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Enamórame por Fullbuster

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Loke Heartfilia POV


 


Tras el café con mi hermana y mi amigo ¡Que yo esperaba algún día, dejase a Bora y se fuera con él! Gray y yo volvimos a casa. A mí me apetecía muchísimo salir de fiesta, poder ir a disfrutar un rato, pero estando Gray aquí, me sabía fatal, aunque creo que él quería que saliera un rato, porque hacía gestos muy raros señalándome primero a mí y luego a la puerta.


~ ¿Quieres que me vaya? – le pregunté dudando y él negó


Fue hasta mi habitación y cogió una camisa fina elegante que yo solía utilizar sólo, cuando iba a ligar con las chicas. Me empecé a reír cuando la trajo y me la dejó encima del sofá y luego me volvió a señalar la puerta.


~ ¿Quieres que siga con mi vida normal, no? – le pregunté y él asintió. Cogí la camisa con la percha en la que la había traido y fui a llevarla hacia el armario – no voy a dejarte aquí solo – le dije – y tampoco voy a traer chicas por casa mientras estés tú.


Gray se interpuso en medio de mi camino hacia la habitación y tenía en su rostro una mueca como la de un niño pequeño a punto de crearte un berrinche. No pude evitar sonreír y sinceramente… me moría por una noche de fiesta y poder sentirme como antes… ligando con chicas, porque desde que Gray estaba en mi casa… no había hecho absolutamente nada ¡y me apetecía mucho! Tras tanta insistencia suya, acabé diciéndole que iría y él me sonrió.


Cuando salí tras arreglarme, él me miraba y me aplaudía, claro que cuando le dije que me marchaba ya, se fue a su habitación ¡Creo que a dormir! En ese momento tocaron el timbre, ¡era mi hermana! Y lo sabía porque yo la había llamado para que se quedase hasta las tres aquí vigilando a Gray ¡más que nada por si pasaba algo!


~ Vendrá Lucy un rato contigo – le dije y él asintió.


Salí y cogí el coche dirección al local al que siempre solía ir. El portero al verme llegar, me abrió la puerta sin hacer cola ni nada ¡ya me conocían a la perfección! Además… el dinero de mi familia y la influencia que teníamos… también ayudaba. Las chicas al verme, prácticamente se me echaban encima y aunque estuve casi una hora en la barra tomando algo y hablando con ellas intentando elegir a la chica con la que esta noche me acostaría, al fondo de la sala, me fijé en un chico moreno ¡Y es que si no supiera que Gray estaba en casa, hasta le habría podido confundir!


El chico estaba contra una pared comiéndose a besos a otro chico y no sé por qué… en ese momento pensé en Gray y sentí algo, creo que no terminaba de creerme que me gustaba lo que veía, porque a mí no me gustaban los chicos, era por el hecho… de que estaba viendo a Gray, en aquel chico veía a Gray y me excitaba un poco. Me sacudí un segundo la cabeza  y dispuesto a acabar con esta pesadilla, me acerqué hasta ellos por el simple hecho de verificar que no era él ¡Aunque no podía serlo, estaba en mi casa con mi hermana!


Cuando le toqué el hombro y se giró ¡Desde luego no era Gray! Era un chico de aquí de Japón, con el mismo corte de pelo que Gray ¡porque de espaldas eran clavados! Pero tampoco tenía los ojos de Gray, esos azules tan impresionantes. Ambos chicos me miraron sorprendidos y me preguntaron si quería algo. Les contesté que no, que me había confundido de persona y volví junto a las chicas. ¿Con cual podría irme esta noche? Porque necesitaba quitarme esta sensación de encima ¡A mí me encantaban las mujeres!


Creo que estos últimos días cuidando de él, me habían afectado mucho, ahora sólo veía a Gray por todos lados, sentía esa necesidad de cuidarlo y protegerlo ¡Puede que estuviera malinterpretando los sentimientos! Porque a mí me gustaban las chicas desde que tenía pañales, por los hombres jamás había sentido nada, así que tenía que estar malinterpretándolo ¡Estoy seguro! Tanto cuidarle me había hecho pensar que sentía algo por él, pero no era cierto, yo no podía sentir nada por Gray y sin embargo, haber creído aunque fuera por un segundo, que aquel chico podría haber sido mi chico moreno de ojos azules al que cuidaba, me había hecho desear un instante, haber sido el otro chico al que estaba besando. ¡Estaba fatal de la cabeza!


Convivir con Gray me estaba volviendo loco, pero completamente loco. Además… aunque me gustase… ¿Sería yo capaz de hacerle esto a mi compañero de equipo? Porque Natsu esto…no me lo perdonaría y sabía perfectamente, cómo de desesperado estaba Natsu, porque últimamente no pegaba ojo, estaba siempre hablándome de Gray, explicándome lo que le gustaba o lo que no, de lo que tenía miedo, de cómo era y sinceramente… sé que Natsu lo amaba demasiado. ¡No sé si yo alguna vez podría querer tanto como él lo hacía con Gray! Yo no podría alejarme de la persona a la que quería por muy bueno que eso fuera para su rehabilitación ¡Estaba siendo muy duro para Natsu!


Entre todas las chicas que me rodearon, elegí a una morena de pelo corto con ojos oscuros ¡Aunque creo que la elegí porque me recordaba un poco a Gray! No tenía sus ojos ¡pero es que aquí en este país, nadie tendría sus ojos!


Pensé si ir a casa sería una buena idea, más que nada por Gray, así que al final… decidí llevarla a un hotel, no quería que Gray viera el desfile de chicas que pasaban siempre por mi casa, porque generalmente, no repetía chica. Llegamos al hotel y le abrí la puerta del coche con caballerosidad para luego pedir una habitación lujosa.


La chica me acompañó hasta la habitación e incluso antes de abrir la puerta, ya me estaba besando. La besé y creo que me pasé incluso de fuerza con ella ¡pero es que hacía tanto tiempo que no había tenido relaciones y me apetecía hasta tal extremo… que no pude evitar emocionarme! La chica sonrió por mi efusividad y entre besos mientras iba quitándome la ropa, caminamos hacia la cama.


Cuando caí sobre ella encima de aquel mullido colchón, vi a Gray y presioné con mis dedos los ojos para luego quitarlos y volver a mirar, estaba la chica ¡Desde luego que me estaba volviendo loco! Yo no quería hacerlo con Gray ¿Con un chico? ¡Ni loco! Volví a besarla pero al levantar de nuevo el rostro, no paraba de ver a Gray, con aquella mirada inocente que tenía, con sus manos acariciando mi espalda y bajando hacia mi trasero, con sus piernas enrollándose en mí mientras besaba mi cuello ¡Era imposible no pensar en Gray! Y no sabía que hacer.


Al final seguí aunque tuve que cerrar los ojos ¡no quería ver si realmente aparecía la chica o Gray ante mí! Esto no podía estar pasándome a mí. Cada beso de aquella chica, cada mordida de ella en mi cuello, cada caricia, yo la sentía como si hubiera sido Gray quien me la diera y realmente, creí estar volviéndome loco, porque no podía concentrarme en la chica que yo había traído. Lo peor de todo… es que incluso pensando en Gray, me excité. Eso complicaba aún más las cosas, porque ahora ya estaba dudando yo mismo de si no me gustaban los chicos.


Tenía que centrarme, no era posible que a mí me gustasen los chicos, no podía ser y punto. Había venido con una hermosa chica, estaba acostándome con una chica, estaba besando a una chica. Eso es lo que intentaba pensar una y otra vez en mi cabeza, sobretodo cuando me hundí en ella. Por suerte para mí, sus agudos gemidos hicieron que la imagen de Gray desapareciera, más que nada porque era una voz femenina que no coincidía para nada con la del chico. Por lo menos ahora mientras la penetraba, veía a la chica.


Cumplí lo mejor que pude, porque con todas las dudas que tenía en este momento en mi cabeza, no sé ni como fui capaz de hacerlo. Desde luego, este asunto tenía que solucionarlo cuanto antes, porque no era normal lo que me estaba pasando ¡yo nunca había dudado de mí mismo en cuanto a mis preferencias sexuales! ¿Por qué lo estaba haciendo ahora? Y encima… con el amor de Natsu ¿Me convertía eso en un mal amigo? ¡En que problema me estaba metiendo!


Descansé unos minutos con aquella chica entre los brazos, chica a la que seguramente… no volvería a ver, porque así era yo y era una de las cosas de las que mi mejor amigo Jellal siempre se quejaba, de que era un mujeriego empedernido, que no podía querer a una, sólo jugaba con ellas ¡Supongo que en algo tenía razón aunque no en todo! Habría dejado estos juegos si hubiera encontrado a mi pareja perfecta, pero no lo había hecho.


Ahora que pensaba en Jellal… él era mi mejor amigo, podría comentarle esta duda que me había salido… pero no, casi prefería que no porque era capaz de reírse de mí de la misma forma en que yo me burlaba de él en el trabajo cuando le quitaban de su puesto. Supongo que era una duda mía  y debía afrontarla yo.


Cuando salí del hotel y dejé a la chica en su casa, volví a la mía. Abrí la puerta despacio y con mucho cuidado por no despertar a Gray, porque ya eran las cuatro de la madrugada y Lucy se habría marchado ya. Cual fue mi sorpresa al encontrarme la luz de la mampara de cocina encendida y a Gray sentado en un taburete alto de la isla de la cocina comiéndose una tarrina de helado. Sonreí cuando él me sonrió a mí al verme entrar con tanto cuidado.


~ ¿Qué haces despierto a estas horas? – le pregunté y él me señaló el bote de helado justo cuando iba a coger otra cucharada. - ¿puedo acompañarte? – le pregunté con una sonrisa.


Mi mayor sorpresa fue cuando al sacar la cuchara del bote de helado me la pasó hacia mí para que diera el mordisco. Yo me quedé unos segundos dudando, porque con la nochecita que había llevado hoy viéndole en todos los sitios y pensando cómo sería besarle, ahora me daba helado de su cuchara ¡Que había estado en su boca! Me había paralizado y luchaba contra mí mismo si eso estaría bien o no. Gray movió la cuchara levemente como indicándome que me lo comiese y con aquella sonrisa y esos ojazos que tenía ¿Cómo decirle que no? Al final metí la cuchara en mi boca comiéndome el trozo de helado.


No sé si el helado me gustó o no, porque yo estaba pensando que había metido en mi boca una cuchara que había utilizado Gray, era como haberle besado indirectamente. Me sentía igual cuando una de mis ligues bebía de la misma botella de cerveza que la mía ¡Me encantaba eso!


¿Cómo podía estar yo pensando que me gustaba esa dulzura e inocencia que tenía Gray? ¡Era un chico! No podía gustarme él y sin embargo, aquí estaba, sentado frente a él comiendo de su cuchara mientras miraba aquellos labios deseando besarlos. ¡Mañana urgentemente en el festival, tenía que hablar con Jellal! A alguien tenía que contarle lo que me estaba pasando y Jellal era mi mejor amigo ¡Esperaba que él me entendiera, aunque no sé si lo haría!


 


 


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