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Turbación por Temari-swan

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Notas del capitulo:

Gracias a miriam YanZiLang por sus comentarios.

 

No sé si lo que leéis el fic estáis al día con la versión japonesa del manga pero los últimos dos capítulos del mismo, Kishimoto me ha defraudado, pienso que he perdido el tiempo leyendo este último arco argumental aunque ya veremos si el autor arregla la que ha liado.

 

...

 

He usado sucesos del manganime pero no sigue el mismo orden cronológico del mismo para poder adatar la historia del fic a la serie.

 

Disclaimers: Naruto y todos sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto, yo simplemente los he cogido prestado y sin ánimo de lucro para el fic.

 

Advertencia: Puede contener spoilers del manga dependiendo de por donde vayas. Este fic está situado más o menos desde el capítulo 476 en adelante.

 

 

2. Ramen y alcohol.

 

 

 

En cuestión de días la Guerra daría comienzo, los kages decidieron que roles tendrían durante la duración de la misma. Gaara sería el Comandante General, había demostrado que podría ser muy elocuente cuando la situación lo requería a pesar de que no le gustaba hablar públicamente. Cerró sus ojos, mentalizó la figura de su querido amigo Naruto y se preguntó qué diría este en su situación, los abrió convencido de las palabras que pronunciaría para unir como un único pueblo a todos aquellos ninjas de naciones rivales o enemigas. Esos hombres luchaban por la supervivencia de la especie humana, por su nación, por sus compañeros, por sus amigos, por sus familias y sobre todo por ellos mismos. Esa meta, crearía lazos de hermandad contra su enemigo común, Madara Uchiha, no se saldría con la suya. Su discurso influenció a todos aquellos hombres y mujeres, les hizo ver que estaban en el mismo bando, que no eran enemigos, eran hermanos de armas, eran la “Alianza Shinobi”.

 

Fue un gran discurso, teniendo en la mente a Naruto, y en su corazón al muchacho que se había abierto camino, ese chico de mirada profunda, cristalina y oscura. Él era de la nación del Fuego, un ambu de la Hoja, amigo y compañero de equipo de su amor platónico Naruto. Eso los convertiría en un futuro, en enemigos, pero si conseguía aprovechar la oportunidad que la Guerra le ofrecía, sobrevivían y los lazos creados eran tan fuertes que costaran romperlos, tendrían una oportunidad.

 

Los preparativos para la batalla eran largos, quedaba poco tiempo pero el suficiente para ultimar detalles y de paso intentar localizar al moreno que le robaba el aliento. Quería conocerle, saber hasta el último dato del chico, pasar tiempo con él y dejar que pasara lo que tuviera que pasar. Lo primero sería saber su nombre.

 

El comité de kages que dirigía a los ninjas decidió por unanimidad final que los dos Jinchūrikis con los que Madara no se había hecho, Hachibi y Kyūbi, serían escondidos y  puesto a salvo sin informales a los impulsivos susodichos de que les apartaban de la batalla. Ambos eran muy cabezotas, si se enteraban, tendrían problemas para controlaros y evitar que intervinieran en la Guerra. Usaron la escusa del entrenamiento especial para controlar al Kyūbi como tapadera. Antes de que se fuera a su “entrenamiento especial”, Gaara quería hablar y tomar unas copas con Naruto, así podría hablarle sobre su compañero, lo mejor sería llevarle a un sitio donde estuvieran cómodos y tranquilos, disimuladamente le iría sacando información. El restaurante elegido fue el Ichiraku Ramen, dónde si no.

 

Teuchi y Ayame regentaba el lugar, eran sumamente simpáticos, se pusieron muy contento de ver a su mejor cliente, el héroe de Konoha con el líder shinobi de la nación del Viento. Para poder hablar tranquilamente, se sentaron en un rincón donde nadie les molestara. Allí los tazones de ramen y los tragos de sake iban y venían a doquier. Naruto no aguantaba demasiado bien las bebidas alcohólicas, fue fácil emborracharle y sacarle información. Descubrió que el moreno de sus sueños se llamaba Sai, nombre que había tomado para formar parte del Equipo 7 ya que al ser un ambu sus identidades se borraban, eran armas humanas; le apasionaba pintar, cosa que siempre que podía hacía; tenía unos 16 años y perteneció a una rama secreta de los ambus dirigida por Danzō, Raiz, donde se crió y se le condicionó a no tener personalidad, relaciones personales o sentimientos. El rubio le dijo que cuando ingresó al equipo 7 tuvieron sus rencillas, chocaban demasiado por su parecido a Sasuke y lo desvergonzado de sus palabras, pero que había encontrado bajo esa personalidad crispante exterior a un chaval falto de cariño, amable y generoso en su interior, la cual, había que raspar mucho para encontrar. Ahora, Sai intentaba demostrar que podía borrar el acondicionamiento que le hicieron desde niño y mostrar el estupendo ser humano que era. Ya no sonreía tan falsamente y leía muchos libros para investigar el comportamiento humano, las relaciones interpersonales y los sentimientos; tomándose todo demasiado literalmente y consiguiendo muchos malentendidos con sus amigos.

 

El kazekage se sentía cada vez más atraído por ese chico, cada cosa que descubría le hacía sentirse más cercano y entender que es lo que había visto en él. Su personalidad y la de Sai eran afines, ambos crecieron antes de tiempo, fueron usados por personas cercanas y les robaron su humanidad. El relacionarse con ese ninja impredecible les había devuelto la felicidad y aquello que en su infancia echaron de menos sin darse cuenta, la humanidad. Sai, quería conocerlo y lo haría, ya sabía donde vivía, en breve, se las apañaría para un encuentro.

 

Su cita con Naruto fue perfecta, había conseguido lo que pretendía aunque no contó con dos cosas. Una, cuando su amigo se emborrachaba era un borracho cariñosamente melancólico con la lengua muy suelta, descubrió algo que se imaginaba, el rubio amaba al Bastardo y con este con su comportamiento le estaba haciendo sufrir. La promesa que hizo a Sakura fue una excusa para enmascarar que se obsesionó con traerle de vuelta porque no podía vivir sin él. Además, no quería que al ser declarado traidor, le mataran, prefería tenerle con la pelirrosa que muerto. Pero cuando Sasuke se unió a los enemigos declarados de la aldea y quería destruir a todos, entraron en conflicto su amor por él y su amor a su pueblo. Causándole una inestabilidad interna que según se sumaba lo sucedido día tras día, aumentaba y terminó saliendo a la superficie aquel día como ataque de ansiedad. A pesar de después se encontró consigo mismo y tomó una crucial decisión, en el momento que enfrentó al moreno cara a cara. Sai le contó sobre un relato que leyó, Romeo y Julieta, y encontró que el único fin adecuado sería como el de aquella historia, morirían los dos y serían felices en el otro mundo sin venganzas ni nada.

 

Gaara se asustó de las palabras de su amigo, no quería que muriera por un bastardo que no le merecía. Tampoco quería seguir viéndole sufrir. Intento animarlo y quitarle de la cabeza esa descabellada idea. Aquí vino la segunda cosa con que no contó, bebió demasiado y no sólo Naruto estaba ebrio, él también. Sus ánimos no salían como quería, iban ambos por la calle de regreso a la casa del rubio con la incapacidad de coordinar los movimientos produciéndoles desequilibrios y a veces caídas.

 

El exceso de alcohol en la sangre tuvo otro efecto en el valiente kage de la Arena, una vez dejado a Naruto en su cama, sufrió una fase eufórica y de excitación. La euforia y la excitación le llevaron a la desinhibición y esta a una conducta impulsiva con la cual se presentó a deshoras de la madrugada en casa de ambu moreno.

 

Sai no se esperaba encontrarse con el kazekage llamando a su puerta, aunque deseaba reencontrárselo, a las 3 de la mañana tan borracho como una cuba. Su sorpresa fue mayúscula cuando al otro lado de la puerta vio que un pocas veces visto contento Gaara le llamaba, seguro estaba soñando, cerró la puerta de golpe y se metió en la cama para continuar ese agradable sueño. Gaara, encontró gracioso el comportamiento del ninja, se rió y quiso seguirle el juego. Él era el cazador y el otro su presa.

 

El kazekage sonrió, intentó no perder el equilibrio, cosa que le costaba una vida, y buscar una entrada al recinto. Le llevó poco rato descubrir una ventana abierta por el calor, seguramente la del dormitorio, el árbol de al lado le vendría muy bien para llegar. Trepó (se cayó varias veces antes de conseguir subir), hasta la ventana usando la rama, cuando llegó, activó las alarmas del ambu, poniendo a este en guardia ante un posible ataque. Gaara, se relamió y colocó en una postura sensualmente provocadora (sujetándose a la pared para no caerse ni hacer eses), captando la atención de un muy extrañado Sai que aun esperaba un ataque. El pelirrojo usando uno de sus jutsus, envolvió en una mano de arena al pintor, que intentó liberarse para luego dejarse llevar sin saber por qué, para atraerle a su posición y justo cuando estaba a un palmo suyo, cara contra cara, respiración agitada por ambas partes y un irrefrenable deseo del uno por el otro gracias a lo cargado del ambiente, se durmió. Gaara cayó al suelo sonriendo y comenzó a respirar fuerte, casi roncar, ante un asombrado y atado pintor, notando que no le quedaría otra que aguantar, se acomodó como pudo en el lugar, vigilando el sueño de su captor y suspirando, sería una noche larga.

 

-Fin capítulo dos-

 

Continuara...

 

 

 

 

Notas finales:

¿Qué os ha parecido? ¿reviews?^^


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