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Sexy, Naughty, Bitchy Mello por Kurumi2413

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Notas del capitulo:

Bueno... Aquí con el siguiente capítulo =.o... 

No tengo mucho que decir, da flojera poner notas en varias páginas, y ya puse en fanfiction XD 

 

Sin enfadarlos mucho, a leer si es que quieren (? 

Advertencia (? : Probablemente bastante drama XD 

 

Era un día soleado aunque igualmente frío, era de esos meses fríos pero despejados, no había señal alguna de lluvia, a pesar de que era temporada. El sol ya se colaba por la ventana que había en la habitación de Matt, quien dormía plácidamente sin preocupaciones. Había pasado un tiempo desde que salió corriendo para que Mello no notara su "problema" al verlo comer chocolate, lo peor del caso para él, había sido que inventó la peor de las excusas. Le había dicho que había olvidado algo en la estufa desde esa mañana, pero por lógica, Mello no le creyó. Ya se habría quemado la casa de ser así, o por lo menos la cocina.

El despertador sonó, eran las 8:00 A.M. Matt lo apagó con molestia, y se levantó poco a poco con pereza de la cama. Bostezó y estiró los brazos, por suerte ese día no iría a clases pero... Había algo más que tenía que hacer... Solo que no lograba recordar que era.

Cuando logró despabilarse un poco más, observó la mochila junto a la casa de acampar que tenía junto a su cama, y entonces recordó. ¡Tenía que ir a un campamento que organizó la escuela!

Abrió los ojos como platos al recordar que acordaron llegar desde las 7 de la mañana para desayunar ahí y comenzar con las actividades desde temprano, además que le había tocado con Mello... El rubio seguramente lo regañaría por llegar tarde.

Se cambió de la forma más rápida que pudo y salió de su casa corriendo con las cosas que llevarías en sin siquiera avisarle a su madre que ya se iba, si no se apresuraba Mello se enfadaría con él, más aún porque le había tocado llevar la casa de campaña y se suponía que la armarían temprano para ya dejarla lista.


Llegó jadeando por el cansancio producido, con la mirada fulminante de Mello sobré él, todos ya se encontraban desayunando y con las casas de campar armadas, Mello era el único que no estaba con el resto, probablemente esperando a Matt.

-Al fin llegas, idiota. -Dijo Mello, con molestia. Sacó una barra de chocolate de su bolsillo, le quitó el envoltorio fácilmente y le dio un mordisco brusco.- ¿De nuevo olvidaste algo en la cocina y esta vez si se quemó tu casa? -Preguntó Mello, en forma de burla.

-Pues lo siento, "princesa". Me quedé hasta tarde hablando con "alguien" en internet. -Matt sonrió de lado mirando a su amigo, quien se sonrojó leve y fugazmente.

-Eso significa que dormimos lo mismo, pero yo si llegué temprano a pesar de eso, no te quejes. -El rubio le arrebató la casa de acampar para comenzar a armarla.

Y era cierto, ambos se habían quedado hablando por internet hasta altas horas de la noche, hablando sobre cosas nada importante, pero que siempre les sacaban una sonrisa. Si no fuera porque comenzó a llover, ninguno hubiera dormido solo para quedarse.

-¿Cómo mierda se arma esto? -Preguntó Mello con molestia, intentando unir las varillas, sin mucho éxito.

-No lo sé...

-¿¡Cómo que no lo sabes!? ¡Es tuya! -Exclamó, irritado.

Después de intentar aproximadamente por 15 minutos, se rindieron.

-¡No hay forma, esta mierda no sirve! -Mello pateó su intento de armarla, una varilla se encontraba salida de su lugar, y las otras demasiado apretadas, como si fueran a echar abajo todo, incluso uno de sus profesores que iban para "vigilar" observaba con ganas de reírse su patético intento de armarla. -Tsk... -Matt miraba con una sonrisa nerviosa como Mello seguía pateando la casita, hasta que una de las varillas flojas se salió de su lugar, dándole a Mello en la muñeca, causándole una herida de la que pronto comenzó a brotar sangre.

-¡Mello! -Matt rápidamente fue hacia donde estaba su amigo, y al observar como salía la sangre, no pudo evitar preocuparse.

-¡Mierda! -Se quejó Mello, haciendo una mueca de dolor. Se tomó con la otra mano su muñeca para evitar que saliera aún más sangre,

mientras el pelirrojo fue por un botiquín de emergencias, que de suerte traía.

-¿Estás bien? -Preguntó Matt, comenzando a vendarle la muñeca a Mello.

-No es nada. -El rubio solo se dejó vendar, pero se sentía ridículo. De niño, siempre cuando se cortaba o algo por el estilo, siempre era él el que se curaba las heridas, de no muy buena forma. Matt era la primera persona que se preocupaba y lo ayudaba, y eso le causaba un sentimiento que no sabía como describir, solo decía que era "extraño". Agachó levemente su cabeza y se ruborizó, al sentir su cara arder, no hizo más que enojarse, se sentía patético, realmente parecía una maldita colegiala enamorada, lo peor del caso, es que no podía evitarlo.

-Me alegro que no sea nada grave... -Murmuro Matt, terminando de vendarle la herida a su amigo. Mello se observó la muñeca, estaba perfectamente bien vendada, demasiado en comparación de los trapos que él se ponía cuando pasaba algo así.

-Idiota. -El rubio alzó la cabeza, tratando de seguir viéndose firme como siempre, sin demasiado éxito, pues seguía sonrojado, y eso no pasó desapercibido por Matt, el pelirrojo arqueó una ceja y siguió observando a su amigo.

Alice, que recién había terminado de desayunar, se acercó hacia los dos chicos, observando con ganas de reírse su casa de acampar. Ella los había puesto a propósito juntos, era una buena oportunidad para que Mello intentara confesárselo a Matt.

-Ehh, chicos... ¿Necesitan ayuda? -Preguntó, a lo que solo asintieron con cansancio, al parecer, ambos estaban hartos. -Miren, esto va aquí y después se pone aquí...

Alice terminó de armarla en solo 5 minutos, Mello y Matt observaron incrédulos lo que veían.

¡Era demasiado pequeña! En comparación con las demás, esa más bien parecía una casita individual. Pero... Eso significaba que tendrían que dormir muy juntos... Por la mente de ambos adolescentes pasaron cosas no muy sanas a las que rápidamente se sonrojaron, y Alice, al estar junto a ellos, claramente lo notó.

-¿Por qué no entran para probar que si caben...? -La pelinegra sonrió, sin embargo al intuir lo que pensaban, tenía que aguantar las ganas de reírse.

-Ehh.. Sí... -Balbuceó Matt.

Mello sonrió con picaría mientras ambos entraban, y una vez adentro... Bueno... Por lo menos no hacía tanto frío. De no ser porque estaban volteados, seguramente se sonrojarían por la cercanía.

-Es algo incómodo... -Dijo Matt, tratando de hacer movimientos estratégicos para ponerse en posición como si fuera a dormir.

-Es tú culpa por traer esto. -Mello lo imitó, hasta que ambos quedaron viendo hacia el techo de la pequeña casita.

-Pues lo siento, "princesa" ,pero no tenía otra. -Matt volteó su cabeza en dirección hacia donde estaba Mello.

-¡No me digas así, maldita sea! ¡Además... -Mello también volteó su cabeza, encontrándose con la cara de su amigo a escasos milímetros.

Ambos de sonrojaron al observar la cercanía, se miraron a los ojos por unos segundos que les parecieron eternos, segundos en los que a Mello le dieron ganas de besar a su amigo. Estaban tan malditamente cerca, que podían sentir sus respiraciones chocar, ¿Cómo no tener deseos de besar esos labios que parecían tan suaves? Pero no podía... No aún.

Mello se levantó y salió de la casita, no quería besar a Matt de un impulso. Matt lo siguió, suspirando. ¿Por qué se había sonrojado? Mello solo era su amigo... Y a pesar de que siempre se lo repetía, en el fondo sabía que sentía algo más.


Después de hacer diversas actividades, por fin empezaba a oscurecer. Habían hecho juegos como jalar la cuerda, encestar la canasta, carreras de costales y cosas por el estilo. Matt no quiso participar, en cambio, prefirió quedarse en una banca jugando videojuegos, o observando a Mello competir y como las chicas le gritaban para apoyarlo, el pelirrojo ya estaba aburrido, ¿Es qué no harían nada más interesante? Para su suerte, dentro de poco verían una película de terror y después sería la cena, por lo menos esperaba que la película fuera buena.

Por otra parte, no podía olvidar lo sucedido en la casa de campar, estaban tan cerca... Un poco más y podía haber probado esos labios que parecían tan tiernos y sueves... ¿En qué pensaba últimamente? Él era un chico, y Mello también, eso no podía pasar, no tenía lógica lo que estaba sintiendo, pero ahí estaba, aunque quisiera converserce a sí mismo de que no.

Pero... Había algo extraño ahí, ¿Por qué Mello se comportaba tan extraño últimamente? Esos sonrojos que invadían su cara solo cuando se encontraba con él, sus celos tan notorios, y ese comportamiento que no sabía como explicar. ¿Y si tal vez le gustaba a Mello...? Un escalofrío recorrió su cuerpo y un sonrojo se adueñó de sus mejillas, eso no podía ser. Mello era... Mello... No podía gustarle alguien tan patético como él, que solo se dedicaba a jugar videojuegos y a no hacer nada.

A pesar de que se negaba a creer eso, ¿Qué si tal vez si era así? La curiosidad lo carcomía, y en el fondo tenía un deseo inexplicable de que así fuera. Tenía que preguntarle a Mello, no podía seguir más tiempo con esa duda, definitivamente lo haría.

El llamado por altavoz de uno de los profesores lo sacó de sus pensamientos, ya era hora de ver la película. Se dirigió a la sala de multimedia, que era donde había un proyector, y era lo suficientemente grande para que todo el grupo pudiera entrar.

Mientras caminaba, buscó a Mello con la mirada, hasta que lo divisó a lo lejos, hablando con Alice.. La chica si le caía bien, ¿Entonces por qué ahora le irritaba? ¿De qué tanto hablarían? ¿No se suponía que él y Mello eran amigos? ¿Por qué no quería decirle?

Con esas preguntas rondando su mente y volteando hacia otra dirección, no se dio cuenta cuando tropezó. Parecía que todo sucedía en cámara lenta, Near caía al piso y Matt justo arriba de él, debido al impacto, los labios del pelirrojo chocaron con los del albino accidentalmente.

Near se sonrojó, tenía la cara ardiendo, a pesar de que sabía que eso solo fue un descuido del gamer, no podía evitar que la sangre se le fuera a las mejillas.

Desde otra esquina, Mello abrió los ojos como platos, observando incrédulo. Alice, al notar a que se debía la sorpresa del rubio, suspiró con pesadez, "Seguramente solo se cayeron y Mello malinterpretará las cosas..." pensaba.

Mello sintió como si mil agujas atravesaran su pecho, era la sensación más horrible que había sentido en su vida. Sin ánimos de seguir hablando con Alice, o de ir a ver una estúpida película, se marchó del lugar. Escuchó como la pelinegra lo llamaba, pero siguió andando sin hacerle caso. Fue hacia la cancha y se sentó en la parte más alta de unas gradas. Al estar al aire libre, se podía observar el cielo ya oscuro, lleno de estrellas.

Sacó un chocolate de su bolsillo, le quitó la envoltura y comenzó a comerlo. Sentía una sensación demasiado extraña, el estómago se le revolvía, tenía un nudo en la garganta y además la extraña necesidad de estar suspirando pesadamente a cada rato, como si el aire le faltara. Se sentía completamente patético, estaba enojado con Matt por esa razón tan estúpida... No tenía siquiera derecho a sentirse así, Matt podía hacer lo que quisiera, él ni tenía por qué opinar.

Por otro lado, Matt se levantó apresuradamente del suelo, alcanzando a ver cómo Mello lo observaba incrédulo, y después se marchaba del lugar. ¿Por qué reaccionó así?

-Near, sabes que esto solo fue un accidente, ¿Cierto? -Preguntó el gamer, sobándose la cabeza y observando a Near.

-Lo sé. -Contestó el albino con indiferencia, enrollándose un mechón de cabello en el dedo.

-Bien.. Me alegro que entiendas. -Matt sonrió forzadamente, no podía ocultar que le preocupaba Mello, su comportamiento ya era demasiado extraño, había llegado al límite, tenía que preguntarle ya.

Observó como Alice se acercaba a paso rápido hacia ellos, con expresión preocupada.

-Matt, creo que deberías ir con Mello. -Dijo, con clara preocupación en sus palabras.

-¿Por qué debería? No tiene razón para enojarse. -Exclamó Matt, arqueando una ceja, algo molesto. Estaba harto, Mello nunca le contaba nada, en cambio a Alice le decía todo, pero a él, que según era su amigo, no le quería explicar ni eso. Matt no se dio cuenta que descargaba sus celos hacia Alice en forma de enojo hacia Mello, aunque verdaderamente no lo estaba, quería hacerse creer a si mismo que así era.

-Near, ¿Puedes dejarme hablar con Matt a solas? -Preguntó la pelinegra, aún con preocupación.

-Está bien. -Dijo el albino, marchándose hacia su casa de acampar, pues no tenía ganas de ver esa película.

Una vez que Near se fue, Alice continuó.

-Sabes, mi confesión fue falsa, te veo como un buen amigo, pero nada más. -Admitió.

-¿Qué? ¿Por qué hiciste eso? Solo me usaste. -Matt estaba al límite de su paciencia. ¿Por qué Alice haría eso?

-Yo... No puedo decirte por qué... Pero... Tú lo descubrirás, solo... Ten algo de paciencia, todo a su tiempo... Solo trataba de ayudar a... -Alice decidió callar al observar la expresión enojada de Matt, nunca lo había visto de esa forma.

-¿Para ayudar a quién, Alice? ¡Suficiente tengo con el irritante comportamiento de Mello y que no me quiera decir ni una mierda! -Pateó con enojo la primera piedra con la que se encontró, y observó a Alice con ira.

-No quería que te enojaras... Deberías hablar con Mello, estoy segura que si vas con él y le preguntas si te dirá... -Dijo Alice, algo avergonzada. Tal vez la confesión falsa para darle celos a Mello no fue tan buena idea...

-¡Para que hablaré con él, si total no me dirá nada! -Pateó otra piedra y continuó hablando con enojo.- ¡Siempre lo supe! No debí involucrarme con él, yo tenía razón antes, solo es un idiota que juega con los demás... -Matt sabía que eso no era cierto, pero estaba tan molesto y a la vez celoso de Alice, que sus palabras simplemente salían, la situación lo había llevado a decir todo aquello, llegó a un punto que ya ni sabía con quién o qué estaba molesto, incluso él mismo se sintió un imbécil.

-No sabes lo que dices... Mello no es así... Él... -Alice agachó la cabeza con tristeza, Mello era su amigo, y le preocupaba lo que Matt estaba diciendo, aún más al saber los sentimientos del rubio hacia el gamer.

Matt abrió los ojos como platos, Mello se encontraba ahí, parado, detrás de Alice.

-Mello... Yo... -Matt se arrepintió inmediatamente de todo lo que dijo, ¿Por qué justo en ese momento le había dado ese impulso? ¡Era un estúpido! Alice volteó, y observó a Mello, que luchaba para tratar de verse firme.

-Cállate, creo que ya dijiste todo lo que tenías que decir. -Mello se dio media vuelta, y con paso firme, se fue del lugar.

-¿Y ahora qué harás, Matt? -Preguntó Alice, observando a Matt con algo de enojo, no se quería ni imaginar como se sentía Mello en ese momento.

-Yo... -Matt agachó la cabeza. -No se que dije... -Admitió, arrepentido.

-¿Todavía crees que no deberías hablar con Mello? -Preguntó, observando con preocupación la dirección en la que se había ido el rubio.

-Iré ya mismo. -Se sentía un idiota, tenía miedo de que Mello no lo perdonara, ¿¡Por qué había dicho todo aquello!? ¡Nada era verdad! -Gracias, Alice, y lo siento. -Matt le dedicó una sonrisa algo forzada a Alice, quién también sonrió tímidamente.


¿Por qué había ido con el pelirrojo? ...Claro, ya lo recordaba, había decidido confesarle todo lo que sentía... ¿Ahora que haría? Probablemente se quedaría solo de nuevo, sería la misma vieja rutina. No había explicación para todo lo que sentía, quería simplemente echarse a llorar como una niña a la que le acaban de quitar un juguete, pero se sentiría estúpido. Estaba aguantando con todas sus fuerzas no soltar unas cuantas lágrimas, hacía años que no lloraba, no quería hacerlo ahora. Suspiraba y suspiraba, ¿¡Por qué se había tenido de involucrar con Matt!? Más que nada, se sentía enojado con él mismo, gracias a sus estúpidos celos y actitud, había alejado a Matt.

Sintió como unos pasos se acercaban a él tímidamente, no quería voltear, no quería que fuera la persona que él creía... No... Si lo era se pondría a llorar ahí mismo... ¡Pero no podía! ¡Él no era así de débil!

-Mello. -Lo llamó esa voz que conocía como la palma de su mano, esa voz que había dicho todas esas cosas... -Realmente lo lamento... Yo... No quería decir esas cosas... -La voz de Matt sonaba como si se fuera a quebrar en cualquier momento, tenía un horrendo nudo en la garganta.

-¿Acaso no fue suficiente ya, Matt? -Dijo el rubio, volteándose en dirección al gamer, mirándolo fríamente.

-Nada de lo que dije era verdad... ¡Maldita sea, me siento horrible conmigo mismo! -Admitió Matt, escapándosele una lágrima rebelde que limpió rápidamente.

-¿Por qué decirlo si no es verdad? -Mello trataba de ser fuerte, quería perdonarlo ahí mismo, pero su maldito orgullo no se lo permitía.

-Estaba molesto con Alice, decir eso fue solo un impulso mío, pero... De verdad perdóname, sé que no lo merezco. -El pelirrojo agachó la cabeza con tristeza.

-Eres un idiota. -Mello sonrió de una forma que Matt nunca había visto antes.. Era.. ¿Tristeza? ¿Nostalgia?

-Estaba algo desesperado, tú no me contabas nada, en cambio, en cambio a Alice sí y.. Se supone que somos amigos... -Matt no supo como continuar.

-¿Quieres que te diga la razón? Pues aquí va. ¡Me molesta que te acerques tanto a Near, haces que me sonroje estúpidamente sin razón solo por verte sonreír! ¡Estás causando algo en mí que no se como explicar! ¡TE AMO Y NO LO ENTIENDES, MALDITA SEA! -Matt abrió los ojos como platos, ¿En verdad...? ¿Mello había dicho aquello...? Sintió sus mejillas arder y como si su corazón se fuera a salir, no sabía que hacer, estaba estático sin hacer ni decir nada.

Mello se levantó de la banca en la que estaba sentado, tomó a Matt bruscamente de la camiseta, y le plantó un beso en los labios.

Matt abrió los ojos aún más que antes y por su cara pasaron todo tipo de colores, desde rosa pálido hasta un rojo aún mas fuerte que su cabello, ¿De verdad eso estaba pasando...? Sintió algo que no sabía describir, totalmente distinto a cuando Alice lo besó, o cuando se cayó accidentalmente sobre Near, esa sensación era completamente diferente... Tenía ganas de quedarse así eternamente, sintiendo los cálidos y suaves labios de Mello.

Después de unos cuantos segundos, Mello lo soltó, provocando que su amigo cayera al piso. Sin saber que hacer o decir, se fue del lugar casi corriendo, dejando a Matt completamente atónito, sonrojado y confundido. ¿Y ahora qué...?


Mello se dirigió rápidamente a la sala de multimedia donde todos se encontraban viendo la película, buscó con la mirada a Alice. En ese momento mandó a la mierda el orgullo, no sabía que hacer.

La divisó sentada con Alison, una de sus amigas. Para su suerte, esta lo alcanzó a ver, y Mello le hizo señas con las manos indicándole que viniera.

Alice le dijo algo a Alison y fue con Mello. Ambos se sentaron en una banca que estaba en un pasillo algo escondido.

-¿Qué pasa? ¿Por qué tan rojo? -Preguntó Alice, arqueando una ceja.

-Yo.. Yo.. Le.. Le dije... Y después... Por un estúpido impulso lo besé... -Mello se cubrió su cara completamente roja con ambas manos, ya se imaginaba lo horriblemente estúpido que se veía de esa manera.

-¿¡Enserio!? -Exclamó Alice, emocionada. -¿Y qué pasó? ¿Dónde está? ¿Qué te dijo? -Preguntó.

-Me fui de ahí después de eso, no alcanzó ni a reaccionar. Estúpidos impulsos.

-Ya no hay nada más por hacer, solo esperar a ver que dice o hace, tú ya hiciste tu parte. -Mello se quitó las manos de la cara y miró a Alice, que le sonreía.

-¡No quiero dormir ahí, maldita sea! Será incómodo después de lo que pasó. -Mello observó como el pelirrojo se aproximaba hacia ellos, e inmediatamente se sonrojó.

Cuando Matt pasó por donde estaban ambos, se quedó observando a Mello unos segundos, con la cara totalmente roja, al igual que la de Mello. Alice solo sonrió.


La película terminó y todos se pusieron alrededor de una fogata que habían hecho los profesores, asando bombones, salchichas y cenando hamburguesas.

Matt decidió irse a la casita de campar para intentar dormir, mientras que Mello parecía que estaba en las nubes, varias chicas le hablaban a la vez, y él solo asentía de vez en cuando y respondía cosas como "Sí..." ó "Ahá..." a la única que le prestaba algo de atención, era a Alice, de las chicas, era la única que se podía decir que le agradaba.

Cuando se pusieron a contar cuentos de terror, decidió irse, no quería tener que estar oyendo esas historias, prefería quedarse en silencio, pensando y meditando.

Se sentó fuera de la casita que compartiría con Matt, y se dedicó a observar el cielo. ¿Ahora que haría? ¿Qué le diría Matt? ¿Había hecho lo correcto? Ese día pasaron demasiadas cosas de todo tipo... Observó la venda en su muñeca, y recordó cuando Matt le vendó. Inconscientemente se sonrojó levemente.

-¿No vas... a dormir? -Preguntó Matt, sacando a Mello de sus pensamientos. Al ver que su amigo no respondería, suspiró, y con resignación, trató de dormir, sin mucho éxito.

No podía dejar de pensar en lo que había pasado, ahora estaba más que seguro que Mello no era un simple amigo para él, sino mucho más, ¿Pero qué era? ...Quería volver a sentir esos cálidos labios sobre los suyos y... ¿Qué pensaba? A pesar de que se acomodó de todas las posiciones que se le ocurrieron para tratar de quedarse dormido, no pudo.

Resignado, decidió que era inútil tratar de dormir. Ni Mello ni Matt durmieron bien ese día, en cambio, se hundieron en sus pensamientos, sin darse cuenta cuando la luz del sol ya se asomaba poco a poco.

Notas finales:

Y... Es todo ._./ el siguiente capítulo lo publico, como ya es costumbre, el fin de semana que viene~ ya tengo ganas de escribirlo, será tierno sin ser empalagoso :33 

Nos vemos~


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