Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Enamórame por Fullbuster

[Reviews - 576]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno este capítulo es un poquito más largo de los normales jeje

Loke Heartfilia POV


 


Acababa de dejar a mi hermana al cuidado de Gray mientras yo me iba a trabajar y tras la discusión que tuve ayer con Jellal, a mí se me había quedado una espinita dentro, básicamente porque quería saber que pasaba por la cabeza de Jellal para estar investigando al chico del que me estaba enamorando ¡y eso ya me confundía a mí! Porque aún no podía creerme que había besado a Gray y encima… que me había gustado. Lo único que tenía claro, es que quería protegerle.


Hoy había preferido venir un poco antes y así, poder colarme en el archivo a ver que narices era lo que Jellal estuvo buscando ayer sobre Gray ¿Qué habría descubierto? Me moría de curiosidad. Entré cuando nadie me vio porque era un área restringida, en teoría, sólo nuestro sargento podía entrar aquí y ese… era Laxus.


Busqué por los documentos pero no parecía haber nada en relación a Gray ¡pero algo tenía que haber… porque Jellal estuvo investigando! ¿Sería algo del pasado de Gray lo que encontró? Me moría de ganas, pero es que no encontraba nada. El ruido de la puerta abriéndose desde el despacho de Laxus me sobresaltó. Guardé todo lo rápido que pude los documentos y me escondí en una de las hileras de documentos para ver como entraba Laxus ¡Algo normal!


~ Tenemos que dejar de hacer estas cosas – escuché que decía Laxus y no podía creerme que venía con alguien más, lo que me sorprendió, fue oír detrás la voz de Jellal.


~ ¿Por qué? A ti te gusta y a mí también – le dijo y podía escuchar que se estaban besando.


Desde luego no sé si era Laxus o Jellal, pero eran brutos, creo que no dejaron una estantería sin golpear en su paso apresurado hacia uno de los archivadores bajos que había prácticamente frente a mí ¿Enserio Jellal se estaba tirando a nuestro Sargento? ¿Cuánto tiempo llevaban estos dos jugando a estas escondidas? ¿Por qué yo nunca siquiera lo sospeché?


~ ¿Me vas a contar que te pasa con Gray? – preguntó de golpe Laxus y me sorprendió.


~ No me pasa nada – le dijo Jellal – sólo tuve una duda.


~ ¿Le conoces, verdad? – le preguntó de nuevo y él sonrió entre besos


Desde luego no pude evitar asomar la cabeza un poco para verles, más que nada porque quería saber que pasaba con Gray, porque tenía Jellal tanto secretismo al respecto. Pero cuando empecé a ver la escena… creo que me olvidé un poco del asunto, porque desde luego… jamás me habría imaginado a Jellal como estaba ahora, encima de un archivador sentado desnudo mientras Laxus seguía de pie frente a él quitándose la ropa y besándole.


¡Normal que Jellal dijera que mi beso no tenía importancia! ¡Se estaba tirando al Sargento! Y yo sin haberme dado cuenta de esto… como era posible. Pero es que trabajábamos todos tan bien en equipo… que era imposible, Jellal nunca se había pasado con nuestro Sargento, ni una caricia, ni un comentario hacia él, era imposible darme cuenta, se comportaba tal y como era él, frío y tranquilo, como si no tuviera sentimientos.


~ Sí – le dijo Jellal – no personalmente, pero sabía que le había visto en algún lado.


Sinceramente… estar allí sentado escuchando los gemidos de ambos, sobre todo los de Jellal, me estaba excitando a mí también. ¿Quién me mandaría a mí entrar en el archivo? Jellal pareció coger el control de la situación por la queja que le dio Laxus.


~ Deja de hacer eso – le regañó - estoy harto


¿Laxus se iba?, porque parecía cabreado con Jellal. Volví a asomarme para ver como Laxus buscaba su camisa y se alejaba del archivador donde aún seguía sentado Jellal.


~ ¿De qué estás harto? – le gritó Jellal - ¿de follarme?


~ No – le dijo – De que siempre evadas mis conversaciones, de tener que follar cuando tú quieras y cómo tú quieras. Eres incapaz de relajarte, siempre tienes que tener el control de todo, eres… demasiado dominante.


~ ¿Qué coño quieres saber para poder follar tranquilos? ¿Qué buscaba de Gray? – le gritó ahora Jellal – buscaba quien era su padre biológico – le gritó – porque cuando le vi en aquel festival supe que le conocía de algo, pero no sabía de qué, porque yo no he pisado nunca Estados unidos, yo jamás he salido de Japón – se quejó – así que quería saber por qué me resultaba tan conocido, por eso estaba investigando.


~ ¿Y ya tienes solucionada la duda? – le preguntó Laxus


~ Sí – le dijo Jellal al borde de un ataque – y sabes que odio hablar de mi pasado. Ese chaval tuvo suerte de no haber conocido a su padre – le gritó – espero que nunca le conozca y si tengo que mentir o hacer lo que haga falta para que no se encuentren… lo haré.


~ ¿Quién es? – le preguntó Laxus casi exigiéndole que lo dijese.


~ Déjalo ya Laxus – le gritó Jellal a punto de llorar.


~ ¿Quién demonios es? – le gritó ahora Laxus


~ Silver – le dijo Jellal rompiendo a llorar – es Silver Fullbuster.


~ Joder – escuché pronunciar a Laxus – lo siento, no quería forzarte – le decía Laxus acercándose para darle un abrazo, como si ahora intentase consolarle.


~ Lárgate – le gritó Jellal – no quiero verte – le empujó para que se alejase de él – ya tienes tu respuesta.


¿Qué narices pasaba aquí? ¿Ese Silver le había hecho algo a Jellal? ¿Laxus sabía lo que le había hecho a Jellal ese tipo? Nunca había visto llorar a Jellal, es más… no creí que le vería llorar jamás, él siempre era tan fuerte, tan decidido, tan frío, siempre parecía tener sus sentimientos tan guardados que hasta parecía no tener y ahora… ahí estaban.


Vi a Jellal coger su ropa, vestirse con rapidez y salir de allí hacia los vestuarios. Casi salté del susto cuando tras cerrarse la puerta por la que había salido corriendo Jellal, Laxus pegó un puñetazo a uno de los archivadores y luego se marchó terminando de vestirse por la puerta de su despacho.


Aproveché el momento para salir y cuando llegué al vestuario, Jellal estaba allí duchándose, en realidad no creo ni que estuviera duchándose, sólo estaba con las manos apoyadas en el azulejo, la cabeza baja y dejando que el agua cayese sobre él. ¡Ahora tenía curiosidad de saber quien narices era Silver!


Me acerqué hacia Jellal y le pasé una toalla por encima del pequeño muro que separaba las duchas del vestuario. La verdad es que el muro sólo cubría la visión hasta medio torso, así que podía ver perfectamente a Jellal cuando me acerqué. Él me miró, bueno… en realidad miró la toalla que ahora había dejado encima del muro y luego me miró a mí marcharme hacia mi taquilla.


~ Gracias –me dijo, aunque volvió a agachar la cabeza dejando que el agua cayese encima.


~ De nada – le comenté.


Quería saber qué pasaba con ese tal Silver, ¿Qué tenía de relación entre Gray y Jellal? No lo sabía y tenía mucha curiosidad, pero no era el momento de preguntarle. Si lo hacía ahora, me empujaría de la misma forma que había hecho con Laxus, se cabrearía conmigo y si se enfadaba… me sería imposible que me contase algo ¡ni siquiera contaba las cosas cuando estaba bien! Como para enterarme cuando se enfadaba.


Natsu entró en aquel momento por el vestuario y se fue directamente a su taquilla para cambiarse, yo aproveché para acercarme y llamarle por lo bajo intentando que Jellal no se enterase.


~ ¿Qué sabes del pasado de Gray? – le pregunté.


~ No mucho – me dijo mirando a Jellal como si sospechase que quería mantenerlo al margen de esto. – en realidad que es adoptado por la familia de Lyon Bastia ¿por?


~ ¿Y sobre su padre biológico? – le pregunté.


~ Nada – me dijo y luego pareció recordar algo – bueno… tenía una fotografía, pero ahora no sé donde la habrá guardado, se la encontré de milagro en su mochila metida entre sus cosas, la tendrá él supongo.


Jellal salió de la ducha y cogió mi toalla, pero yo me había quedado embobado mirándole desnudo justo cuando salió antes de enrollarse la toalla en la cintura ¿Qué narices me pasaba a mí ahora? Desde que había visto a Jellal desnudo encima de aquel archivador… no podía dejar de pensar en él, tenía sus gemidos metidos en la cabeza ¡Esto nunca me había pasado a mí! Desde luego estaba claro… que mis gustos estaban cambiando hacia los chicos.


~ ¿Arreglaste el problema Natsu? – le preguntó Jellal


~ Sí muchas gracias – le dijo – yo ya no sabía qué hacer para sacarle de esa casa ¿Cómo sabes tanto sobre maltratos?


¿Maltratos? Aquella palabra se me quedó en la mente y miré instintivamente a Jellal, estaba sonriendo pero ahora me daba cuenta de su sonrisa, era forzada, la estaba sacando no porque se sintiera feliz o halagado, la estaba sacando porque creía que eso haría sentirse mejor a los demás, no por él mismo. ¿Era posible que ese tío le hubiera maltratado a él? Pero se supone que estaba en Estados Unidos y Jellal siempre había vivido en Japón. No podía haber coincidido el padre de Gray con él.


Ahora que lo pensaba, el cuerpo de Jellal siempre había tenido marcas, ahora podía verlas, pero nadie le habíamos preguntado nunca, ¡bueno… yo sí! Una vez le pregunté, cuando entré en el equipo y le vi la primera vez desnudo en la ducha le pregunté por ellas, pero me contestó que hacía deportes de riesgo y entre eso y el trabajo que ya era un riesgo, su cuerpo había sufrido esas heridas. ¡En aquel entonces me creí su historia… ahora ya no estaba tan seguro!


~ Trabajaba en ese departamento ¿recuerdas? – le comentó – Estoy familiarizado con los casos que se llevan.


~ ¿Elegiste estar en ese departamento por algo en concreto? – le pregunté yo ahora directamente.


~ No lo sé, me destinaron allí y ya está – me dijo - ¿por qué?


~ Por nada… es que generalmente la gente suele elegir los departamentos por alguna vivencia personal – le dije – yo escogí el departamento de narcóticos – le contesté – porque un familiar tuvo problemas con la droga y quise erradicar ese problema, creí que quizá en tu familia… habría habido algún problema de maltrato o algo... no sé. Déjalo.


Jellal no me contestó y eso me dio a intuir que estaba dando en el clavo con él, si no era él quien lo había sufrido habría sido alguien de su familia, por eso se metió en ese departamento al entrar en la policía.


~ ¿Y tú familiar ya está mejor? – me preguntó sacando su mejor sonrisa y aquello me sorprendió, me evitaba su tema centrándose en el mío.


~ Sí – le dije – todo está arreglado. Por cierto… me han invitado hoy a un local por la noche y no quería ir sólo ¿Os apetece venir? – les pregunté y Jellal enseguida contestó que venía, Natsu al final, tras mirar varias veces las entradas, cogió una también.


La verdad es que hoy como trabajo… fue muy aburrido, no tuvimos que salir a nada y cuando no había casos, eso de patrullar la ciudad en coche, me aburría demasiado. Iba con Natsu en el coche y sinceramente, cada vez que le veía, yo sólo podía sentir como se iba a enfadar conmigo cuando le dijese que había besado a Gray, pero más aún si encima… le decía que me estaba enamorando de él. ¡No podía decírselo! Pero es que en algún momento se iba a enterar.


Por suerte acabó el turno y todos nos fuimos a cambiarnos, le había prometido a Gray que le llevaría a la fiesta del local y así fue, lo llevé. Natsu cuando le vio, se sentó a su lado y creo que no habríamos podido separarle de él ni aunque trajéramos una grúa. Ambos se reían y parecían estar pasándoselo bien, yo en cambio, con esa escenita… lo único que hacía era beber y cada vez beber más hasta que al final, hasta la escena de verles juntos me hacía gracia.


En uno de mis arrebatos, decidí invitar a Gray a bailar y aunque a este le dio vergüenza, al final tras los empujones que le di, acabó acompañándome a la pista. Supongo que iba demasiado bebido, porque ni siquiera coordinaba los pasos.


~ Loke deberías sentarte – me dijo Gray


~ ¿Por qué? – le pregunté


~ Porque parece que te vayas a caer en cualquier momento.


~ Yo no voy a caerme – le dije


Entre todo ese jaleo, observé a Jellal pasar por mi lado con clara intención de irse, peor yo le retuve del brazo para que no se fuera.


~ ¿Dónde vas? – le pregunté


~ A mi casa – me dijo muy serio – Loke tú también deberías irte, estás muy borracho y ambos sabemos lo que ocurre cuando te pones así, venga… te acercaré a casa, tengo el coche fuera y tú no puedes conducir tal y como vas.


~ Yo voy a quedarme aquí – le dije – pero quiero saber… ¿por qué no le cuentas a Gray lo de su padre? – Jellal se sorprendió de que yo supiera eso – eres un egoísta que no quieres decírselo aún teniendo la información. Es su padre, tiene derecho a saberlo.


El puñetazo que me dio Jellal se me quedó grabado en la mente, me tiró al suelo y me cogí la mejilla por el dolor ¿Qué le pasaba a este? Gray ahora le miraba por lo que yo había dicho.


~ No te metas en mi vida – me gritó Jellal – no tienes ningún derecho a meterte, no eres nada mío.


~ No, no soy nada tuyo – le dije levantándome y besando a Gray delante de todos – él es al que quiero, es mucho más dulce que tú.


El siguiente puñetazo no sé de donde vino, pero también me derribó al suelo. Una vez pude estabilizarme, entonces vi como Jellal sujetaba a un Natsu echo una furia que me gritaba algo sobre estar confundiendo a Gray, algo sobre que le había traicionado a él ¡no sé muy bien! Caí desmayado poco después.


Recuerdo que Hibiki estaba allí conmigo en el baño curándome algo, creo que mi nariz, porque veía sangre en un pañuelo.


~ ¿Ya te espabilas? – me preguntó Hibiki - ¿Cómo se te ocurre a ti meterte con esos dos? De verdad que la bebida no te sienta bien, deberías dejarla.


~ De Natsu lo imaginaba, pero no esperaba que Jellal pegase tan fuerte – le dije – ¿Qué es lo que he hecho? – le pregunté ahora.


~ Cagarla – me dijo sonriendo – te has metido en la vida privada de Jellal y luego has besado a Gray delante de Natsu.


~ Oh… no me fastidies, la próxima vez que quiera beber… por favor pégame tú antes de que de el primer sorbo.


~ Vale – me dijo.


Intenté levantarme aunque tambaleando aún con el mareo que llevaba encima. Hibiki me preguntó donde iba, a lo que yo contesté que a disculparme por mi comportamiento.


~ Pues yo de ti no iría – me dijo – Jellal estaba muy nervioso hace unos minutos, le dijo a Natsu que se llevase a Gray del local y se lo ha llevado a su casa.


~ ¿y eso? – le pregunté – Jellal nunca está nervioso.


~ Pues ahora lo parecía – me confirmó – justo después de que pitase su móvil – recordó – hizo un sonido extraño y es cuando empezó a decirle a Natsu que se llevase a Gray.


~ ¿Dónde ha ido Jellal?


~ Hacia la puerta de atrás – me indicó y caminé hacia allí.


Cuando llegué a la puerta, incluso sin abrirla, podía escuchar voces fuera, uno era Jellal, esa voz la reconocía, el otro no lo sé, pero no tenía buena pinta. Escuché tras la puerta.


~ ¿Por qué has vuelto? – escuché preguntar a Jellal.


~ Asuntos pendientes – le contestó la otra voz masculina – el clan Yakuza te está buscando – le dijo


~ Lo sé, lo que no entiendo es por qué no te buscan también a ti, tú estabas aquel día allí y tampoco hiciste nada para salvar a ese chico. Podías haberlo impedido


~ Yo no soy el que salva vidas – le dijo riéndose - ¿no te hiciste policía por ese motivo?


~ Me hice policía para detener a tipos como tú, esos que no cambian nunca – le comentó Jellal y no parecía ir a buenas – no me toques – oí que gritaba ahora Jellal como si el otro se hubiera acercado hacia él – ya no soy ese crío asustadizo de ti, si vuelves a tocarme… te mato -  el hombre pareció reírse.


~ Puede que yo no haya cambiado, pero tú sí pareces haberlo hecho, estás más guapo ahora, aunque más solo de lo que estabas antes. ¿Qué tal tu hermano?


~ Eres un cabrón – le dijo Jellal – sabes perfectamente que está muerto y fue por tú culpa.


~ ¿La mía? No fui yo quien disparé, fuiste tú, está muerto por tu culpa – se reía el otro hombre y entonces me decidí a abrir la puerta por si Jellal necesitaba ayuda.


Ante mí apareció un hombre que se parecía a Gray, más corpulento y más mayor, pero creo… que acababa de encontrar al padre de Gray.


~ ¿Jellal? – le pregunté - ¿Qué está pasando?


~ Vaya… es el de la familia Heartfilia… mañana tendrás una buena resaca, imagino que es tu nuevo compañero –le dijo hacia Jellal – yo de ti me cuidaría Jellal, estaré por aquí un tiempo y no estoy sólo, en cambio tú… - le dejó caer intentando asustarle - la única duda que tengo es… ¿Dónde está ese bastardo?


~ ¿Qué bastardo? – pregunté yo dudando y Jellal me mandó callar.


~ ¿Qué nombre le han puesto al asesino ese? – preguntó de nuevo el hombre.


~ El tuyo no, desde luego, pero no hace falta que le busques mucho, lo tenías justo en tus narices, estaba en Estados Unidos, de donde tú no debiste salir – le respondió Jellal.


~ ¿Cómo diste con él si estaba en Estados Unidos?


~ Hice una comisión de servicios allí, un curso – y sé que Jellal estaba mintiendo ahí, porque él no había salido nunca de Japón ¿Estaba cubriendo a Gray?


~ Ya nos veremos… - Se despidió aquel tipo de nosotros.


~ Vamos… te llevo a casa – me dijo Jellal cogiéndome de un brazo y pasándoselo por encima de su cuello para ayudarme a caminar mejor hacia su coche.


~ Lo siento – le dije – no debí meterme en tu vida


~ Olvídalo.


~ ¿Qué es eso de tu hermano? –le pregunté.


~ Olvida eso también.


~ ¿Tenías un hermano?


~ He dicho que lo olvides –me gritó esta vez enfadado y me callé porque no quería recibir otro puñetazo de él ¡por hoy tenía bastantes!


A la mañana siguiente cuando me desperté y compré el periódico… yo estaba en todas las portadas por pelearme en un local tras haber besado a un chico ¡mi padre iba a matarme! Si no lo hacía antes Natsu o Jellal por la que les monté anoche.


 


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).