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CONQUISTANDO A UN HERBIVORO por fibychan

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Notas del fanfic:

LOS PERSONAJES DE KHR NO ME PERTENECEN 

ES UN ONESHOT 

TODO DESDE LA PERSPECTIVA DE HIBARI 

Notas del capitulo:

ESPERO LES GUSTE, ES PARA COMPENSAR A HIBARI POR MIS ANTERIORES ONECHOT ^^

SIN MAS LES DEJO LEER.

CONQUISTANDO A UN HERBIVORO

 

Mi nombre es Hibari Kyoya tengo 17 años, soy el presidente del comité disciplinario de Nami-chuu, así como la máxima autoridad, mi palabra es ley, todos me respetan o temen y quien se atreva a contradecirme o a romper con las normas, paz y tranquilidad de mi Namimori será mordido hasta la muerte, no me gustan las multitudes y me considero el carnívoro alfa, por eso estoy más que furioso conmigo mismo, ¿cómo pude caer tan bajo?, ¿en que momento termine así, persiguiendo, ocultándome como un acosador desquiciado, locamente enamorado de un herbívoro inútil?, yo el gran Hibari Kyoya teniendo estos sentimiento herbívoros, si pudiera me mordería hasta la muerte, pero como no puedo, decidí que como el gran carnívoro que soy, casare a mi presa y te hare completamente mío, Sawada Tsunayoshi te are caer rendido ante mí.

/////

-H..Hibari-san.-le hablaba muy nervioso Kusakabe al ver a su presidente con la mirada perdida en la ventana y con una macabra sonrisa en sus labios, era una imagen aterradora para el vicepresidente, quien jamás le había visto de esa forma, lo que no sabía es que el gran Hibari Kyoya estaba observando a cierto castaño que entraba al colegio acompañado de sus inseparables amigos (Gokudera y Yamamoto).

-hm, vicepresidente que quiere.-le cuestionaba el azabache volteándose para quedar frente al peli raro, con un tono molesto.

-le estaba comentando de unos documentos que tiene que revisar Hibari-san,-le contestaba temeroso.

-hm, no me interesa revísalos tú, te lo dejo a tu criterio pero si haces algo mal te morderé hasta la muerte.-le sentenciaba el azabache caminando rumbo a la salida del comité disciplinario.

-como ordene Hibari-san, pero que hará usted.-le cuestionaba con mucho temor en sus palabras.

-hm, nada que te importe solo saldré a cazar a una presa.-sonreía maliciosamente mientras salía de la oficina, dejando en shock al peli raro.

////

El prefecto de Nami-chuu, empezó sus rondines por la escuela paseándose una y otra vez afuera del salón del castaño, vigilando cada uno de sus movimientos como un león enjaulado, al término de las clases se ocultó entre las sombras para seguir a su presa cual depredador, observando cómo se quedaba solo al despedirse de los inútiles herbívoros que siempre le seguían, el castaño siguió su camino a su casa cuando unos chicos empezaron a seguirlo sin notar la presencia del azabache.

-miren ahí va dame-tsuna, vamos a divertirnos un rato con el.-proponía uno de los jóvenes.

-si está solo, ya tiene tiempo que no jugamos con él.-respondía otro, pero el tercer chico no pudo concluir la conversación por que el prefecto de Nami-chuu ya les había cerrado el paso.

-hm, herbívoros inútiles, por hacer multitud los morderé hasta la muerte.-les amenazaba sacando sus tunfas y golpeándolos, para que estos salieran despavoridos del lugar, pero cuando el azabache se dio vuelta se encontró frente a frente con el castaño

-Hibari-san, gracias por defenderme.-le sonreía el menor.

-hm, como sabes eso.-le cuestionaba ocultando perfectamente sus sentimientos.

-ellos querían golpearme, y usted los ha ahuyentado, es un gran amigo Hibari-san.-le decía el menor con una sonrisa tierna para retomar su camino.

-hm.-solo le contestaba el azabache, sin embargo por dentro pensaba “amigo, un gran amigo, solo soy un amigo, maldición”, el azabache se encontraba completamente frustrado.

El azabache no tenía ni la más remota idea de cómo cazar a su pequeña presa sin que esta temblara de miedo o lo confundiera con amistad, tan metido estaba en sus pensamientos que no noto a dos chicas con una gran sonrisa de oreja a oreja que observaban al azabache.

-Hibari-san.-le hablaban al unísono las herbívoras amigas de su presa.

-hm

-sabemos que es lo que siente por Tsuna-kun.-le sorprendía una ojimiel

-si desu, y te queremos ayudar desu.-se ofrecía una castaña.

-quien les pidió su ayuda, herbívoras.-a ellas no las podía morder hasta la muerte aunque en ese momento fuera lo que más deseaba por entrometerse en sus asuntos.

-nosotras conocemos mejor al boss.-hablaba tímidamente la chica del parche.

-hm.-pensaba el azabache que ellas tenían razón a demás eran mujeres se supone que por instinto sabían de esas cosas ¿no?

-está bien.-aceptaba aun dudando de ellas.

-hahi, que bien desu.-les resplandecían los ojos.

 

Los días pasabas y no veía avance en su intento de conquistar al castaño, había seguido al pie de la letra cada cosa dicha por las chicas, pero en vez de acercarse al castaño se alejaba.

Le había mandado docenas de rosas rojas con poemas escritos por ellas claro, pero solo consiguió que el pequeño pensara que un loco acosador andaba tras de él por lo que sus estúpidos amigos no lo dejaban solo ni un minuto.

Habían quedado en una cita en el parque de diversiones pero el castaño llego acompañado de toda la manada y cuando por fin pudo estar a solas con él, este temblaba de pies a cabeza, ¿tanto miedo le doy? Solo pensaba el azabache.

Le empezó a llamar por su nombre y a tratarlo con delicadeza pero el castaño solo escondía su mirada bajo su flequillo, y salía corriendo, ser suave tampoco servía.

Lo protegía, trataba de impresionarlo con su fuerza pero solo conseguía ser llamado el guardián más fuerte o un buen amigo que cuida de lejos a la familia.

El azabache estaba desesperado, que más podía hacer él no era así, no conseguía acercarse a su presa ni un centímetro, los consejos de las chicas eras igual a ellas inútiles.

 

Habían terminado las clases y se encontraba dando vueltas de un lado a otro, frustrado, enojado, desesperado, jamás pensó sentirse de esa forma por un herbívoro, pero que iba a hacer ahora, estaba tan cansado y pensativo que solo lo despertó un ligero golpe en la puerta de su oficina.

Toc toc.

-adelante.-contestaba con una voz agotada, pero todo su mundo revivió al ver quien entraba a su oficina, era su pequeño castaño.

-hm.-solo lo observaba “la presa ha entrado a la boca del lobo”

-Hibari-san, para que me mando a llamar.-preguntaba nervioso el castaño.

Era obvio que el azabache no lo había llamado pero no desaprovecharía esta oportunidad, tenía acorralada a su presa y no la dejaría ir.

-hm, se acabó tu tiempo gatito.-le decía con voz ronca el azabache acorralando al castaño en contra la pared callándolo con un beso desesperado dejando en shock al menor que no sabía cómo responder sin embargo al sentir la mordida del azabache en su labio inferior abrió camino al prefecto y sucumbió al beso.

El azabache tomaba de la cintura al menor acercándolo más y más a su cuerpo sintiendo como el menor pasaba alrededor de su cuello sus delicadas manos “la presa cayo” pensó por un momento el mayor para sin romper el beso cargar al castaño y acostarlo sutilmente en el sofá de la oficina, las lenguas bailaban dentro de la cavidad del castaño, pero claro el menor no podía seguir el demandante ritmo del prefecto quien era un maestro en ese aspecto, sin embargo por la falta de aire se tuvieron que separar, dejado ver al azabache la imagen más provocativa que jamás había visto, su pequeño castaño rojo hasta las orejas jadeante con la boca entre abierta y debajo de él.

-Tsuna me canse de esperar a que me vieras, ahora te voy a devorar.-le susurraba el azabache al menor quien solo asentía con la cabeza pues le era imposible formular palabra alguna.

El presidente del comité disciplinario de Nami-chuu empezó a besar el cuello del menor haciendo que este soltara pequeños gemidos de placer, saboreaba su suculenta piel, la cual sabia mejor de lo que se imaginaba, de un ágil movimiento lo había despojado de su camisa y empezaba a mordisquear sus tetillas, lamiendo besando cada parte de su torso, cada parte de su tersa piel, bajaba por su abdomen hasta llegar a la parte baja donde el estorboso pantalón hizo su aparición pero el azabache se deshizo de éste en un instante dejándolo completamente desnudo, solo lo describió en una sola palabra “perfecto”, era un ángel hermoso, puro y solo de él, tomaba entre sus manos el ya despierto miembro del menor y lo empezaba a estimular, un sube y baja lento tortuoso y después rápido y desesperado, cada caricia, cada toque del mayor provocaba en el castaño que gimiera cada vez más alto sin importarles si había alguien más dentro de la escuela, cualquiera que se atreviera a interrumpirlos seria mordido hasta la muerte, antes de que el menor llegara a su límite el mayor metió el miembro completo del menor dentro de su boca para degustarlo mejor, su hábil lengua recorría toda su extensión provocando que el castaño se arqueara del éxtasis en el que se encontraba y sin más dejar salir toda su esencia dentro de la boca del mayor quien se tragó toda sin desperdiciar nada, miro con ojos profundos al menor quien ya no podía estar más rojo –delicioso-solo dijo limpiando con su mano lo que su hubiera quedado al borde de su boca, llevo tres de sus dedos a la boca del menor pero este no entendía el mensaje –lámelos-dijo con su ronca voz excitada, el menor empezó a lamerlos como si se trataran de dulces provocando una escena completamente excitante para el mayor, quien sin esperar más saco los dedos de la boca del castaño para después darle la vuelta poniéndolo en cuatro alzando ligeramente su cadera, introdujo el primer dedo dentro del menor provocando un quejido de dolor que fue callado con un beso en la nuca del menor asiendo que este se estremeciera –relájate-le susurraba al oído, introdujo el segundo y luego el tercero ensanchando la entrada del menor, simulando embestidas hasta que encontró el punto dulce del menor provocando que casi callera pero fue sujetado por el mayor, saco sus dedos y de una sola estocada penetro al menor quien solo dejo escapar un fuerte grito pues ni los tres dedos se comparaban al miembro erecto del mayor, este se quedó completamente quieto dentro del menor para que este se acostumbrara a su intromisión, después de unos momentos empezaron las lentas embestidas dando una y otra vez en el punto dulce del castaño provocando que dejara salir sonoros gemidos de placer que excitaban más  al mayor, quien tomo de nuevo el miembro del menor para masturbarlo provocándole el doble de placer al castaño, después de unas cuantas embestidas y gemidos de placer ambos llegaron a su límite el castaño dejo salir su esencia sobre el sofá mientas sentía como un líquido caliente recorría su cuerpo, pues el azabache se había corrido al sentir como el interior del menor apretaba con fuerza su miembro, ambos cayeron rendidos, el azabache sobre el castaño tratando de regular sus respiraciones.

-mi gatito, perdón pero no pude esperar más te amo.

-Hibari yo también te amo, pero no sabía si me aceptarías, tenía miedo de tu rechazo, -el azabache se castigaba mentalmente por no haber hecho eso desde el principio y haber hecho todas aquellas cursilerías que el castaño ni noto.

///

Mientras tanto en un salón de Nami-chuu, se encontraba un infante ocultando su mirada bajo su fedora y con unas indescriptibles patillas tomando una taza de expresso mientras que tres chicas comían pastel.

-Reborn-san cree que el plan haya funcionado desu.-preguntaba curiosa la castaña.

-hm, eso lo sabremos más tarde.-sonreía ladinamente el arcobaleno del sol. “espero puedas caminar después dame-tsuna”

 

 

Notas finales:

GRACIAS POR LEER.

NO SE LES OLVIDEN DEJAR COMENTARIOS SIIII ^^

 


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