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Enamórame por Fullbuster

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Notas del capitulo:

Saga 2: Loke Heartfilia

Loke Heartfilia POV

 

 

 

Cómo me gustaba meterme con Jellal, principalmente porque era con el que mejor había congeniado desde que entré a este equipo y él siempre me seguía las bromas, no como Erza, que cuando se enfadaba daba miedo, aunque luego no consentía que nadie se metiera con nosotros, era muy protectora.

 

En el bar, yo siempre era el primero en desaparecer… pero tenía una buena excusa ¡Había chicas muy guapas! El resto del equipo ya me conocía, así que me tomaba la primera cerveza con ellos y luego desaparecía para ligar.

 

Llegué a mi piso extrañamente solo, porque hoy no había traído a ninguna chica conmigo ¡algo muy raro en mí! Porque mi casa solía parecer un desfile de chicas. Hoy tampoco es que estuviera de humor, mi hermana llevaba varios días preocupada y sinceramente, prefería ir a verla ¡Podía dejar a mis ligues un día sin mí!

 

Cogí las llaves de mi deportivo y conduje hasta el hospital privado de la familia, porque mi familia era propietaria de numerosos hospitales y por supuesto… nosotros teníamos uno privado al que sólo iban familiares y gente cercana a nosotros de plena confianza. Cuando entré por allí, todo estaba desierto ¡Algo normal! De mi familia no había nadie enfermo, pero mi hermana había atropellado a un chico hace tres días ¡ya dije que no era buena idea de que se sacase el carnet de coche!

 

Mira que siempre la llevaba el chófer a todos los lugares, pero no sé por qué demonios, el otro día le entró un ataque de rebeldía con su discográfica y salió corriendo a coger el coche. ¡Lo que no le pasase a mi hermana, no le pasaba a nadie!

 

Aún recuerdo cuando me llamó toda preocupada y tuve que ir a ayudarla. Le dije que llamase a la ambulancia y le diera la dirección del hospital al que tenía que traerlo, porque mi hermana se empeñó en traerlo al nuestro. Cuando yo llegué, me sorprendí, porque era un chico joven, moreno y que no parecía de aquí, lo más extraño, es que revisé todas sus pertenencias y no llevaba identificación. ¡No sé quien era!

 

Recorrí los pasillos y entré en la habitación donde estaba mi hermana sentada esperando a que nuestro padre, Jude Heartfilia, director del hospital, terminase de revisar al chico. Yo tenía muchas ganas de saber quién era, más que nada por llamar a su familia, que debía estar preocupada, pero hasta que no despertase, supongo que no lo sabríamos.

 

Mi padre me indicó que saliese de la habitación cuando lo terminó de revisar y le seguí junto a mi hermana Lucy. A mi hermana la hizo sentarse y eso no podían ser buenas noticias para nada.

 

~ No os voy a mentir… no está bien – nos dijo –  es un traumatismo cráneo encefálico – nos dijo y yo no entendí nada de lo que acababa de soltar, mi hermana menos.

 

~ ¿Qué es eso? - le pregunté.

 

~ Significa… que está en un estado severo de pérdida de conciencia por un fuerte golpe en la cabeza – nos explicó mi padre.

 

~ ¿podrías ser un poco más claro, papá? – le pidió ahora Lucy y creo que yo lo estaba entendiendo.

 

~ ¿Está en coma? – le pregunté.

 

~ Exactamente eso.

 

~ ¿no va a despertar? – le preguntó mi hermana.

 

~ Puede que en unos días, unas semanas… meses o incluso años, todo depende del nivel del coma y de la persona. Tampoco sabré las consecuencias del golpe hasta que no despierte. Lo que sí tiene, es el hígado bastante dañado – nos dijo – pero no es del golpe tranquila, parece como si le hubieran estado medicando demasiado tiempo – nos explicó.

 

~ ¿por su ficha médica podríamos saber quién es? – le pregunté

 

~ Podría preguntar en otros hospitales por si encuentro su ficha, sí, en principio podría decirte quien es.

 

~ Búscale – le pedí a mi padre – por lo menos tendremos un nombre.

 

~ Si me lo permitís… podría mediante electrodos a su cerebro intentar estimular su actividad para intentar que despierte – nos dijo mi padre y Lucy se lanzó enseguida a decirle que sí, que probase lo que fuera necesario.

 

~ ¿El resto está bien? – le pregunté.

 

~ Bueno tiene un brazo y una costilla rota por el impacto, pero eso se puede recuperar con cierta facilidad. Quizá la costilla sea algo más complicado y si despierta es lo que más le dolerá durante unos días.

 

Nuestro padre volvió hacia su despacho, supongo que para buscar el expediente del chico y poder decirnos al menos quién era.

 

~ ¿Cómo se te ocurrió coger el coche?

 

~ No lo sé, estaba cabreada con mi representante y sólo quería irme a casa.

 

~ ¿Y el chófer? – le pregunté

 

~ No estaba, le había dado el día libre y no quería molestarle, así que como yo también tengo carnet, pues decidí conducir yo y para tu información, lo estaba haciendo bien, fue ese chico quien se abalanzó sobre mí. Iba corriendo y cruzó sin mirar – me dijo – no pude frenar a tiempo.

 

Mi hermana decidió ir a por un café y le dije que fuera mientras yo me quedaba un rato por si despertaba. Cuando entré la habitación, no pude remediar echarle un vistazo a aquel chico, era algo más joven que mi hermana, no podía tener más de dieciocho años y tenía un cabello oscuro que resaltaba con su piel blanca. No pude evitar preguntarme de qué corría para cruzar una calle transitada sin tan siquiera mirar, no pude imaginarme por qué cruzar así de esa forma tan despreocupada, como si no le importase nada.

 

En mi trabajo veía muchas cosas, algunas acababan bien, muchas otras, acababan bajo el disparo certero del arma de Jellal, pero nunca me había planteado que pasaba por la cabeza de esas personas, me había enfrentado a suicidas, pero siempre era Laxus quien negociaba con ellos y a algunos, conseguíamos salvarles, a otros no ¡Así era mi trabajo! A veces bueno, a veces malo. Supongo que no salvábamos tantas vidas como realmente nos gustaría hacer. ¿Qué historia había detrás de este chaval para cruzar así entonces? Era lo que me moría de ganas de saber.

 

Pensaba en ello cuando tocaron a la puerta tras de mí y me encontré a Erza ¡Qué raro que ella viniera por aquí!

 

~ Tú hermana me dijo que estabas por aquí, te he traído un café – me dijo.

 

~ Gracias.

 

Cogí el café y la vi luego buscar una silla para sentarse mientras le daba vueltas al otro café que había traído para ella misma.

 

~ ¿Es el chico al que atropelló tu hermana? – me preguntó.

 

~ Sí – le dije – Oye Erza… ¿por qué crees que cruzaría así sin mirar?

 

~ No lo sé, pero en nuestro trabajo, a veces no saber lo que piensa una persona puede ser bueno. Cuando despierte podrás preguntárselo – me dijo sonriendo.

 

~ Generalmente intentamos saber que piensa para poder ayudarles, pero… ¿Cómo le ayudo a este chico si no se lo que pasa?

 

~ No podemos ayudar a todo el mundo, ya lo sabes. De momento, preocúpate de que se recupere y luego ya pensaremos como seguir ayudándole, todo paso a paso.

 

Me senté en la silla de al lado suyo y la observé darle un sorbo a su café. Yo la imité y también di un sorbo al mío.

 

~ ¿Crees que le están buscando?

 

~ Es posible – me dijo – es guapo – dijo sonriendo mientras se levantaba a verle.

 

~ Erza… - le reñí mientras sonreía.

 

~ ¿Qué? No he dicho ninguna mentira, dicen que en el coma… a veces ayuda hablar con los pacientes ¿sabes? Ey… ¿puedes oírme? – le preguntó Erza tocando con su dedo índice la mejilla del chico

 

Desde luego Erza era única para estas cosas, pero aunque ella estaba completamente convencida, el chico no dio señales de que la escuchase, ni señales de despertarse, mucho menos se movió.

 

~ ¿No tenías que pintar tu casa? – le pregunté.

 

~ Sí, pero me ha dado curiosidad por saber del chico misterioso.

 

~ Pues ya lo has visto – le dije - ¿Has saciado tu curiosidad?

 

~ Sí, pero vendré todos los días a verle

 

~ ¿por qué?

 

~ Porque tú no vas a hablarle y yo me he propuesto ayudarle a salir del coma, vendré todos los días a hablar con él – me dijo sonriendo – así de paso, le haré compañía a tu hermana.

 

 

 

 


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