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Luz de estrellas por Nanaa

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Notas del fanfic:

Holaa!! Mi primer One-Shot D:

Siempre crei que el primero que haria seria MinKey, pero no! aqui esta este TaeKey, porque ellos dos juntos son hermosos (:

Notas del capitulo:

Bueno se supone deberia estar actualizando mis otros fic's >.< pero esto llego de la nada, solo comence a escribir en un momento de felicidad xD aunque ahorita esa felicidad se haya extinguido ahaha xDD

Muy pronto veran actualizado "algo inimaginable", ya saben para cuando, esperen 15 dias maaas, shi soy  mala u.u

Espero le guste (:

Con sencillez les diré que soy plenamente feliz.

 

¿Por qué el cambio tan drástico? Me preguntan…

Y yo les dijo: Hay sentido…

¿? Interrogatorios en sus cabezas. Mi respuesta deja espacio para más preguntas, preguntas que no estoy dispuesto a contestar. Solo avanzo…les dejo con sus signos de interrogación rodando por la cabeza. Que piensen lo que quieran. Yo soy feliz.

 

Porque hay sentido.

 

¿Por qué sonríes tanto? Me preguntan.

Y yo respondo: ¿Te molesta? Soy feliz…

 

Sus seños se arrugan por mi respuesta. Como si mi felicidad fuera su desdicha.

 

Y a mi… simplemente no me importa.

 

“Prefería al hombre serio y reservado, ese que pasaba con elegancia y seriedad, el que era responsable y se preocupaba por su trabajo” Me dijo en una ocasión mi ex-novia.

 

Si… ella prefiere a ese con miraba sombría, a ese que nunca mostraba una sonrisa y cuando lo hacía era meramente falsa, totalmente hueca y fría. ¿Ese es el hombre que la gente prefiere? Con tristeza les responderé que sí.

 

El ser muerto, el ser sin vida. Porque para mí no había sentido en la vida.

 

Las personas me parecen totalmente falsas, unos estúpidos que solo buscan quedar bien conmigo, pero una vez alejados de mi, sus lenguas acidas pronuncian mi nombre con hipocresía. Hablan mal de mí… pero cuando me tienen en frente son unos amables sin remedio.

 

Malditos dobles caras, hipócritas estúpidos.

 

Mis empleados son de lo peor, pero hacen su trabajo con dedicación y esfuerzo, justo como debe ser, por eso no lo despido, pero se que ellos me odian tanto como yo a ellos.

 

El jefe de una empresa es lo que soy. Un trabajo que no me gusta en lo absoluto y mi padre me obligo a tomar control de ella, pues él es demasiado viejo para hacerse cargo. Qué precio tan caro he pagado. Amargarme toda la vida al dedicar mi tiempo a algo que no me gusta.

 

Hoy fue un día amargo lo he de admitir. Pero en ningún momento borre mi sonrisa. No… ni ellos ni nadie harán que deshaga mi sonrisa, no cuando lo tengo en mi mente, no cuando se que una vez saliendo de esa estúpida oficina lo veré… lo apretujare entre mis brazos y me lo comeré a besos.

 

Mi razón para vivir.

 

Desde que lo conocí todo ha cambiado en mí. Todo.

 

Kim Kibum el nombre de mi vida.

 

Hace ya algunos meces que le conocí y en realidad no es mucho tiempo, pero yo me siento totalmente enamorado.

 

Mi Bummie.

 

 

***

 

Hoy Salí tarde de la oficina. Siento los ojos realmente cansados. Mi cuerpo desea desvanecerse en mi enorme y cómoda  cama. No. En mi cama no.

 

En su cama.

 

Cuando salgo tarde de la oficina prefiero ir  a mi casa pues no deseo perturbar su sueño-el sueño de mi bonito Kibum- Pero hoy hare una excepción.

 

“Un gran sacrificio”. El gran sacrificio se observarlo mientras duerme porque estoy seguro que ha de estar en el octavo sueño.

 

Mi reloj marca las 3:45 de la mañana ¿Y adivinen qué? No me importa. Mis deseos de verlo son mayores. Deseo que mi Kibum quite este sabor amargo que cargo por culpa del trabajo y ese montón de gente hipócrita.

 

Y otra cosa más… tengo las llaves de su casa.

 

Me adentro con sigilo. Y como ya era de esperarse el lugar está sumergido en las penumbras, en la total oscuridad.  Las luces están apagadas y yo las mantengo de aquel modo. Conozco tan bien esta casa que puedo conducirme sin ver absolutamente nada. 

 

Llego a  su habitación. Solo pedazos de luz alumbran su cuerpo a medio tapar -Aquella sabana rosa solo esconde una de sus largas piernas-.Pequeños pedazos de luz entran por la ventana y terminan iluminando su diminuto cuerpo.

 

Es hermoso.

 

Me acerco más… hasta quedar a un lado de su delgado y dormido cuerpo. Le contemplo por unos minutos e inevitablemente una sonrisa escapa de mis labios.

 

Hace tanto que no me sentía tan feliz. En realidad solo estando con él me siento así. Solo con él la felicidad me alberga de una manera que aun sigo sin creer posible. Nunca creí sentir tanto. Sentir que todo tiene un sentido, que todo cambio tan drásticamente y ahora las cosas son vistas de otra manera.

 

Mis manos acarician su rostro suave, un recorrido que empieza en su bonito rostro se detiene en una de sus piernas al descubierto.

 

Su piyama me deja ver mucha piel. Una piyama muy infantil a decir verdad- Color azul cielo y unos borreguitos animados repartidos por todo el piyama- y muy incitadora he de decir. Quizás el sabría que vendría hoy y por eso se puso aquella piyama que ya le había prohibido que usara en varias ocasiones y él sabe bien porque.

 

El camisón es extremadamente grande por lo que, muy seguido se le resbala por los hombros y cuando veo aquello solo me da gana de mordérselos. Si… me da gana de morderle los hombros, loco ¿No? El tiene la culpa por dejarme ver tanta piel blanca. Una blanca piel que no tarda en convertirse en rojiza por culpa de mis besos, y…dientes. O más bien su culpa, el tiene la culpa por ser tan bonito, por dejarme ver esos hombros incitadores.

 

A veces siento que me estoy volviendo loco, tan loco que ahora mismo he terminado hablando de sus hombros.

 

Estoy loco. Lo estoy.

 

Pero ¿Saben? El enorme camisón no es el problema sino  el short. ¡El maldito short! El pequeño short, el diminuto short…

 

Por eso es la razón de porque una de mis manos acarician su pierna (Su pierna casi desnuda). Pronto me veo destapando la otra pierna. La sabana vuela por el cuarto y termina en el suelo. La sabana rosada estorbaba y yo me he encargado de aventarla lejos.

 

El se remueve un poco, solo un poco.

 

Mi Kibum es una persona de sueño pesado.

 

Continúo acariciado sus piernas. Si, ahora acaricio las dos piernas. Me siento como un enfermo total, un enfermo por hacerle esto.

 

Tocándolo mientras duerme.

 

Si…definitivamente estoy enfermo.

 

Y loco.

 

Ahora solo desearía que abriera sus ojitos. Sus pequeños ojos gatunos se mantienen cerrados y es hermoso verlo así, pero aun más hermoso será cuando habrá esos ojos y me observe, me observe con ese mismo amor con que yo lo veo.

 

Ahora mi intención es despertarlo y se perfectamente como lo hare.

 

Una de mis manos- Muy pesadamente- se aleja de una de sus piernas. Mi mano que ahora es cálida gracias a su piel caliente…

 

Me dirijo hasta su estomago, donde dejo mi mano por un instante y le vuelvo a contemplar antes de que despierte.

 

Mi mano se vuelve a mover. Suaves movimientos en círculos sobre su estomago plano. Pronto veo como su rostro se comienza a arrugar y aumento el movimiento sobre su estomago, mas bruco, con más fuerza y una sonrisa se asoma por sus labios acorazonados. Al instante un sonido sale de su boca, su tan característica risa, su escandalosa risa.

 

Las cosquillas son el más remedio efectivo para despertar a Kibum. Pero Kibum sigue sin abrir los ojos…y eso provoca que ahora mis dos manos se encuentren sobre su estomago, ocasionándole más cosquillas.

 

Su risa retumba en la habitación, retumba en mis oídos, en mi corazón y en mi alma.

 

Me hace feliz.

 

Su felicidad es mi alivio y mi vida.

 

-Yaaaa!! B-Basta!!- Me dice entrecortado. La risa no le deja hablar como claridad.

 

-Bummie, abre los ojos….- El nega con la cabeza. Se retuerce entre mis brazos y comienza a patalear.

 

Parece un niño pequeño, un bebe, mi bebe.

 

Mientras le vuelvo a decir:

 

-bebe abre los ojos-

 

Sus ojos vidriosos se abren con lentitud, una lágrima cae de sus ojos gatunos, una lagrima que se desliza hasta chocar contra la sabana y perderse para siempre en la tela rosada.

 

Sus ojos brillosos me observan…sus mejillas sonrojadas se mantienen y se encienden aun mas al momento de chocar nuestras miradas.

 

Es innegable lo que puedo ver. Es totalmente indiscutible.

 

Como una mirada te lo puede decir todo.

 

Y yo veo todo en Kibum y estoy seguro el también ve todo en mi.

 

Sé que lo vez mi Kibum. Vez lo mismo que yo.

 

Amor, es lo indiscutible, es lo innegable.

 

Eso es lo que mis ojos ven a través de los tuyos, pequeños ojos gatunos y llenos de vida, de luz y alegría, justo igual que los míos.

 

Tu respiración es irregular, tanta risa y forcejo porque te soltase y dejase de hacer cosquillas te han dejado en aquel estado.

 

-Llegas tarde…- Me dice con la respiración agitada.

 

-Ni si quiera sabes qué hora es- Frunce el seño y entrecierra los ojos.

 

Una expresión meramente tierna.

 

-¿No me estarás engañando? ¿Verdad?- Me carcajeo por su pregunta y en castigo obtengo un manotazo en el rostro y ¡Rayos!  Eso sí que dolió.

 

Me toco la parte afectada, la cual -estoy seguro- ha de estar completamente roja.

 

-Eso dolió ¿Sabes?- Si quiera espere porque dijera algo cuando ya lo tenía sobando mi rostro y pidiendo disculpas por haberme dado tremendo manotazo y a mi solo se me antojaba el ser más tierno y adorable del planeta.

 

-En verdad lo siento mucho Taemin yo…-

 

Y lo calle con un beso.

 

Un increíble remolino de emociones recorre mi cuerpo. Colores estallan en mi boca, miles se sabores deliciosos y dulces explotan al mismo tiempo y se pierden en una tibia boca que corresponde mi beso con la misma intensidad.

 

Todos los besos con mi Kibum son así. Como si me transportara a otro planeta, a otro mundo donde la felicidad es lo único que existe.

 

Al lado de Kibum la felicidad es lo único que existe.

 

Al separamos del beso, noto su rostro aun mas sonrojado y solo se me atoja estrujarlo entre mis brazos y volver a besar los labios bonitos, esos que ahora están completamente rojos.

 

-Te dije que no volvieras a usar ese piyama- Le susurro en el oído y siento como se estremece por mi acción.

 

-Pero  a mí me gusta, es mi favorita-

 

-Solo porque te dije que me incitaba a comerte a besos cada que te la veía puesta-

 

Al escuchar mis palabras trata de huir de entre mis brazos y yo, presupuesto, se lo impido. Lo tomo con más fuerza y le obligo a que me vea directamente a los ojos. Trata de esconder su rostro-Ahora totalmente rojo- En mi pecho y esta vez  se lo permito.

 

Empieza a susurrar no se qué cosas sobre mi pecho y claro, no entiendo nada de lo que dice, el sonido es apenas audible.

 

-Kibum… podrías salir de tu escondite y decírmelo directamente que no te entiendo nada-

 

El aprieta mi camisa con sus manos. Se lo que trata de hacer y solo se está preparando para ello, para alzar la vista.

 

Sus ojitos rasgados me observan con timidez y su boca temblorosa pronuncia palabra.

 

-¿Quieres que ya no use mas este piyama?- Me dice y yo solo finjo-por unos segundos- estar pensando, se perfectamente cuál es la respuesta y es un retundo NO.

                                               

-Bebe, dices que es tu favorita ¿Verdad?- El asiente con la cabeza- Entonces úsala cuando quieras, día, medio día, noche y para siempre y solo cuando yo esté presente-

 

Oh. Pero qué gran sacrificio estoy haciendo.

 

Kibum solo sonríe y vuelve a esconder su rostro en mi pecho. De nuevo vuelve a murmurar más palabras sobre mi pecho y esta vez lo comprendo pues sube el tono de voz un poco más fuerte.

 

-Entones solo la usare para ti- Me dice y este es el fin de mi autocontrol.

 

Lo vuelvo a besar. Me vuelvo a sumergir en otro mundo, un mundo de luz de estrellas, de paz, de felicidad y amor.

 

El mundo se vuelve más feroz, el mundo sigue dando amor, pero…ahora es más rápido, con menos paciencia y… me hundo en una suavidad que lo hace estremecer. Porque mi mundo es Kibum, mi vida, mi paz, mi luz de estrellas… cuando toco aquella suavidad que es su estomago plano y blanco. Mis manos le acarician, el se estremece y sonríe porque eso le causa cosquillas.

 

Mis labios tocan el cielo en el momento que nuestras bocas húmedas buscan más profundidad en el beso.

 

-Entonces nunca dejes que nadie más te vea esa piyama- Le digo.

 

Un maldito posesivo me he vuelto. Quizás deba cambiar eso. Quizás. Aun no, aun deseo ser egoísta con él. Lo deseo solo para mí y que nadie más lo vea, porque es mío y en estos momentos que lo tengo bajo mío, jadeando, ruborizado, acariciando mi espalda con cariño, besando mis labios con gozo y suavidad…una suavidad que yo desaparezco en el momento que introduzco mi lengua entre el beso, en ese momento puedo decir que Kibum es solamente mío.

 

Y es donde me vuelvo posesivo.

 

Mis labios bajan hasta su cuello, donde entierro mi rostro y le beso ruidosamente.

 

Mi Kibum sonríe, sé que es un cosquilludo. Todo le causa risa. Tocar su estomago y su cuello es causa de risa, a Kibum siempre le ocasiona cosquillas cuando toco aquellas partes.

 

Alzo la vista un poco…

 

Lo siguiente que deseo es deseárseme de su enorme camiseta.

 

Destapo unos de sus hombros.  Al ser una camisa enorme, la facilidad al destaparle el hombro blanco me permite enterrar mis dientes y saborear la piel nívea. Poco a poco la camiseta va desapareciendo, dando lugar a un torso completamente desnudo, a un estomago blanco y plano y, por supuesto, a todas esa marcas recientes, los moretones de la última vez que hicimos el amor.

 

Mis besos, mis dientes, moretones y todo lo que conlleva a mis marcas.

 

Nuevamente mis manos tocan sus suaves piernas, las cuales acaricio por un momento hasta subir hasta sus caderas y comenzar con la labor de bajar su pequeño short.

 

¿Qué es esto? La ropa interior ha seguido al dimito short y esto ha sido con el claro propósito. El short ha sido bajado junto con la ropa interior. De nuevo mi ser enfermo y loco a regresado -aunque creo con Kibum siempre está presente- para desear con todas las ansias tenerlo desnudo de una vez.

 

Ahora lo tengo.

 

Kibum completamente desnudo entre mis brazos.

 

Mi ser frágil y bonito jadeando por mis caricias.

 

Y ahora…

 

El estorbo me sigue a mí, el estorbo de mi propia ropa. Esa que sale volando por toda la habitación.

 

Nuestras pieles se tocan y el sudor nos sigue a ambos. Nuestras pieles calientes y sudorosas.

 

El gime con dolor, su cara se arruga por la incomodidad y es que, uno de mis dedos ha invadido su pequeña entrada rosada y después de este le siguen dos más.  Mi Kibum solo puede gemir y mi cuerpo se siente extremadamente caliente, se siente arder, se siente quemar…

 

Cuando el enrolla sus largas piernas por mi cintura, porque sabe lo que se viene.

 

El dolor y el placer combinados.

 

Nuestros labios se vuelven a tocar, vuelven a danzar y hacer el amor.

 

Un arañazo a mi espalda. Sus uñas se hunden en mi espalda y su boquita acorazonada deja escapar un suspiro, un largo y placentero suspiro.

 

Me he adentrado en el, en aquella exquisitez que es su estrecha entrada. Sus paredes me aprietan con fuerza. Como perderme un momento, como dejar de respirar y hundirme en el mismo placer. Simplemente maravilloso.

 

Dejo que el mismo Kibum termine con la penetración. Siento al rubiecillo encima de mí y el coloca sus delicadas manos por mi pecho.

 

Ahora puede admirar de mejor manera su rostro contraído por el placer adquirido.

 

-Hermoso…- Susurro y de su boca solo sale un jadeo.

 

Comienza a subir y bajar lentamente. Autopenetrándose y esto es una completa locura para mí.

 

Nuevamente mis ojos se posan en esas piernas –Ah! Como amo esas piernas- Y las vuelvo a acariciar mientras el sube y baja….sube y baja, sube y baja.

 

-T-Taemin….- Su boquita pronuncia mi nombre y se perfectamente que es lo que quiere.

 

Tomo el control.

 

Lo recuesto encima de mí y esta vez las penetraciones las controlo yo.

 

Mas rápido, más fuerte y el placer aumenta, el si quiera pensar y la razón se esfuman y solo dan paso a él disfruto.

 

Disfrutar cada penetración como si fuera la última.         

 

Porque hay sentido…

 

Hay sentido para vivir, hay sentido para enamorarse, hay sentido para mi vida y toda mi vida lo es ese chiquillo jadeante debajo de mi cuerpo. Ese completamente desnudo y perfecto. Mi querido Kim Kibum.

 

De pronto un gemido casi similar a un grito invade mis tímpanos y una esencia caliente se dispersa en mi estomago. Kibum a terminado pero aun falto yo.

 

Uno, dos, tres estocadas…

 

Más estocadas.

 

Una y otra vez, una y otra vez.

 

La corriente eléctrica invade mi cuerpo y deja salir mi esencia hacia la entrada pequeña.

 

Nos quedamos en silencio por unos minutos.

 

Nuestras palpitaciones vuelven a su estado normal y yo aprovecho para atacar sus labios nuevamente.

 

Un momento después se queda dormido entre mis brazos.

 

Pero… ya esta amaneciendo.

 

La alarma suena enseguida y él se remueve inquieto en la cama.

 

-Mmm…no quiero ir a trabajar- Dice bajito y sus manos viajan hasta mi pecho desnudo donde acaricia con suavidad solo unos pequeños instantes pues nuestras miradas se encuentran e inevitablemente las sonrisas nos invaden.

 

-Tienes que ir, es tu primera semana- Hace poco tiempo acaba de terminar sus estudios y de igual manera el trabajo a llegado y entiendo perfectamente que no quiera ir hoy, porque sinceramente yo tampoco deseo asistir a mi trabajo tampoco, pero los deberes nos llaman y seguramente en la noche nos volveremos a ver, pero esta vez quiero dejarlo descansar aunque me muera de ganas de volver a comérmelo.

 

-Y si mejor nos quedamos aquí-Me dice todo sonrojadito y yo solo puedo anchar mi sonrisa por su expresión malditamente adorable.

 

-Quieres decir… ¿Desnudos y abrazados sobre la cama?-

 

Lo sé e arruinado el momento, pero me encanta verlo sonrojado es algo que simplemente no puedo evitar.

 

-¡Cállate! Yo no he dicho eso-

 

-Pero lo has insinuado-

 

-Assh, mejor olvídalo. Voy a bañarme-

 

Repentinamente el vacio me llena y todo se debe a que él se ha alejado de mis brazos…

 

El cuerpo menudo-y desnudo- se mueve por la habitación con total libertad. Mis ojos no se despegan de su cuerpecillo ni un segundo y Kibum siente mi mirada pues cubre su desnudez con el mismo short que yo hace poco quite de su cuerpo.

 

Ese pequeño short que me incita a querer hacerle el amor por horas, como ya acaba de pasar.

 

-Kibum-Le llamo antes de que entre al cuarto de baño. El voltea el rostro y la mirada que me dedica me ocasiona simple sonrisa.

 

Rojo, rojo, ¡ROJO!, Mi Kibum sonrojado nuevamente.

 

-Te amo- Mi simples palabras, palabras que conllevan a un sentimiento meramente sincero y puro. Como lo amo y me hace simplemente feliz, extremadamente feliz, locamente feliz…

 

Sonríe…hermosa y única sonrisa. Y me responde con voz dulce y delicada:

 

-Yo también te amo-

 

¡Al diablo el trabajo!

 

Me abalanzó hacia sus brazos cálidos y este me recibe con efímera sorpresa y por supuesto una correspondencia de besos.

 

Nos adentramos en el cuarto baño y lo que pasa en ese diminuto cuartillo es solo mío, nuestro, de Kibum y mío.  

 

Mi amor… mi sentido de vida.

 

Si…la gente prefiere al ser frio y serio, el que era indiscutiblemente responsable con su trabajo y nada más importante que el trabajo y ganar dinero.

 

Hoy yo les dijo: Soy feliz.

 

Mientras lo tenga a él, a mi chiquillo que, claramente ya es un hombre aunque algunas veces se comporte completamente inmaduro e infantil, yo lo amo y con el soy feliz.

 

Un amor que lo ha cambiado todo.

 

Como luz de estrellas…

 

 

 

Notas finales:

Y? Les gusto?? ahaha que verguenza me da el lemon xDD lo bueno que no me conocen xDD

Espero alguien me de su opinion, lo agradeceria mucho mucho (:

Graaaaaaaacias por leer!!


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