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Desde el principio por Cucuxumusu

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Notas del capitulo:

Dios que emocion, me habeis dejado un monton de reviews, ¿os he dicho ya que os quiero? Estoy suuuuper contenta con este fic n_n

Asique como os prometi aqui os dejo el nuevo cap con un "avance" como recompensa, aunque no es lo que esperais, para eso aun queda mucho ¬¬

Espero que os guste n_n

 

 

Doflamingo como cualquier veinteañero, lo que más quería de la vida era divertirse y disfrutar de su juventud y libertad, y para conseguir semejante propósito alguien inteligente había inventado las fiestas descomunales.

 

Habían llegado a una isla de verano hacia unos días y como siempre la juerga había estallado nada más desembarcar. De verdad, sus hombres estaban demasiado excitados, la ciudad estaba que daba pena las pocas horas y los taberneros y posaderos se tiraban de los pelos después de que pasasen por su establecimiento.

 

Sonrió divertido pasando su brazo alrededor de una pelirroja tonta que había conseguid aquella noche, lo suficientemente borracha como para no acordarse de nada al día siguiente, pero con un cuerpo impresionante que le aseguraba una noche entretenida. La otra morena que agarraba su otro brazo no iba mucho mejor que su amiga y reía estúpidamente de cada cosa que decía apretando sus enormes pechos contra su torso.

 

Bueno, como veinteañero también tenia que satisfacer determinadas necesidades fisiológicas y aquellas dos mujeres eran lo mejor que había visto en el pequeño pueblo.

 

Saliendo de la fiesta condujo a las dos chicas por la noche hasta su barco amarrado en uno de los muelles. Estuvieron todo el camino hablando de cosas insustanciales y estúpidas que muchas veces perdían aun más el sentido cuando la pelirroja abría la boca y reía con aquella risa estridente.

 

La morena, que parecía que se le estaba pasando la borrachera, simplemente le miraba con aquella sonrisa cómplice, sin quejarse en lo mas mínimo de su situación y mirándole con cierto brillo lujurioso en sus ojos.

 

Doflamingo sabia la impresión que provocaba en las mujeres. Con su imponente físico de tres metros de alto, con su actitud de chico malo y la gigantesca recompensa que pesaba sobre su cabeza, conseguía que en cada puerto que desembarcaran las mujeres no dudasen en abalanzarse sobre él como perras en celo.

 

Y  por supuesto él no dudaba en aprovecharse de ello todo lo que podía y más.

 

Cundo entraron al interior del barco fue poner un pie dentro y la morena se abalanzo sobre su boca casi empotrándole contra la puerta que acababa de cerrar a sus espaldas. Luego sonrió todavía más arrogante al escuchar a la pelirroja protestar celosa intentando acariciarle el torso por debajo de la camisa y separándole ligeramente de la morena.

 

Oh dios, pensó al rato, tenía que llagar al camarote de una vez, los pantalones estaban comenzando a molestar y que ambas mujeres se restregasen lascivamente contra él no ayudaba mucho. Tomando a las dos de la cintura las alzo sin esfuerzo del suelo aun sin separarse del beso que le daba la morena y comenzó a andar dirigiéndose al camarote.

 

Estuvo a punto de caer cuando la pelirroja decidió bajar sus manos hacia regiones del sur a mitad del pasillo provocándole un gruñido de sorpresa. Lo aguanto impasible dedicándole a la pelirroja una mirada molesta con la que la otra simplemente amplio su sonrisa apretándole más fuerte.

 

Siseo una maldición mientras volvía a tropezar.

 

Y entonces llego a su camarote y empotro a la morena contra la pared mientras apretaba el trasero de la pelirrojas haciendo que ambas soltasen un fuerte gemido.

 

“Definitivamente me lo voy a pasar muy bien” pensó divertido sintiendo como ambas parecían derretirse entre sus manos sin haber hecho todavía nada.

 

—¿Mingo?— susurró una adormilada voz en la oscura habitación.

 

Todo movimiento se detuvo mientras de repente su mente recordó al enano que tenía que andar cuidando y con quien compartía habitación.

 

Oh mierda.

 

—¿Qué estás haciendo? — pregunto Law frotándose los ojos e intentando enfocar la escena que tenía delante cuando encendió la luz. ¿por qué Doflamingo se estaba comiendo a esa chica morena?¿Porque la pelirrojo se restregaba contra su pierna y parecía enferma?

 

—Nada Law—respondió rápidamente el rubio—¿ por qué no te vas a dormir hoy a la habitación de Vergo?— sugirió separándose ligeramente de las chicas y dedicándole al chaval en su cama la sonrisa más amable que supo poner.

 

Law sintió un escalofrió al verla y comenzó a asustarse.

 

Sin embargo ni Doflamingo ni Law estaban preparados para lo que paso a continuación.

 

—Pero que monada— chillo la pelirroja acercándose a la cama mirando fijamente a Law y olvidándose al instante del rubio.

 

—Oh dios mío, ¿pero que tenemos aquí?— la siguió la morena dejando al rubio en la puerta con cara de “¿qué está pasando?” y una importante erección entre sus piernas.

 

Law miró a las dos mujeres mientras estas le pellizcaban las mejillas y le revolvían el pelo cansinamente. Se estaba empezando a sentir incomodo y la cara de Doflamingo le estaba asustando aun más.

 

—Dime monada ¿cómo te llamas?— pregunto la pelirroja sentándose a su lado en la cama.

 

—Law, y no soy una monada, soy un pirata— murmuro empezando a cansarse de tantas atenciones y apartando las manos de las mujeres.

 

Ambas mujeres rieron enternecidas con sus pucheros abrazándole entre sus enormes pechos. Doflamingo chasqueo la lengua cabreado recostándose contra la puerta. Estaba celoso de un niño de menos de diez años. Deprimente.

 

—Y dime Law-chan ¿cuántos añitos tienes?—

 

—Siete—

 

—Woah pero que mayor— chillo emocionada la pelirroja.

 

Law la fulminó a la mujer con la mirada ¿Qué narices le pasaba? ¿ tenía algún tipo de retraso mental o era así de estúpida la mayor parte del tiempo?

 

Doflamingo desde la puerta simplemente observo la escena durante un rato. Ya le había quedado muy claro que aquella noche no mojaba ni de coña. Tendría que haberse acordado de que ya no podía llevar mujeres a su habitación, tal vez tendría que empezar a pedir prestada la de Vergo para aquellos casos.

 

Con resignación fulmino con su mirada más asesina al enano y causante de sus problemas que en aquellos momentos intentaba quitarse a las dos mujeres encima. Cuando creciese se daría cuenta de lo que estaba desaprovechando y se enfadaría, o eso esperaba, pensó con una retorcida satisfacción el rubio.

 

Y finalmente se metió en el baño a darse una ducha fría, muy fría mientras dos mujeres reían en su cama con un niño en sus brazos.

 


...................

 

 


La tarde siguiente Doflamingo estaba tranquilamente metido en la bañera con el agua hasta el pecho y el enano jugando con la espuma y un pato de goma entre sus piernas. Habían cogido aquella costumbre hacia poco, al darse cuenta que cuando Law se bañaba con él solía portarse mejor y el baño no acababa pareciendo una piscina.

 

De repente Law dejo la espuma y miró al rubio con aquella mirada que anunciaba que quería preguntarle algo.

 

—¿Porque te estabas comiendo ayer a esa chica?— pregunto inocentemente.

 

A Doflamingo le costó un momento deducir de que estaba hablando el niño, pero al final supuso que se refería al beso que se estaba dando ayer con la morena cuando Law les interrumpió. Gruño recordando la oportunidad que había perdido por su culpa, aquella se la iba a devolver de seguro cuando creciese.

 

—Porque quería acostarme con ella— contestó sin pudor alguno y sin cuestionarse siquiera que el niño fuese demasiado pequeño como para necesitar comprender aquellos temas.

 

Law  se le quedo mirando pensativo con espuma chorreando por su rostro desde su pelo revuelto.

 

— ¿Entonces me vas a comer también?—preguntó al acordarse de que él también se acostaba con el rubio en la inmensa cama.

 

Doflamingo sonrió de medio lado mirando al crio y dándose cuenta que Law no entendía a que se refería. ¡Gracias Dios, por el doble sentido de las palabras!.

 

A continuación decidió que aquella era una buena oportunidad para meterse con el enano asique le revolvió el pelo empapado, se acerco a su cara y le preguntó con un tono de voz más grave y lento del usual:

 

—¿ Quieres que te coma?—

 

Law le miró serio sin apartarse ante su proximidad, como validando realmente la pregunta, aun con su cabeza entre sus manos y con su cuerpecillo desnudo entre sus piernas.

 

—No—respondió al final el crio mirándole decidido.

 

Doflamingo volvió a ampliar su sonrisa aunque no pudo evitar que aquella respuesta le tocase ligeramente las narices. Tenía un orgullo que defender, joder y que un niño de siete años te rechazase tan directamente no ayudaba mucho a mantenerlo.

 

—Creo que deberíamos salir— murmuró levantándose y saliendo de la bañera a coger una toalla para él y para el enano.

 

No le gustaba como estaba derivando aquella conversación y no le gustaba sentirse ligeramente enfado por el rechazo. Aquello no era normal y no quería pensar a que se debía, asique cuanto antes acabase con aquello mejor. Sin embargo cuando encontró las toallas y se dio la vuelta, se encontró a Law aun metido en el agua mirándole fijamente con sus enormes ojos nublados.

 

—¿Tas enfadado?— preguntó el menor inclinando la cabeza a un lado en una pose inocente.

 

Doflamingo se paralizó sorprendido ante la nueva pregunta con la suave toalla en su mano. ¿Cómo narices podía leerle el menor tan fácilmente? No había dicho ni hecho nada que pudiese darle al otro esa idea. Había aprendido a esconder sus emociones cuando le convenía o no quería que se supiese lo que pensaba desde que apenas tenía cinco años y hasta ahora nadie se había dado cuenta de cuando lo hacía. ¿Por qué Law si?

 

—¿Mingo?—pregunto el chico de nuevo aferrándose al borde de la bañera y mirándole preocupado por su repentina inmovilidad.

 

—No—se apresuró a contestar—venga sal—y haciéndole un gesto con la mano extendió la toalla.

 

Pero cuando Law salió de la bañera solo se le quedo mirando serio, aun sin convencerse con su respuesta. Realmente pasaba demasiado tiempo con el chico.

 

—Si quieres puedes comerme, tampoco me importa mucho— dijo al final Law  mientras se dejaba envolver con la toalla.

 

Doflamingo volvió a quedar en shock por tercera vez en menos de una hora, ante las palabras del niño. Dios,¿ como podía ser tan inocente?. Con una sonrisa forzada e incomoda, y sin querer explicarle aún el verdadero significado de lo que había intentado hacer con la chica, contestó:

 

—Tal vez cuando crezcas— y frotó con otra toalla el empapado pelo del chico, ocultándose de su vista demasiado avergonzado como para mirarle.

 

Law simplemente se dejo hacer y luego asintiendo totalmente conforme con la propuesta del mayor y se dirigió a la habitación aun envuelto en la enorme toalla. Allí  les esperaba la enorme cama y una muda de ropa limpia.

 

Doflamingo se quedo en el baño y suspiró de repente muy cansado. Sabía que algún día tendría que contarle al chaval lo que era el sexo y sobre las mujeres o los hombres y todas esas cosas, pero cuando más tarde ocurriese la charla mucho mejor para todos.

 

“Si quieres puedes comerme” recordó las palabras del niño en su mente.

 

Oh dios, cuando Law creciese le iba a destripar vivo por salido.

 

 

 

Notas finales:

Bueno pos hasta aqui por ahora.

 

Creo que Law ya es lo suficientemente mayorcito como para que empice a pasar algo entretenido en su vida (y no me refiero al lemon ¬¬) asique en el siguiente cap cambiara un poco la historia, pero aviso: no os va a gustar.

 

En fin volviendo a este cap ¿Que os a parecido el avance?¿Quien esperaba un besooo en la bañera? Pos os aguantais que todavia es mu pequeño ¬¬*

 

Subiré el proximo en unos cinco dias asiqeu dejadme reviews cielos mios con lo que pensais que va a pasar n_n

Un besooo

 

 


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