“Sólo necesito una cosa de ti”
XIII
Akira curvó sus labios.
— Relájate, no es como que tenga planeado hacerte “algo”
Miyavi seguía tieso ¿Cómo que “algo”?
“Algo” podía significar muchas cosas. ¿A qué se refería entonces?
— Sólo pensé que sería mejor pasarla aquí –le guiñó un ojo– Tengo un cuarto de juegos y puedo asegurarte que cocino excelente.
Jo… ¿qué clase de juegos? Miyavi pensó en si salir corriendo sería buena idea. Él definitivamente no iba a ser el encabezado de un periódico sobre un crimen sexual, aunque no se podría quejar de la apariencia del otro. ¡Joder! Ya pensaba tonterías.
Su cuerpo casi tembló ante el toque en su espalda de Akira invitándolo a seguir.
— ¡No haré nada pervertido contigo sí es lo que esperas! –exclamó rápidamente.
El rubio volteó al escuchar eso. Y Miyavi quiso ahí mismo que algún buen samaritano pasara y se apiadara dándole un tiro.
*~*~*
Kai buscó en su memoria por un minuto y fue entonces que lo recordó.
— Ah, sí ¿Qué tal?
— ¡Todo bien!
Era un conocido de su antiguo trabajo. O eso creía…
— ¿Sabes que me casé?
— ¿Ah sí…?
— ¿Y tú?
Mh… ¿Algo así?
— No.
— ¡Pues hazlo pronto! Me debes un regalo.
Sí, claro…
Luego de un intercambio más de palabras y partió al fin al departamento. Sus labios se curvaron pensando en cómo sería en efecto ser recibido por Takanori desnudo en la cama.
— ¡Aah! –se tropezó con uno de los parquímetros yendo a su auto.
Mh, distraerse así pensando en él…
Condujo sin mucha prisa, igual y esa comida venía ardiendo (sus dedos rojos eran la prueba). A su mente le asaltó entonces aquella pregunta ¿Qué estaba haciendo?
Ciertamente deseaba seguir con aquel buen…sexo. Sí había algo que a todo hombre le gustaba (además de las cosas políticamente correctas) era el sexo. Y con Takanori no se quejaba en lo absoluto.
Entonces todo estaba bien. Tenían un buen intercambio ahí.
Frunció los labios.
— Tal vez debería preguntarle a Uruha…
Sonrió recordando que hacía un tiempo ya que no le llamaba así. Y si lo pensaba mejor, hacia bastante tiempo que no sabía mucho de él. ¿Qué andaría haciendo?
* ~ * ~ *
Uruha trató de reprimir su risita cuando Yuu comenzó a llamar a su hermano aniñando su nombre.
— ¡Nee Yosshi…!
El mayor sonreía pero lo ignoraba mientras conducía.
— Yosshi~
— ¿Qué quieres Aoishii?
— ¿Aoishii? –Uruha no pudo evitar no quedarse callado.
Yuu hizo un puchero.
— Así lo llama papá.
— Papá debe aprender que ya estoy grande.
— Pues no es lo que aparentas justo ahora.
El Shiroyama menor se cruzó de brazos.
— ¡Kou…!
Kouyou se acercó a su asiente sujetando una de sus manos.
— Tengo sed, me pasas el agua.
— Sí.
Luego de un rato más, los hermanos volvieron con sus tonterías y Kouyou a entretenerse con ellas. El viaje, a pesar de durar unas cuantas horas, pasó relativamente rápido para él.
Cuando llegaron a la ciudad, el rubio se distrajo con los alrededores hasta que llegaron a una casa. Una bonita casa situada en una tranquila calle, al menos así le pareció. Se podía sentir el ambiente familiar.
El mayor bajó las dos maletas e invitó a Kouyou a seguir, pronto Yuu se aferró a su brazo susurrándole un “vamos”. Y en cuanto estuvieron frente a la puerta principal, Kouyou alcanzó a escuchar un “tranquilo” justo antes de que esta se abriera y una señora se asomara sonriente.
— ¡Hola!
— ¡H-Hola!
Yuu apretó un poco su mano sobre la del rubio.
— Madre.
— ¡Yuu! –la mujer en seguida se fue a abrazarlo.
Y para sorpresa (e incomodidad) de Kouyou el siguiente en recibir un abrazo fue él.
— ¡Pasen! –les invitó.
Yosshio entró luego.
Bonita casa por fuera y por dentro. Concluyó Kouyou.
— Hoy haremos una parrillada. A Yuu le encanta la carne, es culpa de su padre ¿Y a ti? –preguntó la señora.
Uruha asintió y la vio sonreír divertida. Sólo esperaba que la señora no pensara que su diccionario de palabras se reducía sólo a un ‘Hola’.
Yosshio les guió hasta la que sería su habitación.
Su habitación.
No pudo evitar no sentirse algo apenado.
— Se ponen cómodos y bajan luego. Aún no llegan los demás.
Cuando la puerta se cerró, lo primero que hizo fue respirar. De verdad sintió como si no lo hubiese hecho en mucho tiempo. Y luego fueron los brazos de Aoi los que actuaron, envolviéndolo en un abrazo.
— No estés nervioso.
— ¡No lo estoy!
— Puedo darme cuenta muy fácilmente.
Suspiró y se volteó para abrazarle de vuelta.
— Te agradaran.
— ¿Y si yo no les agrado?
— No te preocupes por eso.
Kouyou debió haber percibido el tono y la expresión con lo que eso fue dicho.
***
— Puedes sentarte aquí –Yosshio le indicó una de las sillas alrededor de una larga mesa puesta en el llamativo patio.
Uruha iba a hablarle a Yuu pero de pronto se dio cuenta que el moreno no estaba cerca.
“¡Me dejó!”
— ¿Qué tal?
Uruha se giró a ver quien le hablaba. No le costó mucho descifrar que ese debía ser su sueg- ¡el padre de Yuu!
— ¡Hola! –al menos no tartamudeó.
— Tú debes ser el patito del que tanto hablan ¿No?
Y sólo basto un segundo para que su rostro entrara en el matiz más rojo que hubiese alcanzado jamás.
¿Patito?
— Ah… –boqueaba sin saber cómo responder.
— Soy el padre de Yuu, mucho gusto.
Le extendió la mano y dio gracias a todos los dioses posibles por poder responder el ademán.
— Pa- ¡Takashima! Takashima Kouyou – ¡Ay que alguien lo matara! Estuvo a punto de decir eso.
El hombre sonrió.
— ¿Y a que te dedicas?
Y la conversación fue así. El hombre preguntaba y él trataba de responder lo más recto posible. Y con algo más que monosílabos. Y la verdad fue que luego de unos minutos empezó a sentirse un poco más cómodo. No es como si le estuvieran hostigando o tratando de avergonzarlo. Solo querían conocerlo.
Y lo entendía.
— Aoishii sigue y seguirá siendo mi bebé –dijo dándole un trago a su vaso.
Kouyou sólo pudo sonreír, deseando inconscientemente que su padre fuese así de afectuoso de vez en cuando.
— Así que espero lo estés cuidando bien. Supe que ya la chica que iba regularmente no lo hace más.
Los ojos de Kouyou se entrecerraron.
— Yuu me tiene a mí no necesita que ninguna persona vaya –sus mejillas se volvieron a encender en cuanto se dio cuenta de lo que acababa de decir.
— ¡Dios! Eso es como un “Mío” –el hombre se llevó una mano a la boca– Entonces puedo estar tranquilo.
— ¡Pa! –Yuu llegó junto a su madre y tras ellos una chica que en seguida se fijó en el rubio.
— Kouyou sí que es una persona interesante.
— ¡Lo sé! –contestó orgulloso.
Kouyou sonrió y su mirada fue directa a los ojos cubiertos de Yuu por lentes, luego a su boca. Cuantas ganas le asaltaron en ese momento para unir sus labios.
La Señora Shiroyama se retiró luego de algunas palabras con su esposo, el hombre la siguió.
Yuu se sentó a un lado de Uruha y en seguida sintió sus manos sobre las suyas, apretando muy suavemente Se acercó y susurró a su oído.
— ¿Quieres un beso?
Una tos más que fingida les interrumpió.
Uruha volteó y ahora se fijó en aquella chica.
— ¿Sí?
— No estés tan cómodo. Aún no te doy mi aprobación.
¿Ah?
Yuu suspiró.
— Kou…ella es mi prima, Sully.
¿Prima?
— Tienes tres días para convencerme de que Yuu-sama es feliz contigo. Si no, puedes ir despidiéndote.
La chica le dio un beso en la mejilla al pelinegro y una mirada de cuidado al rubio antes de marcharse.
Kouyou se quedó, literalmente, con la boca abierta.
CONTINUARA
~Grezz~