Atontado bajo las sábanas y con una gran molestia, Ciel Phantomhive, intentaba, con poco éxito, acallar el molesto despertador que tenía sobre su mesita de noche. Luego de unos minutos de esfuerzo a medias, logro desconectarlo. Miraba el techo de su habitación, sin ganas de hacer alguna otra cosa. Mucho temía que hoy había escuela, y que debía ir a ella… Cerró los ojos y se dejó arrastrar al caudal de sus pensamientos.
'Tuve ese sueño otra vez.' En sus pensamientos, una ráfaga fría vislumbró, unos ojos rojos, que desde la oscuridad le miraban desafiantes. Una voz sedosa y profunda que le llamaba con ansias desde el lado opuesto del salón que se trazó, como una memoria del sueño, la presencia del incómodo sentimiento de saberse querido a medias.
"¿Ciel? ¿Estás despierto?" Desde el otro lado de la puerta, un anciano bajito le llamaba. Estaba preocupado por el hecho de que, si se levantaba tarde, Ciel no llegaría a tiempo para sus clases.
"Sí, tío Tanaka." Finalmente el joven se levantó de la cama, con el rumbo fijado en el baño, del lado opuesto a su habitación. Una vez más, miró con desdén a su escueta figura, demasiado infantil para ser el cuerpo de un adolescente de 15 años. Bajo esos fríos ojos azules, se dejaban ver las ojeras, fruto de varias noches sin sueño. Levantando un poco su flequillo, miró a su ojo derecho que tenía esa cicatriz extraña, ese ojo que había perdido su uso tras un accidente que Ciel no recordaba muy bien, de cuyo único recuerdo quedaba esa cicatriz con la forma de un sello, en el iris de su ojo. En ocasiones, Ciel creía ver un resplandor púrpura, y a veces pensaba que había visto el tenue esbozo de una estrella.
'Supongo que tengo que alistarme para ir a esa miserable escuela.'
Después de una ducha, Ciel se apresuró a vestirse. Entre sus colores normales, estaban unos vaqueros negros ajustados, una camiseta azul, su parche en el ojo, y unas zapatillas negras. Mientras buscaba su cinturón, (Ciel detestaba tener que llevar los pantalones por debajo de la cintura, ya que le parecía muy impropio y molesto) encontró un objeto en la mesita de noche, que descubrió al mirar más de cerca, era una foto de él y sus padres, tomada hace tantísimo tiempo atrás. Se mostraba un Ciel de 7 u 8 años que sonreía feliz en los brazos de su padre. La misma edad tenía cuando regresó de la escuela ese día, el día en que encontró muertos a sus padres en el salón, con apenas un poco de tiempo para asimilar la noticia, y salir por pies de la mansión, que estaba siendo incendiada por los asesinos, en un intento de ocultar la evidencia. Desde entonces vive con su tio, pero como el asesinato de sus padres fue de esos casos que se quedan sin ser resueltos, lo tenía molesto la mayor parte del tiempo.
Mirando la pantalla de su celular, Ciel comenzó a preocuparse. "!Ay no, voy a llegar tarde!”. Salió con una tostada en la boca y la mochila volando, subió a toda prisa el autobús mientras su mente se empapaba de pensamientos no-gratos. 'Mi primer dia de clases en esta nueva escuela, y me levanto con el pie izquierdo. Perfecto'. Ya adentro, sintió un escalofrío recorriéndole la espalda. 'Siento que TODO el mundo aquí me está mirando. Esto es muy cliché.' 'Y con todo y eso, sigo sintiéndome incómodo.' "Nah, esto debe ser solo mi imaginación” Razonó, mientras bajaba de último el autobús. Mirando a su alrededor, no vio a nadie. La única cosa que le llamó la atención fue un cuervo posado en la rama de un árbol adyacente. Y cuando se dio cuenta de que el cuervo tenía ojos de color rojo oscuro, se quedó frío.
"RRRRRRRRRINGGG" (Disculpen los sonidos, ¿Verdad que no les importa? ^O^)
Sonó la alarma de su celular, Ciel la miró rápidamente y se horrorizó. "!Dios, la escuela ya ha de estar pasando clases! (Kitsu:Y qué onda con el timbre que no suena?)".
El maestro cerró un libro de su escritorio con violencia, ocasionando que el incesante parloteo de los estudiantes de su salón detuviera su cauce, y la atención se vio fijada en el delgado hombre frente a ellos. "Bien. Ahora que tengo su atención, apreciaría que todos se mantuvieran en silencio mientras tomo la asistencia." Esa voz tan fría, contrastaba de un modo atractivamente extraño con la cálida sonrisa que ofrecía su rostro de porcelana.
"¿Joven Druitt?"
"!Ah, el estoico cuervo me llama tan divinamente!"
"¿Joven Lau?"
"El tigre descansa en el futon….."
".…..?"
"Me pregunto qué significa eso, joven Lau…."
"¿Señorita Middleford?"
"!Aquí!"
"¿Grell Sutcliff? Es.. un chico?"
"!Me disculpas, pero yo soy una DAMA!"
"¿William Spears?"
"Presente."
"¿Oscar Snake?"
"Aquí."
"¿Alois Trancy?"
"Si."
"¿Claude Faustus?"
"Aquí."
"¿Joven Knox?"
"Aquí."
Y asi fueron transcurriendo los minutos, con los nombres de los estudiantes del salón, hasta que el maestro llegó al final de la lista. "Y el joven Phantomhive. ¿Ciel Phantomhive?" Levantando los ojos de la lista, el azabache buscaba con los ojos al estudiante, sin éxito aparente.
Todos en la clase guardaron silencio mientras buscaban con la mirada a esa persona. "¿Qué tipo de nombre se supone es ese? Que perdedor”. Es seguro que no aparecerá." Con desprecio y ferocidad, la voz de Alois Trancy se hacía notar de entre los demás, ocasionando que el salón entero explotara en risas y bullicio. Sin embargo, una mirada glacial de los ojos oscuros del azabache, los mandó callar. "Bienvenidos a otro año escolar. Seré su maestro por lo que queda del año, estudiantes de segundo año. Mi nombre es Sebastián Mi-"
El pelinegro se vio interrumpido por un borrón de mechas azules, que se aferraron al vano de la puerta con fuerza. Ciel intentaba recuperar el aliento. "Bien, bien, bien, Joven Phantomhive. Qué bien que se nos una." El oji-rojo remarcó la frase con una sonrisa torcida, recibiendo a cambio un coro de risitas provenientes de los estudiantes. Ante la afrenta, Ciel levantó la vista desafiante, dispuesto a contraatacar, pero se quedó con la palabra muerta en los labios.
'Esto debe ser una broma.'
Continuará… tal vez xD