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Sexy, Naughty, Bitchy Mello por Kurumi2413

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Notas del capitulo:

Ok... Las ganadoras oficiales son Stefy y yayaoimatt ._./ Stefy dime la palabra para el one-shot...

Luz, a ti te dedicaré otro one-shot aparte... Ya te había dicho XD pero ahora que lo pienso, esa escena también quedaba ._. ...

Y a la otra chica que no me puedo aprender bien el nombre Dx igual dime una palabra, si se me ocurre algo lo escribo XDD 

Bueno, sin más, a leer XD

 

—¿Pasa algo? –Les preguntó, arqueando una ceja.

—Dijiste que ibas con Mello, ¿No? –Preguntó su madre. Matt asintió.

—¿Acaso no era con quién te estabas besando afuera? –Le preguntó su padre.

Matt abrió los ojos como platos, ¿Acaso los habían visto? ¿Qué debía decirles?

—Eh yo... –Matt observó al piso con el rostro rojo, sin saber que decir.

—Matt, di la verdad. —Su padre lo observaba con seriedad.

¿Cómo esperaban que les explicara todo libremente? Con la cara que lo miraban... Eso no le daba buena señal, aunque después de todo, tarde o temprano los descubrirían, ¿O no? Sin embargo, nunca creyó que eso pasaría tan rápido... ¿Cómo se habían descuidado así? Ni siquiera sabía lo que pensaban sus padres de los "no heterosexuales".

—¿Sabes? Siempre supe de tu bisexualidad, pero no creí que algo así sucedería. –La madre de Matt suspiró, mientras que por otro lado, su padre miró con sorpresa a su esposa.

Matt comenzó a temblar. ¿Qué significaba eso? ¿Era bueno o malo? Si de algo estaba seguro, es que nadie, ni siquiera sus padres, lograrían separarlo de Mello. Bastante habían tenido que pasar para aceptar sus sentimientos, y cuando por fin aclaraban las cosas, ¿Le venían con eso? No, definitivamente no lo aceptaba.

—No me alejaré de él ni aunque ustedes me lo ordenen. –Murmuró, aún mirando al suelo.

—No dijimos nada así. Hijo... Somos tus padres, sólo no queremos que sufras. –Matt alzó la cabeza, encontrándose con la mirada de su madre, que lo miraba con lo que parecía ser... ¿Tristeza? Por primera vez, la fulminó con la mirada y alzó la voz.

—¿Sufrir? Ha... –Soltó una risilla sarcástica y prosiguió hablando.– Podré sentir de todo tipo de emociones junto a Mello, pero, ¿Sufrir? Que equivocada que estás, madre. –La pelirroja abrió los ojos en señal de sorpresa ante la seguridad con la que hablaba Matt.

El padre de Matt no había dicho palabra alguna, en cambio, se veía pensativo.

—Lo que pasa es que biológicamente la mujer y el hombre fueron hechos para estar juntos, y si lo que tú sientes es sólo cariño o una muy fuerte amistad hacia ese chico, en el futuro sufrirás, Mail.– La mujer acercó su mano a la mejilla de Matt, sin embargo fue retira inmediatamente por el gamer.

—Uno no elige de quién enamorarse.–Espetó de pronto.

Matt se sentía una leve irritación. Es decir, puede que aún estuvieran bastante jóvenes para saber distinguir entre lo que es real o no, entre el deseo y el amor, pero él estaba más que convencido de lo que sentía. Nunca había sentido nada similar por nadie, nunca había querido tanto a alguien, nunca había deseado de esa forma a alguien, apenas y respiraba cuando veía sonreír a Mello, lo único que quería era verlo feliz y seguirlo hasta el mismísimo fin del mundo si eso era necesario. ¿Y le decían que era sólo amistad? No, no podía serlo. Eso para él sería como un insulto.

—¿Estás seguro que lo que sientes es verdaderamente amor y no sólo amistad? –Insistió su madre.

—Ya dije que sí, mamá. Más seguro no he estado en mi vida. –Aclaró, con firmeza.

—Bien... De acuerdo. –Suspiró. Matt abrió los ojos en señal de sorpresa. ¿Sólo había sido eso? ¿Así de fácil lo aceptó su madre?

—No... –Murmuró su padre. — Eso no puede ser, por favor, no seas tonto, Mail, ambos son hombres...–Puso una de sus manos en la sien y miró al gamer con detenimiento. Matt bufó y miró a su padre con enfado.

—Ya lo dije antes, ni aunque me trataran de alejar lo haría. –La pelirroja observó a el gamer. Nunca había escuchado a Matt decir algo con tanta firmeza, y si era cierto lo que decía, no podía hacer otra cosa más que apoyarlo.

—Mello es un buen chico, cariño.–Dijo, tratando de que su esposo entrara en razón.

—¿Y esa chaqueta? Tú no vistes así.–El hombre apartó su mano se la sien e ignoró lo que acababa de decir su esposa, fijando su atención en el chaleco que Mello le había prestado a Matt.

—Me la prestó Mello... –Murmuró, sonrojándose levemente. Al observar como sus padres arqueaban una ceja, continuó explicando.— Yo llevaba camisa de manga corta porque antes no hacía frío, pero Mello sí llevaba algo para cubrirse. Al darse cuenta que tenía frío, me la prestó, pero olvidé devolvérsela.–Al terminar de hablar, su madre sonrió.

—¿Lo ves? Ese chico cuida bien de Matt, se nota que de verdad lo quiere. Además lo acompañó hasta aquí...–La madre de Matt le sonrió a su esposo para transmitirle confianza, pero este sólo suspiró.

—De acuerdo... De acuerdo... Ustedes ganan... –Dio otro largo suspiro, aunque parecía no estar muy de acuerdo con la idea de que Mello y Matt salieran, lo había "permitido", a pesar de que Matt ni se molestó en pedirles opinión, pues ya había dejado en claro que independientemente lo que dijeran, no se separaría de Mello.

—Gracias.–Murmuró Matt. Sabía que para sus padres era algo difícil procesar esa información de un momento a otro, por lo que estaba realmente agradecido con ellos. Estaba consciente de que pudo ser peor, puesto que en la mayoría de los casos los papás reaccionan mal al saber algo como eso. Por un instante se preguntó, ¿Cómo reaccionarían los padres de Mello si todavía estuvieran con vida? Sinceramente, él pensaba que de no muy buena manera.

Les sonrió sinceramente a ambos y se dirigió a su cuarto para dormir. Cayó rendido en la cama de un momento a otro, y sin darse cuenta, se durmió abrazando la chaqueta de Mello, aspirando su aroma, que sólo lograba relajarlo.

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Matt bajó de forma perezosa a desayunar. Odiaba los lunes... Eran el peor día de la semana, lo único bueno sería que dentro de poco llegarían las vacaciones de semana santa, y por otro lado, eso también era malo. ¿La razón? Siempre viajaban al pueblo donde vivían sus abuelos, y si viajaban significaba que no vería a Mello por dos semanas hasta regresar a clases...

Una vez que se sirvió cereal en un plato, se dirigió a la mesa y se sentó junto a su madre y su padre. Comenzó a comer en silencio y con calma, hasta que su carraspeó para llamar su atención.

—Matt, hijo, estaba pensando... –Matt arqueó una ceja y dirigió su vista hacia su madre. Esta prosiguió hablando.— ¿Por que no invitas a Mello a la casa? Es decir, para hablar sobre "ustedes"... –Al escuchar lo que acababa de decir su madre, Matt casi escupe el cereal, tosió varias veces y por fin pudo hablar.

—¿Qué? –El gamer se sonrojó y observó a su madre con incredulidad.

—Además, las veces que ha venido tu padre no ha estado aquí en casa, ¿No crees que es buena idea? –Sonrió.

—¡No! –Dijeron al unísono Matt y su padre.

—¿Por qué no? Si vendrá, no es posible que no conozcas a la pareja de tu hijo. –La pelirroja miró a su esposo con reproche, este sólo suspiró.

—Sería vergonzoso... –Murmuró Matt, con las mejillas levemente rojas.

—Nada de eso. –Los reprendió a ambos. —Si vendrá y punto. Mail, dile que el viernes por la tarde. ¿De acuerdo?

—Está bien, está bien... –Suspiró. No había más remedio... Si su madre lo decía, era casi imposible convencerla.

—Más vale que no sea un motociclista. –Dijo el padre de Matt.

—¿Motociclista? –El pelirrojo arqueó una ceja.

—Lo digo por su chaqueta.

—No lo es, papá. –Matt rodó los ojos y una vez acabó su desayuno, se levantó de la mesa y tomó su mochila.

—¡No olvides decirle a Mello lo del viernes! –Le recordó su madre, mientras sonreía.

—Ahá... –Murmuró el gamer, y seguido, salió de su casa rumbo a la escuela.

¿Cómo le explicaría a Mello? Además, le preocupaba la actitud de su padre y el como tratara a su "amigo". ¿Y si este se espantaba de sus padres? Conociéndolos, no sería la única vez que lo invitarían. Y para su padre, más que visita era un "interrogatorio", sabía que a Mello no le gustaba hablar sobre su pasado y temía que le preguntara demasiadas cosas personales, lo menos que quería era hacerlo sentir incómodo.

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—¿¡QUE TU MADRE QUÉ!? –Tenía que ser una broma... Eso no pudo pasar de verdad, no, se negaba a creerlo. Mello comenzó a dar vueltas en círculos, mientras el gamer lo miraba con una sonrisa nerviosa.

—Calma... No es tan malo, ¿O sí? Por lo menos lo aceptó bien, malo fuera que hayan hecho un escándalo por eso. –Le puso una mano en el hombro al blondo y una vez se tranquilizó un poco, siguieron caminando por las calles.

—¿Y cuándo tengo que ir? –Preguntó Mello, con el ceño fruncido.

—El viernes por la tarde... Eh, había olvidado decirte, también estará mi padre... –Le sonrió nerviosamente y seguido observó el suelo. Conocía a Mello... Y su reacción no sería la mejor de todas.

—¿¡Tu papá!? –Espetó. Un escalofrío le recorrió el cuerpo, conocía a Angie, la madre de Matt, pero a su padre... No tenía ni la menor idea de cómo era, y eso en parte aunque no lo admitiera, le asustaba un poco.

—Puede que sea algo duro al principio, pero estoy seguro que le caerás bien una vez que te conozca. –Levantó la mirada y le dedicó una sonrisa sincera al rubio, de esas que sólo él sabía dar y volvían loco a Mello.

—De acuerdo... –Suspiró. Matt le sonrió con ternura, haciendo que Mello se sonrojara levemente. ¿Por qué se ponía así con tan sólo verlo sonreír? Pero era inevitable... Definitivamente esos sonrojos habían llegado para quedarse.

Siguieron caminando en silencio, hasta que llegaron al punto donde los caminos debían de separarse.

—Nos vemos mañana. –Matt le sonrió dulcemente a Mello y cuando estaba apunto de seguir caminando, Mello llamó su atención.

—¡Espera! —Volteó a los lados fugazmente cerciorándose que nadie se encontraba mirando, y sin pensarlo dos veces, le plantó un beso en los labios al pelirrojo.

No había pasado tanto tiempo desde la última vez que lo besó, sin embargo, a ambos si les pareció demasiado tiempo. Sin querer separarse, se alejaron, mientras Matt sentía sus mejillas arder y observaba las de Mello, que estaban en la misma condición.

—Nos vemos. –Carraspeó, y con las mejillas aún algo sonrojadas, comenzó a caminar del lado contrario del camino que Matt tenía que tomar.

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El blondo no se permitiría admitirlo, pero había estado nervioso toda la semana. ¿Cómo sería el padre de Matt? ¿Por qué querían volver a verlo? Quería dar una buena impresión pero... Tampoco actuaría de una forma diferente a cómo él era, o se vestiría con ropa formal, nada de eso. Él se comportaría como es y punto. No tenía caso fingir ser algo que no era. Por fin había llegado el día... Era viernes y se acercaba la hora.

Se encontraba frente a su armario con sólo una toalla en la cintura. Se acaba de bañar y se disponía a vestirse, comer algo ligero y después iría a la casa de Matt. Estando algo, por no decir bastante nervioso, sacó un conjunto de ropa y se cambió. Este constaba de una camiseta negra de manga larga con algunos detalles rojos, pantalones negros "algo" ajustados y converses negros con blanco.

Una vez ya listo, comió un sandwich que se había preparado, con demasiados pensamientos rondándole en la cabeza. ¿Le harían preguntas? Odiaba que le preguntaran sobre su vida privada. Al único que le contaba sobre esas cosas, era a Matt. Verdaderamente confiaba en el pelirrojo, pero se sentiría incómodo al tener que darle explicaciones sobre su vida a esas personas. Tal vez porque era demasiado desconfiado, ya que nunca le contó a nadie cosas "personales". Sin nada más que hacer en su departamento, salió caminando rumbo a la casa de su pareja.

Siempre se lo preguntaba, "¿Por qué?" ¿Por qué era tan difícil encontrar a alguien que se preocupara, y que en verdad tuviera buenos sentimientos, cuando por otro lado era fácil encontrar a alguien que quisiera verle destrozado, débil, indefenso y sólo con malas intenciones? Esa, era la duda que había tenido durante toda su vida, desde que sus llamados "amigos" decían "siempre" y al final fueron los primeros en abandonarlo. ¿Cómo no tener miedo y querer cerrarse en sí mismo, después de todas las cosas dolorosas por las que pasó? La agresividad, es signo de inseguridad, algo que llevó desde siempre, temiendo verse débil, cada vez se fue volviendo más y más agresivo, para así volverse a cerrar, y no abrir de nuevo su corazón a nadie, alejando a cualquier persona que quisiera acercarse con esa agresividad típica de él, y luego preguntaban la razón de su comportamiento, sin darse cuenta de lo mucho que había sufrido anteriormente, cuando sólo se lo guardó en silencio.

Pero las cosas habían cambiado. Desde que sus padres y abuelos murieron, e ingresó a la secundaria, había cambiado bastante. Trataba de convivir con los demás, pero su esfuerzo siempre fue en vano. A pesar de tener a todas las chicas de la escuela a su merced sin importar el grado, siempre se sintió así, sólo. Lo único que deseaba pero nunca admitió, era tener un verdadero amigo. Y de alguna forma, por una razón que él y sólo él comprendía, sentía ese deseo de acercarse a Matt una vez más. ¿Recordaría aquellos tiempos cuando eran niños? Al parecer, no, pues desde que se volvió "popular" parecía odiarlo. Hasta que lo logró... En su último año de secundaria, por fin había ganado la amistad de aquel pelirrojo tan peculiar. Pero sus verdaderos sentimientos no tardaron en salir a la luz... Y vaya que se sentía feliz. Había olvidado por completo lo reconfortante que era ese sentimiento. Porque cuando estaba con Mail, se sentía completo, seguro, querido. Ahora, sólo tenía que demostrarle todo eso a sus padres. Darles por seguro que en verdad lo amaba y haría cualquier cosa por él, que lo cuidaría con su propia vida si era necesario. Como bien sabía, no diría eso directamente, pero encontraría la forma de demostrarlo de alguna manera.

Con todos esos pensamientos en su mente, no se dio cuenta cuando había llegado. Y ahí estaba, parado frente a la puerta de la casa de Matt. Suspiró, y con el corazón en un brinco, tocó el timbre.

Para su suerte, quien abrió la puerta no fue Angie, ni su esposo, sino Matt. Le abrió la puerta y con una sonrisa, lo invitó a pasar.

—Mis padres están en la cocina preparando té y "charlando", en un momento vienen. –Matt pudo notar desde lejos el nerviosismo de su "amigo" rubio, pero no dijo nada respecto a eso. Prefirió quedarse callado, pues sabía cómo reaccionaría.

—Eh, de acuerdo... —Observó de la casa, y a pesar que ya la había visitado en ocasiones anteriores, nunca se fijó verdaderamente en los detalles. La sala estaba separada de la cocina por una puerta, y había varios cuadros con pinturas bastante bonitas.

Estaba tan distraído que mientras caminaba hacia uno de los sofás para sentarse a esperar, no se fijó en el tapete que había en el suelo, y por consecuencia, tropezó y cayó al piso. Todo parecía pasar en cámara lenta. Matt, quien se encontraba frente a él, trató de sostener a Mello antes de que cayera al suelo, pero se vino abajo junto con él. El rubio, por su parte, recargó por instinto sus manos sobre el suelo, evitando así, aplastar a Matt. Sin embargo... Se encontraban en una situación por demás bizarra.

Escucharon el sonido de algo quebrarse cerca, y voltearon instintivamente, encontrándose con los padres de Matt con los ojos abiertos como platos, y en el suelo, dos tazas de té quebradas. Inmediatamente se levantaron del suelo con los rostros completamente rojos, esa era una situación que se podía malinterpretar fácilmente.

—¡No es lo que parece! Eh... Nosotros... Es que... –Matt se sobó la cabeza con el rostro ardiendo, por su parte, Mello lo fulminó con la mirada. Ese intento de "explicación" sólo volvía más bizarra la situación.

—Lo que pasa es que me tropecé con el tapete, Matt trató de sostenerme para que no cayera, pero ambos nos vinimos abajo. –Explicó Mello, con el rostro aún levemente rojo.

—Oh.. Entiendo. –Angie, la pelirroja, les sonrió a ambos. Al parecer, ella había comprendido, pero el rostro de su esposo hacía parecer que no cambiaría de opinión.

—¡Eso no pudo haber sido un accidente! ¿Acaso quieres abusar de mi hijo? –Fulminó a Mello con la mirada, cabreando a este al instante.

—Escúcheme bien... Fue sólo un accidente, ¿De acuerdo? Que usted quiera creer otra cosa no es mi problema. –Rodó los ojos y fulminó con la mirada al hombre.

—¿Quién te crees, niño? –Estaba retando a Mello. Eso sólo significaba una cosa... Problemas.

—La pareja de su hijo, "señor". ¿No cree que debería de tratarme con más amabilidad? –Le sonrió de forma burlona al padre de Matt, y este sólo se enojó aún más.

—¡Para nada! Tú eres quién debería respetarme, niño. –Se cruzó de brazos y siguió observando a Mello con mirada retante.

—Claro, pero ustedes fue quien comenzó, yo intenté ser amable. –Sonrió de lado y sin esperar respuesta del hombre, se sentó en el sofá.

—A mi no me vengas con eso si...–Antes de que pudiera completar la frase, Angie y Matt le lanzaron una mirada fulminante como señal para que se callara. El hombre suspiró y después de contar mentalmente hasta 10, trató de calmarse.— Mi nombre es Chris. Y dime, niño, ¿Trabajas en algo? –Preguntó, observándolo fijamente.

—A veces cuido a los hijos de la vecina los fines de semana, y no me diga niño. –Matt se sentó a su lado y por otra parte, Chris y Angie en un sillón que estaba al frente.

Chris se tapó la boca para no reírse, Matt al observar eso, le lanzó una mirada molesta.

—¿Cuál es tu promedio? –Preguntó, poniendo una sonrisa de lado.

—Nueve punto nueve. –Sonrió de forma orgullosa y a la vez con burla, seguramente Chris había creía que el promedio del rubio era más bajo, pero le demostró que no era así.

—Hmm... Impresionante. –Admitió, sin embargo, no se rendiría fácilmente.— ¿Y quién de los dos sería el pasivo? –Matt y Mello se sonrojaron al instante.

—¡Chris! –Lo reprendió Angie.

—¿Qué? Tengo derecho de saber eso. –Se cruzó de brazos y fijó su vista en Matt. —Espero que tú seas el activo, cuando "eso" llegue suceder, Mail. –Mello trató de contener su risa, y por su parte, Matt lo miró sonrojado. ¿Por qué se reía? ¿Qué insinuaba?

—Sí claro... Matt como activo... Siga soñando, viejo. –Murmuró Mello, y para su suerte, sólo Matt lo escuchó por la cercanía.

—¡Oye! –Le reclamó el pelirrojo, haciendo un puchero.

—Tranquilo cachorro, eso todavía no sucede, así que no te preocupes por eso. –Colocó sus brazos detrás de la nuca y le sonrió a Matt de forma divertida. este sólo se sonrojó aún más y miró al piso para tratar de ocultar su tono carmín en las mejillas.

—Que bien que hayas venido, Mello. –La pelirroja le sonrió y en los labios de Mello se formó una media sonrisa.

—Sabe, me sorprende que haya "aceptado" nuestra relación, no muchos padres lo hacen. Matt tiene suerte de tenerlos a ustedes. –Miró de forma nostálgica a Angie, y ésta se dio cuenta al instante.

—Ésta es tu casa, no te preocupes. –Le dedicó una sonrisa sincera al rubio, transmitiéndole confianza. Matt levantó la vista y también le sonrió a Mello.

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Entre charla y charla, el tiempo se les había ido bastante rápido. Sin que se dieran cuenta, ya habían dado las 9:30 de la noche. Justo cuando Mello iba a salir para ya dirigirse a su departamento nuevamente, Chris lo detuvo.

—Aguarda, niño. Una última cosa. –Mello arqueó una ceja y el hombre prosiguió. — Tú... ¿De verdad amas a Mail? –Preguntó. El rubio volteó su vista hacia Matt, quien se encontraba hablando con su madre sonrientemente, y sin dudarlo, le respondió.

—De verdad lo amo.—Sonrió tímida pero sinceramente, y el hombre soltó un suspiro.

—De acuerdo... Te creo, pero cuídalo bien. –Al escuchar esas palabras, Mello le dedicó una sonrisa al hombre en señal de agradecimiento.

Ya que estaba por salir, algo lo detuvo nuevamente. La diferencia, es que esta vez había sido Matt.

—¡Espera! –Caminó a paso apresurado hacia Mello, y lo acompañó hasta afuera. Una vez ahí, le plantó un beso en los labios. Ya no importaba que sus padres los vieran, así que ninguno se preocupó por eso, y simplemente disfrutaron del cálido contacto.

Una vez se separaron, Matt observó a Mello. Tenía la cara completamente roja.

—Te ves lindo así. –Le sonrió.

—¡No digas eso! ¿Sabes? Soy un chico, y que te digan eso no es un buen halago. –Volteó hacia otro lado para ocultar su sonrojo, pero no servía de nada, sabía que Matt se había dado cuenta de todas formas.

—Pero es que es verdad... –Murmuró, y antes de que el rubio dijera otra cosa, prosiguió. — Bueno, ¿Nos vemos mañana? –Le dijo sonriente.

—Claro. –Respondió. Matt le sonrió dulcemente, y sin más, el rubio se retiró.

Notas finales:

Fran, lo siento por tardarme ;-; tuve unos problemitas familiares y por eso me tardé, pero son las 5:34 de la mañana, y sí, me desvelé con tal de acabar esto. XD 

Ok... Para las que están como de "¿Qué carajos?" les explico, no quería que fuera el típico cliché de "sepárte de él o te desheredo D:<" ._. ...Así que por eso puse que los padres de Matt sí lo aceptaban, pero como estoy consciente de que no todo en la vida es rosa (?) (wtf XD) por eso puse al papá de Matt más "duro" XD 

En fin, yo tenía más que decir, pero se me olvidó porque me comencé a marear y apenas ahorita que se me pasó edité para escribir esto...

Bueno... Nos vemos~ 

 

PD: ya recordé ._. que muchas de mis lectoras me agregaron a fb... Y pude hablar con ustedes y conocerlas mejor... No saben lo feliz que me hacen ;w; 

Fran... Tú también dime una palabra para un one-shot.... Te quiero compensar con algo el que me tardara ;__; y aparte porque te quiero dedicar uno a ti también (? XD 

Ahora sí... Nos vemos~


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