Galen es un jovencito atractivo, aunque a la vez muy tímido e inseguro, de quince años. Después de que su padre los abandonara a él y a su familia y tuvieran que mudarse de una bella casa de ricos  a uno de los barrios más pobres de la ciudad, entró en una fase depresiva que irónicamente comenzó a ceder luego de lo que cualquier persona considera como el evento más traumático de su vida: un secuestro.

Fue ahí donde, víctima de una de las tantas pandillas de delincuentes juveniles, conoce al “Lobo”, un muchacho con una vida muy difícil y un pasado oscuro, en quien encuentra amistad y confort.

Esta nueva amistad poco a poco lo va haciendo poner en tela de duda todo lo que creía conocer bien -incluida su propia familia- y hasta su sexualidad…

Es una historia diferente, pues se ubica en la realidad de un mundo inseguro, muestra las dos caras de la vida, donde los personajes no son ni buenos ni malos, sino que tienen matices, son humanos.

Los protagonistas, dos chicos heterosexuales, irán adentrándose en un terreno peligroso, donde comenzarán a sentir emociones nuevas, sentimientos tabú dentro de la sociedad en la que viven, y tendrán que afrontar situaciones realmente difíciles, inclusive hasta perversas…

Un corazón roto, un escape y un encuentro en medio de la nada.

Después de una discusión con sus padres y un mal momento, Ian termina vagando sin rumbo hasta que un pequeño accidente da lugar a un encuentro que le hará ver las cosas desde otra perspectiva. Mientras aprende sobre estrellas, galaxias y planetas, también aprenderá algunas cosas más sobre sí mismo y que a veces estamos donde debemos estar aunque no lo sepamos.