CAPÍTULO 3.
Taiki se acercó al moreno entregándole lo que llevaba en las manos, había cargado con ello todo el tiempo.
- ¿Gurīn kenshi? ¿Desde cuando se te conoce con ese apodo?
- …
- Mira que siendo yo tu escudero no lo supiera es difícil shishishi…
El chico moreno se sonrojó, su piel que en algún tiempo fue bronceada estaba pálida y le delataba frente al muchacho.
- ¡Cállate Taiki! Eso no te importa – le observó de arriba abajo - . Veo que has salido ileso – sonrió - , deberías agradecérmelo, si no fuera por mi estarías con algún miembro menos.
- No necesitaba tu ayuda – infló los mofletes - . Kuroashi es un buen tipo, no me hubiese hecho nada.
- Créeme si te lo hubiera hecho – sólo lo dijo para asustar a su escudero, en el fondo dudaba de que le hubiese dañado - . Hoy te has salido chaval, ¡este sake está delicioso!
- Eso – señaló con una sonrisa - , me lo regaló, junto a los demás del macuto, Kuroashi. Me dijo – carraspeó para aclararse la garganta y poder imitar la voz del otro cazador - : ‘Marimo-dobe… toma Taiki llevarte este, era su favorito, Kirinzan Junmai Daiginjo’ – volvió a su voz normal - Me entregó esa botella azul de sake que estás degustando, parece ser que conoce tus gustos – le miró pícaramente.
Zoro casi se atraganta al escucharle.
- Cofff… cofff… no digas estupideces – agarró el taper de dentro del macuto y devoró la comida para que no descubriera su nerviosismo en la voz - . Uhmmm… deliciosa esta tortilla.
- Dashimaki Tamago, dijo que el dulce no te gustaba y ese era uno de tus platillos favoritos shishishi – intentó contener la risa desastrosamente ante la cara estupefacción del cazador - . SHISHISHIIIIII…
- Maldito Cejas Rizadas – dijo entre dientes pero con una sonrisa que desmentían sus palabras - . Taiki te voy a matar.
- Después de tantos años esa amenaza no te sirve shishishi…
Sabía que su escudero estaba en lo cierto, además, a ese chiquillo no podría hacerle daño, cuando hizo el contracto con Artemisa consiguió algo que nunca antes había conseguido otro dark hunter. La diosa vio cuan poderosa y formidable era la fuerza de ese hombre y aceptó, era una de las almas profetizadas que le avisaron las putas de las Moiras, tenía que hacerse con ese chico. A cambio sólo tenía que concederle un deseo, proteger a su capitán a toda costa. Como Luffy estaba muerto, consiguieron convencer a Hades para que pasado unos siglos su alma resucitara, y habitaría en otro cuerpo de su linaje. Cuidó al clan Monkey y les hizo que generación tras generación fueran sus escuderos, le dolió ver crecer y morir a tantos, pero era el precio a pagar. Por fin, el último niño era su querido amigo, al que juró servir y proteger, Monkey D. Luffy reencarnado en ese deslenguado Taiki, recuperando poco a poco sus recuerdo de otra vida. No podría matarle pero… ¿quién dice que no podría amenazarle?
Fue duro dejar a su rubio, pero estaba vivo, o eso pensó, cuando se enteró que también murió y no pudo hacer nada, lloró por dentro, intentando hacer su corazón de hielo pero los Monkey no le dejaron sólo, así consiguió continuar siendo un poco él mismo sin serlo. Hacía poco que le cambiaron su localización y se mudó allí, entonces descubrió algo que le alegró y consternó a partes iguales, él estaba y ya no era humano servía a Artemisa.
Taiki conocía la historia y quiso ayudar, fue a investigar, le pillaron y casi le mata, aunque esperaba que de verdad no hablara en serio.
- ¿Cómo le has visto?
- Se ha vuelto muy fuerte, aprendido a usar tus katanas tan bien como tú, pero…
- ¿Pero?
- Parecía una persona fría que mataría a quien hiciera falta. No tenía piedad.
Se entristeció al escuchar aquello, la persona que él conoció era alegre, violentamente gentil y siempre se preocupaba de los demás aunque intentara que no pareciera que les daba igual, era malo aparentando.
- ¿’Espadachín verde’? Aun hay esperanza para él.
- ¿De qué hablas Taiki?
- Cuando creyó reconocerme se mostró amistoso y alegre. Luego no dejó totalmente de lado eso y cuando le hablaste no parecía la misma persona.
- “No volveré a fallarte cocinerucho, esta vez no” – Pensó – ¿Taiki?
- ¿Sí, gran ‘Espadachín Verde’?
Colocando su katana contra el chico, le dijo – Vuelve a llamarme así, sigues con el cachondeo y te rajo.
- Entendido Zoro shishishi… que mal carácter tienes shishishi… - Se mantuvo serio un minuto - ¿Vas a verle? Sabes que no te debilitarías como para preocuparte, ¿qué harás?
- Todo a su debido tiempo Taiki. Todo a su tiempo.
- Shishishi creo que Aqueron se cabreará shishishi… será divertido.
[…]
- “Esa Alga está viva, estoy seguro que era él, podré volver a patearle… No me lo puedo creer, al fin tendré la oportunidad que nos negaron en aquel tiempo”
Dejó que se marchara el muchacho, dándole comida y bebida para ese estúpido. Hacía tiempo que no preparaba comida para nadie, eso le hizo volver a tiempos más felices y le dolió el pecho, aunque siendo un dark hunter no sufrían enfermedades, no podía ser. Pasó todo el día intentando dormir, no pudo, cuando llegó la noche siguiente salió a cazar como cada noche anterior pero no todo fue igual, terminado su trabajo no se fue para casa. Usó esos poderes que tan poco le gustaban y…
*Ding dong, ding dong*
Abrieron la puerta.
- ¿Tú? ¿Cómo has llegado aquí? – Taiki se sorprendió.
- Te marqué chaval, puedo dar contigo donde seas, una vez grabo una energía puedo dar con ella donde sea y transpórtame allí. Quiero ver a Zoro.
- No sé a quie…
- Taiki déjalo, es tontería que sigamos con el teatro. Hola cocinerullo mierdoso.
Ambos sonrieron como dos bobos al verse.
- Maldito espadachín de cuarta – gruñó - . El Sol va a salir.
El peliverde se hizo a un lado para y el rubio entró.
- Tenemos que hablar.
La puerta se cerró.
“No volveré a fallarte marimo, esta vez no”