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Te encontré por Syoko-Chan

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Notas del capitulo:

Espero les guste, es mi primer fec de Karneval.

Te encontré

-¿Gareki-kun?.- una voz bastante sorprendida se escucho a fueras del colegio, no se esperaba recibir aquel sobre, era una total sorpresa para el rubio; miro el sobre aún con esa sorpresa y sin decir una palabra miro al peli-negro, esa expresión aún se mantenía, por parte del menor este le lanzo una mirada de seriedad, no le gustaba que lo mirasen demasiado, desvío la mirada y chasqueo su lengua, por lo visto no fue buena idea entregarle aquel sobre, pero lo hizo  no había vuelta atrás, solo esperaba que captará el mensaje.

-Léelo cuando estés en tus clases.- No dudo en pronunciar aquellas palabras; mientras se cruzaba de brazos miro de reojo al rubio, le era bastante común verlo con ese distintivo rubor en sus mejillas, desvió la mirada y no emitió palabra alguna, el rubio por su parte no despegaba la mirada del sobre, quería leer ahora lo que decía, pero con solo oír lo dicho por el peli-negro se aguantaría las ganas de esperar, además ya debía irse  sus clases, tomo su móvil y miro la hora, estaba a la hora, pero el menor no, soltó un suspiro, no quería alejarse de él, a fin de cuentas estaba enamorado de Gareki, aunque aun no se confesaba, ese miedo lo invadía, pero, manteniéndolo como amigo de momento le agradaba; soltó un suspiro y digirió su mirada al menor. –Gareki-kun deberías irte a tu salón.- miro como un montón de alumnos corría a la entrada, las clases estaban a puntos de comenzar. Gareki no dijo nada, solo una señal con su mano, se estaba despidiendo, el rubio miro como se alejaba y miro la carta una vez más, la llevo a su altura de su pecho y la apretó un poco, era algo preciado, un presente de Gareki, sonrío para sí y la guardo en su bolso, la leería en clases, esas ganas de saber que decía eran mayores­, arreglo sus ropajes y comenzó a caminar en dirección a su universidad – Me pregunto qué dirá.- se dijo así mismo mientras caminaba tranquilamente a su destino.

Un repentino bostezo se escapo de la boca del rubio, ya estaba en la entrada de la facultad, tomo su móvil y miro la hora; Temprano, sin gusto alguno entro, las clases no eran su problema y lo único que quería era ver al menor, tan sumido estaba en sus pensamientos que no se percato que choco con alguien, reacciono al rato después .

-Disculpa, no me…¿Jiki?.-

-Hasta que reaccionaste- soltó un suspiro.

-E..Estaba distraído.- nervioso hablo.

-Me di cuenta.- una fruncida de ceño se noto en el chico de lentes.

Ambos estuvieron conversando un buen rato, pero el ánimo de Yogi era distinto, estaba más distraído de costumbre, lo único que inundaba sus pensamientos era aquel nombre que siempre escuchaba;  “Gareki”,  ese nombre era lo que más pensaba en este día y desde que recibió ese sobre no paraba de pensar en él; de momento a otro corto abruptamente la conversación y se paro, el chico de lentes lo miro algo desconcertado no entendía la reacción del rubio, pero evito comentar, solo miro; el rubio comenzó a hurgar en su bolso para dar con el sobre y recordó que debía leerlo ya. Cuando lo tuvo en sus manos se sentó y lo abrió.

-¿Qué es eso?- pregunto el de lentes mientras apuntaba el sobre.

Un escalofrío recorrió su cuerpo y un rubor apareció.

-N..No es nada.- Con cierta alteración hablo, esa pregunta lo tomo por sorpresa, había olvidado por completo que aún estaba con Jiki, esas palabras eran ilógicas, claramente estaba viendo un sobre y una mirada seria se demostró el Jiki, tratando de decir “claramente haces algo”, ante eso una sonrisa nerviosa se mostro en Yogi, trato de no mostrar el contenido; ni él sabía que decía, quería estar solo en estos momentos. Miro el sobre reiteradas veces, tampoco emitió palabra alguna; ante eso el de gafas entendió la indirecta, se levanto de asiento y le dio la espalda.

-¿jiki-kun?- una pregunta se hizo escuchar.

-Me voy, entendí tu indirecta.-

Dicho eso comenzó a caminar para así dejar completamente solo al rubio. No entendía,  no podía evitar sentirse culpable ante eso, pero  al menos podía leer la carta y luego de esto se disculparía con él, era lo menos que podía hacer.

Retiro la carta del sobre y lo abrió, lo que decía le llamo la atención, ¿a qué se refería con eso?,

“Te diré algo, pero antes debes encontrarme”

¿Qué le iba a decir?, ¿Donde podía estar?, tomo su móvil y miro la hora, aún estaba en clases y él debía también entrar a la suya, había que esperar hasta la tarde, lo que debía pensar en estos momentos era  donde se podría encontrar, eran muchos los lugares en los que podía estar, pero una pregunta se entro en su cabeza.

-¿Cuál será su lugar favorito?.- se pregunto mientras guardaba el sobre, tendría hasta la tarde para preguntarse.

Mientras en el colegio, las clases marchaban con normalidad, pero para el peli-negro no marchaban para nada bien.

-¿Gareki-kun?.- una chica de cabellos café claro le dirigía la palabra – Te noto distraído.- 

-Estoy bien.- respondió de manera fría,  por un momento se pregunto se había leído esa carta; era algo vergonzoso para él, ante eso un rubor apareció en sus mejillas, chasqueo su lengua y se retiro del salón, sin despedirse de Tsubame. Aquel contenido de la carta debía cumplirlo, le iba a decir que lo amaba, por un momento se pregunto si sabría que estaría en la azotea, después de todo siempre se juntaban ahí en las tardes luego de clases, nada más que para hablar, era algo aburrido, el peli-negro anhelaba algo más, pero no concordaba con él, guardárselo era mejor.

-Mierda, esto es horrible- apretó su puño mientras soltaba un bufido, miro a su alrededores y se sentó en el piso, quería pensar ante lo realizado, no sabía si fue bueno o no, pero lo positivo sería que esto iba a ser una especie de juego; las escondidas, soltó una sonrisa traviesa, se preguntaba cuánto duraría este juego, tal vez segundos, o minutos, máximo horas; no sabía y eso le daba el toque entretenido. Se quedo un buen rato mirando el cielo, las nubes estaban ennegrecidas y  tal parecía que iba a llover, había que estar alerta, acomodo su cabeza en la pared. El nombre “Yogi” rondaba en su cabeza en su mente, demonios, esto ya era demasiado.

 En la facultad las horas pasaban lentas, el hablar del profesor lo era también.

-Quiero irme- susurro el rubio, poso su mentón en su palma de su mano y soltó un suspiro de aburrimiento, estar escribiendo por casi dos horas no le agradaba, lo bueno era que faltaba unas cuantas horas más por salir, no pudo evitar dirigir la mirada hacía un trozo de papel que estaba posado en su mesa, estaba escrito todos los posible lugares del colegio en los que se podía encontrar Gareki; aún así no estaba seguro si los frecuentaba  o no.

-¿Y esos lugares?.- una voz familiar se escucho.

No pudo evitar pegar un leve salto de sorpresa – N..No me asustes.- su corazón latía demasiado, aquel susto aún lo afectaba.

-Exageras.-

-Es la verdad.- desvío levemente la mirada con un rubor, parecía un simple infante que se asustaba con cosas sin sentido, aún así se enfoco a su pregunta, no sabía si responderla o no ya que era algo de uso personal y no estaba seguro si contarle o no -  Son lugares que quiero visitar – mintió.

-¿Quieres visitar el colegio?, valla estupidez- comento Jiki, ante lo dicho el menor se altero y llevo su mano hasta su pecho.

-¡S..Solo quiero recordar aquellos momentos de adolescencia!.- Casi gritando y con un rubor en sus mejillas dijo esas palabras, no iba a decir con tanta simpleza que esos lugares para buscar a Gareki. Trato de mil y un maneras de cambiar, pero al fin y al cabo el chico de lentes se aburrió de molestarlo, escuchar tantas  cosas sin sentido le aburrían demasiado y con un simple movimiento callo al rubio, tampoco le dirigió la palabra, no lo encontraba necesario. Una mirada por parte del rubio se presento en ese momento, al menos se encontraba algo aliviado, esbozo una sonrisa algo nerviosa  y se centro en las clases.

Al cabo de unas horas ya las clases se dieron por finalizadas, el rubio tomo su móvil y marco el número del peli-negro, quería preguntarle donde se encontraba,  pero nada, buzón de voz. La búsqueda comenzaba ahora, había que encontrar a Gareki, solo para saber lo que iba a decir, tenía esa duda aún y quería saber a toda.

Las clases del peli-negro finalizaron, miro a sus alrededores y noto como Tsubame se acercaba y le pedía si se podían ir juntos, él se negó y le dijo que  tenía asuntos en  estos momentos y debía solucionarlos; claramente mentía, la verdad solo era para jugar un rato con Yogi, la chica suspiro, soltó una sonrisa y se despidió. Una vez solo tomo su bolso y se dirigió a la azotea a esperar al rubio, tomo de su bolsillo su móvil y lo encendió, una llamada perdida, no pudo evitar soltar una risa bastante silenciosa, con eso pudo saber que había leído la carta, esto se iba a poner interesante, soltó un suspiro y miro a la ventana, era oficial iba a llover, dejo de mirar la ventana y fue en busca de un paraguas para así dirigirse a la azotea.

El cielo estaba nublado, las nubes estaban muy negras.

Yogi miro entre sus pertenencias buscando un paraguas y por suerte tenía uno, estaba preparado para esta lluvia a la cual se avecinaba, aunque no estaba muy seguro si llovía o no, pero bueno lo más importante aquí era llegar al colegio y comenzar a buscar en todos los lugares posibles.

Ambos estaban en el colegio, pero no sabían dónde estaba cada uno, por parte de Yogi estaba en la entrada de la escuela, miro a sus alrededores para ver si se encontraba algún estudiante pero nada, era el único, era mejor buscar que estar perdiendo el tiempo.

-Debo encontrar a Gareki-kun, me pregunto dónde estará.- en un hilo de voz se dijo a sí mismo y se adentró a los salones.

El rubio estuvo alrededor de 10 minutos mirando en cada salón de la primera planta, pero nada, hasta que algo le llamo la atención al abrir una de las puertas, vio a una chica bastante familiar, entro como si nada y le dirigió la palabra.

-¿Tsukumo-chan?-

-¿Yogi, qué haces aquí?- pregunto la chica de cabellos rubios.

-Eh.- una sorpresa se hizo notar – B..Busco  a Gareki-kun, ¿lo has visto?- pregunto con una sonrisa bastante leve.

-No lo he visto, creo que se ha ido.- respondió mientras se levantaba de su asiento y se dirigía al rubio, lo miro de reojo y abrió la puerta-

-¿Estás segura que Gareki-kun ya se fue?.- alterado pregunto el rubio.

-No se.- dicho eso se retiro.

Yogi pedía por favor que aún se encontrara en el colegio, no dudo en tomar nuevamente su móvil y marcar el número, pero nada. De un momento a otro un remezón se escucho, ¿lluvia?, si era eso, debía apresurarse en encontrarlo. El otro lugar que no investigaba era el segundo piso, tenía ese presentimiento que iba a encontrarse ahí, ir a ese lugar no se perdía nada.

En la azotea se sentía mayor aquel remezón de lluvia, suerte que Gareki tenía un paraguas; ya lo estaba usando. Por un momento se pregunto si el rubio ya estaba aquí, no quería llamarlo, ¿para qué?, si sabía que Yogi iba a preguntar dónde estaba ya que anhelaba verlo y ante eso soltó un suspiro.

-Te demoras demasiado idiota.- susurro esas palabras y a través del paraguas miro el cielo, esas gotas de lluvia eran molestas, con solo escucharlas era un dolor de cabeza, pero lo más molesto era esperar a que llegara.

Ya se estaba demorando demasiado.

Nada, no estaba en este piso, en los salones en los que buscaba no se encontraba, curiosamente tampoco se encontró con ningún estudiante más, desvió la mirada en reiteradas ocasiones, no sabía qué camino tomar ahora ¿izquierda o derecha?, no estaba seguro.

-Gareki-kun, ¿Dónde estás?.- se pregunto a si mismo mientras tomaba el camino de la derecha, tal vez tendría suerte si tomaba ese camino.

A medida que caminaba y a su vez miraba cada rincón de los salones que visitaba más angustiado estaba, no lo podía encontrar, ¿y si ya estaba en su hogar junto con el pequeño Nai?, negó con su cabeza, además un sentimiento de culpa lo invadía, el hecho simple, no conocía el lugar que Gareki más frecuentaba, empuño sus manos y siguió buscando, este juego quería terminarlo ahora mismo, aún quería saber lo que le iba a decir, ¿tan importante era aquel mensaje? , no lo sabía; empezar a correr era lo importante aquí. Terminó de mirar todos los salones y nada; sin más se apoyo en una pared y tomo su bolso aquella carta, la miro con detención y se pregunto qué lugares no había visitado, la primera planta estaba investigada a fondo, la segunda planta igual, entonces ¿Qué lugar quedaba por investigar?, se quedo pensando un buen momento y luego se acerco a la ventana para así verla lluvia, de un momento a otro un lugar se hizo presente en su mente “Azotea”, no lo pensó dos veces y comenzó a correr  hacía aquel lugar.

Yogi tenía ese presentimiento que Gareki se encontraba ahí , pero no estaba del todo seguro.

Esperar era completamente molesto y además que la lluvia seguía, con paragua en manos se acerco a la puerta para irse, pero algo lo detuvo y eso eran pasos, ¿Quién era?, ¿tal vez Yogi?, debía ser solo su imaginación, se encogió de hombros y sin más preámbulo toco la manilla de la puerta, la giro y para su sorpresa alguien se le tiro encima, tanto fue la sorpresa que el paraguas callo.

-¡¿Yogi?!.- dicho esto se dio cuenta de algo.

Las escondidas han terminado.

El rubio estaba feliz de haberlo encontrado pero a la vez apenado por no pensar en este lugar de primera, aquel abrazo lo explicaba todo, estaba tratando de disculpase a toda costa.

-Gareki-kun, te encontré.- dijo mientras aún lo envolvía en sus brazos.

-O..Oye suéltame, nos estamos empapando.-  trato de alejarse de él, pero no pude, ese abrazo ya era demasiado; pero una parte suya no quería dejar de abrazarlo, aquella sensación era agradable.

-S..Se que me demore en encontrarte, pero estoy muy feliz de verte.- no tomo en cuenta que estaba completamente empapado, la respuesta que quería en estos momentos era referencia a la carta, se separo un poco del peli negro y le dedico una sonrisa enternecedora, el rubio llevo sus manos hasta las mejillas de peli-negro, no quise acariciarlas, era muy rápido de su parte, solo las mantendría así un buen rato.

Gareki se tomo por sorpresa aquello, sus manos aunque estuvieran empapadas emitían un calor agradable, desvío sus orbes hacía un lado y su mirada se tornaba seria con un pequeño rubor en sus mejillas, debía decirle lo de la carta, ya que fue encontrado y debía cumplir su palabra. Aun así no dijo ninguna palabra, estaba nervioso por una extraña razón y debido a eso no quería dirigirle la mirada, Yogi se sorprendió un poco ante la reacción del peli-negro y de inmediato bajo sus manos, sentía que lo estaba incomodando, la mirada que transmitía era de culpabilidad, no debió ser tan apresurado y tocar sus mejillas, además no sabía cómo referirse al tema; trago saliva y se armo de valor.  

-Gareki-kun, sobre la carta.- ese tono tímido era bastante notorio, de daba un poco de vergüenza referirse de manera apresurada de aquel tema, desvió la mirada con ese rubor que tanto lo caracterizaba.

-Ah, eso.- fijo la mirada en el rubio, no sabía cómo responder ante eso, tomo aire y decidió a responder, no iba con su personalidad pero quería confesarse en estos momentos, ese peso lo llevaba consigo desde ya mucho tiempo.

-¿Gareki-kun?.- pregunto mientras ladeaba su cabeza, lo notaba distinto, aún así no le importaba mucho, pero estaba algo nervioso.

-Primero que nada, ¡Eres un lento!, pensé que buscarías aquí, siempre nos juntamos aquí.- dijo esas palabras mientras gritaba, no podía creer que este era el último lugar en el que buscaba, estaba enojado, el rubio se asusto un poco y un exalto se hizo notar también.

-¡Pensé que Gareki-kun estaba en los salones!.- con eso dio a conocer que busco en ambas plantas.

-Pues te equivocas- mientras decía esas palabras se acerco al paraguas, un frío lo estaba atacando de manera lenta, además no quería estar más empapado de lo que estaba; Ya teniendo su paraguas en manos se acerco al rubio y lo cubrió también – Vas a pescar un resfriado.- sin darse cuenta le dedico una leve sonrisa; Ante eso Yogi sentía que estaba evitando el tema, inflo sus mejillas y lo mira con una torpe seriedad.

-Evitas el tema.-

-¿Eh?.-abrió sus ojos de par en par y luego recordó lo que realmente debía decirle, ese rubor volvió a aparecer, apoyo su cabeza en el hombro del rubio, su hombro estaba completamente mojado, esa calidez aún seguía. El rubio se sorprendió por la acción realizada, no se lo esperaba, pero le agradaba bastante, rara vez podían estar así; quería aprovechar la oportunidad y decirle lo que sentía, aunque no estuviera seguro se atrevería; llevo su mano hasta los cabellos del peli-negro y comenzó a acariciarlos, si bien sus sedosos estaban empapados los encontraba realmente suaves, esbozo una sonrisa y cerro sus ojos.

-Me gustas.- entre caricias dijo esas palabras, ese rubor era tan notorio y se sentía aliviado de que el peli-negro no lo notara; oír las palabras provenientes del rubio le sorprendieron, ¿había escuchado mal?, alzo la mirada y lo miro directamente a los ojos, estaba nervioso, no sabía cómo tomarse aquella confesión, si bien él se iba a confesar, no el rubio, trago salivo y con su mano libre tironeo los ropajes, para así acercarlo más a él; la diferencia de estatura era algo notoria, en rápido acto deposito un beso en sus labios, con eso pudo corresponder a su confesión, lo soltó y desvió la mirada, nuevamente la mirada seria pero adornado con un rubor.

-Estúpido también me gustas, eso quería decirte, pero no podía y con eso te entre entregue aquella carta- al fin pudo decirlo, y con eso dio a saber a lo que se refería con la carta.

-G..Gareki-kun.- ese beso no se lo esperaba, pero estaba feliz de recibir aquel beso junto con esa confesión; el sentimiento era mutuo, sonrío y por segunda vez llevo sus manos a las mejillas del peli-negro, acerco su cara para estar a centímetros de su rostro; la mirada seria de Gareki aún seguía pero una leve sorpresa estaba en su rostro también, aun no se podía creer que al fin se estaba confesando, pero estaba feliz de el sentimiento sea mutuo.

-Idiota no digas esas cosas.- en susurro hablo.

El rubio soltó una risa, no lo pensó dos veces y besos aquello labios que tanto deseaba besar; ambos estuvieron besándose durante un buen rato hasta que Yogi se alejo un poco de él y esbozo una tierna sonrisa.

-Te amo demasiado.- susurro esas palabras con ternura.

-Eh..-aquello lo tomo por sorpresa, pero no pudo evitar sonreí de manera leve – Idiota, también te amo.-

 

 


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