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“Sólo necesito una cosa de ti…” por konekoyaoi

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Notas del capitulo:

Gracias por sus comentarios!

*

Aclaración: Siento que estoy olvidando algo, espero que no pero si es así y  ven alguna inconsistencia me avisan por favor.

 

 

 

“Solo necesito una cosa de ti…”

 

III

 

 

 

Matsumoto Takanori de verdad que era un maldito. Kouyou tenía mucha razón. Akira y Yutaka se vieron las caras con igual expresión de fastidio. Sólo quedaban ellos en la oficina.

Guardaron sus cosas. Habían quedado en ir a divertirse un rato a algún sitió donde pudieran comer y beber.

 

—    Espero sus reportes a primera hora.

 

El bajito insoportable pasó tras ellos y abordó el ascensor. Ascensor que casi perdieron al no tener él otro la consideración de esperarlos.

Y ambos hombres pensaron que hubiese sido mejor ir por las escaleras aunque el piso fuese el número 30.

El ambiente fue bastante tenso hasta que al fin llegaron a la recepción. Matsumoto se bajó allí y ellos siguieron al estacionamiento.

Ambos salieron en sus respectivos autos. Kai lo seguía cuando notó pequeñas gotitas impactando contra su parabrisas y fue entonces que lo notó también. Caminando a tan sólo un par de metros de él.

Bajo la lluvia que comenzaba.

Iba a seguir, ese no era su problema. Pero al llegar al semáforo y que Akira hubiese avanzado antes de que pasara a rojo fue la excusa que tomó su conciencia al ver cómo iba a cruzar la calle.

 

—    ¡Hey! –Abrió la puerta rápidamente- ¡Takanori! –gritó. No estaban en la oficina así que el que le llamara por su nombre no se consideraría una falta.  

 

El nombrado volteó realmente tomado por sorpresa.

 

Una vez dentro del vehículo. Yutaka suspiró. El semáforo cambio.

 

—    Sólo déjame en un par de cuadras más adelante.

 

—    … ¿Vas a comer? –por ahí sólo quedaban locales.

 

—    Sí…

 

—    Ah, Akira y yo también, podrías venir

 

Fue entonces que Takanori volteó hacia él.

 

—    ¿Por qué me invitas?

 

—    Sí vas a comer y nos-

 

—    No les agrado, no seas condescendiente ni hipócrita. Sólo déjame donde dije y ya.

 

Y Yutaka pensó que lanzarlo con el auto en movimiento era mejor idea.

 

—    Pues con esa idiosincrasia me preguntó a quien sí le agradas… -siseó.

 

El castaño sonrió sin dejar de ver por la ventanilla.

 

—    Aquí…

 

Y Yutaka se mordió el labio cuando visualizo el auto de Reita al otro lado de la calle. Su superior señala el mismo lugar al que ellos iban.

 

—    Pues que coincidencias las de la vida ¿No?...

 

Lo que no sabía es que Takanori también había notado el auto del rubio. Se vengaría un poco de ese par de idiotas.

 

 

 

 

Akira se bebió de un solo trago su bebida al ver otra vez a quien tenía en frente. Takanori muy sonriente disfrutaba de su comida y Kai trataba de curvar sus labios, tarea a la mar de difícil.

La mesera les terminó de traer su orden.

A ambos les gustaba ese lugar porque podían tener privacidad al estar las mesas separadas por paredes de bambú decorado. Buena música. Buena comida y servicio.

 

—    ¿Son amantes? –Takanori dio un sorbo a su bebida.

 

La repentina pregunta prácticamente les hizo escupir lo que llenaba sus bocas a ambos.

 

—    ¡¿Qué?! –ambas voces resonaron con la misma respuesta/pregunta.

 

—    Digo, se la pasan siempre juntos.

 

—    ¡Eso no quiere decir nada, somos amigos y ya!

 

—    Ok… -imprimió ironía a su tono de voz, lo cual sólo provocaba que ambos se alebrestaran más.

 

Yutaka y Akira optaron por pedir más y más bebidas. Sobrios sería imposible aguantar a el maldito enano.

Una hora después, la chica llegó con la cuenta la cual tendió al que vio un poco más lucido.

Porque a Takanori le dio igual y comenzó a beber también.

Kai le sonrió y paso su tarjeta de crédito. No pensó en pedirles a los otros que pagaran su parte.

Con su amigo y con su jefe más próximo se encaminó hasta su auto.

No, no podía conducir así.

Akira iba balbuceando y Takanori no dejaba de sonreír. Estaban en Shibuya y no sabía donde vivía uno de los otros borrachos que llevaba. Detuvo el primer taxi que diviso y pidió que le llevaran al hotel más cercano. Tendrían que dejar los autos allí.

 

 

~    *    ~

 

Había estado excelente. La sesión de sexo.

Kouyou ahora esperaba sentado en el mesón frente a él.

 

—    ¿Cocinaras?

 

—    ¿Cómo crees que vivo?

 

Se encogió de hombros y desvió la vista.

 

—    No lo sé –contestó cayendo en cuenta que en efecto seguía sin verlo.

 

Yuu sacó lo que necesitaría de donde recordaba perfectamente.

 

—    Yuu… -llamó

 

—    ¿Sí?

 

—    ¿Tienes un gato?

 

—    Mh…Aoi vino otra vez.  –fue hasta la alacena y sacó una lata de atún. En seguida escuchó el maullido del felino.

 

—    ¿Aoi? ¿No es ese tu…?

 

—    Sip, Ruki dijo que le quedaba perfecto. Tiene los ojos azules ¿No? Y el pelaje negro.

 

—    ¡Hehe!

 

—    ¿Lo estas cargando?

 

—    Si…

 

—    Es un mimoso confianzudo.

 

—    Como su dueño…

 

Eso último fue algo que sólo debía pensar más no decir en voz alta. Miró hacia el otro y parecía no darse por enterado.

 

—    ¿Quién es Ruki? –preguntó.

 

—    Un amigo

 

—    ¿Amigo?

 

—    No, no me acuesto con él. Tranquilo, amor. No te engaño.

 

—    ¡Idiota!

 

Yuu rió y giró a dejar un plato con un par de sándwiches frente a él y una taza con el pescado en el piso para el minino.

Comieron conversando y cuando Kouyou notó la hora fue por sus cosas.

En la habitación encontró lo que le faltaba y por alguna razón su chaqueta bajo la cama.

Ah sí… habían empezado en el suelo.

Sonrojado se giró y se encontró con Aoi en la puerta.

Puerta que pasó a cerrar.

 

—    Puedes quedarte hoy también.

 

Suspiró y arrojó sus cosas sobre una silla.

 

—    ¿Te estás quitando la ropa? –Yuu se mordió el labio al escuchar como las prendas iban cayendo.

 

—    Me gusta dormir cómodo.

 

—    Bien ¿Me ayudas? A mi también me gusta.

 

 

~    *    ~

 

 

Kai fue despertando poco a poco. El dolor de cabeza le iba atacando, no tan fuerte como en otras ocasiones, pero igual y era molesto. Sintió un peso extra en su estómago que quito sin mirar y cuando se sentó y abrió completamente los ojos fue que notó aquello en mejoría.

 

Akira estaba al otro lado de la cama con los pies hacia la cabecera  y lo que se había quitado de encima había sido nada más y nada menos que el brazo de Matsumoto Takanori.

 

Su pecho desnudo fue lo siguiente que notó. Y con terror terminó de checar bajo las sabanas de aquella cama de hotel que en efecto los cuerpos de los otros dos estaban en iguales condiciones.

 

Todos desnudos.

Perfecto.

Perfecto Yutaka

¡Te tiraste a tu jefe y a tu amigo!

 

 

 

 

CONTINUARA

-Grezz-

 

 

 

Notas finales:

¿Qué les ha parecido?

 

Gracias por leer!

 

Besitos y cuidense!

 

-Grezz-


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