-"¡Diablos!"
Harry vio la hora, y salió de un soplo de la cama. Tras una ducha rápida y un desayuno nada saludable, el joven tomo sus pertenencia y salió de su pequeño pero cálido departamento. Daba gracias a Dios por vivir cerca del hospital donde realizaba su internado y que solo le bastara un par de cuadras en bicicleta para estar a tiempo sin que lo reprimieran por la impuntualidad.
Llevaba seis meses en Italia, un mes lo paso viviendo con Remus y Sirius y luego se mudo a un departamento que arrendaba a una conocida de su padrino. Los primeros meses habían sido duros; extrañaba a sus padres y a Mione aunque mantenía contacto con ellos, extrañaba a sus compañeros de universidad, Oliver y Cedric le enviaban constantes mensajes, extrañaba a Ron ¿y porque no hacerlo? si habían sido muy felices juntos, extrañaba a Draco...
Como le prometió, Hermione no le dio ninguna información sobre Draco, ni sus padres tampoco, aunque ellos no entendían los motivos de Harry. Para evitar tener noticas de Draco, Harry lo bloqueo de Facebook y WhatsApp y había cambiado su correo electrónico.
Por otra parte, su internado le encantaba; trabajaba con otros cuatro estudiantes con los que se llevaba muy bien, los doctores eran bastantes exigentes pero sumamente buenos en su trabajo y Harry aprendía rápido por lo que adaptarse no fue problema.
Milán tenia totalmente cautivado a Harry, desde la comida italiana (la segunda favorita de Harry) hasta los edificios, los lugares y la cultura. En esos seis meses se había recorrida la mayoría de museos, catedrales y monumentos, pero sin duda alguna su lugar favorito era el Parque Sempione. Le encantaba pasar los fines de semana allí, en ese espacio verde urbano de más de 386.000 metros cuadrados, se iba a meditar, a caminar, a estudiar de vez en cuando gracias al servicio gratuito de wifi que ofrecía el lugar.
Harry entro a la recepción del Ospedale Pediatrico Vittore Buzzi, saludo a un par de personas y llego hasta el camerino de los internos. Allí se encontró con Vittorio, Leonardo, Allegra y Francisca, sus compañeros.
-"Buongiorno"- Saludo Harry al ver a sus compañeros, se acerco hasta su casillero y se cambio de ropa.
-"Buongiorno Potter"- Saludo un joven un poco más alto que Harry, de tez blanca, cabellera castaña y unos ojos marrones de ensueño, Vittorio le planto un sonoro beso en la mejilla a Harry, este ya estaba acostumbrado. Vittorio siempre le coqueteaba, le hacía insinuaciones, lo tomaba del brazo por los pasillos, lo besaba sonoramente en la mejilla, todo eso siempre como amigos.
Harry comenzó con su rutina de cada mañana, se reunión con su mentor, el doctor Alejandro Marconi, sobrino de su profesor en Londres, un cuarentón que según sus compañeros internos estaba como el vino; alto, casi un modelo de alta costura, siempre bien arreglado y por quien varias enfermeras y doctoras se pasaban suspirando la mitad del día.
-"Bien Potter, aquí tienes un caso que quiero que veamos juntos"- El doctor le tendió una carpeta blanca a Harry. "Niña de 10 años..."
Harry escucho al doctor, conoció a la paciente y a sus padres, respondió a una serie de preguntas que el doctor le iba haciendo mientras examinaba a la menor y luego salió hacia su siguiente caso.
Todas sus mañanas eran así, y algunas noches también, cuando debía cumplir con turnos nocturnos, lo que agradecía bastante, así tenía su cabeza se mantenía ocupada y lejos de ciertas personas en Londres y cuando llegaba a casa caía como un tronco a la cama.
***
Harry y sus compañeros comían algo en el casino del hospital, hablaban de los diversos casos que habían visto aquel día o de la evolución de otros. Muchas veces le pedían informes de los casos por lo cual esos ratos aprovechaban de avanzar en ellos. De pronto tanto Allegra y Francisca se sonrojaron, Harry adivino que Marconi debió haber hecho acto de presencia en el lugar, pero grande fue su sorpresa cuando vio que no solo había entrado, sino también que se dirigía hacia ellos.
-"Hola chicos, ¿me prestan a Potter un segundo"- Alejandro sonrió coquetamente a las chicas que se sonrojaron aún más, Vittorio por su parte fulmino con la mirada al doctor. Leonardo solo sonrió por la actitud de su mejor amigo.
-"Claro doctor Marconi"- Dijo Allegra tratando de sonar lo más natural posible.
-"Grazie, Potter"
Harry se levanto y camino fuera del casino junto al doctor, se fijo que muchos tenían puesta la mirada en ellos.
-"Dígame doctor"
-"Veras Potter, tengo un amigo que necesita mi ayuda con respecto a un caso, un niño de 10 años, varias anomalías y él me envía todos los datos para que yo lo ayude. Estuve pensando en contratar a un asistente, un interno, para que me ayude con este caso. Desde que llegaste aquí has aprendido mucho, eres unos de los mejores y no solo yo lo pienso, sino también muchos de mis colegas."
-"Me alaga mucho que crea eso"
-"Por eso te quiero a ti. Si aceptas me ayudaras con el caso, que puede servirte para el examen final, te pagare, porque sería en horas fuera del hospital y claro si nos va bien, te considerare para los casos extras en los que a veces trabaje"
-"..."
-"¿Qué te parece, aceptas?"- Harry tuvo la impresión de que Marconi le sonreía coquetamente, pero desecho rápidamente esa idea.
-"Claro que sí, me encantaría"
-"Bien, mañana no tienes turno, te espero esta noche en esta dirección, mi departamento, a eso de las 9"- Harry recibió el papel que el doctor le tendió y vio como este se alejaba. Rápidamente se guardo el papel en su bolsillo y volvió a comer con sus amigos.
-"¿Que quería?"- Pregunto seriamente Vittorio.
-"Hablar de un caso de esta mañana"- Harry no estaba seguro de poder contarles sobre lo hablado con Marconi, temía que si lo hacia se pusieran celosos o que creyeran que había favoritismo por parte del doctor, mejor evitar toda clase de situaciones desagradables.
-"Que suerte tienes Potter, que daría yo por ser la interna de ese doctor"- Dijo Allegra.
***
-"Claro que iré Remus, si yo también los extraño, nos vemos mañana"- Harry colgó el teléfono y se recostó un momento en el sofá. Eran pocos los momentos en los que podía para a tomarse un descanso cuando estaba en el hospital. Un pequeño bip le aviso que tenía un correo, solo podrían ser sus padres o Hermione, y en efecto, era de su amiga.
"Potter. hace semanas que no sé de ti, las cosas aquí van bien. Ginny acepto salir conmigo de nuevo, la enana me ha hecho rogar desde hace dos meses cuando volvió a hablarme al fin. Cedric y Oliver están juntos y te envían cariños, los veo a veces. Escríbeme a penas puedas, te adoro. Mione.
Pd: Siguen preguntando por ti. Ron sigue soltero"
Harry decidió responder más tarde a su amiga, se dirigió al baño para tomar una ducha y mientras lo hacía pensó en la postdata del correo. ¿Que se suponía que significaba que seguían preguntando por él? ¿Acaso Draco preguntaba por él? Desecho de inmediato esa idea, para no ilusionarse por una estupidez.
Ronald seguía soltero, suponía que él también necesitaba tiempo para sanar, realmente esperaba que al pelirrojo le estuviera yendo bien, quería a Ron y parte de querer a alguien es desear su bien.