Lo vio, sentado sobre ese sillón de dos cuerpos, con las piernas cruzadas, apoyadas sobre el brazo del mueble... y lo deseó como si se tratase de un dulce que podría deleitar con sus papilas gustativas.
Lo miró, el otro estaba distraído leyendo alguna revista que encontró sobre la mesa que estaba frente a él. Lo observaba recorrer con esos profundos ojos oscuros cada página sin ningún tipo de interés. Hasta que se detuvo y junto a sus ojos, la mirada que se posaba en él, también se detuvo. Pudo ver, casi con placer, como la cara del tierno observado se iba transformando en una de goce al mirar esa dichosa hoja.
Sintió como un fuego lo invadía, colándose por sus venas hasta llegar a su corazón. Sí, estaba sintiendo celos de un objeto inanimado, más bien... de lo que tendría plasmado aquella revista para que esa expresión se le dibujara en su bello rostro.
Se acercó, tomó la revista y la lanzó a alguna esquina de la habitación y lo miró, furioso, pero con su cara inmutada.
-¿Estás loco? ¿De qué yerba estas fumando ahora?- le dijo atónito SeungHyun, tratando de entender la situación.
- No me importa, dirás que estoy loco pero no me importa- le dijo y se subió a su cadera, apoyando ambas rodillas al costado del mayor, y mirándolo bajó hasta su pecho, recostando su oreja en él, para poder escuchar los latidos de su corazón.
-¿Ahora qué pasa?- le preguntó calmo el pelinegro y a la par de sus palabras acercó su mano y acarició los cabellos del menor dulcemente.
El resonar de la voz sobre el pecho de TOP era exquisita para GD, amaba eso, amaba oírlo hablar mientras estaba sobre su pecho, su gruesa voz combinada con sus caricias era como sentirse en el paraíso... pero había algo más que podía hacerlo sentir que estaba en el edén terrenal.
- Simplemente pasa que te odio- le dijo, y comenzó a mover su pelvis en círculos sobre el miembro del mayor, provocándole una sensación deliciosa.
- ¿Me odias?, si me pagaran cada vez que escucho esas palabras de tu boca mientras quieres que te la meta hasta el cuello... creo que sería multimillonario ya- le dijo mientras tomaba la pequeña cintura de JiYoung para moverla con más rapidez.
- Eres un idiota pervertido- mientras ejercía más presión sobre su ya sobre estimulado bulto.
-Pero este idiota pervertido es al que vienes todas las noches por placer- le dijo y lo tomó de los cabellos jalándolo un poco, lo miró lascivamente y lo acercó a su rostro - hoy te voy a enseñar lo que es bueno- y le mordió el labio inferior hasta hacerlo sangrar para después devorarlo por completo en un beso.
Ese beso mezclado de la sangre de Kwon JiYoung era delicioso. Ese sabor a hierro salado los enloqueció a ambos, ese beso apasionado culminó en el cuello del menor, siendo mordido y besado con desesperación.
Sus ropas comenzaron a molestar, ambos se las quitaron sin dudar. Era normal para ellos verse, se conocían el uno al otro a la perfección y disfrutaban de ello.
Recorrían sus cuerpos con las manos y con sus labios recorrían caminos desdibujados sobre sus blancas pieles.
Dos adonis, hechos tal para cual, se seducían, buscando el disfrute pleno de sus cuerpos.
No había necesidad de palabras, los jadeos y gemidos, sus aires entrecortados, su gozo era la única comunicación necesaria.
Ya no alcanzaba con tocarse el uno al otro, con lamerse, morderse o besarse. Necesitaban coronar esa pasión que recorría sus venas, que los hacía jóvenes y los hacía humanos.
Kwon JiYoung tomó el miembro ya completamente erecto de Choi SeungHyun y lo introdujo dentro de sí, lentamente se fue sentando sobre él, hasta que entró completamente.
Placenteramente lo miraba el mayor mientras el otro apretaba los ojos fuertemente para suprimir el dolor y sentir aún más el placer.
Y se sentía apretado, estrecho, pero delicioso, sentía que si se movía el mundo iba a desaparecer transformándose en el simple deleite de la satisfacción. Y así fue, Ji comenzó a moverse, lentamente y el universo se silenció, para simplemente oírse los gemidos del placer.
El meneo de GD sobre él, cada vez más intenso y acelerado, lo hacía enloquecer y para transmitir esta sensación comenzó masturbarlo, el movimiento de su mano iba al ritmo del vaivén del menor.
Así, entre jadeos y suspiros, acabaron al mismo tiempo.
Exhausto JiYoung se recostó otra vez sobre el ahora desnudo pecho de SeungHyun que subía y bajaba en un ritmo irregular, y este, otra vez como si de un robot se tratase, comenzó a acariciarle los cabellos.
-Ahora... Youngie... ¿vas a decirme qué te pasaba?- le dijo mientras enredaba sus dedos entre los cabellos del menor.
- mmm...- pensó un momento- no era nada importante- le dijo mientras dibujaba círculos sobre el hombro del mayor con su dedo índice.
-... deja de fumar yerba- le dijo dando el un tironcito a sus cabellos.
-mmmhhh....- le contestó adormilado.
En la esquina de la habitación yacía la dichosa revista que causó tanto ajetreo, abierta en la página que estaba observando TOP. Una producción de fotos que tenía como título:
"La súper estrella Kwon JiYoung habla con nosotros de su concierto solista."