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Desde el principio por Cucuxumusu

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Notas del capitulo:

Buenooo he vuelto señorees, por fin me he librado de mi pesada familia asique tengo mas o menos tiempo para publicar n_n

Bueno como os protemi aqui esta la conti del beso y algo más.

Espero que os guste wapos.

 

 

 

 

Durante un momento ninguno hizo nada, solo procesaron aquel agresivo contacto con confusión. Pero luego Doflamingo aun con la rabia recorriéndole las venas relamió aquellos preciosos labios  bajo los suyos con pasión, delineándolos con su lengua totalmente posesiva, descubriendo poco a poco el sabor del otro y volviéndose adicto a él casi al instante.

 

 

Su mano subió a la nuca aun sudorosa por el entrenamiento del chico y le apretó contra su boca anhelando más y más de aquel sabor. Mordisqueó el labio inferior torturándole hasta que lo sintió arder dolorosamente contra su boca, pero continúo tirando de él como si pretendiese desgastarlo entre mordiscos y lametazos.

 

 

 Sin cansarse de la jugosa piel del menor pero queriendo descubrir más, presiono contra los labios del otro furioso. Apretándole dominante hasta que el otro los abriera y le dejase paso.

 

 

 Law había estado conteniendo la respiración sin creerse lo que acababa de pasar y cuando quiso darse cuenta estaba totalmente indefenso contra la vehemencia y ansiedad del otro. Intentando volver a respirar aun atontado volvió a abrir la boca ligeramente para tomar aire.

 

 

Ese fue el momento preciso en el que el rubio consiguió colar su lengua hasta la cavidad del menor. Aquel calor líquido y aterciopelado choco contra su lengua excitándole todos los sentidos. Era mejor que el café amargo, o que cualquier otra cosa que hubiese probado. Avanzo hacia delante dando un corto paso, provocando que Law perdiese el equilibrio y tuviese que aferrarse a él para no caerse.

 

 

La lengua del mayor recorría su boca chupando y relamiendo todo a su paso, sin dejarle siquiera tiempo ni espacio para reaccionar en lo más mínimo. Dios, no sabía qué hacer. Había estudiado la teoría de aquello y había visto hacerlo miles de veces, pero ahora que sentía la boca del mayor sobre la suya se sentía completamente perdido. Tímidamente comenzó a intentar frotar sus labios contra los del rubio devolviéndole algo de la pasión con que parecía estarle devorando.

 

 

El rubio enredo su lengua contra la suya jugando con él y enseñándole como se besaba, mientras volvía a apretarle aún más contra su cuerpo como si quisiese fundir sus cuerpos. Law sintió un escalofrió recorrerle de pies a cabeza, el mayor era demasiado hábil, demasiado ansioso, demasiado experimentado. No podía creer que se estuviese excitando por un estúpido beso. Y sobre todo de Doflamingo.

 

 

El mayor siguió explorándole recorriendo cada mínimo resquicio de aquella pequeña boca, sintiendo como el menor le estrujaba la camisa entre las manos cada vez más y más pidiendole que le dejase respirar y a la vez adorando que lo hiciese. Sin embargo ambos se estaban quedando sin aire y aunque intentase alargar aquello mucho más no quería matar a Law por falta de oxígeno.

 

 

Lentamente se separó sintiendo como el chico jadeaba desesperado intentando llenar sus pulmones.

 

 

Le observo fascinado durante un rato. Con la cara sonrojada por la falta de aire. Con el pelo revuelto por el entrenamiento y pegándosele a la frente por sudor. Y aquellos deliciosos labios totalmente rojos y húmedos por el beso. Pero lo que le mando una descarga a su entrepierna fueron sus ojos metálicos que le miraban entre parpados entrecerrados con aire anhelante de más pero con la confusión y desconcierto aun presentes en ellos.

 

 

Sin poder contenerse volvió a besarle solo dándole tiempo a atrapar unas pocas bocanadas de aire. Escucho satisfecho al menor jadear contra su boca desesperado y intentardo volver a responderle como podía. Le torturó vilmente, sin dejarle hacer absolutamente nada más que sentirle contra él, mostrándole al enano quien tenía la experiencia allí y dominándole sin dificultad.

 

 

Cuando volvieron a separarse esta vez Law apoyó su cabeza en su pecho totalmente sin aliento y temblando adorablemente entre sus brazos.

 

 

Doflamingo le dejó recargarse ligeramente alterado también por las innumerables emociones que le recorrían por aquel pequeño contacto.

 

 

Y entonces Law le miró de nuevo aun aferrado a su camisa y envuelto entre sus brazos.

 

 

Con el ceño fruncido, sosteniéndole la mirada con aquel deje retador, como pidiéndole una explicación a lo que acababa de pasar.

 

 

Y Doflamingo se dio cuenta de lo que acababa de hacer.

 

 

Alejando al menor de si se dio la vuelta aterrorizado esquivando su mirada.

 

 

—Olvida lo que acaba de pasar—dijo con aire serio.

 

 

Law le miró incrédulo frunciendo el ceño, pero al estar de espaldas a él Doflamingo no lo vio.

 

 

—¿Qué?—preguntó con tono de cabreo el moreno.

 

 

—Lo que has oído— y sin más  Doflamingo se alejó de vuelta a la casa a toda velocidad dejando al chico con cara de asombro en el campo de entrenamiento.

 

 

Al entrar en la mansión casi salió corriendo hasta su habitación donde se encerró de un portazo furioso.

 

 

¿En que estaba pensando? ¿Que acababa de hacer?

 

 

Dios, era idiota.

 

 

Pero al final ya no podía negarlo más, tenía que admitirlo de una puñetera vez. Le gustaba Law. No como un hermano pequeño ni como a un amigo. Sino de la manera romántica y empalagosa.

 

 

Se tiró en la enorme cama boca abajo odiándo su vida. Le gustaba Law repitió en su mente intentando asimilar la idea. Un chaval al que sacaba quince años y que estaba en plena adolescencia.

 

 

Aquello era malo, muy muy malo.

 

 

No solo porque aquello no era correcto, sino porque él se había prometido no enamorarse nunca. Si confiar en alguien ya era peligroso, querer a alguien ya era como firmar una sentencia de muerte.

 

 

No podía seguir así. Vergo tenía razón,  Law era su debilidad. Una peligrosa con la que no podía seguir o acabaría por destruirlos a ambos. Por dios que Law era un niño, para el chico aquello no significaría nada y seguramente lo vería como una aventura entretenida, algo con lo que satisfacer sus necesidades adolescentes, ganar experiencia y nada más.

 

 

Pero para Doflamingo aquello era importante. El rubio solo se había enamorado dos veces en la vida y una de ellas era el propio Law. Para él aquello no era una aventura o un capricho y lo sabía, se había dado cuenta simplemente al sentir al otro entre sus brazos. Cuando la sensación protectora había surgido al verle temblar o la calma que le había invadido cuando el menor no le había rechazado.

 

 

Si empezaban una relación sabía que le exigiría a Law más de lo que el chico estaría dispuesto a dar, le pediría total entrega y lealtad y seguramente Law se negaría a dárselo, asique aquello solo acabaría mal.

 

 

Tenía que cortar aquel sentimiento de raíz ahora que aún estaba reciente. No había otra opción.

 

 

Levantándose de la cama salió de la habitación y se dirigió hacia el despacho del que se había adueñado hacia unos días. Allí encontró a Vergo que había vuelto hacia unos días después de haberse alistado en la marina como le había pedido. El otro hombre le miro con aquella expresión neutral de siempre levantando la vista del libro que estaba leyendo.

 

 

—¿Qué pasa?—preguntó al instante.

 

 

Doflamingo suspiró.

 

.

 

.

 

.

 

Aquella noche cuando Doflamingo volvió a entrar en la habitación, estaba mentalmente rezando porque Law no estuviese dentro y como había prometido se hubiese largado dejándole solo. Sabía que el chico aun esperaba algún tipo de explicación por lo que había hecho y realmente era lo último que quería hacer.

 

 

Pero como siempre las cosas no siempre salían como querías.

 

 

Law se encontraba ya metido en la cama sentado contra el cabecero de la misma. Llevaba uno de sus antiguos pijamas del que se había adueñado hacia unos días y que le quedaba excitantemente grande. Se había enrollado las mangas hasta los codos para que no le estorbase al leer el enorme libro entre sus piernas y tenía los primeros botones de la camisa sueltos mostrando aquella tentadora piel morena que contrastaba sutilmente contra la blanca tela del pijama.

 

 

Dios aquello era demasiado erótico. Un Law esperándole en la cama vistiendo su ropa provocativamente y con los labios aun ligeramente irritados del violento beso, era más de lo que podía soportar.

 

 

Avanzo por la habitación intentando no mirar al chico, ni a la mirada inquisitiva que le estaba dedicando. Entró al baño, y se concentró simplemente en lavarse los dientes, desvestirse y ponerse el pantalón del pijama, única prenda con la que dormía últimamente, debido a que lo de dormir simplemente en calzoncillos en una isla de invierno no parecía muy inteligente.

 

 

Finalmente no pudo retrasarlo más y se dirigió a la cama. Al verle acercarse Law cerró el libro, lo dejo en la mesilla que se balanceo peligrosamente y se le quedó mirando cruzándose de brazos.

 

 

Doflamingo suspiro sabiendo que Law no hablaría hasta que él lo hiciese, simplemente le miraría intensamente poniéndole incomodo.

 

 

Estúpido niño inteligente.

 

 

—Law tenemos que hablar—repitio por segunda vez en el mismo día.

 

 

El moreno levanto una ceja a lo “no me digas” y Doflamingo frunció el ceño. Intentando controlar cada emoción que podía para que no se reflejase en su cara, se sentó en el borde de la cama con la mirada fija en el suelo.

 

 

—Lo he hablado con Vergo y creo que es hora de que nos vayamos de aquí—

 

 

Law le miró confuso sin entender de que estaba hablando. Como si no fuese el tema que él hubiese querido que discutiesen, pero al final asintió con la cabeza conforme.

 

 

—Vale, ¿cuándo nos vamos?—

 

 

Doflamingo tragó saliva obligándose a sí mismo a soltar aquellas palabras.

 

 

—Law, tú …te quedas aquí—

 

 

El menor le miró con cara de sorpresa y horror asimilando las palabras. El silencio inundo la habitación mientras la pequeña frase seguía haciendo eco en las paredes.

 

 

—¿Qué?—casi le grito Law otra vez con la mirada enfadada en sus ojos.

 

 

—Nos iremos en dos días, tú has sido admitido en la clínica del pueblo y comenzaras a ejercer como médico, te devolverle la Nodachi para que comiences a practicar con ella y...—

 

 

—Cállate—la mirada del chico podía matar—no me vas a chantajear, me voy contigo y punto—

 

 

—No—y entonces el rubio dijo las palabras que sabía que harían que Law dejase de protestar, pero que a la vez le harían odiarle aún más—…No estás preparado—

 

 

Sin embargo Law no grito, ni le amenazo, ni soltó ningún comentario hiriente. Simplemente se quedó callado fulminándole con la mirada. Ocultando sus emociones bajo la máscara fría que había copiado a Doflamingo y solo dejándolas entrever en sus ojos metálicos.

 

 

 Doflamingo contuvo la respiración.

 

 

—Estas huyendo—constató Law con voz calmada. Demasiado calmada.

 

 

Aquello congeló la sangre del rubio.

 

 

—Para nada—su voz sonó demasiado alta para su gusto. Joder—¿de qué debería huir enano?—pregunto arrogantemente.

 

 

—De mi— contestó serio el enano.

 

 

Doflamingo soltó una carcajada que en sus oídos sonó a graznido nervioso e histérico. Dios, el chico era demasiado inteligente. Mierda, mierda y más mierda.

 

 

—No seas tan egocéntrico Law, no eres el centro de mi mundo.— se odio a sí mismo por ser tan hipócrita.

 

 

Law sin embargo siguió con aquella mascara puesta mientras le escrutaba con la mirada, como buscando algo que le demostrase que tenía razón. Doflamingo le aguanto la mirada serio sabiendo que de aquel momento dependía todo.

 

 

Al final el moreno bajo la mirada hacia las sabanas.

 

 

—Tsk— Law se dió la vuelta en la cama dándole la espalda y cubriéndose en la con las mantas hasta que solo se pudo ver su cabellera negra desparramada en la almohada. Doflamingo sintió un poco de alivio al ver que el menor se rendía pero se odio a sí mismo por todo aquello.

 

 

Acostándose en la cama al lado del chico dándole también la espalda, intentó dormir aun recordando los suaves labios del otro contra los suyos o su pequeño cuerpo estremecerse bajo sus manos mientras Law parecía dormir a su lado ignorándole totalmente.

 

 

Aquella fue la peor noche de su vida.

 

 

Al día siguiente Law no apareció por la habitación a la hora de dormir y Doflamingo dio vueltas en la enorme cama molesto. Al final partieron de la isla al amanecer del tercer día. Con Doflamingo frunciendo el ceño dolido cuando no vio al chico por ningún lado en el muelle que acababan de dejar.

 

 

 

Notas finales:

Muajajaja sip, se han separado, y no volveran a verse en unos añitos XD lo siento pero tenia que pasar, no iba a ser la cosa tan facil entre los dos, con un beso no se arregla todo señores ¬¬

En el siguiente veremos que les va a ambos por separado y como se las apañan, ademas aparecera nuestro querido Bellamy por algun lado junto con Monet y Baby 5 o_O

Bueno ¿Merezco reviews? ¿Que tal ha estado el primer beso entre estos dos?¿Cuanto creeis que queda para el lemon? 

Un besoo wapos y gracias por leer y por los reviews.

Os quiero T^T

 


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