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GUARDA TUS BESOS PARA MI por lyra

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Notas del capitulo: El titulo no lo pense mucho, el cap habla del olvido y me encanta esa frase, de un poema de Pablo Neruda...
Ya no sabía que más hacer para que los hermanos hicieran las paces. El viaje hasta Munich se le hizo eterno, más viendo como procuraban no coincidir en el mismo sitio.

Si uno estaba abajo, el otro subía a tumbarse en su litera. Si uno miraba a la derecha, el otro miraba a la izquierda. Si uno sonreía, el otro lloraba…

Y siempre era el mismo.

-¿Seguro que no tiene arreglo? Algo habrá que podamos hacer los demás-consoló Gustav al cantante.

Sentado a su lado en la litera donde descansaba, se veía incapaz de acallar sus sollozos. Miraba como su espalda se estremecía por el llanto y solo se le ocurría poner la mano sobre ella y frotársela con torpeza.

-Si sigues llorando de esta manera, mañana no te saldrá la voz y habrá que suspender la actuación-bromeó sin éxito.

No le hizo sonreír, pero al menos logró que el llanto cesase y girase la cara para mirarle mientras se frotaba la nariz con una mano.

-No puedo evitarlo-dijo Bill entre hipos.

-No termino de comprenderlo. Toda la historia es un beso dado a la persona equivocada, ¿Tom no puede olvidarlo?

-Ya lo ha hecho-susurró Bill.

-¿Entonces? ¿Por qué sigue enfadado?-insistió Gustav.

-Porque yo no puedo olvidarlo-sollozó Bill de nuevo.

Viendo que su rostro se contraía por el dolor y las lágrimas rodaban por sus mejillas de nuevo, Gustav suspiró y se dio por vencido. Había hecho todo lo posible para que se reconciliaran y nada había dado resultado. Solo cabía esperar que con el tiempo las cosas se arreglaran y su amigo consiguiera olvidar.

-Descansa el resto del viaje, procura dormir un poco hasta que lleguemos al hotel-dijo echándole una manta por encima.

-Gracias por todo-susurró Bill acomodándose mejor.

-No he hecho nada.

-Pero lo has intentado-dijo cerrando los ojos.

Le frotó el brazo con cariño y se levantó de la litera, corriendo la cortina para que la luz no le molestara. Bajó al piso inferior mientras se frotaba la frente. Sentía como el dolor de cabeza que tenía iba creciendo por momentos, y entrando en el baño cogió un analgésico y se lo tomó.

Se dio la vuelta para salir y casi se chocó con el otro protagonista de la discusión.

-Perdona-murmuró Tom dejándole salir.

-No es a mía quien le tienes que pedir perdón-le soltó sin poderse contener.

-¿Cómo?-preguntó pestañeando Tom.

-Lo siento, no sé lo que digo. Estoy cansado y la cabeza me está matando-se disculpó frotándose la frente de nuevo.

-Por mi culpa….

Vio que quería decirle algo más, como se mordía los labios tratando de encontrar las palabras adecuadas. Echó un vistazo a su alrededor, viendo que David estaba hablando por el móvil y Georg escuchando música con los ojos cerrados.

Señaló las butacas más alejadas y Tom asintió conforme. Se sentaron en ellas y hablaron seriamente en voz baja.

-No sé que más hacer para que mi hermano me perdone. Lo he intentado, explicarle que entiendo los motivos por los que dio ese beso…

-Que raro, me ha dicho que estás enfadado porque tú lo has olvidado y él no consigue hacerlo-dijo Gustav arrugando la frente.

-¿Eso te ha dicho?-preguntó Tom esperanzado.

Su hermano no lograba olvidar por mucho empeño que pusiera, solo era cuestión de tiempo que volviera a sus brazos…

-Muchas gracias, no sabes lo mucho que me has ayudado-dijo Tom más animado.

-Pues me alegro-susurró Gustav sin comprender-Espero que tú y tu hermano hagáis las paces de una vez por todas. No me gusta verle llorar.

-A mí tampoco. Te prometo que le haré sonreír de nuevo.

Con ese objetivo bien marcado, Tom se levantó y subió al piso superior, acercándose a la litera en la que descansaba su hermano. Asomó la cabeza por la cortina y sonrió al verle dormir plácidamente.

No pudo evitarlo y extendió una mano acariciando su húmeda mejilla, lo que hizo que desapareciera la sonrisa de inmediato.

-Prometo que serán tus últimas lágrimas-susurró Tom con firmeza.

Corrió de nuevo la cortina y se tumbó en su litera mientras pensaba en la manera de hacerle comprender a su hermano lo mucho que le echaba de menos, lo mucho que le amaba sin poder evitarlo…




Llegaron a su destino de madrugada. Los somnolientos chicos se prepararon para bajar del autobús y dormir en una cama blanda. En la recepción del hotel recibieron las llaves de sus habitaciones entre bostezos y con ellas de la mano entraron en el ascensor.

A través de sus oscuras gafas, Bill miró a Gustav sin decir nada y le enseñó su llave señalando la suya con una muda súplica. Se había fijado en que esa vez no se lo había pedido su hermano, señal de que ya no le importaba dormir cerca de él.

Pero él no se sentía con fuerzas de tenerle tan cerca y no poder hacer nada.

-Por favor-suplicó en un susurro inaudible.

Gustav accedió a regañadientes y le cambió la llave suspirando. A ese paso, los hermanos nunca harían las paces.

El ascensor llegó a su planta y con la nueva llave en su mano, el cantante echó a andar en dirección contraria a la tomada por su hermano.

-Lo siento, me lo suplicó-se disculpó Gustav caminando al lado del guitarrista.

-No te preocupes, no es culpa tuya….ya le escuché pedírtelo-murmuró Tom.

Pues claro que había oído el susurro de su hermano. Ahora era él el que tenía miedo de permanecer a su lado, cuando antes no hacía otra cosa más que no fuera buscar su compañía, o el contacto de sus labios…






Entró en su nueva habitación y llamó a un botones, con la excusa de que se habían equivocado con las maletas y las suyas habían ido a parar a la habitación de uno de sus compañeros.

Tras recibir las suyas, se desnudó y se puso uno de sus pijamas. Entró en el baño y se lavó la cara. Del poco maquillaje que tan ilusionado se había puesto esa mañana, apenas quedaba nada. Sus lágrimas se lo habían llevado y el espejo le mostraba la palidez que lucía en su cara, aparte de tener los ojos hinchados por el llanto.

Decidió que eso ya no le importaba. Su aspecto no era nada al lado del dolor que sentía en el pecho.

Apagó las luces y se metió en la cama a oscuras. Se tapó con las sábanas y suspiró con los ojos cerrados. Le esperaba un duro día de trabajo, tenían que ensayar los efectos que usarían durante su actuación, que el agua cayera en el momento adecuado.

Y no solo eso. Pasar todo el día al lado de su hermano, ver como le despreciaba con una sola mirada, ver como le odiaba con sus crueles palabras….




Al día siguiente David les reunió en el desayuno. Bajaron al comedor y les explicó como irá ese día la agenda. Además del ensayo previsto, había concertadas varias entrevistas y una sesión de fotos improvisada.

-Además, antes de la actuación sabremos si os lleváis el premio o no-les dijo con una sonrisa.

Los chicos rieron nerviosos, todos menos el cantante, que con la cabeza inclinada solo miraba como se hundían los cereales en su bol.

-Seguro que no nos lo llevamos-dijo Tom con pesimismo-Somos nuevos en esto, habrá que esperar más tiempo hasta ver un premio de esos en nuestras manos.

-Bueno, nunca se sabe-le animó David-Por cierto Bill, prepara un pequeño discurso por si acaso…. ¿Bill?

El aludido levantó la cabeza de golpe y miró a sus compañeros, que no le quitaban los ojos de encima preocupados.

-Te decía que es mejor que te prepares algo-repitió David con paciencia.

-De acuerdo-murmuró Bill entre dientes.

Se frotó la cabeza con una mano. En esos momentos no estaba en condiciones para ponerse a pensar en un discurso de agradecimientos. Sería lo típico de siempre. Gracias a las fans, ante todo, a los productores, a su familia…. ¿gracias a su hermano por estar siempre a su lado?

Se rió de lo que se le acababa de ocurrir. Podía decir que le agradecía mucho a su hermano el que le hubiera besado cuando le creía dormido, que gracias a él su vida se estaba rompiendo en mil pedazos.

-Y tiene que ser en inglés-siguió diciendo David.

Gimió al oírlo. Otra preocupación más que añadir, si ya le costaba expresar sus sentimientos en su propio idioma, en otro iba a ser una tarea complicada.




Terminaron de desayunar y subieron a las habitaciones. Se tenían que llevar ropa de repuesto, para después de la actuación y por si en el ensayo se mojaban sin querer.

A la hora de comer fueron recogidos por una furgoneta que les lleva al gran estadio donde se iban a celebrar los premios. Había ya mucha gente reunida en las puertas, esperando poder ver a algún famoso antes de la gala. Pero fueron conducidos por la puerta de atrás, tenían muchas cosas que hacer antes y no se debían retrasar.

-Muy bien-dijo David una vez en el backstage-Están haciendo las pruebas de sonido, en 10 minutos os toca ensayar a vosotros. Tras las entrevistas y la sesión de fotos tendréis que salir para volver a entrar, esta vez os pararéis y podéis saludar a las fans y atender a la prensa.

-¿Y cuando vamos a comer?-preguntó Georg con cara de lástima.

-Tranquilo, en cuanto hagáis el primer ensayo-le tranquilizó David con una sonrisa-Y durante las entrevistas habrá un pequeño aperitivo, si es que los nervios os deja comer algo.

Todos sonrieron nerviosos. Cogieron sus instrumentos cuando un ayudante del regidor les anunció que tenían que estar sobre el escenario en 2 minutos. Le siguieron a través de un largo pasillo y ocuparon sus lugares.

Gustav dio la señal y comenzó el ensayo. Todo estaba saliendo a la perfección, menos la voz del cantante, que por más que carraspeaba y se aclaraba la garganta, solo le salía un hilo de voz.

-Parad la música-pidió David gritando haciéndose escuchar.

Subió al escenario de un salto y se acercó al cantante, ofreciéndole una botella de agua que llevaba en sus manos.

-Vamos Bill, sé que estás nervioso. Tu voz saldrá en cuanto te calmes un poco-le trató de animar.

-Lo sé, perdona-se disculpó Bill avergonzado.

-Descansamos unos minutos y seguimos con el ensayo-dijo David a los demás.

Todos asintieron conformes. Detrás de su batería, Gustav miraba al cantante preocupado. Le vio llevarse la botella a los labios y echar un corto trago. Sabía que si la voz no le salía, era por las muchas preocupaciones que le rondaban por la cabeza en esos momentos.

Su mirada se dirigió al origen de todos lo problemas de su amigo. A la derecha del cantante, como siempre, estaba el guitarrista, sin poder apartar los ojos de su hermano. Sabía lo que estaba pensando, que era culpa suya el que estuviera en ese estado, y que por más que lo intentaba no conseguía ser perdonado.

El tiempo de descanso terminó y continuaron con el ensayo. La voz del cantante salió con algo más de fuerza y según lo programado, al llegar casi al final de la canción desde el techo del escenario comenzó a caer la lluvia falsa.

Los chicos se apartaron para no ser mojados, a excepción del batería que al momento estaba calado. El ensayo terminó y todos suspiraron aliviados al ver el resultado. Todo había salido a la perfección y nadie se esperaría jamás esa sorpresa final.

-Habéis estado estupendos-les felicitó David-Ya veréis que cara ponen las fans al veros mojados.

-Adiós a mi peinado-logró decir Bill más animado.

Los chicos rieron al oír su comentario. Abandonaron el escenario y mientras su compañero se cambiaba de ropa fueron comiendo en silencio.




La primera entrevista no se hizo esperar y mientras se tomaban un café tras el ligero almuerzo fueron contestando a las preguntas que la entrevistadora les estaba haciendo.

Siempre eran las mismas, pero el cantante las respondía con una sonrisa en los labios, incluyendo las que hacían referencia a su estrecha relación con su hermano.

Llegado el momento de la sesión de fotos, el dolor de cabeza que sentía era cada vez más fuerte. Cada pregunta que respondió en la entrevista fue como un doloroso puñal que se calvaba en su corazón cada vez más y más.

-¿Cómo es posible que dos hermanos se lleven tan bien y nunca discutan?... ¿Siempre estaréis juntos?... ¿Nunca os habéis peleado por una chica?

Y él se tuvo que tragar las lágrimas y contestarlas con la primera mentira que se le ocurrió.

-Nunca discutimos, nos queremos mucho para hacerlo…. (“Discutimos por que nos amamos en silencio”)

-Claro que sí, nada nos logrará separar…. (“Solo un beso dado en el momento equivocado”)

-Nunca se interpondrá una chica entre los dos… (“Para eso me basto yo mismo”)

No sabía como no se había derrumbado ya. Una pegunta más y rompía a llorar delante de todo el mundo. Más al sentir a su hermano sentado a su lado con los ojos en él fuertemente clavados, pero sin intervenir en la entrevista, dejándole a él la oportunidad de decir la verdad o callarse como un cobarde.

¿Qué les iba a contar? ¿Qué desde que besó a su hermano su vida dio un giro de 180 grados? ¿Qué vivía obsesionado? ¿Qué el recuerdo le estaba matando?




Suspiró y cogió el neceser que llevaba en su bolsa de mano. Lo abrió y sacó de él uno de los muchos analgésicos que guardó porque sabía que los necesitaría. Se lo tomó con un poco de agua y se preparó para forzar su mejor sonrisa delante de la cámara que ya le estaba esperando.

No le quedaba más remedio que posar a solas con su hermano, que estar de pies a su lado sonriendo, tocándole….echándole de menos…

Se despidieron del fotógrafo y David les anunció que la gala empezaría en 1 hora. Debían salir del local para volver a entrar recorriendo la alfombra roja rodeada de miles de fans.

Se vistieron para la ocasión. Eligió ir todo de negro, no estaba en condiciones de pensar en llevar una nota de color. Escogió unos pantalones llenos de cremalleras por los costados, una camiseta negra y una cazadora con lentejuelas.

El pelo lo llevaría encrespado, así el efecto de la lluvia sería más notable cuando al terminar su pelo estuviera mojado y aplastado sobre su cabeza.

-¿Te sientes con ánimo?

Se giró de inmediato, viendo que era Gustav quien le había hecho la pregunta. Sus ojos volaron a su hermano de inmediato, le estaba observando desde un rincón alejado. En su cara había una expresión muy rara, era como si quisiera acercársele y decirle algo, pero se arrepentía en el último momento y se lo callaba para sí mismo.

Y tal vez era mejor así, no saber cuáles eran sus más profundos sentimientos, puede que en esos momentos fueran de un odio intenso, como ya le había dejado ver en los últimos días.

-Estoy bien, gracias-respondió sonriendo con esfuerzo.

-Tom…-comenzó a decir Gustav.

-Chicos, ya nos tenemos que ir-le interrumpió la voz de David.

Se pusieron en movimiento. Le siguieron hasta el parking en donde les esperaba una limusina blanca. Mientras esperaba a subir a ella, Gustav se le acercó de nuevo tratando de decirle lo que pensaba.

-Vamos, que se hace tarde-les apremió David tras ellos.

-Tom te echa de menos-susurró al cantante antes de que les interrumpieran de nuevo.

Se volvió y se le quedó mirando. Si eso era verdad, ¿por qué no se lo decía él mismo? ¿Por qué mandaba a su amigo?
Notas finales: Y en el próximo y último capítulo:



-Te has estropeado el peinado-comentó Tom levantado una mano.

Cogió un mechón de pelo a su hermano y se lo colocó tras la oreja, arrugando la frente al verle retroceder un paso.

Bajó la mano y cogió la toalla que había sobre el lavabo, y se la puso alrededor del cuello a su hermano.

-No cojas frío-susurró con una sonrisa.

-Tom, ¿a qué juegas?-preguntó Bill cuando recuperó la voz.

Desde que su hermano entrara en el baño y le acariciara la mejilla al retirarle el pelo, sentía seca la garganta. No sabía a que venía eso…o no quería saberlo…

-Bill por favor, olvidemos el pasado-suplicó Tom suspirando.

-¿Todo?-preguntó Bill carraspeando.

No obtuvo una respuesta, solo una amplia sonrisa de su hermano. Contuvo el aliento cuando sintió que ponía las dos manos en la toalla que le puso alrededor del cuello, tirando con suavidad de él…dejándose llevar…

Separó los labios por instinto al vérselo hacer a su hermano,conteniendo el aliento…

-¿Cómo puedes pensar que puedo olvidar tu beso?-susurró Tom sonriendo.

No le dio oportunidad de replicar, tiró más de la toalla y su hermano no pudo hacer nada, solo poner ambas manos en su agitado pecho mientras que se apoderaba de sus labios suspirando.

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