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Desde el principio por Cucuxumusu

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Notas del capitulo:

 Bueno señores ando un poco deprimida ultimamente porque ando en periodo gafe (me he cargado mi ordenador y mi movil T^T) pero sobrevivire, despues de todo estoy de vacaciones  y hoy sale otro cap de One Piece con Doffy y Law U_U

 

Como os prometi aqui os dejo el soguiente cap, para los que os perdais aqui Law tiene 8 años y Doffy 23 espero que os guste n_n

 

 

 

Los días siguientes fueron un suplicio para el rubio. Teniendo que guardar reposo en la cama y oyendo como su tripulación se ocupaba de reparar el maltrecho barco, él se aburría. Terriblemente.


Aquel día había conseguido ponerse de pie sin que Vergo o el médico montasen el escándalo de turno, y sin dudarlo se había dirigido al baño a mirarse en el espejo y de paso estirar las piernas un poco.


Encerrado totalmente solo en el lavabo, apoyando todo su peso sobre el mueble de madera escrutó la imagen que le devolvía el cristal. Se le heló la sangre.


Una enorme herida surcaba su ojo derecho a través del parpado y parecía estar tardando demasiado en curarse, pero lo que más le preocupo fue su mirada. Mientras que uno de sus ojos seguía siendo de aquel morado intenso que hacía que las mujeres suspirasen y los hombres llorasen asustados, el otro era blanco.

 

Nada demasiado raro, seguía teniendo la pupila negra y el borde oscuro que rodeaba el iris seguía igual de intenso, pero no había color. Como si alguien le hubiese quitado una parte importante de la visión dejándolo por fuera de una tonalidad opaca e inservible.


Bueno. No era tan malo como había esperado, intentó pensar positivamente, por lo menos seguía teniendo ojo.

 

A continuación había probado su visión. Con el ojo izquierdo seguía viendo el mundo como siempre, de lejos y de cerca, sin puntos negros ni bordes borrosos, pero con el derecho solo veía el más absoluto negro. Como si lo tuviese cerrado. Aquello le incomodaba, le faltaba campo visual y le estaba poniendo nervioso no ver lo que tenía justamente a su derecha. Le iba a costar bastante acostumbrarse a aquello, sobre todo en las peleas.

 

Suspirando salió del baño, volvió a la cama y llamó a Vergo. El moreno entro en la habitación al instante con cara de preocupación y Doflamingo bufo molesto. Odiaba que el otro fuese tan sobreprotector con él.

 

 Pero no dijo nada sobre el asunto.

 

Le pidió entonces con tono cansado, pero sin aceptar quejas, que cambiasen su bandera. Ahora además de la sonrisa retorcida, la cara tendría un parche negro a lo pirata tapando el ojo derecho en recuerdo de aquello. Nadie dijo nada del cambio y al rato Vergo volvió diciéndole que ya estaba hecho. Luego se había vuelto a tumbar en la cama como el pesado del médico había vuelto a insistir.

 

 En la soledad del cuarto suspiró enfadado consigo mismo por no haber predicho aquello y por no ser lo suficientemente fuerte como para haberlo solucionado rápidamente.


Al menos Law estaba bien, se recordó.


Law.


El niño no se había separado de él desde lo del accidente. Sabía que el chico se sentía culpable por lo que le había pasado a pesar de que le había repetido mil veces que no era así.

 

Law no había vuelto a ser el mismo.


Había perdido su enorme sonrisa, mostrando ahora una mueca seria y dura. Sus ojos había perdido el brillo inocente y alegre que tenían antes y ahora estaban surcados por unas grandes ojeras oscuras que le daban cierto aspecto siniestro. Lo único que hacia durante todo el día era sentarse a su lado en la cama con la cabeza baja y la mirada cansada y quedarse quieto hasta que él se dormía. Sin decir ninguna palabra, como si temiese decirle algo y empeorar la situación.


Y aquello le estaba matando.


Se había dado cuenta que el chico se había convertido en alguien importante para él por mucho que hubiese intentado evitarlo o negarlo. Después de todo, él no arriesgaba su vida por un imbécil.


 Y sabia lo que aquello significaba.


Aquello podía considerarse una debilidad. Podrían utilizar al chico contra él o amenazarle con su vida. Sabía que Law podía traicionarle y aprovecharse de él si se daba cuenta o en algún momento se enfadaban. Pero también sabía que no perdonaría a quien le pusiese una mano encima o le hiciera el más mínimo daño al enano. Como habia dicho el chico se había convertido en alguien fundamental en su vida, alguien por quien había arriesgado su maldita vida y las personas por las que haría aquello podían contarse tristemente con los dedos de una mano.


Tenia que protegerle y apoyarle, ayudarle a conseguir lo que quisiese y más. Le quería feliz, sonriendo con aquella enorme sonrisa cálida y los ojos brillantes, no en el estado de muerto viviente en el que estaba ahora.

 

Y para ello tenía que volverse más fuerte. Para que algo así no volviese a pasar.

 

De repente la puerta de su habitación se abrió y por ella entro un somnoliento Law con la vista en el suelo ya que al parecer tampoco había vuelto a mirarle a la cara desde lo del ojo.

 

Doflamingo observó como el chico se subía a la silla al lado de su cama y se quedaba quieto a su lado sin decir absolutamente nada como todos los malditos días. Al rato comenzó a cabecear sobre el respaldo quedándose dormido, pero evitando hacerlo por pura fuerza de voluntad. Sus ojeras volvían a estar demasiado pronunciadas y parecía que aquel día tampoco había podido dormir lo suficiente.

 

Doflamingo suspiró.

 

—Law ven aquí— le dijo cansado ya de aquello abriendo los brazos en una muda invitación.

 

Law miró el gesto y negó con la cabeza suavemente volviendo su vista al suelo.

 

—No, estoy bien aquí—susurro débilmente.

 

Doflamingo frunció el ceño.

 

—Ven aquí— ordenó esta vez con un tono más serio y brusco sin dejarle negarse a la petición.

 

Law se encogió levemente ante la fuerza de su voz, pero luego bajo de la silla y trepo dudoso por la cama hasta detenerse enfrente suyo. Seguía sin mirarle a la cara.

 

Doflamingo tiro de él y le abrazó contra su pecho recostándole a su vez en la cama a su lado. Su mano comenzó a acariciarle el pelo de forma protectora y suave intentando que se relajase como siempre habia sido. Law se recostó contra él y le escuchó contener el aliento como cuando hacia cuando iba a empezar a llorar. Solo que esta vez no lo hizo.

 

—Law, lo siento—murmuró—todo esto es culpa mía por no ser lo suficientemente fuerte— el chico se tenso bajo su abrazo al escucharle hablar de aquel tema— pero te prometo que no me volverán a hacer daño, te prometo que entrenaré y que me convertiré en el hombre más poderoso del mar para que nunca vuelvas a ver esto—

 

No solo se lo estaba prometiendo al niño, era una promesa que se hacía a sí mismo, un objetivo, algo por lo que luchar. El primero que tenía en mucho tiempo. Su mano se enredo en el pelo del chico mientras le sentía revolverse bajo su agarre.

 

—Yo también—susurró Law con voz la ahogada por su abrazo, pero aun así claramente quebrada— también me volveré más fuerte, lo prometo—

 

Doflamingo sonrió orgulloso del chico mientras sentía como este volvía a comenzar a llorar débilmente entre sus brazos. Le apretó aun más contra si en un agarre firme y consolador.

 

—Mingo—le llamó Law con voz temblorosa.

 

—Dime enano—su manó seguía acariciando su cabeza de forma tranquilizadora.

 

El niño alzo la cabeza de entre sus brazos y por primera vez en varias semanas le miro a la cara, con aquellos preciosos ojos metálicos surcados de lagrimas. Algo en su interior se revolvió molesto.

 

—Quiero estudiar medicina— anunció—¿Puedo?—

 

Doflamingo le miró serio durante un momento. Sabia por que el chico estaba haciendo aquello y no sabía si era bueno que el chico quisiese aprender medicina por lo que acababa de pasar y si no sería mejor que estudiase algo que realmente le gustase.

 

La mirada de Law era totalmente decidida y Doflamingo rodo los ojos debajo de las gafas. Como para decirle que no así.

 

—Como quieras enano— respondió al fin abrazándole de nuevo.

 

En el fondo esperaba que Law saliese corriendo cuando le mandasen diseccionar al primer cadáver, o cuando viese uno de los gigantescos tomos de anatomía que tendría que estudiar. La medicina era algo muy complicado, algo que requería una vocación y constante esfuerzo y que muchas veces podía llegar a ser muy peligrosa y estresante.

 

Bueno Law ya se daría cuenta de ello, pensó restándole importancia. Tomando entonces la manta de la cama los cubrió a ambos y se abrazó mas contra el niño que comenzó a revolverse intentando soltarse.

 

—Law duérmete por favor—pidió cansado.

 

—No, aun tengo que hacer cosas —

 

—Si, como por ejemplo dormir—comento irónico el otro agarrándole de nuevo cuando el niño se escabullo de su abrazo— por dios enano¿ Cuanto hace que no duermes,?—

 

—Solo dos días—contestó al instante Law— pero Vergo dice que el ser humano puede aguantar tres días sin dormir. Asique estoy bien— explicó intentando soltarse de nuevo y salir de la cama.

 

Vergo, Vergo. Iba a matar a Vergo por meterle ideas raras al niño en la cabeza. Volviendo a apresar y a espachurrar a Law contra su pecho le comentó:

 

—Law, o te duermes por las buenas o te ato a la cama por las malas—

 

Law bufó haciendo un puchero y fulminándole con la mirada aun sin estar de acuerdo con aquello, sin embargo al estar envuelto entre las mantas y tener el pelo totalmente revuelto, el gesto quedo más adorable que molesto.

 

Al final Law se rindió y acabó acomodándose entre sus brazos tranquilo, sin miedo ni dudas, y con sus ojos ligeramente más brillantes.

 

No tardó ni dos minutos en quedarse dormido mientras Doflamingo no había dejado de acariciarle la cabeza protectoramente.

 

 

 

Notas finales:

 

Bueno ha habido avance no os podeis quejar, por fin Doffy ha aceptado que le importa Law, le ha costado un ojo de la cara, pero lo  ha conseguido, un aplauso por favor XD

¿Que creeis que pasara?¿Conseguira volverse Doffy mas fuerte y proteger a Law?¿Aprendera Law medicina? (todos sabemos que si U_U) ¿Y que pasara con la akuma no mi de Law?¿Saldra Bepo algun dia?

Esperare buestros comentarios con opiniones n_n

Un besooo


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