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EN MI SILENCIO por lyra

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Sin dejar de mirarse en el espejo, el cantante se peinaba frunciendo los labios. Estaba distraído y le costaba hacer que el pelo se quedase tal y como él quería, liso por detrás y con algunos mechones de punta que gracias a medio bote de laca logra al fin mantener.

Antes de entrar a peinarse y maquillarse ya se había vestido. Eligió un jersey fino negro de cuello alto y encima llevaba otro a rayas rojas y negras con el que se haría las primeras fotos. Vestía unos tejanos oscuros y unas botas terminadas en punta. Se llevaría en una bolsa de mano otros pantalones para cambiarse, unos blancos.

Logró sonreír una vez que tras retocarse un mechón rebelde lo deja todo perfecto y salió del baño, encontrándose a su hermano tumbado en la cama con los ojos cerrados. Debía de llevar mucho tiempo metido en el baño y se había dormido.

Se le acercó suspirando y le puso una mano en el hombro, sacudiéndole con cuidado hasta que logró despertarle.

-¿Bill?-le llamó con voz ronca.

-He tardado, perdona-se disculpó de igual manera-Quédate si quieres, Silke me viene a recoger y me ayudará ella con la entrevista.

-De ninguna manera-dijo Tom incorporándose-Ya te ayudo yo, que para eso soy tu hermano.

Se quedó sentado en la cama frotándose los ojos con las dos manos, hasta que su visión se aclaró y puede ver lo que tiene enfrente.

-¡Caray!-no pudo evitar exclamar.

-¿Pasa algo?-preguntó Bill alzando una ceja.

-Estás….muy guapo-le confesó sin poderse contener.

Porque era la verdad. Tras haberlo visto 2 días pálido, ojeroso y con el pelo lacio, en esos momentos era como si tuviera delante otra persona, aparte de que se le veía más fuerte y confiado, nada que ver con el chico asustado que pasó la noche entre sus brazos.

-Saldrás estupendo en las fotos-le siguió confesando.

Bill emitió un pequeño gemido por lo bajo como respuesta. Sentía como un ligero rubor le cubría las mejillas, su hermano nunca antes le había dicho ese tipo de cosas tan….”íntimas”.

Le dedicó una tímida sonrisa y levantándose de la cama cogió la cazadora de cuero negra que dejó preparada. Mientras su hermano también se levantaba y preparaba, se anudó al cuello la bufanda en forma de cadenas plateadas que hace tiempo se compara.

Antes de que pudiera coger la bolsa que pensaba llevarse, su hermano se le adelantó y se la colgó del hombro guiñándole un ojo.

-Estás enfermo, déjate mimar un poco-le dijo sonriendo.

Pasó delante y abrió la puerta saliendo silbando, dejando que el cantante se quedara unos minutos a solas en la habitación mientras respiraba hondo y trataba que se le normalizara la respiración. Que se dejara mimar….no podía hacerlo sin dejarse llevar y….


Cuando al fin logró respirar con normalidad, bajó las escaleras y saludó a Silke, que llegaba en esos momentos. Esperaron en silencio mientras que habla con su madre acordando que se quedaría con ellos hasta que terminara la entrevista allá a media tarde, y que luego los llevaría a casa de nuevo.

-Recordad que vuestro padre vendrá a cenar-les explicó Simone a sus hijos.

Los dos asintieron en silencio. Jörg quedó en ver a su hijo pequeño esa misma noche y luego al día siguiente en el hospital. Quería estar a su lado en todo momento, apoyándole y consolándole.

-¿Lo lleváis todo?-preguntó Silke rompiendo el silencio.

Asintieron de nuevo y tras despedirse de su madre montaron en el coche que la discográfica mandó para recogerlos. Por el camino, Silke se giró en su asiento y le explicó al cantante que primero sería la sesión de fotos y luego la entrevista tras la comida.

-Me han pasado las preguntas que te quieren hacer-le explicó enseñándole una carpeta-Las puedes leer antes y si hay alguna que no quieras que salga en el reportaje, o añadir una me lo comentas.

-De acuerdo-susurró el cantante.



Llegaron al estudio y nada más bajar del coche es enseguida reconocido. En un minuto se encontró rodeado de un par de chicas que le pidieron emocionadas un autógrafo. Tom se le unió cuando se lo pidieron a él también, sin darse cuenta de que el fotógrafo estaba cerca y ya sacaba sus primeras tomas.

Le ve por el rabillo del ojo y se aleó, el reportaje era solo para su hermano. Observó de brazos cruzados como una chica rubia se le cogía del brazo mientras caminaban hacia la puerta del estudio, sintiendo algo que podía definirse como “celos”, porque alguien estaba tocando algo que solo le pertenecía a él….o debería.

Tras agradecer el tiempo dedicado, las dos chicas se despidieron con un beso en la mejilla y el cantante caminó hacia el estudio cabizbajo con las manos metidas en los bolsillos, momento que también es inmortalizado.


Tras dar las órdenes oportunas, el fotógrafo comenzó con su trabajo, pensando que el comienzo había sido muy bueno. Las fotos que había sacado….ya estaba pensando que las revelaría en blanco y negro….

-¿Empezamos en el baño, por ejemplo?-preguntó señalándolo.

Se encontraban en una especie de pequeño apartamento, en un rincón había una gran cama de matrimonio con una colcha de estampado felino. La puerta de la derecha daba a un baño y ahí se harían las primeras fotos.

Bill asintió y se despojó de la bufanda y cazadora. Dejó que una ayudante le repase el pelo y maquillaje y tras acomodar mejor sobre su pecho los collares que escogió de su joyero, cogió en sus manos un trozo de espejo que le ofrecían. Entró en el baño y atendió a las explicaciones del fotógrafo. Quería sacarle mirándose al pequeño espejo, y levantándolo le obedeció.

Mientras esperaba a que colocasen las luces necesarias, giró el espejo hasta quedar en la posición adecuada. Desde donde estaba podía ver a su hermano, sentado en una silla y mirándole con los brazos cruzados. No sabía que le estaba espiando y un extraño gesto le recorría la cara.

Le estaba mirando fijamente, tratando de averiguar en que estaba pensado su hermano que no se dio cuenta de que la sesión de fotos ya había empezado. El fotógrafo había esperado a que se relajara para comenzar su trabajo, pillándole en esos momentos con la guardia baja.

Tras sacarle las tomas deseadas, dieron paso al siguiente escenario, lo que conllevó un cambio de vestuario. Usando el mismo baño, se despojó del jersey a rayas negaras y rojas y se quedó solo con el negro de cuello alto abre la bolsa y sacó los vaqueros blancos que había metido y se los puso.

Cuando terminó descorrió el cerrojo y mientras se retocaba el pelo mirándose al espejo al fotógrafo se le ocurren dos tomas más. Le miró de frente, subiéndose la manga izquierda de su jersey para que su tatuase también saliera. Tras el primer fogonazo, cambió la pose, esbozando una amplia sonrisa y mostrando ese piercing del que estaba tan orgulloso.

Tras terminar las tomas del baño, se recostó en la gran cama, echándose de lado con una expresión muy seria en la cara. Comenzaba a sentirse mal, señal de que la fiebre volvía a ser alta, pero no se quejó y pudo aguantar sin que su gesto le delatase hasta que el fotógrafo anunció que ya tenía bastante.

-A no ser, que quieras alguna con tu hermano-dijo con una sonrisa.

-No es necesario-se apresuró a contestar Tom-Bill es la noticia, otro día ¿vale?

-Como quieras-contestó el fotógrafo suspirando.

Viendo que la sesión había terminado, el cantante se levantó de la cama con cuidado. Sentía que la cabeza se le iba y apoyó los codos en las rodillas para descansar la cabeza en sus manos al menos por un rato.

-¿Bill?-le llamó Tom preocupado.

No esperó respuesta suya, corrió a su lado de inmediato y le puso la mano en caliente frente.

-Te has excedido trabajando-le riñó frunciendo el ceño-No se hable más, nos vamos a casa.

-Pero…la entrevista…-murmuró arrugando la frente con dolor.

-La puedes hacer desde la cama misma, cuando hayas descansado y la fiebre te haya bajado-dijo con firmeza.

Resopló dándose por vencido, en parte su hermano tenía razón. Se sentía bajo de ánimos y con la moral por el suelo, a pesar de lo mucho que había disfrutado posando.

Se quedó sentado donde estaba mientras que su hermano se encargó de arreglarlo todo. Al momento Silke se le acercó con gesto preocupado.

-Aplazamos la entrevista-le dijo con firmeza.

-La puedo hacer desde casa-susurró negando con la cabeza.

Silke vio que nada le haría cambiar de opinión y cogiendo el móvil llamó al director de Vanity Fair. Al momento quedaron en mandarle la entrevista completa al e-mail de la discográfica, que el cantante revisaría y contestaría desde su propia cama.

Al momento Tom se le acercó y le ayudó a ponerse la cazadora, anudándole al cuello la bufanda con un preocupado gesto en la cara.

-Estoy bien, en serio-le trató de convencer en vano.

-No lo estarás nunca si no te callas-le riñó de nuevo-El médico te ha ordenado silencio absoluto pero no paras de hablar.

Se mordió los labios para así no contestarle. Tenía razón de nuevo, no había seguido el consejo médico. Se prometió a si mismo no volver a pronunciar palabra alguna hasta el día de la operación, no debía dañar la voz más y que luego la recuperación durase más.

Se puso en pies con ayuda de su hermano y bajaron a la calle, donde se montaron en el coche en compañía de Silke de nuevo. Cuando llegaron a la casa, su madre los recibió asustada de verlos llegar.

-¿Qué ha pasado?-preguntó Simone abriendo la puerta.

-Se encontró mal de repente-le explicó Tom por encima.

Le hicieron entrar en la casa y mientras que Tom se encargaba de acostarle Simone hablaba con Silke en voz baja.

-He querido cancelar la entrevista, pero ya sabes como se ha puesto Bill de cabezota-le dijo con una sonrisa.

-Te entiendo, querida. Sé que no tienes la culpa, es mi hijo. Da todo lo que puede de si mismo sin pensar en su propia salud-dijo Simone sacudiendo la cabeza.

Se despidió de Silke y secándose las manos al delantal que llevaba subió las escaleras a ver como estaba su hijo pequeño. Cuando se asomó a la habitación pudo comprobar con sus ojos el amor que se procesaban sus dos hijos.

El mayor le estaba ayudando a acostarse, tras haberle quitado las botas y dejándole solo en vaqueros y camiseta. Le tapó con una manta y sonrío al ver como lo hacía su hijo pequeño.

-Le estamos mimando demasiado-bromeó dando un paso.

-Se lo merece-dijo Tom con firmeza.

-Duerme un poco y cuando despiertes comes y te pones con la entrevista-dijo Simone acercándose.

Se inclinó y le besó en la mejilla, no pudiendo evitar ponerle una mano en la frente y suspirar. Le hizo señas a su hijo mayor y le dejaron descansar a solas mientras ellos comían abajo.

Sintiendo que ya estaba solo en la habitación, el cantante se puso de costado gimiendo por lo bajo. Si no iba con cuidado, nunca recuperaría la voz y con ella la oportunidad de confesarle a su hermano lo que tanto hacía que se le parara el corazón…..
Notas finales: Y en el próximo capítulo:



Sin apartar la mirada de la pantalla, Bill tecleaba procurando no mirar a su hermano, que tan cómodamente se había tumbado a su lado. Carraspeó con cuidado y abrió una ventana nueva usando el programa del Word en el que escribiría sus respuestas.

Mientras esperaba a que se abriera el correo, no se pudo resistir a preguntarle una cosa a su hermano.

-“¿Por qué no quisiste posar a mi lado?”-escribió en la pantalla.

Tom leyó su pregunta y suspiró antes de contestar.

-Tú eras la noticia-repitió la misma excusa que le dio al fotógrafo-Además, no estaba arreglado y las fotos serían espantosas.

-“¡Qué tonto eres!”-escribió riendo-“En todas las fotos en que salimos juntos hacemos una buena pareja”

Tom se quedó mirando a su hermano de reojo tras esas palabras que ya desaparecieron de la pantalla.

“¿Una buena pareja?”-pensó alzando una ceja-“¿Tú también lo piensas?”

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