Cuando este personaje bajo del jet se subió en su auto bentley continental GTC color gris. Y lo arranco con dirección al hotel donde estaba aquel chiquillo.
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-¿cómo es que no lo han podido encontrar? Pero de verdad que son cucarachas inútiles es un chiquillo no pudo ir tan lejos- en eso le cayó el 20 –no pudo ir tan lejos eso es… eso mocoso no salió de hotel- camino a prisa pero al no escuchar a las incompetentes cucarachas detrás suyo, volteo y camino con mucha furia en dirección contraria. -¿Qué hacen ahí parados estúpidos animales ponzoñosos? Muevan de una vez esas patas de animal que tienen-
-lo sentimos jefe pero usted no nos dio la orden de que nos podíamos mover- le dijo otro unos de esos tantos brutos
-denme paciencia, porque huevos no me faltan para cargármelos a todos aquí mismo-
Después de eso todos salieron corriendo despavoridos para encontrar al chiquillo.
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Serizawa el jefe de jefes de los Yakuzas iba manejando su caro del año por la ciudad, la cual tenía un bonito paisaje vespertino, pero en su trayecto se topó con la presencia de un peatón que se había atravesado a la mitad la calle, lo que descoloco al conductor de aquel lujoso carro e hiciera que se frenara, espero hasta que este se había perdido por una calle oscura y de apariencia mugrienta.
Lo único que había visto de ese personaje fue su apariencia andrajosa y su larga cabellera azul atada en una coleta alta, sus ropas compuestas por algunos harapos, además de la rapidez con la que corría, era algo sorprendente. Y ante tal encuentro se quedó un poco desconcertado
Pero el ruido de unos pitidos de los carros que estaban atrás de él lo sacaron de su ensoñación.
Lo que quedaba del trayecto fue algo normal. De no ser por que seguía repitiendo aquella escena en su cabeza.
Al llegar al hotel se bajó y se encontró con unos de sus socios.
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El chiquillo por fin pudo salir del hotel sin ningún inconveniente pero ahora había un problema mayor.
[...Ryunosuke...]
-ya no puedo más.
Mi respiración estaba al mil, mis piernas dolían, mi cabeza no paraba de pensar en que debía aguantar pero mi cuerpo ya no podía, y de repente mis ojos vieron un callejo que para otros podía ser un lugar notablemente peligroso y por eso lo evitarían a toda costa pero para mí era como si se tratase de una luz al final del túnel, quería llegar lo más pronto posible a aquel lugar y no me importo lo demás, yo quería sobre vivir Así que cuando llegue al lugar me sentí tan aliviado porque ese era mi lugar, el lugar que este mundo cruel me dio y en el único que puedo sentirme parte de algo.
Estando ahí busque un refugio donde pudiese descansar lo suficiente como para recobrar un poco las fuerzas, para después poder escapar de los inconvenientes que se me presentaran. Puesto que por la conversación que antes había escuchado parecía ser que me estaban buscando para hacer algo importante.
[...normal...]
Los hombres llegaron al hotel pero no vieron al chiquillo lo cual desato una furia al jefe de todas esas malsanas alimañas.
-ahora sí que nos cortan los huevos y los hacen estrellados-
-eso no es cierto si a alguien se lo van a cargar, va a ser usted porque nosotros no tuvimos la culpa jefe de pacotilla- le contesto uno de esos tantos hombres
-en ese caso ahorita me los descuartizo a todos uno por uno que si se va unos todos se van, ¿me entendieron?-
En eso sin previo aviso llego el gran jefe llamado yamamoto (personaje inventado...), un señor como de unos 70 años, piel morena, como de 1.80, cabellos negros con las raíces plateadas, muestra de que ya no era un jovenzuelo, pero aún tenía una fuerza impresionante su perfecto e impecable traje negro, su peinado hacia tras gafas negras y con su puro en mano.
-mmm-un carraspeo y obtuvo la atención de aquellos hombres.
-buenas tardes Yamamoto-san- todo los hombres saludaron, pero solo uno se quedó en blanco. Mientras que él se fumaba su puro.
-¿qué hace aquí tan pronto?- le pregunto el que se había quedado blanco anterior mente
Exhalo el humo de su puro y respondió con esa voz tan gruesa -tuve que regresar antes de lo previsto- hubo una pausa larga y algo duradera donde solo había silencio. -¿Por qué tan callados? Parece como si un ratón les hubiese comido sus lenguas-
-ah… jaja…- soltó una risilla nerviosa y luego continuo con más calma- no es por nada-
-y ¿a quienes le van a cortar los huevos y hacerlos estrellados?- pregunto con una sonrisa maliciosa
-a no a nadie jefe- contesto con unas gotas de sudor muestra de su nerviosismo
-en ese caso muéstrenme al chiquillo-