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SOY LO QUE ME DAS por lyra

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Sin dejar de abrazarle con fuerza, Tom se sienta en el borde de la camilla y acuna a su hermano. Se muerde los labios al sentir como su cuerpo se estremece por los sollozos, jurando por lo bajo que si pillaba al desgraciado que le había hecho daño lo mataba con sus propias manos.

-Quiero irme de aquí-le escucha decir entre hipos.

Mira al médico de nuevo, pidiendo que por favor se diera prisa con el papeleo. Su hermano no se sentía a salvo en esa habitación, solo lo haría cuando una vez a solas descansara entre sus brazos.

-Iré a prepararlo todo-cede al fin el médico.

Tom asiente y espera a estar a solas. Entonces recoge la ropa de su hermano que una enfermera dejó sobre una silla y le ayuda a vestirse. Esperan sentados los dos sobre la camilla hasta que la puerta se abre de nuevo y entra el médico seguido del productor.

-Me gustaría que te quedases esta noche en observación-dice David nada más entrar.

-No, por favor-suplica Bill en voz baja.

-Bill, lo malo ya pasó. Aquí tendrás la ayuda necesaria…un psicólogo te….-trata de convencerle el médico.

-Yo cuidaré de él-interviene Tom-Soy su hermano y es mi deber.

El médico mira a David, era a él a quien correspondía tomar esa decisión, pero viendo el estado del cantante y la determinación de su hermano decide que lo mejor era acceder a sus deseos y volver al hotel de inmediato.

-Firmaré los papeles-le dice al médico.

Tom sonríe agradecido y ayuda a su hermano a ponerse la cazadora. Le coge por un brazo y con la ayuda de David, que le coge del otro, comienzan a andar, pero la puerta se abre y se paran en seco. Los mismos agentes que estuvieron presentes durante el reconocimiento entran con gesto serio.

-Perdón, sabemos que está cansado pero necesitamos hacer unas fotos-explica uno de los agentes.

-¿Fotos?-pregunta Tom por su hermano.

-Si, de las lesiones de la cara, nada más-se apresura a dejar claro el otro agente.

-¿Es necesario?-susurra Bill sin fuerzas.

-Las necesitamos como pruebas.

Sabe que no puede negarse, así que con ayuda del productor y de su hermano vuelve a sentarse en la camilla mientras que lo preparan todo. Cierra los ojos cuando ve que ponen ante ellos una cámara y espera mientras le hacen las fotos necesarias, recordando como en las sesiones en las que posaba ya fuera él solo o con su hermano había alguien que siempre le pedía que esbozara una sonrisa.

Si se lo pedían en esos momentos, rompería a llorar sin remedio.

-Ya está, muchas gracias-dice uno de los agentes.

De nuevo es ayudado a ponerse en pie por su hermano y por fin abandona el hospital.




Llegan al hotel en media hora y Tom agradece su ayuda al productor, prometiéndole no separarse de su hermano en toda la noche y llamarle si necesitaban algo. Mientras se despedía de él tras haber acostado a su hermano en la cama aún vestido, ve al fondo del pasillo a sus compañeros. No les dejaron ir al hospital y se morían de ganas por saber como estaba el cantante.

-Yo hablo con ellos-se ofrece David-Cuida de él, y si mañana está bien emprendemos el viaje de vuelta a casa. No he llamado a tus padres por la hora que es, pero a primera hora de la mañana lo haré.

Tom asiente agradecido de nuevo y se despide cerrando la puerta tras él. Regresa al lado de su hermano y antes de atreverse a tocarlo le llama en voz alta. Descansaba con los ojos cerrados y no quería asustarle.

-Te pondré el pijama y así estarás más cómodo-le va explicando mientras le descalza.

Bill se deja hacer, no se sentía con ganas de moverse. Sabía que en el hospital le habían dado algo, un calmante dijeron, pero sabe con certeza que al verle en su estado le habrían dado algo más fuerte y cuyos efectos comenzaba a notar.

Permite que su hermano le desnude y ponga un cómodo pijama. Se levanta de la cama con su ayuda y tras haber retirado las sábanas se mete dentro gimiendo por lo bajo.

-¿Te duele algo?-pregunta Tom preocupado.

Niega con cuidado, sentía que la cabeza le iba a explotar de un momento a otro. Pero para su hermano no podía tener secretos, y al rato siente que le pone sobre su frente una toalla humedecida en agua fresca que le alivia y calma la jaqueca.

-Me quedaré a pasar la noche contigo-le explica Tom sin necesidad-Acercaré la butaca y si me necesitas solo tienes que gemir.

Espera a que su hermano le conteste, pero con los ojos fuertemente cerrados respiraba suavemente. Se da por vencido y suspira. Acerca la butaca tal y como le había dicho y se sienta lo más cerca que puede observándole dormir.

A los pocos minutos sabe con certeza que ya está en un profundo sueño,. Y decide hacer lo mismo. Se tapa con la manta que dejó a los pies de la cama y cierra los ojos recostándose en la incómoda butaca.

Pero no logra conciliar el sueño. Pensaba que todo había sido culpa suya y que su hermano se merecía ser vengado. Nada hubiera pasado si él hubiera estado más atento, dejar atrás el enfado y haberse quedado toda la noche a su lado.

Está sumido en sus pensamientos que pega un bote cuando siente que le rozan la mano.

-Bill…¿quieres algo?-pregunta incorporándose.

-Tengo sed-contesta con voz adormilada.

Se levanta de inmediato y entra en el baño, de donde sale con un vaso de agua. Se sienta en el borde de la cama y le ayuda a incorporarse, llevándole el vaso a los labios que no retira de ellos hasta que su hermano dice basta.

Le acuesta de nuevo y suspira al verle fruncir el ceño. Le debía de doler todo el cuerpo por la paliza recibida. Ve que su hermano fija la mirada en la butaca sobre la que descansaba y niega con la cabeza.

-No deberías sufrir por mí-susurra Bill.

-Si piensas que te voy a dejar a solas de nuevo, lo llevas listo-le dice con firmeza.

-¿Crees que lo ocurrido ha sido culpa tuya?-pregunta mirándole.

-En parte si, no debí dejarte solo. A pesar de haber estado peleados, mi deber como hermano….

-Hubiera hallado la manera de escapar de ti-le corta muy serio-Siempre lo hago, espero a que mires a otro lado y me escabullo a mi rincón solitario.

-¿Y por qué lo haces?-pregunta intrigado.

-Para que no veas lo que hago-susurra su respuesta.

Le mira sin entender, o sin quererlo hacer. Mira sus ojos y ve la verdad en ellos. Mira sus labios entre abiertos y ve que quiere decírselo. Quiere negar con la cabeza y no dejarle hablar, quiere poner un dedo en sus labios pero no puede moverlos. Su hermano necesitaba desahogarse y él debía estar dispuesto.

-No quería que vieras como buscaba y me entregaba a un chico cualquiera-le confiesa con dolor.

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