las batallas que hasta ese momento habían luchado el dolor que les habían causado, las heridas y enemigos a los que habían enfrentado, siendo esos recuerdos opacados por las sonrisas, la felicidad, los amigos y aliados que había obtenido de todo ello,  escuchaba las risas de sus amigos, y una ligera se formaba en su rostro, sin embargo un dolor punzante en el pecho lo hiso abrir sorpresivamente los ojos sentándose en la orilla de su cama de forma estrepitosa agarrándose el pecho con la mano derecha, sus ojos de sorpresa cambiaron drásticamente a unos ojos serios llenos de determinación.

-¿Porque ahora que todo estaba tan tranquilo y en paz, no sería posible que siguiéramos así? –Decía con un tono serio pero algo burlón, dejo salir un suspiro –no, ya era raro que nos dejaran en paz por tres meses, lo único que me preocupa es tener que arrastrarlos a ellos a un cruel mundo.- pensaba sintiendo tristeza por aquellos que rondaban por su mente y corazón.

-¿Qué es lo te pasa Dame-tsuna?-le preguntaba una voz seria, madura, ronca, intimidatoria pero sin dejar de ser cautivadora, entrando por la habitación un hombre alto, esbelto portando un traje Armani negro combinado con una camisa naranja y una corbata negra ocultando su rostro bajo una fedora negra con una línea horizontal del mismo color que la de su camisa solo dejando al descubierto unas rizadas patillas y en su hombro se encontraba un camaleón verde de ojos amarillos saltones.

-Ya lo sabes no Reborn, -exclamaba al verlo entrar en su habitación viéndolo con esos ojos color caramelo tan puros que solo eran opacados por un semblante más serio de lo normal. ¿Te ha llegado una carta no es así Reborn?-decía el castaño con un tono aún más serio.

-¿Cómo lo sabes Tsuna, tu intuición?-hablaba el hombre de la fedora solo dejando ver una sonrisa de lado.

-¿Ya la leíste?

-No solo puede abrirse con la llama del cielo Vongola- decía Reborn al tiempo que sacaba de su traje una carta con un sello de cera roja con el símbolo Vongola, entregándosela a Tsuna.

Tsuna encendía una llama pura en su dedo índice pasándola por el sello de cera, abriéndose este dejando ver una hoja con el símbolo de Vongola y la llama del cielo del noveno, Tsuna tomaba la carta y la empezaba a leer para sí pero fue interrumpido por Reborn.

-Lee en voz alta dame-tsuna.

Querido Tsunayoshi, lamento tener que informarte por medio de una carta de la situación me hubiera gustado hablar contigo personalmente,

Me temo que tendrás que presentarte en la sede de Vongola en Italia dentro de un mes con todos tus guardianes para llevar a cabo la ceremonia de la sucesión y tomes el control de Vongola de una vez como el Décimo capo Vongola.

Desafortunadamente si te negaras a aceptar el puesto, la libertad de Rokudo Mukuro tu guardián de la niebla será cancelada siendo encerrado de nuevo en la prisión de Vendicare, además de que la guardiana de la niebla Chrome Dukuro, será juzgada como cómplice de Mukuro y al igual que él,  la encerraran en la prisión, pero si aceptas tu cargo como Décimo serán libres, sin embargo si alguno de tus guardines no se presenta en la ceremonia de sucesión, los de Vindice lo consideraran como traición del Décimo Vongola y serás tú quien sea encarcelado en el último infierno de Vendicare. 

Lamento no poder interferir en esta situación, pero los Vindice están fuera de mi jurisdicción, espero que tomes la decisión correcta.

Sin más por el momento y esperando una pronta respuesta

Timotteo di Vongola Noveno Capo Vongola.

 

-No puedo creer que esos malditos de Vindice te estén obligando a aceptar el cargo- mencionaba Reborn con enojo e ira en sus palabras, sabía que estaban dejando sin salida a su pupilo y que estuvieran saltándose al noveno.

-No te preocupes Reborn, ya había tenido la sensación de que algo por el estilo pasaría, además hace tiempo que tome la decisión de suceder al noveno.-hablaba Tsuna con sus manos entrelazadas recargando su quijada en sus dedos y sus codos sobre sus rodillas.

Tsuna desviaba su mirada y la posaba sobre Reborn tomando de nuevo con sus manos aquella carta, encendiendo la llama del cielo en su dedo índice pasándolo por todo el papel, quemándolo hasta convertirla en cenizas.

Reborn veía con sorpresa a su alumno -¿Cuándo es que has cambiado de opinión?

-Cuando realice la alianza con los Varia, Caballone, Shimon y CEDEF, para pelear juntos en contra de Checker Face, y romper la maldición de los arcobalenos. Cuando decidí realizar tal acción sabía que tendría que tomar el puesto del Décimo, pero lo que no me esperaba eran esas condiciones impuestas por los Vindice.-el rostro de tsuna se mostraba herido su mirada seria pero decidida.

-Tsuna entonces cuando yo te pregunte lo de ser el Décimo y te negaste –Reborn miraba a tsuna con un aura asesina llena de maldad y planeando la peor de las torturas por la mentira de su pupilo.

-Jejeje etto bueno, veras Reborn –mientras con su dedo índice se rascaba la mejilla derecha, deshaciéndose de toda esa aura seria que lo rodeaba minutos antes por una de burla, yo solo quería retrasar más este día y lo conseguí, le conseguí tres meses de paz y tranquilidad a mis amigos.

-Dame-tsuna, te daré una lección que jamás olvidaras para que nunca vuelvas a mentirle a tu tutor-escondiendo su mirada asesina debajo de su fedora solo mostrando aquella aura que le decía a tsuna que recibiría el peor de los castigos.

-Por otro lado Reborn, -cambiando drásticamente su rostro por uno de seriedad.

-Lo sé, pero un buen jefe debe ser capaz de convencer a sus guardianes.

-Entonces me voy. –al momento que se levantaba de su cama y se dirigía a la puerta de su habitación con la mirada oculta bajo su flequillo.

-Te acompaño. –Reborn se giraba para seguir a su alumno.

-No, esto lo hare solo, no le digas a nadie más el contenido de la carta, regreso al rato. -Se marcha corriendo de su casa, para su suerte ni su madre ni los niños se encontraban en ese momento ya que habían salido de compras.

Se encontraba un castaño con un pantalón de mezclilla azul oscuro una sudadera blanca con franjas naranjas y unos converse naranjas, estaba parado enfrente de Kokuyo land, sus cabellos castaños estaban siendo ligeramente removidos por el viento y sus ojos caramelo mostraban una fuerte determinación, se veía realmente fuerte pero a la vez tan frágil que parecía que con tan solo tocarlo se rompería.

Narrado por tsuna.

-Es realmente escalofriante no sé cómo pueden vivir en este lugar, por dios que estoy diciendo realmente me escucho patético, creo que toda mi valentía se quedó con Reborn cuando le dije todas esas cosas, pero en que estaba pensando hahaha–se agarra la cabeza con las manos y un aura depresiva lo invade.- pero cada vez me sorprendo de mi intuición creo que a eso se refería Reborn cuando me decía que confiera en mis sentidos, el dolor punzante que sentí antes de que entrara Reborn debió de haber sido lo de las condiciones de Vindice, ahhhh por dios no puedo vivir una vida tranquila,  -suelta un profundo suspiro mientras camina adentrándose a la tenebrosa construcción de Kokuyo land.

-¿Qué haces aquí Vongola?

-Si piong- retan al castaño chikusa y ken

-Necesito hablar con Mukuro –les dice con semblante serio, y una sensación extraña recorre su cuerpo advirtiéndole de la amenaza

-Kufufufu, que es lo que trae por aquí al pequeño Vongola. -Habla el ilusionista con una sonrisa de burla y sarcasmo, desde su sillón color purpura mostrando un aura de superioridad.

-Necesito hablar contigo en privado.

-Kufufufu, ken chikusa déjenos al Vongola y a mí, solos.-Los chicos acataron sin refutar la orden recibida por Mukuro y salieron del salón dejándolos solos.

-¿Dónde está Chrome? –pregunto el castaño notando la ausencia de la ilusionista

-No tengo porque contestarte Vongola, pero por hoy hare una excepción, salió de compras con la hermana del boxeador y con la chica Miura.

-Me alegro, así no se enterara, -casi susurro pero aun así lo escucho el ojos bicolor.

-Mm, es algo importante, ya que has venido solo.

-M-Mukuro, lo que voy a decirte es serio, -cambio su semblante a uno preocupado. –la verdad, esta mañana recibí una carta del noveno donde me informa que dentro de un mes tengo que presentarme en la sede de Vongola en Italia con todos mis guardianes.

-Ese no es mi problema, -le interrumpía el ilusionista  mostrando una mirada de molestia,- ya sabes que mi objetivo es destruir a la mafia y ni Chrome ni yo te seguiremos, además lo último que sabía era que tú tampoco querías inmiscuirte con la mafia ¿qué te hizo cambiar de opinión Tsunayoshi?

-Lo sé Mukuro, sin embargo, -tomo aire y de un golpe lo soltó, -los de Vindice pusieron condiciones, si me niego a aceptar el cargo como Décimo, ya no serán necesarios los servicios de los guardianes de la niebla y tu volverás a Vendicare, jun... Junto con Chrome –esto último le costaba decirlo.

-Sawada Tsunayoshi, Chrome no ha roto ninguna regla de la mafia ¿porque tendría que ser encerrada? –le cuestionaba con una mirada llena de ira.

-Porque, los de Vindice la consideran tu cómplice cuando te dejaba salir de la prisión por medio de sus ilusiones –el castaño bajo la mirada ya que se sentía impotente ante la situación de sus guardianes de la niebla.

-Entonces por eso has aceptado el cargo, sin embargo aun así no me presentare el día de la sucesión…

-Sabía que dirías eso por eso solo tengo una petición que acerté –le miraba con unos ojos resignados ante la actitud poco cooperativa del ilusionista. –Solo cuida de la familia en mi lugar –ante esta petición Mukuro puso sus ojos más grandes en forma de sorpresa ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué tendría que cuidar de la familia en su lugar no por eso él iba a aceptar el cargo del Décimo que es lo que ocurría?-pensaba Mukuro

-¿Qué quieres decir con eso Tsunayoshi? –le pregunto cuando por fin pudo poner en orden sus ideas

-Veras Mukuro, si alguno de mis guardianes se negara a presentarse ese día, se consideraría un acto de traición del Décimo Vongola y los de Vindice me encerrarían en el Ultimo infierno de Vendicare. –le contestaba mirándolo directamente a los ojos sin dudar en sus palabras, de eso dependería la decisión del ilusionista, por que muy a su pesar él deseaba que lo acompañase a Italia.

El ilusionista  se sorprendió sobremanera al escuchar eso, -Kufufufu Tsunayoshi entonces no aceptes el cargo y deja que nos encierren, no tienes que cargar con nuestros actos, además el último infierno de Vendicare está aún más debajo de donde a mí me encerraron no tien….- pero fue interrumpido por el castaño.

-Te equivocas Mukuro, sin embargo no me importa lo que suceda conmigo siempre y cuando mi familia este bien.

Mi familia, es lo que ha dicho este pequeño castaño nos considera familia a pesar de lo que he hecho, Mm es sorprendente nunca me imagine que este pequeño ser tuviera tanta fuerza de voluntad, será divertido, tener a tan hermoso castaño junto a mí –pensaba el ilusionista al momento que mostraba una sonrisa de lado y veía sigilosamente al castaño.

Mukuro se levantó de su sillón y camino rumbo al castaño y una vez estando lo suficientemente cerca se arrodillo, recargando su rodilla izquierda sobre el piso y llevando su mano derecha al corazón (como un caballero de la época medieval), Tsuna al ver arrodillado ante él a Mukuro abrió sus ojos lo más que pudo y sin poder ocultarlo un sonrojo invadió su rostro.

-M-Muku-ro que, que haces. -Tartamudeaba el  menor al ver tal acto, en su mente no cavia la idea de tener ante él a la persona que un día intento matarle de esa forma.

-Yo Rokudo Mukuro, -empezó a hablar dirigiendo su mirada a la del menor y sin soltar su corazón en señal de lo que iba a decir era honesto y sincero.- Te juro eterna lealtad a ti Sawada Tsunayoshi, te juro protegerte a ti, a tus ideales, y a lo que sea valioso para ti, te defenderé de la mentira oculta en la verdad y te mostrare la verdad en la mentira como tu guardián de la niebla. Yo no te traicionare ni en esta vida ni en otra.

Tsuna estaba realmente sorprendido ante lo dicho por su guardián no podía ocultar su sonrojo y su mente estaba en blanco, una vez que supero el shock mental –Mukuro no tenías porque…-realmente no tenía que haber llegado a ese extremo, se lo dijo para que aceptara ir con él no para que le jurara lealtad, tsuna se sentía un poco triste por haber obligado a su guardián a hacer tal acto pero sus pensamientos fueron rotos con la sarcástica sonrisa de la piña.

-Kufufufu Lo sé pero aun así lo hice, y no me arrepiento, además tener de jefe a un lindo chico sonrojado me anima demasiado Kufufufu –con la mirada clavada en los ojos de tsuna asiendo que este se sonrojara aún más.

-Aun así Mukuro yo no te dije esto para obligarte a hacer algo que no quisieras o te sintieras compromet…

-Kufufufu Sawada Tsunayoshi, no lo hice por compromiso u obligación, lo hice porque se me dio la gana Kufufufu

-Aaa Mukurooo –haciendo un lindo puchero.- de todas formas me alegra tenerte en mi familia a ti y a Chrome –mostrando una dulce sonrisa tan cálida, sacándole una sonrisa burlona al ilusionista, quien pensaba que ahora estaría más cerca que aquel dulce ángel y que sería su perfecta oportunidad para hacerlo suyo Kufufufu.CAPITULO UNO: LA VERDADERA NIEBLA.

Habían pasado ya tres meses desde que pudieron romper con la maldición de los arcobalenos, la ciudad de Namimori se encontraba rodeada de un aura de paz y tranquilidad, solo se escuchaban los mismos gritos infantiles y extremos así como peleas unilaterales siendo fríamente controlados por un te morderé hasta la muerte, si se sentía la paz de Namimori.

Se encontraba un castaño acostado con los ojos cerrados en su cama dentro de una habitual habitación desordenada, tenía los brazos atrás de su nuca formando una almohada y su pierna derecha ligeramente apoyada sobre su pie, respiraba tranquilo, imaginaba las batallas que hasta ese momento habían luchado el dolor que les habían causado, las heridas y enemigos a los que habían enfrentado, siendo esos recuerdos opacados por las sonrisas, la felicidad, los amigos y aliados que había obtenido de todo ello,  escuchaba las risas de sus amigos, y una ligera se formaba en su rostro, sin embargo un dolor punzante en el pecho lo hiso abrir sorpresivamente los ojos sentándose en la orilla de su cama de forma estrepitosa agarrándose el pecho con la mano derecha, sus ojos de sorpresa cambiaron drásticamente a unos ojos serios llenos de determinación.

-¿Porque ahora que todo estaba tan tranquilo y en paz, no sería posible que siguiéramos así? –Decía con un tono serio pero algo burlón, dejo salir un suspiro –no, ya era raro que nos dejaran en paz por tres meses, lo único que me preocupa es tener que arrastrarlos a ellos a un cruel mundo.- pensaba sintiendo tristeza por aquellos que rondaban por su mente y corazón.

-¿Qué es lo te pasa Dame-tsuna?-le preguntaba una voz seria, madura, ronca, intimidatoria pero sin dejar de ser cautivadora, entrando por la habitación un hombre alto, esbelto portando un traje Armani negro combinado con una camisa naranja y una corbata negra ocultando su rostro bajo una fedora negra con una línea horizontal del mismo color que la de su camisa solo dejando al descubierto unas rizadas patillas y en su hombro se encontraba un camaleón verde de ojos amarillos saltones.

-Ya lo sabes no Reborn, -exclamaba al verlo entrar en su habitación viéndolo con esos ojos color caramelo tan puros que solo eran opacados por un semblante más serio de lo normal. ¿Te ha llegado una carta no es así Reborn?-decía el castaño con un tono aún más serio.

-¿Cómo lo sabes Tsuna, tu intuición?-hablaba el hombre de la fedora solo dejando ver una sonrisa de lado.

-¿Ya la leíste?

-No solo puede abrirse con la llama del cielo Vongola- decía Reborn al tiempo que sacaba de su traje una carta con un sello de cera roja con el símbolo Vongola, entregándosela a Tsuna.

Tsuna encendía una llama pura en su dedo índice pasándola por el sello de cera, abriéndose este dejando ver una hoja con el símbolo de Vongola y la llama del cielo del noveno, Tsuna tomaba la carta y la empezaba a leer para sí pero fue interrumpido por Reborn.

-Lee en voz alta dame-tsuna.

Querido Tsunayoshi, lamento tener que informarte por medio de una carta de la situación me hubiera gustado hablar contigo personalmente,

Me temo que tendrás que presentarte en la sede de Vongola en Italia dentro de un mes con todos tus guardianes para llevar a cabo la ceremonia de la sucesión y tomes el control de Vongola de una vez como el Décimo capo Vongola.

Desafortunadamente si te negaras a aceptar el puesto, la libertad de Rokudo Mukuro tu guardián de la niebla será cancelada siendo encerrado de nuevo en la prisión de Vendicare, además de que la guardiana de la niebla Chrome Dukuro, será juzgada como cómplice de Mukuro y al igual que él,  la encerraran en la prisión, pero si aceptas tu cargo como Décimo serán libres, sin embargo si alguno de tus guardines no se presenta en la ceremonia de sucesión, los de Vindice lo consideraran como traición del Décimo Vongola y serás tú quien sea encarcelado en el último infierno de Vendicare. 

Lamento no poder interferir en esta situación, pero los Vindice están fuera de mi jurisdicción, espero que tomes la decisión correcta.

Sin más por el momento y esperando una pronta respuesta

Timotteo di Vongola Noveno Capo Vongola.

 

-No puedo creer que esos malditos de Vindice te estén obligando a aceptar el cargo- mencionaba Reborn con enojo e ira en sus palabras, sabía que estaban dejando sin salida a su pupilo y que estuvieran saltándose al noveno.

-No te preocupes Reborn, ya había tenido la sensación de que algo por el estilo pasaría, además hace tiempo que tome la decisión de suceder al noveno.-hablaba Tsuna con sus manos entrelazadas recargando su quijada en sus dedos y sus codos sobre sus rodillas.

Tsuna desviaba su mirada y la posaba sobre Reborn tomando de nuevo con sus manos aquella carta, encendiendo la llama del cielo en su dedo índice pasándolo por todo el papel, quemándolo hasta convertirla en cenizas.

Reborn veía con sorpresa a su alumno -¿Cuándo es que has cambiado de opinión?

-Cuando realice la alianza con los Varia, Caballone, Shimon y CEDEF, para pelear juntos en contra de Checker Face, y romper la maldición de los arcobalenos. Cuando decidí realizar tal acción sabía que tendría que tomar el puesto del Décimo, pero lo que no me esperaba eran esas condiciones impuestas por los Vindice.-el rostro de tsuna se mostraba herido su mirada seria pero decidida.

-Tsuna entonces cuando yo te pregunte lo de ser el Décimo y te negaste –Reborn miraba a tsuna con un aura asesina llena de maldad y planeando la peor de las torturas por la mentira de su pupilo.

-Jejeje etto bueno, veras Reborn –mientras con su dedo índice se rascaba la mejilla derecha, deshaciéndose de toda esa aura seria que lo rodeaba minutos antes por una de burla, yo solo quería retrasar más este día y lo conseguí, le conseguí tres meses de paz y tranquilidad a mis amigos.

-Dame-tsuna, te daré una lección que jamás olvidaras para que nunca vuelvas a mentirle a tu tutor-escondiendo su mirada asesina debajo de su fedora solo mostrando aquella aura que le decía a tsuna que recibiría el peor de los castigos.

-Por otro lado Reborn, -cambiando drásticamente su rostro por uno de seriedad.

-Lo sé, pero un buen jefe debe ser capaz de convencer a sus guardianes.

-Entonces me voy. –al momento que se levantaba de su cama y se dirigía a la puerta de su habitación con la mirada oculta bajo su flequillo.

-Te acompaño. –Reborn se giraba para seguir a su alumno.

-No, esto lo hare solo, no le digas a nadie más el contenido de la carta, regreso al rato. -Se marcha corriendo de su casa, para su suerte ni su madre ni los niños se encontraban en ese momento ya que habían salido de compras.

Se encontraba un castaño con un pantalón de mezclilla azul oscuro una sudadera blanca con franjas naranjas y unos converse naranjas, estaba parado enfrente de Kokuyo land, sus cabellos castaños estaban siendo ligeramente removidos por el viento y sus ojos caramelo mostraban una fuerte determinación, se veía realmente fuerte pero a la vez tan frágil que parecía que con tan solo tocarlo se rompería.

Narrado por tsuna.

-Es realmente escalofriante no sé cómo pueden vivir en este lugar, por dios que estoy diciendo realmente me escucho patético, creo que toda mi valentía se quedó con Reborn cuando le dije todas esas cosas, pero en que estaba pensando hahaha–se agarra la cabeza con las manos y un aura depresiva lo invade.- pero cada vez me sorprendo de mi intuición creo que a eso se refería Reborn cuando me decía que confiera en mis sentidos, el dolor punzante que sentí antes de que entrara Reborn debió de haber sido lo de las condiciones de Vindice, ahhhh por dios no puedo vivir una vida tranquila,  -suelta un profundo suspiro mientras camina adentrándose a la tenebrosa construcción de Kokuyo land.

-¿Qué haces aquí Vongola?

-Si piong- retan al castaño chikusa y ken

-Necesito hablar con Mukuro –les dice con semblante serio, y una sensación extraña recorre su cuerpo advirtiéndole de la amenaza

-Kufufufu, que es lo que trae por aquí al pequeño Vongola. -Habla el ilusionista con una sonrisa de burla y sarcasmo, desde su sillón color purpura mostrando un aura de superioridad.

-Necesito hablar contigo en privado.

-Kufufufu, ken chikusa déjenos al Vongola y a mí, solos.-Los chicos acataron sin refutar la orden recibida por Mukuro y salieron del salón dejándolos solos.

-¿Dónde está Chrome? –pregunto el castaño notando la ausencia de la ilusionista

-No tengo porque contestarte Vongola, pero por hoy hare una excepción, salió de compras con la hermana del boxeador y con la chica Miura.

-Me alegro, así no se enterara, -casi susurro pero aun así lo escucho el ojos bicolor.

-Mm, es algo importante, ya que has venido solo.

-M-Mukuro, lo que voy a decirte es serio, -cambio su semblante a uno preocupado. –la verdad, esta mañana recibí una carta del noveno donde me informa que dentro de un mes tengo que presentarme en la sede de Vongola en Italia con todos mis guardianes.

-Ese no es mi problema, -le interrumpía el ilusionista  mostrando una mirada de molestia,- ya sabes que mi objetivo es destruir a la mafia y ni Chrome ni yo te seguiremos, además lo último que sabía era que tú tampoco querías inmiscuirte con la mafia ¿qué te hizo cambiar de opinión Tsunayoshi?

-Lo sé Mukuro, sin embargo, -tomo aire y de un golpe lo soltó, -los de Vindice pusieron condiciones, si me niego a aceptar el cargo como Décimo, ya no serán necesarios los servicios de los guardianes de la niebla y tu volverás a Vendicare, jun... Junto con Chrome –esto último le costaba decirlo.

-Sawada Tsunayoshi, Chrome no ha roto ninguna regla de la mafia ¿porque tendría que ser encerrada? –le cuestionaba con una mirada llena de ira.

-Porque, los de Vindice la consideran tu cómplice cuando te dejaba salir de la prisión por medio de sus ilusiones –el castaño bajo la mirada ya que se sentía impotente ante la situación de sus guardianes de la niebla.

-Entonces por eso has aceptado el cargo, sin embargo aun así no me presentare el día de la sucesión…

-Sabía que dirías eso por eso solo tengo una petición que acerté –le miraba con unos ojos resignados ante la actitud poco cooperativa del ilusionista. –Solo cuida de la familia en mi lugar –ante esta petición Mukuro puso sus ojos más grandes en forma de sorpresa ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué tendría que cuidar de la familia en su lugar no por eso él iba a aceptar el cargo del Décimo que es lo que ocurría?-pensaba Mukuro

-¿Qué quieres decir con eso Tsunayoshi? –le pregunto cuando por fin pudo poner en orden sus ideas

-Veras Mukuro, si alguno de mis guardianes se negara a presentarse ese día, se consideraría un acto de traición del Décimo Vongola y los de Vindice me encerrarían en el Ultimo infierno de Vendicare. –le contestaba mirándolo directamente a los ojos sin dudar en sus palabras, de eso dependería la decisión del ilusionista, por que muy a su pesar él deseaba que lo acompañase a Italia.

El ilusionista  se sorprendió sobremanera al escuchar eso, -Kufufufu Tsunayoshi entonces no aceptes el cargo y deja que nos encierren, no tienes que cargar con nuestros actos, además el último infierno de Vendicare está aún más debajo de donde a mí me encerraron no tien….- pero fue interrumpido por el castaño.

-Te equivocas Mukuro, sin embargo no me importa lo que suceda conmigo siempre y cuando mi familia este bien.

Mi familia, es lo que ha dicho este pequeño castaño nos considera familia a pesar de lo que he hecho, Mm es sorprendente nunca me imagine que este pequeño ser tuviera tanta fuerza de voluntad, será divertido, tener a tan hermoso castaño junto a mí –pensaba el ilusionista al momento que mostraba una sonrisa de lado y veía sigilosamente al castaño.

Mukuro se levantó de su sillón y camino rumbo al castaño y una vez estando lo suficientemente cerca se arrodillo, recargando su rodilla izquierda sobre el piso y llevando su mano derecha al corazón (como un caballero de la época medieval), Tsuna al ver arrodillado ante él a Mukuro abrió sus ojos lo más que pudo y sin poder ocultarlo un sonrojo invadió su rostro.

-M-Muku-ro que, que haces. -Tartamudeaba el  menor al ver tal acto, en su mente no cavia la idea de tener ante él a la persona que un día intento matarle de esa forma.

-Yo Rokudo Mukuro, -empezó a hablar dirigiendo su mirada a la del menor y sin soltar su corazón en señal de lo que iba a decir era honesto y sincero.- Te juro eterna lealtad a ti Sawada Tsunayoshi, te juro protegerte a ti, a tus ideales, y a lo que sea valioso para ti, te defenderé de la mentira oculta en la verdad y te mostrare la verdad en la mentira como tu guardián de la niebla. Yo no te traicionare ni en esta vida ni en otra.

Tsuna estaba realmente sorprendido ante lo dicho por su guardián no podía ocultar su sonrojo y su mente estaba en blanco, una vez que supero el shock mental –Mukuro no tenías porque…-realmente no tenía que haber llegado a ese extremo, se lo dijo para que aceptara ir con él no para que le jurara lealtad, tsuna se sentía un poco triste por haber obligado a su guardián a hacer tal acto pero sus pensamientos fueron rotos con la sarcástica sonrisa de la piña.

-Kufufufu Lo sé pero aun así lo hice, y no me arrepiento, además tener de jefe a un lindo chico sonrojado me anima demasiado Kufufufu –con la mirada clavada en los ojos de tsuna asiendo que este se sonrojara aún más.

-Aun así Mukuro yo no te dije esto para obligarte a hacer algo que no quisieras o te sintieras compromet…

-Kufufufu Sawada Tsunayoshi, no lo hice por compromiso u obligación, lo hice porque se me dio la gana Kufufufu

-Aaa Mukurooo –haciendo un lindo puchero.- de todas formas me alegra tenerte en mi familia a ti y a Chrome –mostrando una dulce sonrisa tan cálida, sacándole una sonrisa burlona al ilusionista, quien pensaba que ahora estaría más cerca que aquel dulce ángel y que sería su perfecta oportunidad para hacerlo suyo Kufufufu.

Notas finales:

GRACIAS POR TERMINAR DE LEER EL CAPITULO, DEJEN SUS COMENTARIOS PARA SABER SI DEBO CONTINUAR O MEJOR AHI LO DEJO.

EN EL SIGUIENTE CAPITULO SI QUIEREN QUE HALLA, TSUNA TENDRA QUE CONVENCER A SU GUARDIAN DE LA NIBE ¿QUE METODO UTILIZARA? CLARO DEPENDE DE USTEDES

ACEPTO TODOS LOS COMENTARIOS LAS CRITICAS AYUDAN A MEJORAR. 


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