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ME CUESTA TANTO OLVIDARTE por lyra

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Se pasó toda la noche sin poder pegar ojo, abrazado a su hermano, quien cansado por el llanto y las emociones vividas cayó rendido entre sus brazos. No podía dejar de darle vuelta al asunto.

Su hermano besó a su padrastro… ¿por qué?... ¿por qué no a él?...

Negó con la cabeza suspirando. Era como si estuviera celoso de su padrastro, porque fue él quien recibió ese beso tan deseado. Le odiaba por haber pegado a su hermano, no tenía ningún derecho a decir esas cosas tan horribles de una persona tan bella, incapaz de hacer daño a nadie, y menos aún a su futuro hermano.

Aunque a él si se lo había hecho…

Le dijo alto y claro lo que iba a hacer esa noche con el mejor amigo de ambos. Aunque le había asegurado que al final no había pasado nada, le dolió que buscara consuelo en los brazos de otro y que no permitiera que le diera un simple beso…por miedo…

De perderle a él también, sin saber que lo amaba en secreto y siempre le tendría, pasara lo que pasara…


Cansado de dar vueltas en la cama, se separó con esfuerzo y se levantó de la cama, dejando a su hermano dormido en ella y bien tapado. Antes de marcharse, se inclinó y retirando un mechón de su frente se la besó con cuidado de no despertarle.

Salió de la habitación y entró en el baño de la suya, dándose una rápida ducha. Eran casi las 7 de la mañana y querían estar en el hospital a las 9 para ver a su madre.

Mientras se vestía, decidió dejar dormir a su hermano hasta las 8 y luego le haría volver a la triste realidad. Se colocó la gorra mientras paseaba la vista por la habitación que volvía a ser suya, suspirando al pensar que nadie más la iba a ocupar.

Bajó a preparar el desayuno para los dos, recogiendo los estropicios de la noche anterior. El vaso que rompió continuaba en el suelo hecho añicos y el agua derramada.

Estaba terminando de servir el café cuando llamaron a la puerta. Extrañado por la temprana hora, miró por la mirilla antes de abrir, llevándose una no muy grata sorpresa.

-Andreas-saludó abriendo la puerta.

-Tío, me acabo de enterar….lo siento mucho-dijo su amigo sin atreverse a entrar.

Fijó sus ojos en los suyos, viendo en ellos todo el dolor que sentía en esos momentos, y toda su comprensión. Todo el odio y los celos que llegó a sentir por él se evaporaron de inmediato y se fundieron en un gran abrazo.

Le hizo entrar y le invitó a desayunar con ellos.

-¿Bill aún no se ha despertado?-preguntó Andreas sentándose.

-Estaba esperando, me da pena hacerlo-explicó Tom frotándose la cara-Pero es mejor que lo haga ya, queremos irnos pronto a ver a mamá.

Dio media vuelta y subió las escaleras con paso cansino. Entró en la habitación de su hermano, viendo que continuaba tal y como él le había dejado. Tumbado de costado y con el pelo cubriéndole medio rostro.

Se sentó en la cama y le tocó con suavidad el hombro hasta que le vio arrugar la frente y gemir en sueños.

-Solo un minuto más-protestó Bill en un murmullo.

-Lo siento, no puedo-dijo Tom suspirando.

Le siguió sacudiendo suavemente hasta hacerle abrir los ojos y fijarlos en él. Lo primero que vio es la sonrisa que le dedicó, hasta que una dolorosa punzada le hace borrarla y recordar lo ocurrido. Enseguida sus ojos se llenaron de lágrimas y comenzó a negar con la cabeza.

-Mamá nos necesita a su lado-se apresuró a decir Tom cogiéndole de la mano.

-Me echará la culpa por lo sucedido….me lo merezco…-sollozó Bill en voz baja.

-Claro que no te la echará-le consoló Tom con firmeza-No te mereces que nadie te diga lo contrario, es muy cruel.

Esperó y le dio unos minutos para que se desahogara, rezando por lo bajo para que su padrastro hubiera recapacitado y le pidiera perdón por sus actos.

-Bill, tú nunca harías daño a nadie, eres la persona más bella y buena que jamás haya conocido, y quien….

-Te he hecho mucho daño-le cortó levantando una mano.

La llevó a su mejilla, acariciándosela con dulzura, haciéndole separar los labios y gemir por lo bajo. Por mucho que le gustase que le tocara de esa manera, era mejor que lo dejaran en esos momentos. Tenían que ir al hospital, y si le seguía tocando de esa manera se metía en la cama de nuevo y no se hacía responsable de sus actos.

-Andreas nos espera abajo-dijo con voz ronca, rompiendo ese mágico momento.

-¿Andreas?-repitió Bill retirando con brusquedad la mano.

-Si, se ha enterado y ha venido a apoyarnos-le explicó levantándose de la cama-Baja antes de que se te enfríe el desayuno, luego te vistes y nos vamos.

Salió de la habitación sin esperar una respuesta. Bajó a la cocina y cuando su hermano se reunió con ellos, Andreas se levantó de inmediato y le dio un fuerte abrazo.

-Cuanto lo siento-susurró besándole en la mejilla con toda naturalidad.

Apartó los ojos dolido por esa escena, no sabiendo si agradecerle a su amigo que se hubiera cortado y no hubiera besado a su hermano en los labios.

-¿Qué te ha pasado?-preguntó Andreas de repente, al fijarse en su labio hinchado.

Los hermanos intercambiaron una asustada mirada, su madre también querría saber lo que le había ocurrido. No podían contarle la verdad en su estado, decirle que su padrastro le pegó acusándole de haber matado al bebé.

-Me…golpeé, con una puerta-murmuró Bill una débil excusa.

-Ya-dijo Andreas nada convencido, sin poder evitar echar una mirada al otro hermano.

-Ni lo pienses en broma-se apresuró a decir Bill enojado-Tom es el mejor hermano que pueda tener, jamás se atrevería a ponerme la mano encima.

-Lo siento-se disculpó Andreas avergonzado.

-Desayunemos, olvidemos lo pasado-dijo Tom forzando una sonrisa.

¿Cómo podía haber pensado eso su amigo? ¿Tan mal hermano le creía?




Terminaron el desayuno, y mientras el menor de los hermanos subió a vestirse, el mayor despidió a su amigo en la puerta.

-Tom, siento haber pensado que tú…-trató de disculparse Andreas.

-Olvídalo-repitió Tom con firmeza-Estamos nerviosos y no sabemos lo que decimos.

-Mamá me ha pedido que os diga que os espera para comer, y a vuestro padrastro-le dijo tratando de sonar normal.

-No creo que Gordon deje a mi madre, pero Bill y yo iremos en cuanto veamos que está bien.

Se despidieron y cuando baja su hermano, Tom llamó a un taxi que los llevó directos al hospital.



Volvieron a estar en la misma sala de espera que la noche anterior. Su padrastro estaba con ellos, a su madre se la habían llevado para hacerle unas pruebas.

Sentado en un rincón con su hermano al lado, veía como su padrastro le miraba de reojo. Le parecía ver en sus ojos que estaba arrepentido por haberle pegado, como si deseara estar a solas para pedirle perdón y hacer las paces.

Estaba buscando una buena excusa para dejarles, cuando el médico que atendió a su madre salió y les hizo una señal. Se levantaron corriendo y se pusieron a su alrededor, escuchando sus noticias conteniendo el aliento.

-Las pruebas han confirmado mi diagnóstico-les explicó el médico con voz grave-Se trataba de un embarazo ectópico.

-¿Qué quiere decir?-preguntó Bill en un susurro.

-Que nunca se iba a llevar a término, el aborto era inevitable-le explicó el médico lo mejor que pudo.

-No lo maté-susurró Bill de nuevo.

-Claro que no, ¿quién te ha hecho creer lo contario?-no pudo evitar preguntar el médico.

-La disgusté, en su estado no debía alterarla….y no me alegré al saber que iba a tener otro hermano….-confesó con la cabeza agachada.

-¿Mi mujer…?-comenzó a decir Gordon.

-En unos minutos podrán verla, ha preguntado por sus hijos varias veces-le informó.

Le dieron las gracias y se miraron en silencio una vez a solas.

-Bill, yo…-comenzó a decir Gordon de nuevo.

-Olvidemos lo pasado-repitió Bill con firmeza las palabras de su hermano.

“Olvidemos que te besé, olvidemos que me has pegado….olvidaré que mi hermano me ha besado….y que me ha gustado”









Y en el próximo capítulo:




-¿Bill?-le llamó en voz baja.

-Suéltame, por favor-susurró Bill sin atreverse a mirarle.

Le obedeció de inmediato y retrocedió un paso, metiéndose las manos en los bolsillos para que viera que no se la iba a jugar de nuevo y estuviera más tranquilo.

-Bill, lo siento-se disculpó Tom en voz baja de nuevo.

-Te pedí que no me volvieras a besar-le recordó Bill entre lágrimas-Que de esa manera te perdería a ti también, y no quiero hacerlo.

-Nunca me perderás, te lo prom….

-No, sé que te perderé-le cortó Bill con firmeza-Nos besaremos, nos gustaremos y luego… ¿qué? ¿Lo haremos?

Prefirió no contestar su pregunta, pues su respuesta sería un rotundo si. Sabía que le preocupaba las consecuencias, que pensaba en ellas y no como él, que solo le besaba y disfrutaba del momento.

Entendió que su hermano tenía mucho miedo. Asintió con la cabeza y retrocedió un paso de nuevo bajando la mirada al suelo.

-Nunca más te volveré a besar-dijo Tom con esfuerzo.
Notas finales: Y en el próximo capítulo:




-¿Bill?-le llamó en voz baja.

-Suéltame, por favor-susurró Bill sin atreverse a mirarle.

Le obedeció de inmediato y retrocedió un paso, metiéndose las manos en los bolsillos para que viera que no se la iba a jugar de nuevo y estuviera más tranquilo.

-Bill, lo siento-se disculpó Tom en voz baja de nuevo.

-Te pedí que no me volvieras a besar-le recordó Bill entre lágrimas-Que de esa manera te perdería a ti también, y no quiero hacerlo.

-Nunca me perderás, te lo prom….

-No, sé que te perderé-le cortó Bill con firmeza-Nos besaremos, nos gustaremos y luego… ¿qué? ¿Lo haremos?

Prefirió no contestar su pregunta, pues su respuesta sería un rotundo si. Sabía que le preocupaba las consecuencias, que pensaba en ellas y no como él, que solo le besaba y disfrutaba del momento.

Entendió que su hermano tenía mucho miedo. Asintió con la cabeza y retrocedió un paso de nuevo bajando la mirada al suelo.

-Nunca más te volveré a besar-dijo Tom con esfuerzo.

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