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Desde el principio por Cucuxumusu

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Notas del capitulo:

Buenas de nuevo n_n me vais a acabar llamando pesada U_U

Aqui teneis nuevo cap con el ansiado reencuentro, he intentado que sea emotivo, bonito...Law tiene 19 años y Doffy 34 para que no tengais dudas. Espero que os guste

Bueno y sin molestar más dentro cap.

 

 

 

Dos años después.

 

 

Cuando aquella tarde Law salió de la pequeña clínica del pueblo después de haberse pasado una tarde entera de profundo aburrimiento, sintió que algo en la isla había cambiado ligeramente. No era algo palpable o que se viese al andar entre las casas, si no más bien como una corazonada o intuición.

 

 

Pero Law, sin darle mucha importancia, siguió su camino hasta la inmensa mansión intentando ocultar su cara en su largo abrigo y esquivar la ligera tormenta de nieve que hacía a los copos revolotear suavemente a su alrededor. No sabía por qué pero le encantaba el invierno en la pequeña isla, el frío y solitario paisaje plagado de nieve y hielo, le tranquilizaba mucho más que el calor sofocante de los veranos en el mar.

 

 

Por fin consiguió divisar la casa al lado del bosquecillo de enormes pinos y aceleró inconscientemente el paso queriendo llegar cuanto antes y acurrucarse contra Bepo al lado de la calida chimenea. Fue entonces que se dio cuenta de lo que fallaba. Cuando vio las cajas y maletas apiladas al frente de la puerta principal como aviso de lo que pasaba dentro.

 

 

Sus pasos se detuvieron de golpe.

 

 

Habían vuelto.

 

 

Después de irse de repente sin venir a cuento y sin explicaciones. Después de dos años de no tener absolutamente ninguna noticia de ellos. Sin cartas, sin mensajes. Como si hubiese desaparecido de la faz de la tierra. Después de haberle besado.

 

 

Habían vuelto.

 

 

No sabía si enfadarse, si alegrarse o destriparles vivos allí mismo. Al final simplemente reconstruyó su máscara de indiferencia y vació la cabeza. Tenía que pensar. Ellos no habían sido justos con él, así que él tampoco debería se justo con ellos. Sí, era lo mejor. Ya no era él crío hormonado que era antes, el que se enfadaba a la minima provocación. Ahora había crecido. Ahora sabía como devolver un golpe.

 

 

Con la mente tranquila recorrió los últimos pasos hasta la casa y abrió la puerta.

 

 

Dentro había todavía más maletas y cajas y gente corriendo de un lado al otro totalmente ocupada. Law pasó por el medio del desastre como si aquello fuese lo más normal del mundo, teletransportandose lejos de la gente que le reconocía e intentaba abrazarle contento de verle de nuevo.

 

 

Otra cosa que había dominado en los últimos años. El control casi perfecto de su habilidad. Sabía que hacia su poder y sabía exactamente cómo usarlo en su beneficio. Ya se había ganado cierto renombre en la pequeña isla y muchas veces la gente huía de él recordando los rumores sangrientos sobre su persona. Era otra de las muchas razones por las cuales casi no entraba nadie en la clínica cuando él estaba de guardia.

 

 

Continúo avanzando por el pasillo hasta llegar a la escalera que conducía al piso superior. Sin embargo allí se tuvo que detener. Vergo estaba en lo alto de la escalera mirándole a través de las oscuras gafas sin las cuales nunca le había visto. Silenciosamente el mayor comenzó abajar las escaleras y Law se tenso ocultando su vista bajo el gorro del que tampoco se separaba ni para dormir.

 

 

—Hola Law—susurró con aquella voz grave y oscura.

 

 

Law no respondió, simplemente esperó a que el otro continuase hablando ya que la rabia que le estaba inundando al oírle hablar así, tan casual, como si nada hubiese pasado y se hubiesen visto el día anterior, estaba seguro de que se notaria en su voz.

 

 

—Has crecido mucho—continuó el otro llegando al final al final de las escaleras y parándose justo enfrente suyo—…esperó que tus habilidades también se hayan desarrollado tanto—

 

 

Law apretó los dientes y sus nudillos se volvieron blancos al clavar los dedos en la vaina de su Nodachi. Vergo entonces, para colmo de humillación, apoyó la mano en su cabeza y le revolvió el pelo con el gorro aun en él. En un gesto recordatorio de lo joven que era todavía, de lo que aún le quedaba por aprender.

 

 

Sin reconocerle ni siquiera un poco de merito.

 

 

Law estuvo tentado de desenfundar su ahora tan conocida espada y demostrarle al moreno lo equivocado que estaba. Estuvo tentado a gritarle por creído, de diseccionarle en su cama de operaciones hasta que el otro suplicase clemencia. Pero en lugar de eso simplemente avanzó apartando al mayor y subiendo por la escalera sin todavía decir ni una palabra.

 

 

Una vez que estuvo fuera de la vista de cualquiera se apoyó contra una pared un momento intentando contener la emociones que le inundaba. Si había sido así con Vergo no sabía lo que iba a pasar con Doflamingo. Aquello no estaba bien. Aquella ira y rabia ciega hacia demasiado tiempo que no las sentía y eran algo que había perdido la costumbre de controlar.

 

 

Respiro hondo.

 

 

Podía con aquello. Ya no era un crío, se recordó. Tenía diezinueve años y sabía controlarse más que antes. Vería al rubio. Le ignoraría o le chillaría o le destriparía vivo pero no dejaría que le afectase más de lo que se permitía que le afectase.

 

 

Continuo andando y al final se paró enfrente de la puerta de su conocida habitación. Sabía que el rubio estaba dentro. Y sabía que el mayor seguramente sabría que él estaba en la puerta.

 

 

Respiró hondo otra vez y repasó el plan: Entrar, ignorar al rubio, entrar al baño, ponerse ropa cómoda, salir del baño, coger el libro de anatomía clínica de la mesilla de noche y salir de la habitación.

 

 

Simple, fácil y rápido. Abrió la puerta y entró dentro.

 

 

La puerta se cerró a sus espaldas rápidamente y se vio inmerso en una nube de plumas rosas que le envolvían. Aquellos fuertes brazos que recordaba le rodearon posesivamente y le estrecharon fuertemente contra aquel enorme pecho, y su aroma a puro mar y verano le envolvió totalmente trayéndole entonces a la memoria demasiados recuerdos y sensaciones.

 

 

El plan en su mente se desmoronó.

 

 

—Has crecido mucho Law—susurró Doflamingo quitándole el gorro y revolviéndole el pelo casi con reverencia.

 

 

Dios, su voz sonaba tan emocionada, tan jodidamente feliz de volver a verle que el enfado que tenia Law se disipó ligeramente. Aquello no era justo.

 

 

Sintió su cuerpo relajarse entre los brazos del otro casi como en un acto reflejo, y como su respiración se volvía más profunda y suave. Su frente se recostó en el pecho del otro intentando captar más de aquel cálido y agradable aroma. Se odio a sí mismo y odio todavía más a su traicionero cuerpo.

 

 

—No sabes, lo que te he echado de menos—continuó el rubio apretándole todavía más—no tienes ni puñetera idea—

 

 

Aquello devolvió al moreno a la realidad. Si tanto le había echado de menos no tenía que haberse ido en primer lugar. Apoyando las manos en el fuerte pecho le alejó ligeramente, intentando no utilizar en el proceso la fuerza bruta, ni insultos o amenazas. Doflamingo ni se lo permitió, es más, al sentirle rechazarle le estrujó aun más contra su pecho en un abrazo asfixiante.

 

 

—Suéltame—pidió al fin Law con su voz calmada. Sin emoción. Sin nada.

 

 

Aquello funcionó y el rubio le soltó un poco, pero aún sin dejarle separarse totalmente. Fue entonces cuando Law tuvo que soportar todo el peso de su mirada sobre su persona a través de las gafas. Intentó aguantar su expresión neutra mientras el otro le observaba de pies a cabeza.

 

 

— ¿Y los tatuajes?—preguntó el rubio también con tono neutro— ¿te has hecho pircings?— su pulgar delineo el lóbulo de su oreja donde tenía los anillos dorados con delicadeza.

 

 

Law no contestó ya que la respuesta era totalmente obvia.

 

 

En cambio intentó pasar através de él y llegar al baño ya que juraba que podría empezar a temblar y gritarle alli mismo al sentirse tan acorralado. Mientras caminaba hasta la puerta del servicio sintió la mirada del otro sobre su cuerpo sin separarse en lo más mínimo y recorriéndole intensamente de pies a cabeza.

 

 

—Law—susurró bajo Doflamingo—se que no se va a arreglar tan fácilmente pero… lo siento—

 

 

Law cerró la puerta del baño de un portazo.

 

No era justo, no era justo. Sus ojos se inundaron de lágrimas antes de poder hacer nada. Mierda, joder, mierda. No podía perdonarle tan fácilmente por mucho que quisiese hacerlo, no podía dejarle hacer lo que quería con él.

 

 

Apoyó sus manos temblorosas en el lavamanos. Él también le había echado de menos, demasiado, por eso no había podido cuando el otro le había abrazado. Porque él debería estar enfadado por haberle abandonado, pero lo único que había querido hacer era devolverle el abrazo y hundir su cara en su pecho para siempre.

 

 

—¿Law?—dos golpes sonaron en la puerta.

 

 

Joder. A la mierda el mundo, a la mierda todo. No podía, simplemente no podía. Agachando la cabeza abrió el grifo y hundió su pelo bajo el chorro de agua para borrar las lágrimas. Estaba helada. Y lo agradeció. Algo diferente en lo que enfocarse.

 

 

La puerta a sus espaldas se abrió y la cara del otro asomo por la puerta con cara preocupada. Él sacó la cabeza de debajo del agua y estudió su reflejo en el espejo. Desgraciadamente las lágrimas seguían notándose en sus ojos.

 

 

—Mierda Law—

 

 

Al instante tuvo al otro rodeándole desde atrás protectoramente. Esta vez Law no se resistió, ya había mandado todo a la mierda, así que simplemente se dio la vuelta y devolvió el abrazó al otro enterrando la cara en su pecho como había querido hacer desde el principio.

 

 

Dejo que todo saliera fuera através de las lagrimas: la rabia, la frustración, la impotencia o la sensación de sentirse abandonado, traicionado, la soledad de aquellos dos malditos años… El rubio simplemente le apretó fuertemente sosteniéndole todo el tiempo contra su cuerpo firmemente y acariciándole el pelo casi con desesperación.

 

 

—Lo siento, lo siento—repetía—fue una estupidez, los siento, no lo volveré a hacer—

 

 

Law le apretó aún más mientras las lágrimas seguían saliendo.

 

 

—Te odio...uuuh... —su voz sonó débil y aguda. Patético—no es justo...te odio...huh...no vuelvas a dejarme nunca idiota, nunca...—

 

 

Estuvieron así durante horas apretados el uno contra el otro. Sintiéndose, escuchándose, reencontrándose con un anhelo extraño. Durante todo el proceso Law dejo de llorar en algún momento pero no intentó separarse del otro ni un milímetro. 

 

 

Aquella noche volvieron a dormir juntos como no hacían en mucho tiempo. Abrazados bajo las sabanas de la inmensa cama. Escrutando los ojos del otro en la oscuridad. Hasta que Law se quedó dormido de agotamiento. Pero Doflamingo siguió observándole durante toda la noche. Observando como el menor dormía aún con el rastro de lágrimas en sus ojos. Absorbiendo cada mínima expresión del otro y vigilando su sueño, acariciando la suave mejilla del otro y deleitándose con la suavidad de aquella anhelada piel. Delineando la perilla que el enano se había dejado y que le hacía verse aún más deseable.

 

 

Lo había intentado evitar. Había intentado mantenerse alejado de él, había intentado alargar aquel viaje todo lo que había podido. Al final solo había podido aguantar dos años. Y cuando había vuelto a ver al chico, en cuanto lo había vuelto a tener en sus brazos, se dio cuenta que no había servido para nada.

 

 

La separación solo había vuelto más fuertes sus sentimientos por el chico.

 

 

Y además, el ver al otro tan destrozado por su ausencia, tan indefenso ante sus palabras, solo había servido para convencerse de no volver a hacer nunca una gilipollez como aquella. Abrazó al enano y le atrajo contra su pecho ansioso por más contacto contra él, por sentirle de nuevo entre sus brazos seguro, por asegurarse a sí mismo que todo volvía a estar en su sitio.

 

 

.

.

.

.

 

—Quiero mi propia habitación— soltó de repente Law en el repentino silencio de la habitación.

 

 

Doflamingo se quedo durante un momento quieto intentado deducir a que venía aquello. Llevaban ya una semana en la isla y todo iba perfectamente bien. Law y él no se habían peleado, y poco a poco se iban poniendo al día de lo que habían estado haciendo aquellos dos años. Aun le extrañaban un poco la actitud y apariencia que el chico había desarrollado en aquellos años o la reputación que había adquirido en la isla, pero supuso que solo era cosa de acostumbrarse.

 

 

Volvió a recostarse en el sofá del salón observando con tristeza la asquerosa taza de té que tenía delante. Mataría por un café. Vergo a su lado también bebía te con cara de aburrimiento observando su conversación.

 

 

—¿Por qué?—preguntó un poco molesto por la repentina petición del otro. Le gustaba dormir con Law, lo había echado de menos y no quería volver a dejarlo.

 

 

Law le miró serio, y con el entrecejo fruncido, como si estuviese soltando la respuesta más lógica y normal, anunció:

 

 

—Porque cuando me despierto por la mañana con una erección a punto de estallar en los pantalones, y tu estas felizmente dormido al otro lado de la cama, no me puedo masturbar como si nada—

 

 

Doflamingo sintió como el té que había estado tomando salía disparado de su boca empapando la mesa enfrente de él. A su lado Vergo tenía la boca abierta y el té salía de esta a lo cascada sin control.

 

 

Se miraron entre los dos aterrorizados y sorprendidos, como preguntándose si realmente había oído lo creían haber oído. Luego miraron a Law que les miraba con cara de extrañeza pero con un ligero matiz divertido en sus ojos.

 

 

Doflamingo carraspeo intentando recomponerse pero flipando todavía interiormente.

 

 

—Em...no pasa nada además mover todas tus cosas ahora sería demasiado problema, asíque mejor te quedas donde estas—

 

 

Si, no iba a dar su brazo a torcer en aquel asunto por mucho que le provocase el menor. Además seguía sin entender a que venia aquello, estaban bien, Law le había echado de menos asíque ¿por que quería separarse de el? Sabia que el menor siempre había querido una habitación propia pero…

 

 

— ¿Entonces no te importa que me masturbe por las mañanas mientras tu duermes a mi espalda? ¿Aunque te despierte con mis gritos? ¿aunque manche tus propias sabanas?—pregunto el menor con una sonrisa divertida y ladeada surcando su cara.

 

 

A su lado Vergo se revolvió totalmente incomodo y el rubio empezó a sudar frío al imaginarse la escena que Law había dibujado en su mente. Oh, dios. Si aceptaba aquello le iba a costar contenerse por las mañanas cuando escuchase al otro dándose placer tan a su alcance. Le iba a costar pero que mucho. Pero a la vez quería verlo. La cara que pendía cuando llegase al clímax, el suspiro que lanzaría cuando no pudiese más, la forma suave o agresiva que tendría de frotarse o...

 

 

Se golpeó mentalmente. Aquella era una puerta que no podía abrir. Se había ido durante dos malditos años  para que permaneciese totalmente cerrada y no podía abrirla ahora tan fácilmente. Tenía que darle su propia habitación, tenia que...

 

 

Los ojos de Law le miraron con aquel aire divertido. Como sabiendo que al final le iba a dar la habitación pero esperando a saber cuánto aguantaba o cuanto resistía. Jugando con él.

 

 

—Sí, no me importa—comentó respondiendo exactamente lo contrario a lo que había pensado decir. Estúpido y maldito orgullo. Acababa de firmar su sentencia de muerte.

 

 

Sin embargo la mirada ligeramente sorprendida y dudosa que le dedicó Law no tuvo precio y le hizo regodearse más en aquella pequeña trampa que se acababa de tender a sí mismo.

 

 

Pero entonces la mirada de Law cambió a una retadora y retorcida, como diciéndole “vas a acabar suplicándome que me vaya en menos de dos días” a la que el rubio le respondió simplemente frunciendo el ceño y ocultando todas sus emociones bajo su máscara y la taza de asqueroso té.

 

 

Internamente Doflamingo lloraba pidiendo auxilio como un niño pequeño.

 

 

 

 

Notas finales:

Bueno ¿Que tal el reencuentro? ¿Era lo que os esperabais? a mi me parecen super monos jeje

En fin a partir de ahora vais a tener lo que andabais buscando wapos, despues de todo Law se lo acaba de poner en vandeja a Doffy jaja ya veremos cuanto aguanta...

Bueno muchas gracias por leer cielos y por los reviews, sin embargo ando de examenes y matriculaciones y nu se si me va a dar mucho tiempo a escribir y colgaros caps asique si no os cuelgo en mucho tiempo sorry, intentare que no afecte U_U

Un besooo


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