Sintió que le daban palmaditas en las mejillas y algo frío contra su frente, que arrugó emitiendo un débil gemido.
-Ya recupera el conocimiento-escuchó una voz aliviada.
Pestañeó y abrió los ojos con lentitud, enfocando su borrosa mirada en al cara que había inclinada sobre él.
-¿Tom?-logró susurrar.
Pero vio como esa cara negaba con pesadez y unas manos le pasaban la húmeda toalla que tenía sobre su frente con suavidad por toda la cara, para que así se despertara.
Gimió de nuevo y trató de incorporarse, pero se lo impidieron sujetándole por el hombro.
-Quédate recostado-le suplicaron.
No tuvo más remedio que obedecer. Sentía que la cabeza se le iba a partir en dos y como giraba a su alrededor la habitación. Cerró los ojos con cansancio y suspiró. No podía moverse, no podía hablar…solo quería que alguien le rescatara…
¿Rescatar? Si él no estaba preso….si esos no eran sus sentimientos….
-Ya recupera el conocimiento-dijo una voz aliviada.
Solo emitió un gruñido como respuesta, lo que hizo que una asustada chica se separa corriendo y mirada a su compañera alzando una ceja.
-¿Y ahora qué?-preguntó en voz baja.
-Ya me encargo yo de él-contestó de la misma manera-Vete a casa, y recuerda que no debes contar nada a nadie, o atente a las consecuencias.
-¿Qué vas a hacer con él?-preguntó tragando con esfuerzo.
-Nada que no se merezca-contestó con frialdad-Y vete de una vez.
Asintió y se apresuró a obedecerla, con el corazón aún latiéndole con violencia. Desde que escaparan del parking por los pelos no había logrado recuperar el aliento.
Estuvieron a punto de pillarlas con el inconsciente guitarrista metido en el maletero, habían tardado mucho en bajarle por las solitarias escaleras y más al meterle con esfuerzo en el coche.
Casi se desmayó cuando una vez dentro el guitarrista separó los labios y susurró llamando a su hermano, diciendo algo parecido a que le necesitaba a su lado, no lo entendió bien.
Su amiga actuó con rapidez y girando su inconsciente cuerpo le ató fuertemente las muñecas a la espalda y le puso una mordaza. Luego se subieron al coche y escaparon a toda mecha, llevándose por delante la medio bajada barrera que los de seguridad de la discográfica bajaban para impedir que nadie escapara, señal de que habían descubierto que faltaba un integrante de Tokio Hotel.
No se esperaban que saltara tan pronto la voz de alarma, pero tras dejar ese rastro de sangre, era lógico que sucediera. Aún no sabía como pudo dejar que su compañera le golpeara con una llave inglesa que en esos momentos estaba en la guantera del coche guardada, habiendo de usar para ello todas sus fuerzas.
Casi se desmayó al ver como la sangre se extendía por el suelo del baño, llegando a pensar que se lo habían cargado. Con manos temblorosas ayudó a taponar la herida de la frente del guitarrista y cargó con él hasta el parking.
En esos momentos, se encontraban en un abandonado almacén a escasos metros de al discográfica. Sabían que habían podio coger la matrícula del coche usado, que previamente habían robado horas antes del secuestro y que en esos momentos estaba aparcado en un rincón del polvoriento almacén.
Salió del mismo quitándose por el camino los guantes de látex empleados para no dejar huella alguna, consciente de que si las pillaban pasarían una buena temporada entre rejas, o en un manicomio de por vida.
Solo querían retenerle un día, vengarse de lo que el guitarrista le había hecho a su amiga. De las 4 que eran, dos se rajaron, incluida la agredida. Pero ella se dejó convencer por su amiga y planearon ese loco secuestro, con la condición de no estar presente cuando su amiga se desquitara con el guitarrista. Hasta allí llegaba su inestimable ayuda, ahora solo le quedaba echar a correr como un vulgar cobarde.
Escuchaba voces confusas a su alrededor, que en voz baja daban las órdenes oportunas.
-La prensa no debe saber nada de esto-decía una de ellas-No queremos que quien se lo haya llevado se asuste y actúe con sangre fría.
Tragó con esfuerzo, esas palabras solo podían significar una cosa, que mataran a su hermano y él sin poderlo evitar.
Decidió que había llegado el momento de actuar, no podía quedarse quieto de brazos cruzados mientras que su hermano era torturado o algo parecido. Abrió los ojos de nuevo y viendo que los demás le daban la espalda, se incorporó del sofá en el que le habían tumbado cuando se desmayó de dolor.
Se frotó la frente, sentía como si al cabeza le fuera a estallar de un momento a otro, una dolorosa punzada le recorría al sien izquierda y le hizo gemir por lo bajo.
-Bill-le llamó Dunja con suavidad.
-Me duele la cabeza-logró susurrar.
Enseguida le trajeron un analgésico que se tomó con un sorbo de agua. Todas las miradas estaban fijas en él, lo que le hacía sentirse muy incómodo. Carraspeó y se dirigió al agente de policía que estaba al mando.
-¿Tienen alguna pista de mi hermano?-preguntó tratando de que su voz sonase fuerte-¿O de las locas esas que se lo han llevado?
-Bill, aún no sabemos con seguridad si han sido ellas o….
-Sé que han sido ellas-cortó enojado-¿Por qué no me creen?
-Estás bajo mucha tensión, relájate y déjanos hacer nuestro trabajo-le trató de calmar.
-No me pida que me relaje-gritó todo lo que su dolorida cabeza le dejaba-Mi hermano ha sido secuestrado, y le están torturando en estos momentos.
…l mismo se sorprendió de sus palabras. ¿Por qué había dicho eso? Cerró los ojos y se frotó la frente gimiendo. Bajó una mano y la dejó sobre su mejilla derecha que sentía arder, como si hubiera sido abofeteada con violencia….
Y entonces volvió a escuchar claramente la voz de su hermano. Le llamaba de nuevo, le pedía ayuda….gritaba de dolor intenso….
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