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Aprendiendo a confíar por Neko uke chan

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Notas del capitulo:

 Logré finalizar el último capítulo y guardarlo hace unos pocos días, así que  no duden que tendrán su actualización semanal sin falta :)

 

 –¡Sensei, llega tarde! – le recriminó como saludo –Le dije cuando le llamé esta mañana que yo misma podría buscarlo, así tendría más tiempo para revisarlo antes de la reunión con la junta directiva ¿por qué insistió tanto en traerlo personalmente?– mientras caminaban hacia el interior de la empresa, la pelirroja editora le exigía al hombre una explicación razonable para justificar su terquedad, y encima, su retraso. Al llegar a las puertas del elevador Usami apagó sin muchas ganas su cigarrillo en el cenicero

 

  –Aikawa, dije que está bien, yo traería el manuscrito para evitar que te apresuraras a mi departamento  a esta hora. Además no estuve en casa en toda la mañana, agradece que te ahorré el viaje – contestó tratando de no sonar muy brusco. Ingresaron al ascensor         –Pero sensei, igualmente llegó dos horas tarde, la primera reunión ya va a empezar y aún no he visto la segunda corrección del borrador – la pobre chica estaba recibiendo todas las malas energías de su escritor a cargo, sin ser responsable de su mal humor.

 

 El hombre suspiró, derrotado.

 

 –Tuve que acompañar a Misaki hasta que llegara su senpai de la universidad, llegó tarde y por eso me retrasé más de lo esperado – confesó, escupiendo las palabras literalmente. Sólo pensar en ese tipo le daba dolor de estómago.

 

 –Oh, ¿un amigo de Misaki-kun? Eso si es inesperado– pensó en voz alta, eso sería razón suficiente para explicar el retraso, la negativa a dejarla ir a su departamento y sobre todo su mal humor. Tampoco es que pensara que Takahashi no tuviese amigos, sólo que nunca le había escuchado mencionar a ninguno.

 

 Sin darse cuenta ya estaban en el tercer piso donde se llevaría a cabo la reunión, la mayoría de editores ya estaban ingresando a la sala de conferencias tras haber dado el visto bueno a sus manuscritos previos.

 

  –Deberías apurarte a leer eso Aikawa-kun, ya está por empezar la reunión de hoy – una voz no tan grave pero igual de fastidiosa para él se presentó tras su hombro, el hijo del jefe de la Editorial Marukawa y viejo amigo de su hermano mayor, Isaka Ryuuchirou ya estaba al tanto del retraso de la chica y sin ser adivino, se hacia una idea precisa del porqué.

 

  –¡Buenos días Isaka-san! – con una leve reverencia y una voz curtida entre vergüenza y angustia, se explicó la empleada  –Sé que no es excusa pero acabo de recibir las últimas correcciones de Usami-sensei a pesar de que le insistí en tener el manuscrito a tiempo…al menos para esa reunión… –el aura negra a su alrededor le daba un aspecto siniestro y decaído, casi podía apostar que se arrugaba por la falta de vitalidad. Algún día, Akihiko se las pagaría.

 

 –Isaka-san, ya debería haber entrado en la sala ¿cierto? Es el supervisor de los demás departamentos, después de todo – ignorando a su editora y a su superior, con un movimiento un tanto brusco literalmente se sacudió de encima al director.

 

 –Oye Akihiko, no deberías desquitar tus rabietas conmigo, yo sólo recalco lo obvio – sin perder su sonrisa burlona. El escritor barajó las probabilidades de irse sin esperar más tiempo a que Aikawa ingresara a la reunión. 

 

 Un par de editores más entraron a la sala, y con un leve gesto de Asahina, el asistente de Isaka, los preparativos para la reunión estaban concluidos. Usami estaba por partir.

 

–Ya me voy, no tengo m…– Isaka-san le interrumpió antes de formalizar su huída.

 

  – Akihiko, no deberías dejar que tu vida privada se interponga en tus responsabilidades, si estás molesto por algo en relación chibi-tan no es problema de los demás. Recuérdalo– con una última palmeada en la espalda entró, anunciando a los demás que era hora de iniciar la junta. –Me voy Usami-sensei, cuando termine la reunión le llamo de nuevo ¡deséeme suerte…la necesitaré!– se despidió algo preocupada, tanto por su inconcluso material como por la actitud del escritor.  

 

 El adulto dio vuelta sobre sus pasos para salir de la empresa, se montaría de nuevo en su descapotable y tras pagar la cuota del parquímetro, arrancaría hacia su apartamento. O al menos esa era su intención antes de pasar de largo el cruce de la avenida para subir hacia su urbanización por andar distraído, por lo que cayó de nuevo, muchas cuadras más arriba, en el casco central del tráfico alrededor de la Universidad.

 

 Sabía que no habían demasiados estudiantes en el campus por ser domingo aunque sus instalaciones internas estaban abiertas al público no era frecuente que el alumnado acudieran en grandes cantidades a las facultades -salvo los profesores que pasaban nómina y la biblioteca-  así que no podía explicarse la cola kilométrica frente a sí. Gruñó disgustado.

 

 Para completar su mala mañana, llevaba cerca de una hora estancado en lo que parecía un estacionamiento gigante aunque en realidad se trataba de un inusual tráfico en la ciudad. Pensando en mil formas irracionales y absurdas de salir de allí -así fuese volando- se perdió en el fondo de su cabeza hasta que fue llamado por una voz que bien conocía, captando su atención.

 

 –¿Akihiko? ¿Qué haces aquí?  ¡Así que eres tú el de los rumores del auto deportivo! ¿Por qué no me sorprende?– su amigo de siempre y, además, profesor pesadilla de  literatura le hablaba a través de la ventanilla abierta de su auto desde la acera. Vestía su casual traje, aunque la corbata estaba un poco suelta; dedujo que salía de la universidad por el portafolios en su mano  –Hiroki ¿apresurado como siempre? como ves, estoy atascado en el tráfico –no estaba de humor para charlar amenamente, pese a ello se esforzó por disimular. Decidió distraerse al hablar con su conocido.

 

 –¿Qué haces aquí un domingo? No me digas que ya te quedaste sin libros para leer y vienes a asaltar la biblioteca– continuó,  haciéndole una pequeña broma a su amigo, sabiendo que el otro procuraría pasarlo por alto pese a que se ofendería  –¡Por supuesto que no! Siempre tengo algo diferente para leer – acotó, alzando la ceja –Además, estaba terminando de pasar las calificaciones a las nóminas y adelantando unos proyectos. No esperaba que hubiese tanto tráfico cuando saliera.

 

 Ignorando lo que parecía ser una mala pasada del otro -al menos, el ocasionado por la nula vialidad- Kamijou miró su reloj de pulsera, a ese paso definitivamente llegaría tarde a su piso si se iba por vía terrestre en el transporte colectivo Usaré el subterráneo, pero antes debo averiguar el precio del libro de Anatomía para Nowaki pensó.

 

 –Hiroki ¿sabes por qué hay tanta cola hoy?– preguntó, sacándole de sus pensamientos después de encender otro cigarrillo; se estaba irritando por estar atrapado en su asiento, hasta el cinturón de seguridad se había soltado –Bueno, escuché que hubo un accidente en el distrito comercial y las autoridades de tránsito cerraron varias calles pero no sé muchos detalles, aunque a estas alturas ya tendrían que haber solucionado algo– comentó el pensativo el docente, ya no podría ir a la librería de segunda mano a buscar el libro.

 

–¡¿Dijiste distrito comercial?! – Usami abruptamente se rodó un poco del asiento para acercarse más a la ventanilla, alzando un poco la voz –¿Qué forma de preguntar es esa? sí, tengo entendido que hubo un accidente cerca de la biblioteca pública, implicados dos autos, sino mal recuerdo había uno negro, creo…no hay reporte de heridos hasta donde sé– el menor se encogió de hombros sin comprender el repentino interés del otro, frunciendo el ceño para forzar su memoria.

 

 A su vez, el escritor también procesaba su propia información.

 

 Auto negro.

 

Biblioteca de la universidad.

 

Distrito comercial.

 

 ¡Misaki!

 

 Las conexiones en su cabeza no le ayudaron a despreocuparse, se sintió palidecer.

 

–¡Misaki! – ese pensamiento angustioso salió de su boca con un leve temblor, alertando a su amigo  –¿Quién rayos es Mis- un momento, ¿te refieres a Takahashi? – inquirió con recelo Hiroki al ver la reacción del mayor. Estaba seguro de haber escuchado ese nombre anteriormente.

 

–¡Él fue a la biblioteca del centro esta mañana con el hijo de Sumi-sensei! –sin más explicaciones encendió el motor del auto de nuevo, abrochándose la cinta de seguridad.

 

 –¿Sumi? Sumi…otro de mis estudiantes – como una computadora, ubicó los apellidos en su mente y los asoció con las nóminas que recién había completado. Sorprendido, empezó a preocuparse por sus alumnos ya que la reacción de Akihiko le dejó cavilando  será mejor que revise de nuevo el noticiero  –Te aviso si me entero de alg- ¡¿Eh?!– un cornetazo de parte del escritor le alertó a tiempo para evitar ser arrollado por este, el deportivo iba contra flecha sobre la acera de peatones.

 

  –¡Akihiko, imbécil! ¡Casi me matas! – logró gritarle, sentado de golpe en el suelo, antes de ver el auto desaparecer en la esquina que daba cruce con la parte trasera del parque cerca de la Universidad M.

 

 Misaki, Misaki que estés bien, ¡que estés bien!

 

 Le empezaban a palpitar las sienes. Sus susurros chocaban contra sus dientes mientras tecleaba de memoria el número del chico, haciéndosele interminable el repique de la llamada.

 

 “El número que usted marcó no puede ser localizado, el teléfono se encuentra fuera de servicio o apagado, por favor intente su llamada más tarde. El número que usted marcó…” soltó su celular sin colgar, cayendo éste sobre el asiento del copiloto, presionando más a fondo el pedal.

 

¡Misaki!

 

 

Notas finales:

 Muchas gracias a todas las lindas personas que dejaron reviews en el cap anterior, todos han sido apropiadamente leídos y respondidos.

 

 Nos vemos la semana entrante.


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